Multiversidad
sin Fronteras
Encuentro
de Cochamó 1
Escribe María
Rosa Rojas
Parece que
hubiera sido ayer que cantábamos en "Las brisas de Cochamó", al ritmo
de la guitarra de Leo y el viento del lugar. ¿Cómo se deja en las palabras el
abrazo del grupo, su amor? Pizarnik tenía razón al escribir "ninguna
palabra es visible", porque parece que faltara lenguaje para describir lo
que nos ocurrió mirando el estuario, sintiendo la lluvia en la noche, caminando
en un baño de bosque hacia la cascada. Todos coincidimos en Cochamó ¡La
ecología interior es urgente! "Lo que pasa, no sólo pasa fuera de
mí..." El mensaje de Luis vuelve a resonar, sopla como el
viento del lugar, el desarrollo humano es ascendente y hacia él caminamos; nos
constituye la incertidumbre y el misterio, como una puerta interior que debe
ser cruzada a diario; vamos integrando las experiencias vividas, los
testimonios de las mujeres y hombres del lugar (en cada una y uno nos
vemos), la energía que nos dimos unos a otros, las veces que nos tomamos
las manos antes de almorzar, las meditaciones y hospitalidad de Cecilia y
Leo.
Frente a la
gran crisis de sentido humano: el reduccionismo, la fragmentación, el dualismo,
la perdida de la capacidad de entender la vida en su dimensión integral; somos
parte de una contracorriente de la esperanza, vamos al encuentro del otro; como
un bosque que se comunica en las raíces profundas de la tierra para sobrevivir
en su hermosura; el asombro de un ser complejo frente a su propia ecología (el
asombro de uno mismo); un poema que recién comienza a ser escrito: "Si nos
abrimos al asombro, emergen las preguntas trascendentes, las que transcienden
nuestro contexto de lo "real", ¿por qué hay ser y no más bien nada?.
(Luis Weinstein)
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