miércoles, 11 de septiembre de 2013

Conversando desde la Amistad (297)


Conversando desde la amistad (297)
Abriendo Caminos

“Exijo una explicación

            De Enrique Jenkin
En estos días en que el pasado se hace presente, el dolor  sube a la conciencia, crece la vivencia  de algo no resuelto, un duelo  no resuelto  por la muerte  o la destrucción de muchas personas, la ruptura de proyectos, la muerte o  la invalidez de  un sueño colectivo,   Enrique Jenkin reedita un testimonio  sentipensante  sobre la experiencia  de cuarenta años  de  un ser humano que  fue víctima  muy objetiva y muy  subjetiva , víctima de la  tortura  y de la deslealtad, de un  tremendo golpe traumático al proyecto de vida y trabajo.
 Es un testigo   directo, un observador participante,  una víctima que no se identifica con el papel de tal, ni con su aparente opuesto, el rol de héroe. Un   ser humano que busca dar  a conocer lo que lo ocurrió ,  sin máscaras , sin  acicalar .  Un autor que, con  mucha valentía ,  comunica una  gran pregunta , una gran   demanda de respuesta ,  por qué  le ocurrió lo que le ocurrió. Buen comunicador, sabe que esa pregunta tiene un eco universal Tema personal profundo, es tema universal . La individuación se encuentra con  la participación. La unidad con la diversidad.
Enrique Jenkin es un médico consecuente. No pregunta  por  el terreno ya labrado del por qué  del golpe , por la dictadura, área  de un dominio general.  Lo que  lleva a cabo  es un aporte directo, su testimonio, en que   hay experiencias básicas  que decir, que expresar,  que dialogar,  cuarenta años después… Comparte eso básico, fundante    que constituye la esencia de lo humano, el preguntar  bien integrado  en un testimonio de experiencias tan duras como desconcertantes. Por ello, con toda razón , exige una explicación
  Su caso es singular. No se da la coincidencia entre lo que  él  efectivamente llevó a cabo en la Unidad  Popular  y la inquina  y crueldad con que  se le trató en la dictadura.   Lo que le aconteció no concuerda  con  su disposición de servicio ante los requerimientos médicos de cualquier ser  humano , incluso de miembros de las fuerzas armadas, del partido de sus torturadores.  Ello  no sólo no guarda ninguna relación con su condición de  persona muy honesta y muy solidaria, que tiende a esperar la misma disposición de los demás. Es  que él no sólo  no participaba en nada de los que estaba en la fantasía  y la retórica militar, como los hospitales clandestinos, sino que  siempre  entregó sus servicios médicos  a quien los solicitara,  sin  prejuicios.
Enrique Jenkin, joven octogenario,  se constituye  empieza por muchos lados,  muchos más que la mayoría de  nosotros.
Deportista y trabajólico, gozador, lúdico de trato amigable y  muy responsable ,  de infinidad de amigos y de relaciones profundas  y cuidadas,  cirujano, preeminente  traumatólogo y ávido lector de todo, inquieto, universal,  profesional  de gran capacidad y  excelente organizador,  actor de teatro,  trabajador circense ,
escritor tardío y escritor de oficio-
Con ese perfil multidimensional, no es raro que su  primer  libro sea , a la vez , parte de una autobiografía cuyas otras partes nos las debe, un ensayo ,una crónica,  por ratos  regalos de poesía entre narraciones, entre  acotadas notas humoristas, entre expresiones  desenfadadas que abren  puertas  hacia  un anti ensayo.
Este médico cirujano de amplio y bien merecido renombre  dentro y fuera de nuestras fronteras, reúne  lo concreto ,  expedito, funcional, del especialista,  con  la apertura ,la sensibilidad,  la solidaridad, la lealtad  del humano bien humano.
Es natural, entonces, que exija una explicación.  En realidad ,varias explicaciones . Hay un vivo contraste entre su mundo  tan democrático, tan puesto en el servicio, tan  bien  acompañado por una práctica que rebosa vocación y capacidad …y  la brutalidad de un régimen dictatorial que, además de los asesinatos y las torturas, favorece la emergencia  de las más deleznables  deslealtades.
Somos nosotros y nuestro mundo.  Enrique y el mundo de Enrique son mundos , son dimensiones de  existencia, donde prima una buena voluntad, el compromiso,  el comunicar , el confiar, la lealtad, la apertu ra al servicio,  junto a la   alegría de vivir,  de compartir.
 Este libro  lo da  a  entender, lo dice con soltura, lo dice bien, pero parece que  no lo dice todo, o que se contiene,  que no acepta quebrarse,,,Grandes `presuntos amigos le han vuelto la espalda, no han sido leales, no han correspondido a ese   pacto íntimo  de vida , esa alianza muy profunda de tú a tú al borde  de lo sagrado ,que  no necesita explicitarse. No han sido fieles con la amistad.

