viernes, 4 de enero de 2013

Conversando desde la Amistad (51)


Conversando desde la Amistad(51)
El 2012 y el 2013
Cerramos lo ojos
Tenemos los labios juntos, la lengua apoyada sobre el  inferior-
Respiramos con la nariz. inspiramos lentamente . Subimos el aire . Sacamos abdomen.
Soltamos  muy de  a poco el aire y el abdomen.
Percibimos  en qué emoción estamos.
Vamos  sintiendo los mensajes de nuestro cuerpo:  tensiones, dolores, silencio…
Atendemos   a lo que oímos,  a los olores, a la sensación  térmica
Observamos nuestras imágenes, nuestros pensamientos.

Nos abrimos a otras posibles dimensiones de la realidad,  pueden pasar  cosas muy distintas a las habituales.

Empezamos a vernos en otro lugar.. Estamos en la cima de una montaña, frente al mar. A nuestro alrededor  hay unos grandes cactus, con forma de cirios, solemnes, ariscos. Abajo, en lontananza, el mar se expresa azul, pero no se le  escucha.
Una roca empieza a cambiar de forma; es algo silencios, armónico , como la obra e  algún  gran artista. De improviso, la roca se levanta ,salen  de ella  dos seres muy parecidos   entre sí, muy semejantes, también, a nosotras, nosotros .
Se presentan; yo soy tu 2012…yo soy tu dos mil trece.
Sentimos que estamos entregados a la experiencia.  Como en los  sueños.  No tenemos  la vivencía de extrañeza  Estamos integrados, viviendo como todos los días…
 Dice  el  2012 : “Queremos saber  qué  cambios  quieres  hacer en ti, en tu proyecto de vida, en tu desarrollo personal, en tus vínculos,  en  tu contribución a la sociedad. ..· “Sí , el 2012  le dará vueltas para ver qué me corresponde, conversaremos,” refuerza el 2013.
Los cactus  hacen , al unísono , un leve movimiento   implicando asentir. Por primer vez escuchamos    grande, llenadora, la voz del mar.
Lo  vemos claro : nos están llamando a pensar  sobre las enseñanzas del 2012 y  cómo  se podrían    peoyectar para  el 2013.
 Nos sentimos Invitados a hablar y lo hacemos… No sólo el 2012 y el 2013 parecen escucharnos. Sentimos atentos a los cactus. Adivinamos la escucha del mar , a su manera.
Esta vez es la piedra   por donde llegaron   los  dos años quien hizo  un ademán , como de advertencia. Los  dos años  nos miraron con simpatía y se acercaron a la piedra.
SIn saber , cómo, nos vimos a la orilla del mar,  recordando la experiencia, con un vivo deseo  de  compartirla con amigos .