El Árbol 49
Adriana Antognazza
El árbol del Centro de Rehabilitación
Tiburcio Cachón Uruguay, una metáfora?
De mi último pasaje por el
Centro de Rehabilitación de personas ciegas del Uruguay, el Gomero (ficus
elástica, caucho) que está en su frente me llamaba a detenerme y observarlo
cada pocos días a mi ingreso o mi retiro. Me paraba de frente y observaba de
cielo a tierra sus larguísimas raíces exteriores sobre la tierra y su enorme
e impresionante complejidad. Profundidad, altura, grosor, colores, raíces
aéreas y en tierra. Me paraba de frente
y lo escuchaba, ahora con el paso del tiempo me doy cuenta que su memoria de árbol es reflejo de la historia institucional que cuenta si estamos
atentas o al menos así lo veo yo.
Germinó una semilla que alguien
plantó o un pequeño esqueje que alguien regaló o simplemente un pájaro depositó
su alimento que de por allá recogió.
El Ficus Elástica (nombre
científico) germinó, creció, se elevó, se acompañó de otros árboles en ese
inmenso predio donde hay sauces llorones, otros gomeros, laureles de jardín y
paraísos. Todos convivieron años y años abonados por el arroyo que corre bajo
sus pies; éste, el gomero sorprendente va al cielo con sus gigantes ramas
y hojas nuevas y viejas; se entierra con
su red de raíces en una tierra seca marrón y polvorienta
Sus raíces muestran mapas de tierras imaginarias, dolores de
personas perdidas, modelos y maquetas de reformas, nudos enojados y vetas
alegres; lo vi en el 1997, 2009 y 2011. Se transformó, algunas de sus ramas
cayeron misteriosamente, por momentos parecía .morir, algunas de sus hojas
nunca supieron, del rojo solo de un verde opaco y después comenzó a recuperarse
y alerta.
El, arraigado al sitio, a su
hogar, cobijó a miles de personas que por allí entraron durante 53 años; en el
año 2015 una obediente e inexperta jardinera quiso podarlo por mandato del
consejo y casi lo logró; luego del alboroto de la comunidad vecinal y arbórea
el gomero silenció. Ahora espera con sus raíces quietas y bien abrazadas la
decisión del consejo de jardineros sobre aquella poda inexplicable
Adriana