jueves, 28 de abril de 2016

La Sombra 5

La Sombra 5

Las grandes sombras  del sentido común  en el paradigma cultural básico actual

El narcisimo
El  narcismo colectivo
El  narcisismo familiar

Es prevalente, y se ha instalado en el sentido  común,  sin que lo tengmos prsente   , en sombra , el como  nos concentramos en nosotros mismos y nos idealizamos, no viendo a los otros más que en función nuestra .
Como somos  narcisos , enamorados de nosotros mismos.

El narcismo desborda nuestrta  individualidad.Existe un enorme narcismo colectivo.  Se lo llama  antropocentrismo, etnocentrismo, nacionalismo, narcismo  de géneo,  de doctrina, de grupo.
Posiblemente ,los más negados  son los dos extremos, en cuanto a extensión  , el antropocentrismo y el narcismo de familia.

Empezamos con unas líneas sobre el narcisismo de familia,una forma de narcisismo colectivo.

Oculto bajo la donble cortina  de la importancia de la familiay de la gravedad de sus  conflictos y carrencias, la sombra envuelve a las discapacidades  de ve r los límites , la tendencia    a las fusiones, las contaminacione entre los egos  individuales  y la imagen de la familia, el transitivismo invasor  de unos con otros.

No es raro   el narcisismo de la familia.: “en mi familia no hay ninguna grieta ,  desierto, juegos fatuos...es increíble”.
Ejemplo esta familia  qe frecuenta  el mirarse a sí misma  como una  deidad  y que  hizo alarmarse a  Narciso, ya  convertido en  flor.

NARCISO EN FAMILIA O MIRANDOSE EN
AGUA PURA

       El grupo se acercó al espejo de marcos dorados y, sin tardanza, se percibió hermoso, edificante, ganador, poderoso.

       Padre, madre e hijos se titularon grupo de nexos maravillosos, familia con brillo casi extrasensorial, geografía de privilegiada virginidad, intuición colmada, construcción luminosa.

       Complacidos, siguieron buscando esa imagen tan grata en las voces de los otros. Pusieron cuidadosa cañas en los alrededores, en los rincones alejados, en la mar gruesa. Los otros y las voces, como un eco del espejo dorado, repetían, incólumes: padres e hijos edificantes, ganadores, poderosos, hermosos.

       Si se reunían entre ellos, como un surtidor elocuente brotaba, redondo, impertérrito, grato, el mismo consenso.

Cuando estaban solos, cada uno se volvía espejo y se confirmaba, certero, el juicio general: grupo inédito en lo poderoso, hermoso, edificante, ganador.

Sucedió lo imprevisto. Cierta vez les correspondió pasar por el estero. Agua. Una modesta corriente de agua, bien conocida por su franqueza a toda prueba.

Esperaban observar el retrato dorado, el de los otros, el de ellos mismos, el del espejo espléndido.

Les hará bien evaluar lo que el agua mostraba, sencilla, sin aspavientos. Cambio notable. El reflejo era claro; estaban, nítidos, la madre, el padre, las hijos, pero el grupo no existía. Entre uno y otro, sólo había desnudo.