sábado, 22 de diciembre de 2012

Conversando desde la Amistad (38)


Conversando desde la Amistad(38)
Curso a Distancia Amistad, Poesía y Salud Integral.
Narración después de la práctica de una  imaginería con la figura sabia-
Magaly Martínez

Sábado 15 de Diciembre de 2012
Primer Taller Presencial en el  curso a distancia
Llegué volando en una nube de pasto, recorrí un campo similar al de Isla Negra, el que observé desde el mirador de las coincidencias. En el pasto se veían las mismas flores amarillas que observé el día de la Creatividad. Vuelo y a lo lejos veo un árbol antiguo, de un tronco grueso y follaje profuso. El tronco me atrae, parece abrir un espacio como una puerta.  Este espacio, se parece a una ruca, la luz es tenue proviene de un fogón ubicado en un costado de la habitación
Una anciana , de pelo blanco, largo, lacio, que cae en un moño sobre su espalda, me mira con ojos de bondad, con mirada luminosa, transparente. Parece esperarme. No me atrevo a hablar. Sólo la miro desde lejos. Esta anciana aunque no me mira, sabe que estoy ahí. Después de un rato, ella posa sus ojos en mí, me transmite con su mirada que soy bienvenida, que formo parte de algo, no me dice de qué, pero igual dentro mío percibo que lo sé. Cada ser tiene una función, ¿cuál es la mía?, ¿por qué estoy aquí? Siempre preguntándome, siempre esperando respuestas, señales que me indiquen hacia dónde ir. La anciana me invita a fluir, a calmar mi ansiedad. Voy a llegar donde debo ir, tengo que disfrutar el viaje.
La anciana acaricia mi cabeza con un gesto de ternura, me hace sentir que dentro mío están todas las respuestas, porque aun cuando ella no me habla, igual me transmite todo sólo con mirarme.
Me gusta esa iluminación, crea un ambiente seguro, acogedor, siento que todas mis emociones caben,  me siento plena, calmada, en paz.
Asocio este espacio de seguridad al del vientre materno, me imagino que cuando estaba ahí me sentía igual de reconfortada, tranquila y segura.
No me quiero ir, me quiero quedar aquí por más tiempo, protegida, donde puedo descansar, entro en un relajo que me invita a quedar. En el otro mundo paralelo sé que me espera mucho por hacer y en este momento sólo quiero permanecer aquí junto a la anciana que me hace sentir como en mi niñez.
Una voz me dice que tengo que salir, que debo volver. La anciana me dice que podré volver, que el espacio está dentro de mí. Me cuesta entenderlo, me vuelve a mirar y con un gesto me calma.
Comprendo que debo partir, al parecer volveré muchas veces. De pronto quiero subirme a la alfombra nuevamente, parto al parecer, hacia el lugar desde donde inicié el viaje. Vuelvo a mirar el prado, siento nuevamente el aire tibio en mi cara, cada paisaje me emociona, una emoción de felicidad me llena. Los colores del sol, iluminan todo… parece todo perfecto. Qué hace que no siempre me dé cuenta que todo es perfecto aquí.
Con mucho amor en mi corazón, termino este viaje, que buena sensación tengo. La felicidad tiene que permanecer en mi corazón.