viernes, 5 de diciembre de 2014

El Ar te de Vivir 33



El Arte de Vivir 33
Destellos de la Vida Cotidiana
Semillas de Humanización
 Presentación  del libro Flores de Sangre de Mary Judith Rees ,en el Café Literario de Providencia.
(Después de unas danzas celtas y del homenaje a las cuatro monjas asesinadas en El Salvador, hace 34 años)
Agradezco la oportunidad de estar aquí,  celebrando  y cons pirando con Judy,  con Francisco Huneeus , con Sonia Montecinos, que está entre nosotros, aunque no pudo asistir de cuerpo presente, con tantas personas  que buscan  un mundo   en que la amistad dance  y florezca hasta en la sangre.
Sí, siento que es otro gran aporte  de Cuatro Vientos, esta vez proyectado a la integración del feminismo, la teología, la ecología, la sensibilidad social, el internacionalismo y la literatura, en la lucha permanente por la dignidad  humana.
Mi primer contacto  con “Flores de Sangre”  fue  en 1996. Si,  en el siglo pasado… al leer una alusión al mismo libro en una revista, que la mayoría de ustedes conocen, en que se  menciona, como al pasar, una novela,  esta novela, de la que se  dice que es “bastante sentimental.”
La autora de esa calificación esta en  esta sala y ustedes la identificarán  muy fácilmente.
Leo la parte pertinente:
“En un sentido, pasé la década del 80 reflexionando sobre la  década anterior, hasta escribí una novela (bastante sentimental) sobre mi experiencia en El Salvador. Se llamaba  Flores de Sangre y estaba destinada a las cuatro mujeres misioneras que fueron  asesinadas por los militares salvadoreños en 1980 Una de ellas –la hermana ursulina Dorothy Kazel-me reemplazó cuando salí del Salvador. Este acontecimiento me afectó  mucho y sentí que mi vida era un don prestado y que tenía que  entregarlo completamente a los pobres.
Si tuviera  que definir  esta novela, diría que es un regalo. Si, lo es para los que sufren la pobreza de medios básicos para vivir, pero, también, para todas y todos los que coexistimos en esa nave espacial y ,diría con mucha  sinceridad,  que  es muy adecuada  para ayudar a  quitarnos a todos nosotros  nuestra pobreza en humanización.
Me alegra, me estimula profundamente, que Judy la haya publicado. En algún momento, ella hablará, contará, enseñará, dialogará, sobre  por qué  optó un largo tiempo por no publicarlo.
Yo sólo me permitiré diferir de su opinión, de allá entonces, en el siglo pasado.
 Hay dos formas de entender la expresión “novela sentimental.”
Una, es  la de la disciplina literaria  a la  que la voz autorizada de Marcelino  Menéndez Pelayo  remonta al gran Boccaccio y la  asocia  a la intimidad,  al mundo subjetivo,  desprovisto del aire libre de la acción , de las circunstancias, de los contextos  sociales e históricos. 
Difícil  considerar así esta obra, situada en el dominio  de los avatares del macro poder de  dominación, de  la lucha entre opresores y  oprimidos  en el contexto de una época en que sectores partidarios de la transformación social, cristianos  y marxistas, asumían la opción de la lucha armada frente a dictaduras  conservadores de América Latina.Un libro  donde queda bien visible la imagen de El Salvador, el Pulgarcito de  America de Gabriela Mistral, el país en que Roque Dalton, el poeta  asesinado  escribió  :
 “… Creo que el mundo es bello,
       Que la poesía es como el pan de todos.”
La  otra manera de entender lo  de “bastante sentimental”, es ponerse, vivenciarse, en lo que uno siente  cuando se alude  a lo “bastante sentimental” como  el apuntar  hacia algo  psicológica, valorativa, políticamente,   tal vez, cartesianamente incorrecto.Un desequilibrio con respecto a lo esperable, lo adecuado, lo “normal”.
Mi percepción es otra. Flores de Sangre empieza en un  lenguaje, en un ritmo, en una tensión adecuada, armónica, entre lo explicitado, lo sugerido y los debidos  silencios. Una redacción transparente en que  la forma  de escribir no se transforma en un personaje   abstracto, no hay  prurito de lucimiento; sí, demostración de claridad y de capacidad de navegar entre el detalle y síntesis.
Lo esencial  del libro es  el logro, más allá de lo sentimental ,en un sentipensar. Está el tono, los altos y bajos, lo trágico  y lo  que justifica la vida.
Como lector, viví esa emoción especial  hacia la vida que contradice al Anouilh diciéndonos :”la vida es muy bella  cuando a uno  se la cuentan o cuando  la lee en los libros, pero tiene un inconveniente , hay que  vivirla…”
 Recorriendo el texto, casi me convence  el Dimitri  Karamazov  de Dostoievsky con su llamado a “ amar más la vida que el sentido de la vida.”·
Leyendo e intentando compartir, me fui quedando con el aforismo  de Kafka:
“Es concebible  que el esplendor de la vida se halla alrededor de cada uno en toda su plenitud, pero veladamente, en lo profundo, invisible, muy lejos. Está ahí, ni hostil, ni indispuesto, ni sordo. Llamándolo con la palabra adecuada, acude, Esta es la esencia  de la magia, que no crea, sino  que llama.”
Por eso. invito a leer esta novela   realista,   que en medio del relato de una  guerra  fraticida en que  un Goliat, explota, viola y mata impunemente, se da la magia de un llamado   a amar la vida, agradeciendo ese regalo, integrando la lucha social, el  desarrollo personal y el diálogo, el arte, la ciencia  abierta y la espiritualidad en una educación  que ayude a salir del ecocidio  y del patriarcado.
Por eso, invito a que ayudemos a convertir estas Flores de Sangre en muchas semillas  para la educación que llama a la vida. Ello, a sabiendas que una  buena  novela, realista  por ser afectiva, es “como el pan de todas y de todos .”