Voces del Coraje de Ser (90)
El Coraje de ponerse en el
lugar del otro
El tercer ejercicio es el
del «cambio de roles» dentro de la pareja. La directriz es el ponerse
activamente en el lugar del otro, un esfuerzo por identificarse, en general y
en torno a temas y situaciones concretas. Como en el juego a la verdad, hay un
componente lúdico acompañando una práctica importante de desarrollo personal.
Sí en el juego a la verdad existe el riesgo de desvirtuar a través de incidir
en lo sado‑masoquista, en el hacer sufrir o no cuidarse a sí mismo, en la
modulación de preguntas y respuestas, en el cambio de roles cabe la dilución en
lo estético, en el perfeccionismo por aprehender al otro a través del gesto, el
lenguaje o el discurso. Aquí lo básico es «la imaginación de sentido», las
elecciones, el captar y reproducir el modo de ubicarse del otro frente a los
diferentes temas.
Como en el dialogo libre,
se llega a un acuerdo sobre el o los temas a tratar, esta vez «como si uno
fuera el otro». Aquí se difiere del juego a la verdad en que, por cierto, cada
uno pregunta lo que cree es más pertinente para el otro, bajo un común
propósito de comunicación profunda.
En lo que atañe al marco
referencial, la racionalidad integradora, aquí, de nuevo, sobresale el papel de
la «cruz básica», los ejes individualización/universalización, desapego/compromiso,
sin perjuicio de que este presente toda la gestalt.
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INDIVIDUALIZACION
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DESAPEGO
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COMPROMISO
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UNIVERSALIZACION
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Hay un complejo
desapego/compromiso en el salir de ser uno mismo e intentar «apegarme» al otro. Uno individualiza en el
otro, en el intentar «ser el otro», la tensión y la búsqueda de la posibilidad
de romper las barreras y ponerse en el caso de cualquier otro.
Como en el caso del juego
a la verdad, no siempre es posible hacer la demostración del cambio de roles en
el corto tiempo disponible, debiendo la enseñanza ser teórica, accediendo a
analogías y estimulando la práctica autónoma.
La explicación del
ejercicio es del tenor siguiente:
«... estamos en el método
vincular, hemos visto las dimensiones de la profundización, la propuesta de
ciclos de 6 sesiones, el diálogo libre, el juego a la verdad... vemos la
tercera instancia, el cambio de roles... ¿tienen experiencia?, seguramente sí, en
juegos en la familia, en grupos... el tratar de imitar... a lo mejor más de
alguna o alguno ha practicado la técnica de la representación de roles, el
representar a otro con quien uno tiene que ver en el trabajo, en la casa, sin
que necesariamente uno se ponga en su caso... un jefe "hace" de
secretaria... un portero de director... una arsenalera de cirujano... un padre
de hijo... un alumno de profesor. En general, se buscan situaciones en las que
se dan opacidades (el no verse) y en que son naturales, frecuentes, los
conflictos.
... se trata de parecerse
en la forma como la otra persona se define, "elige", su posición ante
diferentes temas... no es necesario que esa persona exprese claramente,
habitualmente, esa posición. Aquí esta el ejercicio, no en hacer buen teatro,
no en la imitación de gestos o palabras, es entrar al sentido que tiene lo que
se está hablando para la persona que ustedes representan... claro, hay mucho
que uno no sabe... se trata, precisamente, de aventurarse de hacer conjeturas,
de acercarse a la verdad de ustedes sobre lo que es la verdad de los
otros", la verdad improvisada, lo que se les ocurre en el momento. No es
un compromiso con sanar a alguien, o algo así, es intentar aplicar la
observación, dejar correr la intuición ... »
Se da el tiempo
apropiado, de acuerdo con el programa y lo que esta indicando la dinámica del
grupo.
Los objetivos del
ejercicio de cambio de roles son:
a) El desarrollo de la
confianza básica, asociado al exponerse a mostrar la representación que se
tiene del otro, al aceptar esa «verdad del otro».
b) El experimentar la
tolerancia a la incertidumbre: «yo no sé si estas fantasías tienen algo de
real», «yo no sé que aceptación tendrán por mi compañera o compañero».
c) El practicar,
específicamente, y constatar las dificultades del investigar, tanto del
conocimiento del otro, como de la imagen que el otro tiene de uno.
d) El poder articular el
sentido de investigación en el logro de la interpretación del otro o de la
observación de como el otro lo ve a uno, con un distanciamiento del «narcisismo
de actor», el separarse de toda vanidad por el bien o mal representar o ser
representado.