miércoles, 9 de septiembre de 2015

Entre la Separación y la Integración 65

Entre la separación y la integración 65
Los referentes
La racionalidad integradora3
             El Perdón
El Perdón, tema del Desarrollo Humano, tema a separar y  a integrar.
La opción  por el desarrollo lúcido
El perdón  está siempre en las conversaciones  cotidianas . Periódicamente, como en estos día, entra al debate  público,  se convierte en vehículo  de exigencias, de controversias,  de testimonios sinceros,  ,de búsquedas  de acuerdos, de slogans,  de recuerdos  muy dolorosos…
En este concierto desafinado se hace patente el sentido común hegemónico, en que lo instrumental, las cosas, parecen ser más importantes que las personas, el vertiginoso avance científico   tecnológico obnubila  el atraso en  los derechos humanos, en las responsabilidades  humanas, en la conciencia y la práctica  ecológica, en la apertura a la trascendencia, en  el avance en el desarrollo personal y el cambio cultural.
El término perdón tiene alcances de uso diario   tan limitados  como el del retórico o cortés” perdón le puedo  preguntar algo” o el” disculpe” al empujar a alguien sin querer en el bus,  hasta el “perdón, no creía en  que venía una dictadura” o… “en la existencia de los desaparecidos.”
En este terreno complejo,  la superficialidad frecuentemente homenajea a la virtud y  el decir perdón se suele    confundir  con un  reconocimiento , exclusivo, de haber hecho una  error, una falta , sin implicar , sin conciencia, sin una  autocrítica  más abarcativa  al desarrollo  personal y  , o , al  nivel de profundidad  y de coherencia en la acción de  su   opción  ideológica, ética, espiritual…
Sí es  complejo  el ámbito , la densidad  de la vivencia y de la acción de  solicitar el perdón, no le va en menos el   de su polo complementario, el dar perdón. Eso hasta el extremo de las siempre presentes    demandas   abiertas  o subliminares  de pedir perdón  por  posibles demoras en    otorgar el perdían.
 En una consideración al tema del perdón desde  una perspectiva de desarrollo a escala humana,  no puede desatenderse  una   gran ausencia  en la cultura , en general, y en las conversaciones cotidianas sobre el perdó .  En  el furor  por el dinero,   por los espectáculos,  por las innovaciones  tecnilógicas,  pasa a muy  asegundo plano,  no está presente , la pregunta  por uno mismo,  por el otro significativo, por el otro en general, por  el  ser humano…
Las consideraciones sobre el  perdón como las  concer nientes  a la confianza , al amor, al propio yo,  fluyen  , espontáneas, con la libertad de un río caudaloso.  Sin embargo,  son términos  muy cercanos  que   tienen sentidos muy diversos.  Así, se dice yo aludiendo al misterioso    si mismo y al muy delimitable ego; el amor   apunta  al erotismo y a la vivencia de amor  universal, la confianza es básica , sobre  el ser,  o se refiere   a la eficiencia de un motor.
En una gran síntesis, puede presumirse  que, desde la escala  humana, desde llevar a la conciencia y la convivencia la dimensión antropológica  de la existencia ,cabe una integración  como el mantener un asumir y vivir el misterio del yo, una confianza básica en el ser,  una opción por el amor y la amistad y  vivir la contingencia con la lucidez necesaria para  aceptar, con resiliencia ,  las limitaciones humanas ,existenciales, socio culturales,  interpersonales, personales.
Es decir , con la perspectiva del amor y la  amistad,estar conciente  de los celos, de las pequeñeces,  del lado oscuro del ser  humano, de  las contradicciones e injusticias  de  las sociedades y como se expresan en  uno mismo y en los otros. Amor lúcido, y , para abreviar, confianza lúcida, lucidez en la   individualización y apertura a la diversidad-
Lucidez.  Claridad. Es decir, razón y sabiduría  acom- pañando, integrando,  las grandes  orientaciones  sobre sentido   de la existencia
¿Dónde se nos quedó el perdón?
Desde  una mirada a lo humano, a ser ….  seres vivos concientes, que necesitamos  hacernos cargo de nosotros mismos,el dar y el pedir perdón  implica reconocer nuestro  papel de colaboradores en la evolución, de partícipes en la tarea , en la utopía  concreta de  mejorar la vida. 
Hay un perdón externo, gárgaras de perdón, hay todas las distancia  imaginables hasta  la gran meta  del perdón lúcido, el aceptar que la vida humana es con  límites  biológica y existenciales, pero   que hay una tarea personal y colectiva,   que implica lucidez y resiliencia, confianza básica,  uno de amistad  hacia la vida,  y desarrollo de uno mismo…para superar  las injusticias y desigualdades y la  falta de armonía con  el resto del a vida y  con el planeta
Una tarea de perdonar las piedras en el camino  para  al integración  de la razón y los ideales, las corrientes espirituales y  los movimientos   culturales, sociales  y políticos, las prácticas y las orientaciones  ecológicas, lo ético y lo poético  …en la marcha  hacia la utopía concreta  de una mayor salud integral.

