jueves, 22 de febrero de 2018

El Arte de Vivir 73

El Arte de Vivir 73
 El suplicio de Tántalo.
 La expresión ha quedado, tal como “El toque de Midas “,entre las frases  del  diario  convivir que denotan vivencias límites o próximas a ello .
 El suplicio de  Tántalo es, tal vez ,el mejor  título de un mito, que, como el de  Icaro,  apunta a la exaltación.
 No puede negarse  que  expresa , también,  una gran frivolidad, pero,  tal vez,  cabe ponerlo en  un primer lugar en  el terreno de un tipo especial de  vivencia de  exaltación. La  que ,  en alta “egoemia”,  en inusitada exaltación, pretende  identificarse con lo divino, olvida nuestra finitud.
 Tántalo, según algunos  hijo de  Zeus y de la ninfa Putu, solía compartir  con  los dioses .
Con una actitud , que algunos asocian  a Prometeo, se sentía  movido y capaz de engañarlos y ,en un son  muy  poco prometeico, se jactaba  de su intimidad con  los seres superiores.
Las informaciones  sobre  su vida  difieren ,como  suele  ocurrir en todo el ámbito de la mitología . Sin embargo , todas  convergen   acerca de un fondo  de ofensas a los  dioses y un espantoso castigo  a consecuencia de ello.
Las principales ofensas fueron:
 a) Haber difundido  los amoríos de Zeus  con una mortal.
b)  Ser  el autor   del robo  de un perro de oro del mismo dios.
c) Haber querido engañar  a los dioses dándoles  de comer  a su propio hijo,  muerto, descuartizado   y hervído….
Esta falta es la que emerge  como la metáfora  de la insensibilidad más  completa,  de alguien cegado por el afán  sin límites de igualarse a los dioses , por una exaltación  de alcanzar el nivel de lo sublime  sin  consideración por los medios,  ni,por el lado pragmático, la  posibilidad de ser descubierto.
 Deseoso de  impresionar  a los dioses  con algo novedoso para comer que pudieran apreciar a la par que  el néctar y la ambrosía, Tántalo  , los invitó a comer  y , sin mayor  duda o culpa, mató a su hijo Pélope, lo descuartizó  y pretendió engañar a sus  visitantes, presentando un plato  muy especial, propio de su talento culinario .
 Dioses al fin, los homenajeados , por clarividencia o algún  dote propio de su condición, se dieron cuenta  del engaño y no probaron  el manjar que se les  presentaba. Sólo  hubo una excepción. Demeter , muy complicada por el rapto de Perséfone, alcanzó a comer el hombro izquierdos antes de darse cuenta de lo sucedido.
 Zeus  hizo que  Tántalo  muriera  con un  contundente  golpe de una  piedra en su cabeza y  ordenó su traslado al Tártaro, el lugar de los  grandes castigos en el infierno, el Hades.
 Al mismo tiempo, Pélope  fue devuelto a la vida, mediante una habilísima  reconstrucción  de su  cuerpo y  un toque de magia ontológica.  Hubo comprensión con Demeter que aportó un hombro de marfil para  completar  la operación.
En el Tártaro es donde  Tántalo recibe un castigo eterno.  Fue amarrado a una rama de un árbol frutal  en el lago  del Tártaro.El su plicio consistía  en que no podía satisfacer los deseo  básico  de  beber y comer .
 Cuando la rama se acercaba al agua  y  el preso estaba  a punto de beber, el nivel del lago  bajaba  y sólo quedaba   un fondo de barro .  Al acercarse a los duraznos, plátanos, las  manzanas del tipo del jardín  de las  Hespérides y las naranjas propias de las famosas medias  naranjas, un viento  inmisericorde las elevaba y  hacía  las frutas inaccesibles.
  Tántalo es el símbolo de un deseo desmesurado, imperioso, exaltado, aparentemente  próximo a cumplirse, siempre frustrado   por  el no considerar los límites de la condición humana, variable del arte de vivir imposible de  desconocer.