El Árbol 32
La Plaza de la
Amistosofía
El Árbol como símbolo (1)
Conversación
entre el Baobab ,la Rosa y un
Fresno.
El Baobab , dirigiéndose a la Rosa, “ tengo una
inquietud: conversamos mucho entre los tres, con Antonio y con muchos
visitantes al planeta como Alicia y el Zorro, aunque el autor piloto nunca lo contó, he vivido como ustedes
me han considerado un igual, pero me
gustaría saber ,y este lugar como …plaza,
amistosofía, esperanza…es el apropiado para
hacer preguntas que a uno le salen
desde muy adentro… he aprendido que el árbol le ha sido desde siempre útil al
ser humano: frutas, madera para edificar, muebles, juguetes, hacer fuego, la
sombra…pero escucho hablar del Árbol de
la Vida, de árbol, genealógico…”
“Ya” , le
contestó el Fresno, “yo he sido tomado
como árbol de la Vida, pero acá, amistosofía, esperanza… no somos auto referentes.
Te diré un par de
palabras introductorias sobre el árbol como símbolo para los humanos…”
“Perdón, qué es
un símbolo”, preguntó la Rosa.
“Bueno, es para
largo, pero así, en lo esencial, es una representación de algo general, no
concreto…” “¿Como el zorro , símbolo de
la amistad y yo de una mujer que… complica
a las cosas para los inocentes
varones…? “ Bromeó la Rosa ,con expresión de picardía.
“Por ahí va el tema,” afirmó el Fresno, sonriendo Luego pasó a
exponer.
Para los humanos ,
los árboles simbolizamos la verticalidad, la aproximación al cielo
“Ello, inseparable
de que integramos las tres grandes dimensiones:
la subterránea, nuestras
raíces;
la horizontal
, las ramas de nuestros troncos;
la vertical.
También los
cambios periódicos, el verdor, la caída de las hojas, el tiempo de las flores y
el de los frutos
La asociación de
procesos convergentes: nutrición por las raíces, la savia transeunte, el crecer, el florecer, el fructificar, el
semillar…
La conjunción de fuerza, tamaño, longevidad
con belleza, con la sombra, con las
múltiples dimensiones en que somos útiles. “
“Gracias” , dijo
el Baobab ,antes que la Rosa ironizara: “y una tan chica y de tan corta vida …”
“Sin embargo , no
dejas de ser un símbolo”, le dijo el
Baobab ,seguido
por una risa benévola general, en que no
faltaron las miradas al Principito.