sábado, 30 de julio de 2016

Egoemia 6

Egoemia 6
En  la Fábula del huevo de Oro  la alta egoemia  se  expresa como avaricia  y poder, el 5 del Eneagrama es un modo  de fijación del yo en que el centro gestáltico es la avaricia Otro ángulo de miras es el de la mitología.  En ese contexto, al enfocarse el tema del ego,  a la luz de la  ecología del yo,  un gema central es el de la frivolidad, an importante en nuetros tiempos. Allí es paradigmático el tema  de Midas, el de la adicción al oro. Ponemos  al respecto  una nota compartida  hace 4 años.


Midas.
No podemos apartarnos de las granda  tareas del desarrollo humano, de integrar  nuestra pertenencia al mundo, a la vida, a los humanos; de hacernos cargo de   nuestro crecimiento como persona vínculo o colectivo; de asumir nuestra condición de  seres  finitos, transformadores de la superficie del planeta, pero sujetos al misterio.
Nos apartamos, no asumimos esas tareas, por miedo, por   búsquedas de poder,  por  el apremio por satisfacer  deseos en forma inmediatas,  sin  sentido de proyecto.
Todo ello cabe en la superficialidad , tan propia de nuestra cultura, de la mayor parte de los medios de comunicación masivos movidos por fines de lucro.
Es la frivolidad, cuya  metáfora ha sido  la seducción por el oro, con su expresión masiva, actual  en la imagen del “poderoso caballero  Don Dinero” .
El rey Midas, el del “toque de  Midas” que convierte  lo que contacta en oro,  nos da  un conducto para  otra  metodología complementaria  del bipir (breve imaginería  poética intuitiva reflexiva),es el  imc( Intervención de mitos clásicos
Es un  jardín de rosas
Por  allí se pasea un rey No presta mucha atención a las rosas. Está pensando en una anécdota   que le contaron sobre su niñez. Era de noche. El  estaba profundamente dormido. Se le acercó una larga fila de hormigas.  Todas llevaban sobre si un reluciente  grano de trigo. Los  padres estaban atónitos . Una hormiga grande se   aproximó a la madre ,bajó su grano de trigo y lo lanzó  hacia ella. La madre lo tomó y sintió  que en ese momento el cereal se transformaba  en una pequeña monedita de oro.  Fue tal su exclamación  de sorpresa  que llegaron no sólo   sus sirvientes  ,  sino, presurosos , varios vecinos.
Todos fueron  testigos de como las hormigas depositaban el grano de trigo en  la mesa contigua   a la  cama de Midas y , luego,  presenciaron, o creyeron ver, que la monede se iba rodando  a reunirse sobre la mesa, con los granos
El padre dispuso dejar todo  sin mover hasta la mañana siguiente.
Al primer ademán del  alba ,ya estaban todos rodeando la mesa. Midas  seguía durmiendo.  En la mesa no  había una sola hormiga , ni un   grano de trigo, ni  asomo de  la moneda de oro.
En la  mano del  niño, en vez del chupete, vieron  un grano de trigo del color del  oro, grande,   que parecía lingote.
Midas recordaba el relato. No dejó de pensar en ello cuando  dos de sus sirvientes le trajeron, amarrado con ramas de rosas, a un anciano, visiblemente muy bebido.
Midas lo reconoció.Era Sileno, el padre adoptivo, preceptor y compañero de andanzas del dios Dionisos(Baco).
Midas  lo hizo liberar ,muy gentil, y  ofreció a su visitante un vaso de agua . Sileno le dió  una mirada suplicante…  Mida   sugirió  llevarle  a un río cercano  para que se despejara  un poco y …. postergara  el vaso de vino.
Sileno , expansivo, entretenido  estuvo  cinco días  conversando y reanimándose, Midas, extasiado, le escuchaba  hablar sobre  la India, sobre bacanales,  sobre  la Atlántida .   Entremedio, le consultó sobre  el episodio de los granos de trigo.  Ya sabes lo que le puedes pedir a Dionisos , fue la  respuesta de Sileno.
Efectivamente,  Midas y Sileno fueron a ver a Dionisos quien  estaba preocupado por la ausencia de su  antiguo maestro.
Dionsos, emocionado  por la acogida dada a su  amigo , le ofreció a  Midas que le  pidiera  lo que   él quisiera.
Midas  no tuvo dudas. Anhelaba hacer realidad  el episodio de su niñez, deseba, necesitaba,  que todo lo que tocara se convirtiera en oro.
Con cierta disimulada sorna, Dionisos aceptó el pedido.  Midas  partió a su palacio . No bien cruzó la puerta del jardín, abrazó  un árbol y no cupo en sí de gozo al  ver como se convertía en  oro.
 Para  salir de cualquiera duda, hizo lo propio con una roca y  volvió a producirse el milagro.
 Entonces, muy excitado, entró al palacio y pidió  una  rica  comida de celebración. No pudo  soportar lo que ocurrió:  sus deliciosos manjares se vieron  transformados en objetos de oro .Llegó su   familia y, sobrecogidos de terror se mantuvieron a distancia, Partió a buscar   a   una hija  que todavía   no  había llegado  y ,para su espanto  total, al abrazarla, ella  , también, tomó la condición de objeto de oro, de hija de oro,
Desesperado, imploró la ayuda de Dionisio, quien , clarividente , ya estaba a la expectativa.
Le   aconsejó a  Midas que se fuera a bañar al río Pactolo. Allí se dirigió el rey, angustiadísimo.  Se acabó   su  don de convertir todo en  oro, su hijas re cuperó su humanidad y el río  Pactolo empezó  a tener  arenas     auríferas.
 Y sigue en eso.
Sileno cobró su vaso de vino.
Dionisos  trajo a Apolo a conversar, a guiar a Midas. Según algunos  rumores, fue por eso, por lo de la frivolidad de Midas  y de su  toque de oro, que  Apolo   intentó   educar  a Midas   haciendo que  le crecieran orejas de burro.
Esa es otra historia .  Lo que  queremos decir , a propósito de la frivolidad  y de cualquier tema de desarrollo humano, es que  en el 2016, y en cualquier  tiempo, puede   ser un  buen aporte  el recordar los mitos , intervenirlos e integrarlos.