La Dimensión Poética de la Vida (66)
Alicia, Antonio y sus amigos en el país de lo Poético
La Alegría(3)
Estaban en lo alto de una montaña . El suelo
estaba cubierto de unas alstromelias gigantes. Al desaparecer el crepúsculo, también habían hecho abandono
sus cortejos de colores en los pétalos . Ahora, primaba un azul oscuro,
cada vez más cerca del negro. Al
aparecer la luna, las flores
empezaron a expresar su imagen en uno de sus pétalos. En los otros fueron dibujándose las primeras
estrellas.
Integración se acordó del
interés de Pablo Neruda por las plantas y no se hizo mucho de esperar la voz
nasal del poeta , recitando , desde el observatorio ontológico , su Oda a la Alegría.
Oda a la Alegría
Pablo Neruda
ALEGRÍA
hoja verde
caída en la ventana,
minúscula
claridad
recién nacida,
elefante sonoro,
deslumbrante
moneda,
a veces
ráfaga quebradiza,
pero
más bien
pan permanente,
esperanza cumplida,
deber desarrollado.
Te desdeñé, alegría.
Fui mal aconsejado.
La luna
me llevó por sus caminos.
Los antiguos poetas
me prestaron anteojos
y junto a cada cosa
un nimbo oscuro
puse,
sobre la flor una corona
negra,
sobre la boca amada
un triste beso.
Aún es temprano.
Déjame arrepentirme.
Pensé que solamente
si quemaba
mi corazón
la zarza del tormento,
si mojaba la lluvia
mi vestido
en la comarca cárdena del
luto,
si cerraba
los ojos a la rosa
y tocaba la herida,
si compartía todos los
dolores,
yo ayudaba a los hombres.
No fui justo.
Equivoqué mis pasos
y hoy te llamo, alegría.
Como la tierra
eres
necesaria.
Como el fuego
sustentas
los hogares.
Como el pan
eres pura.
Como el agua de un río
eres sonora.
Como una abeja
repartes miel volando.
Alegría,
fui un joven taciturno,
hallé tu cabellera
escandalosa.
No era verdad, lo supe
verdad, lo supe
cuando en mi pecho
desató su cascada.
Hoy, alegría,
encontrada en la calle,
lejos de todo libro,
acompáñame:
contigo
quiero ir de casa en casa,
quiero ir de pueblo en
pueblo,
de bandera en bandera.
No eres para mí solo.
A las islas iremos,
a los mares.
A las minas iremos,
a los bosques.
No sólo leñadores solitarios,
pobres lavanderas
o erizados, augustos
picapedreros,
me van a recibir con tus
racimos,
sino los congregados,
los reunidos,
los sindicatos de mar o
madera,
los valientes muchachos
en su lucha.
Es una alegría circular del
sujeto-para los otros-para sí, expresó lar reflexión. También aparece una
polaridad con la tristeza. Esa de
es tan coto el amor y es tan largo el olvido, opinó la integración, pero miren:
se acerca Leticia…
(cintinuará)