sábado, 8 de junio de 2013

Conversando desde la Amistad (204)


Conversando desde la Amistad (204)
 Leyendas chilenas
Una batalla  permanente entre las olas
Es entre  Concón y Quinteros
A muchos años de la revolución del  91 y el suicidio de Balmaceda , ya no se oye cantar  a la juventud:
Estaba Balmaceda, tomándose el chocolate
Y vinieron a avisarle que ya empezaba el combate

Iguar, iguar, iguar
              Triunfó la oposición

            Qué viva  Balmaceda
            abajo el tonto barbón
            de Jorge Montt

     Sin embargo, todavía hay  pescadores   que  ven , entre las olas , preferentemente  donde ellas revientan ,  una de las  batallas de esa cruenta guerra civil.
  
   Lo  había dicho Baudelaire, El mar es nuestro espejo. El mar puede relejar  el amor y, también , la guerra.

Según refieren   los pescadores de esa zona de la costa , sucede, incluso,  algo más sorprendente;  en  ese àmbito del mismísimo Pacífico  emerge  , de  vez en cuando,  toda una  ciudad, una ciudad encantada.

DIce Sergio, lúcido artesano de Isla  Negra, que la pesca es una meditación. La batalla encantada  y la ciudad nacida de las aguas   llevan a concluir que el pescar  también  puede  nutrir   imaginerías.