martes, 24 de febrero de 2015

El Arte de Vivir 106


sE l arte de vivir
La mirada pesimista y la mirada pesimista  en relación al arte de vivir y al mal.
Como hemos  planteado, en este ,como en otros temas ,es difícil la convergencia  de  enfoques y de prioridades y , más aún , el librarse de la  opacidad de los sesgos  Dependen de postura  a la escala…de la persona  o la tendencia en cuestión.
En relación con optimismo y pesimismo,  el énfasis  en  enfatizar  las propuestas   defensivas o  las d e promoción , educacionales, de salud integral , no deja de estar relacionado con el optimismo y el  pesimismo, la ecuación que se da  en quienes  adhieren a las distintas propuestas.
Chesterton hace una observación interesante en torno a cómo ven el mal  pesimistas y optimistas. Quienes son pesimistas tienden a rebelarse, cuando predomina el optimismo  la respuesta es de extrañeza,
Detrás del optimismo -  pesimismo hay  equilibrios bioquímicos estados  de ánimo, hay modalidades de temperamento, carácter y personalidad,  hay biografías, hay contextos  culturales, hay ideologías.. .  De ese crisol al que s e agrega  un participante intuitivo  elusivo, de lo más íntimo de nuestra naturaleza,,  surge una actitud que va  permeando  la vida. Un lente más o menos pesimista u optimista.
La orientación pesimista siente fuertes los pasos del mal, tiende   a identificarlo con  algo  muy presente en lo esencial de la vida. En sus extremo,  percibe en la vida  un  polo  “malo”,   a lo mejor  hasta  predominante, en todo caso  inserto en la existencia de un modo  imposible de cambiar. La vida es  absurda,  tal vez  está a cargo  de  un ser   trascendente  “malo”. Hay dos mundos, dos polos , decían los cátaros.
La orientación  optimista , con diversos matices , ve la vida humana con un sentido, trascendente ,   con  o sin un cuerpo de creencias  que lo sustenten, religiosas, filosóficas, científicas , intuitivas.
Las y l os pesimistas no se  sorprenden ante el mal , se resignan, se indignan, tienden a no ver , a no esperar , a no perdonar , muchas veces a no comprometerse  para  enfrentar el mal.
Desde el optimismo, en mayor o menos grado, hay  aunque sea ademanes de extrañeza, “cómo puede pasar  esto     si…el fondo ,el sentido de la vida  es algo positivo. ..”
Puede  que  las y los afectados se queden en la pregunta. Puede que le den una explicación, en todo caso, lo que perciben como Mal no los aparta de  seguir  con vidas con sentido, amplio o  estrecho.
Todo trabajo  de  desarrollo personal y socio cultural parte del mínimo de optimismo.  Ese optimismo requiere conciencia de que  existen los problemas existenciales, sociales, culturales,  interpersonales  y personales.
El arte de vivir requiere el soporte de un optimismo  lúciido.
 Continuará