Hay algo que  ya es  inexplicable. Que parece per tenecer a una realidad de otro mundo Su tío, que  lo condujo a la medicina, su verdadero padre,  era tan leal  con la dictadura  que no le creyó su  testimonio de  la  realidad, de lo que había sufrido en las prisiones y en el campo de concentración. De lo que estaba pasando en el país.
 Jenkin, alias el pelao. es  un autor muy auténtico, no hace ningún esfuerzo por   parecer   un santo un héror o un genio, pero, es natural, no es totalmente explícito , es sobrio, es pudoroso, es vital,  cuenta sus decepciones, pero se transluce   más dolor del  expresado por el médico de excelente salud espiritual ,al reclamar entender, comprender, deslealtades que iban más allá de un  miedo. Que, en ocasiones,  implicaban una verdadera   traición..
Enrique se pregunta con más detención ,  uniendo  lo reflexivo  a lo emotivo, por qué él fue  tan vejado y tan salvajemente  torturado, Es como si hubiese visto una patología  dentro de la patología que es la dictadura. E s percibir que lo que le hicieron no  correspondía  a la  misma lógica de los militares que hacen brutalidades con una finalidad,  para  ganar el poder, para   triunfar   en una guerra.
 No era  militante partidario, aunque fue  desde siempre ,biológicamente,  de izquierda, Era médico de Salvador Allende, atendía  a muchas personas importantes,  no por  tener peso polítioa, menos militar, sino por  ser  buen médico, en toda la extensión de la palabra.
 Exige una explicación . Es un testimonio de desarrollo psicológico y ético, asume  con transparencia esa inquietud.Le da más aparente  importancia a esta dolencia ét ica   que el haber recibido electricidad en el ano y los genitales.
Tal vez , por humildad, no le dio vuelta a un posible camino de  explicación racional aunque en las dictaduras  y en  todas partes, no todo es racional En la lógica militar  se puede haber  atendido el hecho de que Enrique Jenkin  tiene magnetismo, hace muchos  vínculos  , podía  ser un  símbolo, incluso un lider de la resistencia. Por otro lado,  el daño arbitrario  que se le hiciers  podía influir en   llevar a otros , a muchos otros, al terror, a la inactividad
 Como corrientes  subterráneas pero con vasos comunicantes  con el título,  con el “exijo una explicación,” con lo sorpresivo, inexplicable, con la exigencia de esclarecimiento, hay otras áreas temáticas  junto  a la decepción por las deslealtades,  junto   al desconcierto   por  la falta absoluta  de sentido  de por qué  a él  se le vejó  y torturó en la forma como se llevó a  cabo.
 Hay  tres temas que , con humor Jenkin  podría incluirles en sus  “secuelas” .  Son su interés por la literatura, su atención  a  las sincronías , su inquietud por  barruntar cierto senido   una coherencia en   algunos de los partidarios de la tiranía.
Claro  aquí  no está exigiendo , pide. Mas bien pide, se pide a  si mismo , una explicación
  Enrique Jenkin   se vino a vivir a Isla Negra, trás la prisión,  el exilio, lo que Benedetti llama el incilio, el vivir  en Santiago durante  varios años de la transición.
Empieza   una cotidianidad  con más atención a lo que lo rodea,  a caminar  saboreando  las circunstancias, la ola, la planta,el mar, el cielo,  el aire…
Siempre fue un biulímico y omnívoro  lector. Ahora lo acompaña  con seguir  cursos de literatura y con   escribir.  El hombre amistoso quiere dejar testimonios.
 Este libro está lleno de mensajes  agradeciendo  y también denunciando. Es un testimonio que refleja sus percepciones, que   hace todo lo  posible por integrar  también las emociones. Se lo siente muy  vital, muy sociable, muy amistoso. El libro tiene esa ecuación difícilmente encontrable  entre    buen pulso, comunicante, fluido, dando cuenta  liviana  de rutinas , intercalando sin vanidad observaciones  sutiles en que se transluce  una gran cultura  general que no obsta  para  que  emerja el garabato, cuando ello    se lo merece.