Hablamos del Perdón,  pero  hay muchas dimensiones del Perdón.  Existen muchas clase s de perdones.
Pensando en las alternativas  de quién  “da” el perdón, podemos hablar , muy en general de tres colores…
El perdón gris  frente a lo  banal, en que un “no importa”   está   impregnado de indiferencia, no está afectado,  no se  ha alterado
El pedón gris ante lo que realmente  importa , en que por temor, por cálculo,  por hipocresía ,  se expresa una aceptación de  las disculpas, sin ningún convencimiento   interior .
Existe el  perdón celeste , en que se ha  dado una reacción de  crítica  ética, pero ha surgido  un deseo de diálogo, un sopesar las cosas , un ponerse en el lugar del otro y   se acepta  una re conciliación. Un volver  al estado anterior
En otro nivel se da el perdón azul, en que  la persona ofendida ,  engañada ,  pone    el daño,  la ofensa la traición en el contexto  amplio de lo político, lo evolutivo, lo espiritual, en que el tema  no es la re concliación sino  el trascender , el  seguir  en la plena  militancia en la vida , con resiliencia ,a pesar de los obstáculos   de las iniquidades  que puedan existir en la coexistencia, en la marcha de la cotidianidad y de la historia. Es llegar  a sacarse el peso de encima…y seguir dando a la vida,, sin olvidarse  de las atrocidades que  puedan  haberle sucedido, integrándolas en  su visión de la vida   y   de su necesidad de transformación.
Se podría  hablar de un perdón lúcido, el perdón azul, el perdón a la escala humana
Nuestro objetivo  no es, por supuesto, dar clases sobre el perdón, tema  de opción  personal, ético,  político. Se trata de llamar la atención, precisamente, acerca de la necesidad de que no nos limitemos a pronunciarnos sobre   si en esa o aquella  instancia   se debe  dar o pedir perdón,   sino de   favorecer   conversaciones y reflexiones sobre  la naturaleza del perdón, asociadas, naturalmente, a la gran ausente en una cultura  cosista y ajena a   plantarse el terma del ser humano, con sus implicaciones en los derechos, necesidades, responsabilidades  capacidades  humanas, del desarrollo humano.
Simplificando hasta el extremo,  hablamos  del dar perdón, diferenciando entre el perdón  gris,  el celeste , el azul, en el entendido  que es sólo una invitación a pensar y sentir  sobre la naturaleza del perdón y  sus implicaciones  para el desarrollo humano.
De la misma manera, podemos hacer una  diferenciación muy simple del “pedir perdón”, a partir del gris, el celeste y el azul.
El gris es externo, de cortesía, de conveniencia, por temor. Como fruto de negociaciones, de fórmula. Una expresión exangüe . sin vida , sin consecuencias.
El celeste    traduce una conciencia  de una mal proceder. Hay una implicación, pero sin  que ello incluya una autocrítica y un ánimo de reparar lo hecho.
El azul, en mayor o menor  medida ,  está asociado al ponerse en el lugar del otro, al hacerse una autocrítica cabal, a la voluntad de contribuir a reparar lo hecho. En el azul se   asume  la necesidad de  hacerse cargo  en forma crítica del proyecto de vida, del desarrollo  personal, de la concepción de ser humano, junto con contribuir  a  reparar lo hecho
En el fondo del pedir   perdón azul está   un muy definido  “nunca más”  y un camino para que ello sea realidad.