Desarrollo Personal, Cambio Cultural
y Nuevo Paradigma (88)
La metodología de auto desarrollo con la orientación de la salud integral
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LA DISCIPLINA GRUPAL
El
trabajo grupal se articula con las disciplinas individual y vincular, y con la
vida cotidiana.
Tal
como las otras disciplinas, la meta es un trabajo autónomo, autogestado. Los
facilitadores motivan, explican, apoyan la formación, pero el grupo debe
desenvolverse sin ayuda externa, con participación igualitaria.
La experiencia muestra
que esta parte de la metodología tiende a ser vista dentro de los talleres o
grupos de trabajo, como la más legitimada, y se abre la expectativa
de reproducirla sin que se tome conciencia de todo lo que es el proceso de
formación.
Se trata de un grupo autogestado
de crecimiento, en que se procura enlazar la “salud del grupo” con la salud
individual y la salud “transgrupal”, en redes, otros grupos, la sociedad, la
cultura. Si no es fácil encontrar una pareja para el trabajo vincular, más
difícil en contar con todo un grupo.
La mejor manera de
motivar es a partir de la propia práctica, individual y vincular. Es lo que
irradia la necesaria seguridad para atreverse a hacer cambios importantes.
Los grupos no son,
necesariamente, continuaciones del taller demostrativo. Depende de la
motivación, de qué los ha llevado allí, tiene que ver con las afinidades. Lo
básico es la libre iniciativa de cada asistente para iniciar su trabajo
personal -lo único que depende de
él o ella- y explorar, con
paciencia, las posibilidades de hacer la disciplina vincular y la grupal.
La propuesta plantea una
reunión mensual, de un grupo lo más estable posible, de duración indefinida,
con ingresos cuidadosamente estudiados, absolutamente consensuales. El número
puede ser de 6 a 15 personas, aconsejándose -si se crece más y se subdivide- reunirse en forma separada, ojalá en el mismo sitio.
TRABAJO: FRECUENCIA:



El proyecto es que el grupo cumpla las tareas
siguientes: revisar por turnos
cómo ha sido el mes de cada uno, dar un espacio especial a las necesidades de
solidaridad, entregar un tiempo a una labor de estudio, analizar la marcha del
grupo, revisar el entorno, las redes actuales o posibles, la comunidad que rodea
al grupo, los nuevos miembros potenciales.
A) “Silla Tibia”: Se
denomina así al ejercicio gestáltico de juego a que, sucesivamente, cada
miembro del grupo va siendo “figura”, puesto en el centro de las preguntas y
orientación de los demás, de quienes constituyen el “fondo grupal”. La
expresión “silla tibia” es una adaptación de lo que en dinámica
de grupo se conoce como la “silla caliente”. El cambio, el “amortiguamiento”, obedece a la orientación de
evitar los “acorralamientos”, las sobrexigencias de tensión, de agresividad, de
apresuramiento, en el logro de las “introvisiones”. Se hacen observaciones muy sintéticas al sujeto de la silla
caliente, éste contesta a todos en conjunto y, finalmente, designa a una
persona para que pondere hasta qué punto se ha profundizado bien en la
comunicación. Se ofrece la palabra para preguntar y aportar. Interviene nuevamente el sujeto de la
silla caliente. Se termina con la
intervención de un vocero designado por el grupo.
Los pasos, en síntesis,
son:
A.1) Instalación, calentamiento, con el rol integrador tomado en
forma
rotativa por los miembros del grupo.
A.2) Un persona se propone para
iniciar la silla tibia.
A.3) Los miembros del grupo le manifiestan su
percepción de cómo lo han visto en el mes o le hacen preguntas.
A.4) El sujeto en el centro contesta preguntas, se refiere a
percepciones y da su propia versión.
A.5) Un integrador sugerido por
la persona de la silla tibia hace una síntesis de contenidos y dinámica
vividos.
A.6) El integrador de la jornada pregunta por
nuevos interrogantes XX( se refiere a
interrogadores?. Si no, debería ser “nuevas interrogantes”) o aportes directos.
A.7) Se realiza una segunda intervención de la
persona en la silla caliente XX(no sería conveniente determinar definitivamente
la temperatura de la silla?)
A.8) El grupo designa un
“sintetizador” final, con evaluación y sugerencias.
B) El trabajo solidario: De las sillas tibias y de la dinámica de la sesión se
infiere si una o más personas requieren, para ellas o para grupos o personas
significativas, de una atención especial, de un aporte solidario de conjunto.
Se hace, entonces, una conversación libre, un diálogo libre, centrado en tratar
de reconocer esas necesidades y ver cómo se podría ayudar a enfrentarlas. A
medida que el grupo evoluciona, estas distancias XX(instancias?) solidarias se van integrando, por una parte, en las
relaciones habituales y en todo el curso de la sesión y, al mismo tiempo, se
van haciendo más y más transparentes, confiadas, capaces de incursionar en
materias donde habitualmente hay mucho pudor.
