martes, 31 de octubre de 2017

Publicaciones personales 16

Publicaciones Personales  16
El Conejo Rosado y la Coneja  Rosa(1)
Una saga de narraciones orales  y  de  cuentos incluído en diversos libros

I
La llegada del Conejo Rosado

El   crepúsculo extravertido en que un adolescente introvertido se  contactó con el conejo rosado-

Mi recuerdo  es frágil y se desvanece con facilidad.

Eran mis diez años. El crepusculo  tenía la palabra, cayó el libro  nerudiano que yo tomaba a esa horas y  se hicieron presentes unos recuerdos.

Fue inesperado , un rayo de un rosado elocuente y discreto se dirigió hacia mí.

Sin palabras, sólo con imágenes,  me hizo presente aquel momento  angustioso en que falleció mi conejo amarillo.
El querido amigo conejo que todas las mañana parecía abrazarme bajando la orejas  y golpeando las extremidades  superiores haciendo un discreto murmullo , al borde  de bromear imitando un aplauso  .

Poco antes,  habia desaperecido la coneja  negra y el amarilo-y yo también-quedamos muy mal, con altísima,  inefable, tristemia.

Así es ,le escuche decir, muy claro  a esa ramita rosa del crepúsculo. El conejo marillo te alcanzó una zanahoria radiante y ,djándote  destruído, se apartó de este mundo….
 Te ruego que no te sorprendas, él está bien. No  te quedes perplejo, se va  a comunicar  contigo dentro de un momento. Asume  el asombro : se relacionará contigo, será tu amigo  de aquí al resto de tu   vida. Será amigo de tus amigos .Prepárate para compartir  una  nueva dimensión  de la realidad  . Ten confianza  en el sentido último de todo.

En ese momento, alto, caminando  sobre sus extremidades posteriores , entró a mi  habitación y a mi vida  el Conejo Rosado. Sí,hablando un fluido castellno ,con sólo un leve    acento conejil, el que fuera mi conejo  amarillo, mi, luego , perdurable amigo, el Conejo Rosado.

Estamos en un cordón inalámbrico entre  varias realidades,dijo,   el Conejo Rosado,bajando las orejas, aplaudiendo y  riéndose con absoluta naturalidad .

Hola amigo ,le contesté . Mientras nos confundíamos en un estrcho abrazo,se oyeron unos pasos en el coredor.  El Conejo desapareció llevándose dos manos  a la boca que advertían sobre el carácter personal, confidencial, de nuestra relación.

Mi hermana entró a la habitación. Recogió el libro  y me preguntó  si  tenía presente algún personaje   para    contar unos cuentos , en un colegio que ella había formado con niños chicos.

Un mano invisible  me detuvo cuando estuve  a punto de exclamar, atónito,  “qué coincidencia”.