martes, 8 de mayo de 2012

Conversando sobre la Amistad(217)


Conversando sobre la Amistad (217)
Las amistades fracasadas y las falsas amistades

La amistad profunda corre el riesgo de querer llegar a la perfección, al absoluto, de confundirse con la simbiosis , con la dependencia o el enamoramiento,  de volar al sol  reeditando  a Ícaro y caer al mar de la  depresión, derretidas las alas, desdibujados los límites de las individualidades.
 A ese respecto, son muy interesantes , son  materia de meditación, las consideraciones que hace Ignacio Lepp en los párrafos finales de su libro “Psicoanálisis de la amistad


“No es posible sentar como tesis que todas las

Amistades que, por una razón o por otra, han

fracasado o

concluido, fuesen falsas amistades. En esto como

en todas las cosas, no hay que perder nunca de vista

 que todo lo humano es frágil, más o menos frágil

según los individuos y las situaciones. Hasta sería

 peligroso formarse de la amistad una idea

 inhumanamente elevada. En efecto, muchos no se

atreverían entonces a enta­blar amistades y

 renunciarían así a una de las más profundas

 fuentes de felicidad de la vida. Por otra parte, aun

 en las amistades más logradas, queda siempre un

 dejo de insatisfacción. Querríamos compartirlo todo

 con nuestros amigos, no guardar nada para

 nosotros solos. Ahora bien, la experiencia

demuestra que todo ser humano posee un núcleo

 central tan íntimo, que es prácticamente

 incomunicable. De ahí que, incluso en las más

hermosas amistades, haya un sentimiento más o

 menos confuso de que no somos queridos y

 comprendidos en forma total, de que nosotros

 mismos no queremos y comprendemos a nuestros

amigos "a fondo". Pese a todo, no obstante sus

imperfecciones y limitaciones, la amistad representa

 uno de los bienes más preciosos de la condición

 humana. Lejos de dejarnos inhibir por sus

 imperfecciones y limitaciones, merece ciertamente

 la pena que nos comprometamos en ella

 valerosamente. “