 Llama la atención en este médico amante de su especialidad, la traumatología, maestro en la subespecialidad de la mano  llena de requerimientos  de precisión,  operativos , técnicos,  como fue reparando en  algo  tan aparentemente distante como el de la consideración de las sincronías las coincidencias significativas .
 Le han  sucedido  varias coincidencias bien notables, que narra  en este libro,  que     bien pudiera haber tenido una especie  de centro gestáltico absoluto   en la violencia,  el  miedo.,  el dolor afectivo, con su epicentro en la tortura.
  Se nota   su creciente interés por el terma. Copiamos la  sincronía que nos parece  más   destacada, más asombrosa, más compleja.
“ … Más atrás,  a ambos lados  las letrinas, sendas cana- letas de cemento de unos  quince metros de largo y cuarenta centímetros de alto, en forma de v, por donde corría agua permanentemente arrastrando las orinas y la mierda. Todo al descubierto ,sin privacidad alguna, defecábamos uno al lado de otro, en forma  sumamente democrática……  fue rápidamente bautizado como “El Ponedero”……
Qué imaginar papel  higiénico, con un poco de suerte se podía encontrar un pedacito de diario.
 Un día de tantos, estando en tan incómoda y poco privada posición, mi vista  se clavó en un  trozo de papel blanco amarillento, apergaminado, de unos  quince  por cuatro centímetros ,forma irregular, como esos mapas del tesoro de nuestra niñez Con la punta del pie, desconfiado, tímidamente, lo empujé y luego  lo voltié¡Aleluya:estaba sin usar!
Lo tomé con curiosidad Como siempre y como muchos, tenía la vieja costumbre  de leer en el excusado, ahora no iba a ser distinto el ocio me hizo leer..
 En Antofagasta a  fecha…
,,,, se suscribe…
entre don
…Félix Piñeiro
y …Don  Samuel Jenkin…
…La compra  de la mina..
…en la suma de $…
 No,! ¡No podía ser! En Chile  había una sola persona con ese nombre y ese apellido: Samuel Jenkin y ese era mi abuelo, minero de toda la vida,  pero  en Copiapó, a 1500 kilómetros de distancia ¿Cómo podía explicarse la presencia de este papel acá?
¡Qué cosa más  insólita!
 ¡Qué cosa más increíble!
Juro por los huesos de  todos mis muertos que no estaba lo suficientemente loco y que, como diría la abuela, era la pura y santa verdad.
¿Cómo  vino a dar este papel a la abandonada salitrera? Misterios insondables del   Arcano
Entre cambios de  casas, allanamientos, traslados y viajes, pedí el inverosímil e histórico documento .”
 De improviso, en medio de la ignominia del Ponedero,   un hecho que parece  no poder responder a  las coordenadas del sentido común , de la lógica  aristotélica, del orden causal, sorprende a una persona  en una situación contingente muy aflictiva, muy degradante en el momento mismo; a una persona  muy vital,  muy  requeridora del uso  de sus muchas capacidades en el oren causal más complejo,
 Lo interesante es  la reacción   de Enrique que se abre  a incorporar el tema  a sus afanes  por seguir  con sus intereses de siempre , a ampliarse a procurar contestar las preguntas que le presenta la vida..
Se abre a consideraciones  que    van  tras el sentido,  del ser , de la vida humana, de Enrique Jenquin.

Junto  a la apertura al asombro vía experiencia de las sincronías, el autor  empieza  a preguntarse por el  tema  de las orientaciones   hacia la verdad, y como
 pueden coexistir , junto a las deslealtades de amigos, integridad, evolución moral en los adversarios.
 El aprehender  la importancia   de sus  vivencias sincrónicas, lo abre, sincrónicamente con la creatividad literaria , a los puentes,  los  invisibles cordones umbilicales que nos acercan a la trascendencia.
La inquietud ética por  la posible verdad sentida por el otro , lo conecta  con  nuestra identidad de  pertenencia. Lo aproxima a los  invisibles contactos de  la coexistencia.

 En suma,  la lectura  de este libro es  un  regalo  de los cuarenta años.  Ya lo anunciaba el último discurso de Allende: Pasará  este momento   gris y amargo.  El ser humano evoluciona, se transforma  a si mismo.  Va pasando la embriaguez del economicismo. Se anuncia un paradigma cultural   distinto a los dos  autoritarismos, al individualismo y al fundamentalismo. Por  distintos lados  , entre brumas,  se preparan las condiciones para  navegar  hacia  un mundo mejor.  Gracias Enrique    por este  libro, este nuevo aporte  tuyo a la salud de muchos. Gracias  por  tu ejemplo de ser una personan integradora, integrada e íntegra. Gracias  por ser una persona leal.