domingo, 3 de marzo de 2013

Conversando desde la Amistad (108)


Conversando desde la Amistad(108)
Preguntas
¿Quién soy?

Iris Leal envía este texto, desde Pucón
QUIEN SOY

Abro los ojos en un día cualquiera, el primer día le llamaré, pues lo he tomado de esta mañana para darle una acogida distinta, distinguida. Entonces abro los ojos, me quedo mirando sin ver el mundo, aún traigo residuos de sueño, de pensamientos flotantes en realidades que solo se tocan con el cuerpo ligero. Estiro mis brazos y pongo tiesas mis piernas, como flechas que apuntan un un objetivo. Al levantarme todo mi yo se hace uno. ¿Me dispongo a sentir cada paso en textura, en aroma, en presagio? Va la rutina prendiéndose a este día, que es el primero, pues nada hay que pueda llevarme al ayer o pestañear y aparecer en el futuro sin haber transitado por hoy. Luego decido detenerme y observar. ¿Qué hay delante mío? ¿Qué es lo que me rodea? ¿Escucho vida por doquier? ¿Hay una voz consciente de sí misma en mi interior? Me siento y mis labios se posan sin tensión. Miro, miro con los párpados tranquilos. Cierro los ojos y todo desaparece y lo vuelvo a crear con algo que llamo imaginación y recuerdo. Dos sustancias vaporosas que tienen una fuerza al unirse que me sorprende. Sigo despierta  sin abrir los ojos y penetro en eso que veo dentro mío. Puedo incluso hacer del recuerdo una fantasía y viajar a lugares que voy creando a instantes. Presente, pasado, futuro tienen otra línea de tiempo, otro plano donde enredarse. Abro los ojos y lo que había dejado persiste, aunque si miro detalladamente veo cambios finos, sutiles.
Me llaman para mis servicios y comienzo en parte aprendido, en parte espontáneo el levantar a Irmita. Van todos los quehaceres llevándome en esto que llamo mi vida. Ahora que lo escribo logro sentir algo de lo que soy. ¿Quién soy? Soy cada cosa que me sucede en cada momento y cada nuevo impulso que nace o se renueva desde mi cuerpo, este que me deja escribir, leer, oler, sentir, pensar, todo. ¿Quién soy? El espejo me podría dar pistas, pero su reflejo es distinto al lado en que yo toco realmente. La historia me ayuda a descifrarme como hombre. Mi biografía como mujer con nombre. Mi entorno y mis relaciones como guía en la tierra y mis decisiones como objetivos de algo que traigo íntimamente en el pecho. La poesía aflora, aflora cuando se dejan las resistencias y se comprende de la entrega. Sabiendo que su quemadura dolerá. ¿Quién soy yo para negarme a mí misma alegría o dolor? Desde este espacio tangible con el latido escucho y las letras comienzan a dar forma...

“Soy como la madreselva que perfuma la mañana y canta en pétalos su levantar de enredadera.
Soy como la noche que esconde la luz y sin embargo sobre ella se entregan astros que solo la visión y el pálpito pueden alcanzar iluminados.
Soy el vuelo de la mariposa que tan suave posó sobre la rosa silvestre su vida, acariciadora de aire.
Soy la tierra granulada del desierto llamando al rocío con su polvorienta voz.
Soy el lago en todas sus formidables olas, en las que rozan el cielo y las que reflejan lo eterno.
Soy en los ojos del otro la que toma su propia mano hasta que secando la lágrima puede por fin ver y dejar la narcisa forma romperse, por amor.
Soy el ángel que desciende en cada crepúsculo y recoge de mi corazón lo que puedo y le beso siempre en su mejilla azul y la harina de lo que llamo cariño le hace sonreír y es su alegría miel de sabores intensos y maravillosos. Canta y toca sus cuerdas de fuego dorado.
Soy incluso cuando el sufrimiento expande su manto y la esperanza debilita lo que creo ver. Soy ese día opresivo y doloroso, lo soy.
Soy entera mundo y persona, ser. 
Hoy soy un pedazo de lo que creo dentro de la imaginación, un pedazo consciente que habita la tierra, un pedazo vivo que necesita del otro para completar el misterio del amor y tocar el milagro de la vida.
¿Quién soy? Somos, somos un camino humilde hacia el conocimiento que aprende lentamente a perdonar y a tomar la mano del otro en paz.

Iris Leal