Multiversidad sin Fronteras 103
"Disoñando la Educación: caminos hacia la desescolarización y la
espiritualidad"
Santiago de Chile, 29 de noviembre de
2018
Algunos apuntes del conversatorio por Fernando Williams
Organizado por la Escuela de Educación Diferencial de la Universidad
Academia de Humanismo Cristiano; el Colegio Francisco Varela y Espacio
Dharmakaya.

Gracias a la generosidad y la amistad cultiva de
Luis Weinstein, nos pudimos encontrar junto a Carlos Calvo, Jorge Osorio y
Patricio Alarcón para conversar de educación y espiritualidad -ante padres,
madres, estudiantes, profesores- en el auditorio Paulo Freire de la Universidad
Academia de Humanismo Cristiano.
El debate o la discusión pedagógica como bien
afirma Jorge, no es una cuestión disciplinaria sino ética que plantea las bases
para proyectos educativos integradores de las diversas dimensiones del ser
humano, en este sentido, la condición esencial del debate pedagógico es
construir espacios para el diálogo y la participación, entendiendo la educación
como una "esfera pública".
Ahora bien, en una sociedad que se ha ido
construyendo desde el proyecto de la modernidad bajo el paradigma de la razón
–que separa, que reduce, que tecnifica-, es interesante el giro que realizó el
filósofo Heidegger de volver la mirada hacia lo poético –especialmente a través
del poeta Hölderlin-. Y desde la idea de la espiritualidad, de cómo los
educadores pueden entenderse como “espejos” que devuelven –o no- la mirada al
estudiante, una mirada que puede ser negadora o legitimadora, hace sentido el
poema de Enrique Lihn “La vejez de Narciso”:
“Me
miro en el espejo y no veo mi rostro.
He desaparecido: el espejo es mi rostro.
Me he desaparecido;
porque de tanto verme en este espejo roto
he perdido el sentido de mi rostro
o, de tanto contarlo, se me ha vuelto infinito
o la nada que en él, como en todas las cosas,
se ocultaba, lo oculta,
la nada que está en todo como el sol en la noche
y soy mi propia ausencia frente a un espejo roto”.
He desaparecido: el espejo es mi rostro.
Me he desaparecido;
porque de tanto verme en este espejo roto
he perdido el sentido de mi rostro
o, de tanto contarlo, se me ha vuelto infinito
o la nada que en él, como en todas las cosas,
se ocultaba, lo oculta,
la nada que está en todo como el sol en la noche
y soy mi propia ausencia frente a un espejo roto”.
……
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