sábado, 6 de diciembre de 2014

l ASrte de Vivir 34


 El Arte de Vivir  34
Una forma de comunicación
 La Revista Co Incidir 10 . Diciembre 2014
Primero parte


Saludo Inicial
Luis Weinstein

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¡¡¡Sawabona!!!
Es el saludo de los zulúes, que significa: te respeto, te valorizo, eres importante.  A lo cual responden: Shikona, entonces yo existo para ti.
Te respeto, somos compañeros existenciales, necesitamos decirlo, vivirlo, en este tiempo de muchedumbres solitarias, de seres humanos  unidimensionales, ensimismados con prótesis tecnológicas, ajenos a la  necesidad de justicia y de respeto a la diversidad, de búsqueda de    armonía con la naturaleza.
Sawabona  a las minorías críticas que  con su testimonio de vida aportan al cambio hacia la  coexistencia en cooperación y equidad, apuntado, con alta  “alegremia” y “amistosofía”, a la  sustentabilidad, a la ecología  ambiental, social, subjetiva, del yo. 
Nuestra revista Co.incidir se va consolidando. Hay personas que  la esperan, existen personas deseosas, de colaborar, nos sentimos  contentos de la buena acogida  a un medio en que conviven, en buena lid,  ensayos enjundiosos,  narraciones donde discurren el pulso  literario y el ingenio,  poemas en que caben, en buena armonía, la sensibilidad y la libertad  imaginativa.
Sobrevivimos de la alta mortalidad infantil de las revistas, sin entrar en el mundo mercantil, sin abandonar una práctica coherente con nuestras metas, tratando de no perder  oportunidades de establecer puentes  con personas  y proyectos afines. Ellos existen y son muy importantes  para nosotros.
Sawabona


Malvina Álvarez
EL VIENTO Y LA LAGUNA

Nací oculta
entre las profundas hendiduras
rocosas de la cordillera
protegida por quilas y cañaverales 
las aguas de la lluvia
en su loco descenso desde los montes
las apozaban  en mi naciente espacio
las rocas, los troncos y árboles
tallaban mi contorno
dándole  como  semblante
la figura  atrayente de una laguna.
Cada mañana, al despertar
el eco hacía retumbar mi voz
en la frondosa  floresta
repitiendo
quiero vivir, crecer  y amar
arrancaré la música de la arboleda
y del silencio nocturno,
la paz y la quietud.
Serviré a los barqueros que navegan
sobre mí, a los pastores que guían su rebaño
hacia tiernos pastos
y  con mis reflejos lunares
seré cómplice del amor de los jóvenes
e inspiración de leyendas tradicionales.

Varias veces he  sentido caer las hojas amarillas
de los árboles, las gotas de los aguaceros
tintinear en los charcos
los brotes de las flores aparecer  y
el fastidioso calor penetrar en el ambiente
el ciclo de las estaciones iban haciéndome mujer.
Con periodicidad  el aliento del viento
llegaba  a mí, me acariciaba y se retiraba
ronroneando por los bosques el cantar de los abedules.
Una oscura noche apareció
sacudiendo los árboles y arbustos,
los relámpagos arañaban el cielo
él venía cargado
de odio, lloró rabias
sopló con violencia mi área
la que se levantó en espumantes crestas
entre ellas él  se acurrucó
buscando la paz y la tranquilidad de mis aguas
acogí con cariño a mi amado
proporcionándole  el afecto que requería

El Alba, abrazados, nos  despertó
la nubecilla que nos acompañaba,
se llevó sus penas
recibimos la luz de los primeros rayos de sol
teniendo para siempre  como techo
el cielo azul.

André Barré

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L U C Y  Y  YO
E T I O P Í A
                                                          - 3.3
                             

                               Un cometa veloz
                           iluminó la noche de lunas
                           una música diáfana  de neutrinos
                           inundó la  astrosfera
                           un paisaje planetario, árido y bello
                           acunó  nuestro lecho.
                               Los brazos fuertes y velludos de Lucy
                           estrecharon mi pecho
                           contra el suyo
                           cubiertos por  helechos.

                           Era un día  más de la larga noche estelar
                           y yacía prendida a mí,
                           vestida de nada.

                           Sus ondulantes labios rozaban los míos
                           que estaban fríos
                           de ser yo mismo
                           y ella, tierna, cálida,
                           sorprendentemente hermosa
                           retozando contra mi cuerpo
                           sus largas uñas rascando mi espalda
                           incitada por el calor de su amor.
                          
Mi barba crecida se enredó
                           con los vellos de su cara,
                               que se me ofrecía como una quimera
                           bajo sus espesas cejas, sus pequeños ojos  refulgían
                           como brasas en sus órbitas simiescas
                           aspiré su aroma a humo y selva,
                           al yacer en mis brazos
sus piernas fuertes y elásticas
retenían mi cuerpo de semental
fuerte, varonil de Homo erectus
y allí en sabanas de praderas dormidas
que asumo  lejos
germinó mi vocación de pensar y amar.

Su humor de hembra- mujer
transgenió mi cuerpo y el ver,
de hombre-mono en otro ser
que por primera vez, en éxtasis,
vislumbré  mi destino venir.                 
                 

OTRA VEZ ÉL, EL ETERNO ÉL

                                        
                                         Le amo,
                                    como las rocas a la tierra
                                    como la tierra a los astros
siempre atraídos
por esa fuerza infinita
que en un soplo divino
creó el universo
y yo… dudando.

Lo sé,
es mi galaxia,
mi infinito,
cabalgo en las estrellas
suspiro los espacios sin horizontes

Siempre flotando,
en sueños,
ingrávido
exploro
y lloro.
En la duda de lo inmenso
lo veo
lo enlazo
lo siento y sufro,
a veces río,
en dudas insomne
y él siempre  está ahí
observando
contemplando
preludiando
música celestial.

Y nada hace por iluminar a
 la gran duda
¡en  angustiosa espera!