sábado, 3 de febrero de 2018

El Arte de Vivir 60

El Arte de Vivir 60
La mirada a los ojos como fuente del arte de vivir  
A lo mejor he olvidado algo muy  importante. Son recuerdos  muy antiguos, Me lo contó  la nana de mi infancia, tal vez hace unos ochenta años. No lo puedo precisar. Ella lo escuchó, juventud  adentro,  en su Victoria natal, entonces   de calles de madera.
Peñi decía el amigo  del pueblo originario. Se la cambiaban por un hola, compañero, como  estás.  Seguía un trueque de palabras fluído, a veces muy lento, casi seco.
 Ella recordaba una conversación y no le ponía nombre. Se lo quise  preguntar, pero ella  ya no está. Se convirtió en noche.  Está este recuerdo. Deshilachado, vago, muy importante.
 Fíjese niño, mire bien, la vida es  azul .
Y a no sé  si lo soñé,
O ella lo dijo.
 Da igual. Si lo soñé es porque ella lo dijo, a su manera.
Fíjese niño, la vida  es azul, pero  con tanto ruído, tanto edifico, andando tan rápido…no vemos el Azul  En Victoria quedan viejos que ven el Azul…
 ¿Sabe, niño, por qué  ven el Azul?
No, yo no sé esas cosas…soy niño.
 Ya las va  a saber…
 Se ve el azul cuando  uno mira a los ojos, aunque  sea  a un malo, aunque se a  un loco. Uno lo mira a los ojos y ,después, va encontrando la vida. Se aclara la vida.  Aparecen los caminos.
¿Cómo va encontrando la vida?
Sí la vida  de verdad se escapa, se le pierde  el sabor. Mirando a los ojos a la personas …uno   va viendo, sintiendo los ojos de la vida.
¿Habrá sido así la conversación?
Siento que  ella me hablaba del arte  de vivir, mirar la vida a los ojos,  tratar de estar viendo el centro.
  El centro de la  vida,  otro, el centro  de uno.
Detrás de las nubes, siempre el azul.
¿El arte de vivir  es  ser lo más azul posible para encontrar, para saludar  todo el azul que uno puede alcanzar.?
Era alta la tarde, ya estaba azul y estaba llegando el negro. Me pareció escuchar de nuevo algo muy antiguo y cercano,  era una voz conocida, querida.
  Las calles  de Victoria  ya no son de madera,  en muchas ciudades ya no   se ve el azul, pero mirando a los ojos…vuelve el azul.
Mirar a los ojos, ver al otro, ver el ser, verse uno mismo…un arte.
Ahora lo llamamos el arte de vivir…y es , por cierto, plenamente  azul.