C) Tiempo de estudio: Es el
tercer paso de la jornada XX(sorry le cambie el orden, pero no el sentido. Fue
para k kdara + bonito).Entre las diversas metodologías, lo que se propone, siempre
por vía inicial, mientras el grupo se autoasume y llega a sus propias
propuestas, es la lectura de un texto. Se acuerda estudiar en conjunto un
libro, tal vez un capítulo, de la bibliografía básica. Cada uno lo lee por su
cuenta, trae sus dudas, sus desarrollos, bibliografía adicional o referencia a
otros aportes, como películas, canciones, cuadros.
En la sesión se hace una
lectura lenta, analítica, párrafo por párrafo. Se empieza por preguntarse
XX(preguntar? ) por un posible
título para el párrafo. Una denominación clara, informativa para terceros,
aunque no sea literaria. Luego, se procede a dividir y a subdividir el párrafo
en sus diversos contenidos. Cada parte recibe su propio título. Se trata de
tener un clima agradable, no competitivo, en que se busca lo consensual, pero
que exista el derecho para que, quien disienta del conjunto, pueda
poner el título que mejor le parezca.
Entre los libros favoritos para este trabajo, se encuentran los de
Frommn Maslow y, últimamente, Maturana y Capra.
D) La mirada al grupo como tal . Es
el cuarto: integrante de la
propuesta y se refiere a cuál es el estado de “salud” del grupo, cómo puede
seguir desarrollándose, qué deficiencias existen. La evolución se centra en ver
cuán nutricio es el grupo para cada uno de los miembros, para sus áreas de
influencia. ¿Se está creciendo como grupo en términos de participación, de
respeto a las diferencias, de apertura a las necesidades de formación, de ser
factor favorecedor del cambio cultural? La evaluación puede ser directa,
escribiendo, grabando comentarios, discutiendo. Es útil, también, cambiar de
modo expresivo y utilizar el dibujo, la dramatización o la expresión corporal.
Lo importante es que el “medio” no desdibuje el fondo, que se asegure que, en
forma participativa, se ha hecho una crítica de la marcha del grupo y se han
hecho las reformulaciones correspondientes a las directrices de trabajo.
E) La apertura a la dimensión comunitaria: El punto de partida es que el grupo no sea autocentrado, que sin perjuicio de
mantener su cohesión, su continuidad, se abra a estar presente en el entorno.
Dentro de la dimensión
comunitaria están desde la temática de las familias, de los miembros, el ingreso de nuevas personas, las posibles
reuniones especiales abiertas a personas afines, hasta las consideraciones
sobre lo que está ocurriendo en el escenario internacional. Lo que no debe perderse de vista es que
el referente es la salud integral,
que cubre lo individual, los pequeños y los grandes espacios. Entre las
consideraciones más importantes a tener en cuenta en esta apertura está la posible colaboración
en los medios de comunicación, desde diarios murales y boletines hasta los más
masivos.
Otro aspecto
imprescindible es el de ocuparse de las redes, potenciales o actuales. A veces
se trata de la relación con otro grupo de origen común, escindido por razones de exceso de
miembros u otras. En otras
ocasiones son nexos de grupos que
participan en un programa común como, también, la posibilidad de hacer redes de
relación con otros grupos, de características distintas, pero siempre
orientados al desarrollo humano y al cambio cultural.
Desde el marco de
referencia de la racionalidad integradora, visto en conjunto, el grupo hace una
mediación entre lo personal, individual y lo comunitario, tendiente a lo
universal. Es una especie de estación intermedia que refuerza a cada miembro en
la silla tibia, la solidaridad y el estudio, está conciente, productivo y evaluativo XX(yo no entender.
Quizá falta punto seguido después de “estudio”) sobre
su propia identidad de grupo y su proyecto hacia lo universal, también con el
estudio y, específicamente, intentando tener presencia en espacios
comunitarios, formando redes, siendo grupo abierto.
En el momento del
trabajo particular con la solidaridad, la silla tibia o con el estudio, se da
cuenta, muy claramente, del compromiso. Puede suponerse una fuerte exigencia de
desapego en la apertura hacia lo comunitario, como también en el dejar espacio
para otros en la silla caliente, X(tibia?) la solidaridad o el estudio, La silla tibia y la solidaridad invitan
a una focalización, como especialmente lo hace la lectura analítica, en la
evaluación grupal y las consideraciones sobre lo “transgrupal”, hay una fuerte
incitación a la multidimensionalidad,
La seguridad y la
creatividad discurren por todos los ejercicios, pero hacen una alianza especial
en la silla tibia y el momento solidario, con su llamado al respaldo personal y
la búsqueda implícita de aportes creativos.