sábado, 23 de abril de 2016

Prólogo libro Entre Preguntas, propuestas y regalos

Prólogo al libro Desde Preguntas, propuestas y regalos.
Segunda parte

Catherine Fieldhouse

Silvia Alarcón, mi madre, escribió de Luis:
Arquitecto de sueños.
Percibe el misterio,
lo fragmenta en palabras,
murmullo infinito de sabia en espera...
                                              

Sí. Percibes el misterio y lo muestras con la exquisita trama de palabras, imágenes y emociones, que urdes en “Mala Pesca”. Brindándonos el senti- do que cada uno se da, a la motivación de sus pasos. Y qué natural magia resumida en la verdad de “Qué cerca estamos siempre de lo extraño y qué raro es encontrarlo”. Es prosa poética. Va una sonrisa especial.
Y en “Vivir los colores”, ¿Que el negro sea, el derecho absoluto a la dife- rencia?
Avanzando unas hojas más, en tu poema “La pregunta es libertad” se aclara lo ya intuido. Que “Cuando nace tu certeza te ciega su luz”. No, a las res- puestas absolutistas, a las recetas cerradas, los protocolos y las miradas de quienes dicen tener las respuestas. Sí a la duda, la opinión, el escucharse y compartir trozos de verdades...
El regalo que nos das en “Manifiesto para radicalizar los regalos”, es un re- galo de verdad: Espacios de encuentro. Por lo tanto: A hacerlos. Ahí está el futuro, lleno de días sin estrenar, para realizarlos. Y va otra sonrisa.
En tu poema “Para encontrar el encuentro”, nos hablas de “Ese aprender a nadar en el miedo, ese llegar a la costa del otro, en la certeza de que la pro- piedad no existe” y “Es un germinar de banderas más allá de las formas, con todos los colores y todos los misterios”, es un “Encuentro con las utopías” en búsqueda permanente, dando sentido y haciendo caballeros, como lo haría Dulcinea en “Dulcinea, Don Quijote y Sancho” donde ella dice: si los caballeros no existen, hay que formarlos.
Qué absurdo habría sido todo si el hombre no se hubiera inventado a sí mismo...
Sobre la locura dice: “Hay tanto para hablar, gordo, sobre ese desequilibrio resbaloso del aceptar la realidad”.
Y es increíble el poema “Caminos de fuga”. Al principio lo encontré difícil. No lo entendía. No podía viajar en él, pero al final, bueno también lo encon- tré difícil, aunque ya creo que lo entendí más, al llenarme de emociones... Cómo podemos ser tan mensos y estar inmersos en tal confusión. Y es eter- na y generalizada e imposible de sacudirse de ella. Cada párrafo me habla de un autoengaño, de un error radical y perpetuo ... y son tantos...
Como: “Con lamentable olvido de su condición de huésped, criticó torpe- mente la vida de la tierra”.
¿Decidimos matar a las avispas porque no nos dan miel? ¿Y nos auto pro- clamamos los que deciden quien vive y quien muere, siendo huésped igual que ellos? Ya sospechaba algo en este asunto...
Con tu radical texto de “El paso al homo sapiens”, nos presentas que se trata de una crisis que apunta a una promesa no cumplida, a una denomi- nación prematura. Y seríamos aún homo habilis. El sapiens sería sabiduría enlazada en su quehacer.
Y así, estamos más abocados en el hacer que en el ser, con una comuni-
                                              

cación sin profundidad, siendo un engranaje hábil, un técnico aún de la ciencia y dejando roma cualquier interpelación desde la ética, desde la bús- queda de sentido.
¿El Homo Sapiens? Como dijo Gandhi respecto a la “civilización occidental”, “es una buena idea, ojalá que se lleve a cabo”.
Y nos das la clave. El paso real al homo sapiens no es un camino de meros quehaceres, no es llegar a más economía o más técnica. Al contrario, inclu- ye un dejar de hacer. Tener tiempo para sorprenderse.
Si nos abrimos al asombro, emergen las preguntas trascendentes.
Como homo habilis nos contestamos las preguntas con dogmas y funda- mentalísimos, nos amortajamos y nos dejamos de preguntar, en la búsque- da de alivio para la angustia que las pregunta nos despertaban. Tendríamos siempre que pensar que las mejores respuestas son las res- puestas parciales, para no cerrar la pregunta, para no dejar de interrogar- nos, para no dejar de asombrarnos.
Y nos cuentas, que el segundo presunto satisfactor, es la negación lisa y lla- na del ámbito de lo “extraño”. Todo es familiar, es físico, no existe la metafí- sica. De allí el pan-pragmatismo. Es la frivolidad, aquí y ahora, en el espesor del consumismo. Ante la pregunta hay una expresión cultural dominante que reprime, suave y eficazmente: “son tonteras... pensemos en otra cosa, entretengámonos... hagamos cosas útiles, ten fe...
Luis, nos amplias la visión al mostrarnos el tema en la necesidad del cam- bio de conciencia acercándolo al debate político. Nos refieres que desde el neoliberalismo la propuesta es coherente: eficiencia, agresividad y compe- tencia. Por omisión, pero no por ello menos importante, capacidad de ser habilis integral, en la manipulación, en la falta ética bien oculta, en el no ceder a los impulsos humanitarios, solidarios, estéticos, ecológicos, si no van encaminados a tener ventajas, a ganar en poder.
Y no pensamos. Usamos la racionalidad para justificarnos. ¡Qué increíble! ¡No pensamos realmente! Sólo absorbemos pasivos lo que nos entrega la sociedad en la que estamos inmersos.
La ética pasa por el reconocimiento del otro como un igual–diferente. So- mos compañeros existenciales. Partes del ser. Lo que le pasa al otro me afecta a mí.
Y el asunto al final, se trata de ir consiguiendo una unidad en la diversidad de todos los que anhelan alcanzar el homo sapiens,
Les adelanto, a los lectores, que Luis nos aclara que aquí no se trata de nombrar un guía, un gurú o a nadie. Que éste es un proceso de cambio al interior de cada conciencia ¿He entendido bien Luis? de cada proceso de socialización, de cada mensaje en el aula o en el internet, en la poesía y la filosofía, el amor, la amistad y la solidaridad. Y hay un arduo trabajo en liberarse de certezas, hábitos y defensas.
                                               

