Des Personal y Cambio
Cultural 13
UN PRIMER
PASO EN LA ECOLOGÍA DEL YO:
LA RACIONALIDAD
INTEGRADORA EN RELACIÓN A LA IDENTIDAD, EL PODER Y EL CONOCIMIENTO.
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El desarrollo integrado de la salud del yo conduce a
grandes avenidas de tránsito, de evolución, en procura de acercar, con
responsabilidad, con entereza, con integración a la vida, las particularidades
de la vida cotidiana y del proyecto de vida a un eje común, junto con asumir la
necesidad de complementariedad y de sinergia entre diversos planos de nuestra
relación con la realidad.
Podemos hablar de una racionalidad, una orientación
básica, hacia la integración, al modo como se plantea la existencia de una
racionalidad instrumental. A partir de nuestra participación en el Seminario
Taller "Desarrollo a Escala Humana”(1984-86), empezamos a elaborar la
tesis de una visión orientadora que permitiera articular el cambio cultural con
el desarrollo personal." Mentalidades sanas para sociedades sanas.” “Sociedades
sanas para facilitar el crecimiento de personas sanas.” El punto central es el
condicionamiento recíproco de sujetos abiertos, activos, procurando cambios, y
de culturas favorecedoras de los mismos. En otras palabras, no basta con
enunciar las diversas necesidades, se "necesita" desarrollar las capacidades
requeridas para hacerse cargo, para trabajar por el logro de su satisfacción
colectiva con entereza y sentido de integración. El saber es necesario, pero no
suficiente. Se requiere un cambio de conciencia para llegar a una sociedad sana
favorecedora de un mayor desarrollo de personas sanas.
Hay una primera ubicación del yo, un integrarse, en
relación a la condición humana. Nuestra cultura está atravesada por una
referencia solo indirecta, oblicua, a la complejidad de la identidad y la
situación humana. Se lo asocia con un énfasis en el valor de la sensibilidad y
la comprensión "sé humano, entiéndele......”, También hay una aproximación
parcial y sesgada en la vinculación entre el interés por lo humano y Ias
disciplinas humanistas.
En general, no
se educa, no se comparte una familiaridad, un cultivo, con lo constitutivo del
ser humano, sus tensiones, sus posibilidades. Habitualmente, destacamos,
primero, ciertos componentes de nuestra identidad de pertenencia, dejando en
segundo plano la experiencia existencial, nuestro ser. (44)
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43 Luis Weinstein. La Racionalidad Integradora y el Desarrollo ala Escala Humana. Ed.
Minga. Santiago. 1986.
44 Adam Curle. Místicos y Militantes. Ed. Dédalo. Buenos Aires. 1976.
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Nos
parece más gravitante tener nombre, domicilio, situación familiar, ocupación,
que el ser finitos, ser tributarios del hambre, el poder y el afecto, tener
proyectos, estar condenados a morimos, necesitar asumir el misterio.
Caracterizar al ser humano, en su sentido más general,
es propio del campo de las antropologías filosóficas (una o varias), espacio
inabarcable en éste y, a lo mejor, en cualquier texto imaginable. Desde la
salud integral, la de la conciencia, la del yo, una propuesta de desarrollo
personal invita a aprehender ciertas características humanas que pertenecen al
orden descriptivo, susceptibles de ser consideradas como relevantes desde muy
diversas escuelas de pensamiento.
CONTINUARÁ
