jueves, 26 de junio de 2014

Voces del Coraje de Ser (88)


Voces del Coraje de Ser (88)

El Coraje de  dialogar
  El auto desarrollo desde la orientación  de la Salud Integral
  La  Disciplina Vincular (2)

El trabajo se lleva a cabo, por término medio, una vez por semana. Este es un ritmo más cultura] que «orgánico» ‑como es el de las 24 horas para el cumplimiento de la tarea individual, pero, en grandes números, parece ser lo más conveniente. Por supuesto que está abierto a las variaciones que la pareja resuelva hacer.
Se fija el día, la hora, la duración, y se van haciendo los ajustes que determine la práctica. Generalmente, entre dos y tres horas resulta el tiempo óptimo para dar lugar al establecimiento del clima adecuado, ponerse de acuerdo en lo que se va a hacer, realizarlo y evaluarlo.

En un período inicial, se fijan cielos de 6 reuniones, 6 semanas en el diseño habitual. Las sesiones se alternan entre las que se centran en la comunicación abierta, el «diálogo libre», y las que están intencionadas en el sentido de que se propone el uso de una técnica, sucesivamente, el llamado juego a la verdad, el cambio de roles y la sistematización.

Ciclo de reuniones seintimiles

Sesión 1.‑ Dialogo libre.
Sesión 2.‑ Juego a la verdad.
Sesión 3.‑ Dialogo libre.
Sesión 4.‑ Cambio de roles.
Sesión 5.‑ Dialogo libre.
Sesión 6.‑ Sistematización, evaluación, perspectivas.


Se trata, precisamente, de acercarse a sí y aproximarse a otro, de relacionarse con la pareja de trabajo a modo de aprendizaje, de afinamiento, de lo que debieran ser los diversos vínculos, de modo que, en el traslado a la vía cotidiana, el «otro» de la pareja es, a la vez, asiento de una tensión entre lo individual y lo universal

En la comunicación profunda, se hace presente y se desvanece el yo individual, Llena el escenario al reencontrarse con sus vivencias para expresarlos, pasa a segundo plano cuando se trata de escuchar, de ponerse en el lugar del otro. Sin embargo, en forma paralela, en la expresión debe haber un «ajuste», una filtración, para no invadir, para no intoxicar, para guardar ecuanimidad. Allí esta, por cierto, el compromiso, pero, también, el desapego. El escuchar, por otra parte, no puede ser sólo desapego, hay el interés por el otro, el darle relieve, compromiso, para singularizarlo, para rescatar lo que tiene de originario.

El diálogo libre es una instancia en que se juega a fondo el reconocimiento de la igualdad básica, existencial, el otro es otro humano, junto al reconocimiento de su originalidad, su diferencia. La igualdad y el reconocimiento de la diferencia se ponen a prueba en la apertura: «el otro puede cambiarme», «juntos podemos llegar a algo nuevo»..., «no me convence, pero es lo de ella, lo de el, vale por ser una convicción, una característica humana ... »

La libertad tiene la impronta dialógica que lleva a modular equilibrándonos, por el apoyo y por el colaborar al cambio del otro; el estimulo es un apoyo para después, el apoyo es un cambio en el futuro...

Dialogo es, también, transparencia y complejidad balanceándose con la prudencia, con la conciencia de los límites.

Las reuniones se configuran a partir de la plena participación de las dos personas. A veces, el hilo conductor tiene que ver con los trabajos disciplinarios individuales, en ocasiones, es el proyecto de vida, puede ser la propia dinámica de la interacción vincular, o lo que se está viviendo en grupos o en la interacción comunitaria.

La demostración tiene siempre ejercicios de pareja y, en rigor, ejemplos de dialogo libre. El tema puede ser realmente libre, pero es más aconsejable sugerir un contenido atingente a la propuesta, como: «fortalezas y debilidades para trabajar en grupos o para comunicarse», «historia de las personas que han sido significativas para cada uno», «como le gustaría ser, que le falta para eso, que podría hacer para alcanzar esas nietas ... »