En el asombro nos abrimos, nos interesamos, somos parte, nos nutrimos, nos involucramos.
Y vamos viendo que lo confuso es imprescindible en todo período de “incu- bación” de cualquier acto creativo.
Buscaríamos la tolerancia a la contradicción, a la ambigüedad. Buscaríamos la tolerancia de la incubación del acto creativo.
Con esta tolerancia se va constituyendo, también, en un sentido inverso, espacios facilitadores para el asombro básico.
Y les cuento a los lectores, que Luis es también un formador de guías poé- ticos. En una labor de enseñar a apoyar la promoción humana. Con respeto por la subjetividad, la emoción profunda e individualidad del otro, dando así el espacio y la oportunidad de facilitar procesos de desarrollo.
Nos regalas en tu “Estudiar y seguir siendo persona”, que escribiste para alumnos de medicina, la certeza de que no alcanza la vida ni para lo uno, ni para lo otro. Nos cuentas que la palabra “y”, aproxima y separa, individua- liza en una relación. ¿Cómo estudiar y seguir desarrollándose en la esencia humana?. Hipócrates dice “el arte es largo, la vida es breve”,
En la actualidad, ante la dramática explosión de conocimientos, el aprender es inacabable y no es una herejía pedir que el estudio especializado no sa- ture nuestra vida excesivamente breve. En nuestro proyecto de estudio no puede quedar fuera lo que somos, nuestra persona.
Nuestro vínculo entrañable con la carrera no nos puede dejar perder el hilo de nuestra relación total con la vida. En lo específico, no podemos olvidar que la tarea de salud, ingente, hermosa, noble, también tiene enferme- dades. No es sólo servicio. No es sólo misión. Existe la corrupción, el mer- cantilismo, hay juegos de poder, se da la instrumentalización del quehacer médico, en todos sus planos, para una función inadvertida de toilette hi- giénico que toma, por ejemplo, la úlcera gastro-duodenal o la hipertensión bajo el ángulo bío-médico exclusivo, dejando fuera del sentido crítico, de la apreciación causal, la competencia, la banalidad, la explotación, la cultura del sistema.
Complementando esto, nos dices en “El regalo del ser” que en el laberinto entre el nacer y el morir, no alcanzamos a conocerlo. El ser es un regalo que no terminamos de abrir.
En tu “Colores de poesía” nos aclaras que es tan absurdo querer limitar la poesía como ingenuo es tomar la muerte en forma textual. Y nos mues- tras cómo el Sin Colores, erudito y de currículum impresionante, diseca y publica sobre la poesía antes que otros y firma con su nombre añadiendo porcentajes y anunciando la relación entre poesía y vaguedad...
Y para los lectores, les cuento que en “Testamento”, Luis nos entrega la madre de todos los asombros. El milagro.
Y siempre somos milagro y caminamos por el milagro. Lo hemos olvidado
                                               
Y con todo, nos cuentas que la amistad, siendo esencial para nuestro de- sarrollo, alcanza el fulgor del descubrimiento mágico. En la amistad nos abrimos a una actitud positiva, de acercamiento, de afecto, de compartir, de converger, de cuidado y ayuda mutua, de promoción humana. Con la Amistosofía, le sumas la sabiduría a la amistad, ampliándose el desarrollo personal, el desarrollo de la conciencia, de las aproximaciones a la felicidad, que nos ampliaría la visión de la mejor convivencia, y el cómo enfrentar las crisis particulares y la actual crisis de la civilización.
En esa vivencia se integra nuestra condición de ser finitos. Finitos con nos- talgia de infinito. Y en este viaje por la vida, que compartimos torpemente, nos damos cuenta que somos a la vez individuos y parte única de todo lo demás. Un engranaje único y perfecto del todo universal, en conjunción con el resto. Y si estamos hechos de polvo de estrellas y sintiéndonos ya parte de todo, de pura cercanía, nos dice Lucho, que podemos anticipar la humanización de las estrellas...
Catherine Fieldhouse