Voces del Coraje de Ser (95)
Voces del Coraje de Ser 95)
D)
El cuarto integrante de la propuesta es la mirada grupo como tal: cuál es el
estado de «salud» del grupo, cómo puede seguir desarrollándose, qué
deficiencias existen. La evolución se centra en ver cuán nutricio es el grupo
para cada uno de los miembros, para sus áreas de influencia. ¿Se está creciendo
como grupo en términos de participación, de respeto a las diferencias de
apertura a las necesidades de formación, de ser factor favorecedor del cambio
cultural? La evaluación puede ser directa, escribiendo, grabando comentarios,
discutiendo. Es útil, también, cambiar de modo expresivo y utilizar el dibujo,
la dramatización o la expresión corporal. Lo importante es que el «medio» no
desdibuje el fondo, que se asegure que, en forma participativa, se ha hecho una
crítica de la marcha del grupo y se han hecho las reformulaciones
correspondientes de las directrices de trabajo.
E) La apertura a la
dimensión comunitaria: El punto de partida es que el grupo no sea autocentrado,
que sin perjuicio de mantener su cohesión, su continuidad, se abra a estar
presente en el entorno.
Dentro de la dimensión
comunitaria están desde la temática de las familias de los miembros, el ingreso
de nuevas personas, las posibles reuniones especiales abiertas a personas
afines, hasta las consideraciones sobre lo que está ocurriendo en el escenario
internacional. Lo que no debe perderse de vista es que el referente es la salud
integral, que cubre lo individual, los pequeñas y los grandes espacios. Entre
las consideraciones más importantes a tener en cuenta en esta apertura esta la
posible colaboración en los medios de comunicación, desde diarios murales y
boletines hasta los más masivos.
Otro aspecto
imprescindible es el de ocuparse de las redes, potenciales o actuales. A veces
se trata de la relación con otro grupo de origen común, escindido por razones
de exceso de miembros u otras. En otras ocasiones son nexos de grupos que
participan en un programa común como, también, la posibilidad de hacer redes de
relación con otros grupos, de características distintas, pero siempre
orientados al desarrollo humano y al cambio cultural.
Desde el marco de
referencia de la racionalidad integradora, visto en conjunto, el grupo hace una
mediación entre lo personal, individual, y lo comunitario, tendiente a lo
universal. Es una especie de estación intermedia que refuerza a cada miembro en
la silla tibia, la solidaridad y el estudio, esta consciente, productivo y
evaluativo sobre su propia identidad de grupo y su proyecto hacia lo universal,