viernes, 11 de noviembre de 2011

Converdsando sobre la Amistad (37)

Conversando sobre la Amistad (37)

La amistad como fuente de resiliencia

El mito y arquetipo de Hefestos ( Vulcano romano)

Dicen que Hera, la muy celosa esposa de Zeus, estaba muy herida también , notoriamente, confundida. No se trataba de la ira unida al deseo irresistible de venganza tantas veces experimentado hacia las parejas de su esposo , ante la percepción de su interés por otra mujer diosa , semidiosa o humana, la consiguiente infidelidad, la evidencia de un embarazo, la inminencia del parto, la aparición del niño o la niña con mayor o menor relevancia en el Olimpo. Se trataba de una situación nueva: había nacido una hija, un ser formado y hasta armado, de la propia cabeza de Zeus. No había por dónde encauzar la vivencia de que había sido despojada de algo muy de su identidad, de su rol, de su incumbencia. Si, había una figura materna, Metis, pero Zeus la había, literalmente engullido, estando embarazada , ante el temor de que de ella naciera un hijo que lo iba a destronar, siguiendo la tradición de él con Cronos y de Cronos con Urano.
Metis era la diosa de la sabiduría, por lo que la recién nacida, tan madura y segura de sí misma iba a ser, quien ella ya anticipaba, Atenea, la diosa de la sabiduría, muy cercana a Zeus, muy distinta a ella diosa. A su ser temida, pero con su mundo tan limitado, tan poco feminista...

Rondaron las fantasías y pronto llegó algo como un remedo del rayo de su marido, como una iluminación, un proyecto, un camino: ella también tendría un hijo, sin violar su orientación básica hacia la fidelidad . Tendría un hijo sin participación de pareja alguna.

Más allá de las posibles dudas de los doctos obstetras, Hera cumplió su propósito, fue un embarazo sin molestias, bien disimulado, seguido de un parto tan placentero que sorprendió , incluso, a su fiel ayudante Ileitas,la diosa de los partos
Se decía en el Olimpo” los dioses proponen, pero el destino dispone”. El remedio era peor que la enfermedad. El niño, su niño, era muy feo. Tocada en su ego, ciega de frustración, de una rabia que tocaba la raíz de su autoestima, sin mayor reflexión Hera tomó al niño y lo arrojó Olimpo abajo

El niño, de constitución fuerte, bajó , voló ,del cielo a la tierra , madurando en el largo camino , cayendo, finalmente, en el mar.
Muy cerca estaban conversando dos habitantes de los dominios del Dios Océano, Tetis y Eurinome, quienes ,solícitas, amistosas ,llegaron de inmediato junto al niño, lo secaron, lo abrigaron, lo alimentaron y lo llevaron a vivir con ellas a una gruta submarina de propiedad del viejo y bondadoso Dios Nereo

Muy pronto, el niño mostró dotes sorprendentes. Silencioso, trabajador, asombrosamente creativo, organizó un taller y empezó a forjar collares, arcos, muebles, con una facilidad inusual para la época, incluso para el ámbito que , si no era Olímpico, no dejaba de ser divino.

Era Hefestos, un dios, un dios olímpico en el exilio, en un “descielo”.

Pasaron nueve años. Tetis y Eurinome vivieron felices; Hefestos , siguió maravillosamente creativo. Un día, Hera y Tetis se encontraron. Después de los saludos de rigor, Hera se vió impulsada a hacer una pregunta sobre un broche que llevaba Tetis:¿ Es tan hermoso, quién lo hizo?. Temis, insegura, quiso desviar el tema , pero Hera , como poseída por algo ajeno a su conciencia, insistió en su interrogante. Tetis terminó por compartir toda la historia de Hefestos, desde su caída al mar. La reacción de Hera fue de madre y de autoridad: “Mi hijo debe ir al Olimpo”. Su voluntad fue prestamente obedecida

Así fue. Hera, con la complacencia de Zeus, proveyó facilidades mucho mayores que la gruta de Nereo para que su hijo trabajara con potenciación de su industriosidad y su creatividad. Hefesto desarrollaba un proyecto de vida centrado en el hacer creativo. Pasó la fronteras de la magia. Asombró a los mismos olímpicos construyendo dos asesoras de oro , capaces de realizar tareas de apoyo e ,incluso ,de hablar. Ideó trípodes con capacidad para moverse solos e ir y volver de las dependencia Olímpicas.

De improviso, todo se volvió negro, muy hostil y peligroso. Hera participó en un verdadero golpe de estado contra Zeus y su marido la castigó surpendiéndola en el espacio. Hefestos quiso establecer un camino de resolución de conflictos, usar su creatividad para conseguir el perdón para su madre. Fracaso absoluto, Zeus no escuchó razones, se enfureció y arrojó a Hefestos fuera del Olimpo. El dios, inmortal aunque no invulnerable ,cayó , esta vez, sobre la tierra , se rompió ambas piernas y quedó discapacitado para siempre.

Zeus , luego, se arrepintió ,lo admitió nuevamente en el Olimpo. Hefesto siguió con su trabajo que alcanzó frutos tan notables como el escudo de Aquiles , los arcos de Artemisa y de Apolo, las armas de Hércules, la hoz con que Perseo decapItó a la medusa, la corona que llevaba Ariadna en su boda con Dionisos…

Sin embargo, su vida siguió teniendo problemas. Por una parte, los dioses, elitistas, se burlaban
de su dedicación al trabajo manual y, estetas incorregibles, descalificaban su apariencia de cojo, feo, permanentemente sudoroso.

Por otro lado, se casó con Afrodita, según dicen por presión de su madre , a pesar de que su verdadero amor era Atenea. Afrodita le fue infiel, especialmente con Ares el menos creativo y artista de los dioses. Hefesto intentó una acercamiento apasionado a Atenea, ella lo rechazó, pero se manchó con su semen, lo lanzó a la tierra y.. de allí nació Erictonio el fundador de Atenas.

La vida de Hefestos, estuvo llena de terribles sinsabores .Fue dos veces arrojado fuera del Olimpo, una vez por la madre,la otra por el padre. Engañado por su mujer, rechazado por su amada, despreciado por los pares. Sin embargo, fue un gran creador y estuvo lejos de comportarse como una víctima crónica.

Quienes lo conocieron atribuyen esa capacidad de resistir lo adverso, esa resiliencia, a la comprensión, a la bondad, a la disposición a dialogar de las personas que estuvieron con él, lo cobijaron, en sus primeros 9 años, Tetis y Euronime .Dos personajes que también se beneficiaron de la experiencia de haber acogido a Hefesto, Tetis , como madre de Aquiles , Eurinome, como madre de las tres Gracias.
Quedan huellas cuando se practica la amistad profunda