sábado, 14 de julio de 2018

La Amistosofía y el Arte de la Amistad 32

La Amistosofía y el Arte  de la Amistad N 32
El  Principito
El Principito participa del mundo de nuestras citas, de nuestras representaciones escolares. ¿ Por qué está tan presente? Con él se da el rito de volverlo parte obligada de nuestras  conversaciones cotidianas;  los ritos que el zorro , personaje de la narración, decía que eran necesarios. Si le preguntáramos al autor o a alguna de sus creaciones qué explica la vigencia del texto, la respuesta iría por un lado convergente con la cita más favorecida por el público, es un libro que habla con el corazón,  con “lo esencial que es invisible a los ojos”.
Los libros  de contenidos, lo que comunican en profundidad, se mueven entre las ideas y los afectos, entre el mensaje explícito y la experiencia abierta. En El Principito hay una combinación especial de sutileza y sencillez, de sentido edificante y de problematización .
El texto parece tener en primer plano una dialéctica entre dos personajes, el niño y el aviador, afirmada sobre la relación adulto niño. El aviador , adulto, recupera su niño interno, inmovilizado  hace tiempo,  nostálgico,  carenciado de espacio de expresión. El niño viaja apartándose de una situación  que no aprehende, las veleidades de su amiga flor; en el viaje, a través de los encuentros, va madurando , va haciéndose adulto, sin dejar su sabiduría  de niño.
Hay una vivencia central, el “domesticar”, el crear vínculos, el  hacerse responsable de los vínculos. Los adultos se extravían, son extraños, se apartan de lo auténtico,  aquello que saben los niños , tal vez,  también, los animales, el comprender que las personas  son más importantes que las cosas, el dictum del desarrollo a escala humana .
Volvemos a la situación humana y a la percepción de Erich Fromm. Nuestro problema esencial es la separatividad, la conciencia de sí , la razón , la imaginación. Tendemos a buscar una continuidad,  a salir de esta fractura existencial, del tener que asumirnos, diferenciarnos, elegir… Hay caminos auténticos , humanizadores , el tránsito por el amor y la creatividad, Son las sendas productivas, en contraste con la búsqueda de dominio, de receptividad pasiva, de acumulación, de intercambio mercantil, “ improductivos”, junto a las salidas inmediatistas , orgiásticas, del sexo , las drogas, los cambios accesionales de consciencia.
El Principito viaja  por varios planetas antes de llegar a la Tierra. En cada uno de ellos  encuentra un personaje, siempre varón, que tiene un punto débil  en su proyecto de vida. Pasa por  el asteroide del Rey, autoritario; del vanidoso, necesitado de admiración; del bebedor enredado en su círculo vicioso de beber por la situación aflictiva que le trae el beber; del mercader acumulador de supuestas propiedades de estrellas; del farolero sometido a un trabajo reiterativo, insensato , un Sísifo prendiendo faroles  en cada vuelta  de un minuto alrededor del sol , del geógrafo teórico que no conoce ni su pequeño planeta porque todo se lo debe encargar a otro.
En la tierra tiene encuentros con las rosas anodinas,  no vinculadas a nadie, con el guardia vía que conduce gente que no sabe dónde va; el comerciante de píldoras para saciar la sed, creador  de necesidades artificiales ; con tres personajes claves que lo informan , que lo educan; la serpiente, posible descendiente de la que abrió caminos de desarrollo de conciencia en el Paraíso, ahora cómplice para el retorno del Principito dejando su cuerpo transitoriamente en esta realidad ; el zorro , quien le enseña sobre la amistad y le pide ser su amigo: el propio aviador con quien comparte la sed., a quien confirma en el dominio de la sensibilidad y la imaginación
La amistad es el personaje principal de la fábula. La amistad como vínculo,  como puente  a transitar , como objeto de cuidado interpersonal,  como relación privilegiada en que debe primar la tolerancia y la lealtad , el responderle al otro. El ser alguien que le otorga respuesta.
La amistad presupone una orientación básica que privilegia a los seres humanos sobre las cosas, a la riqueza afectiva sobre lo mecánico, los números ,las rutinas, una amistad que implica cuidado, atención a las necesidades del otro, respeto a su identidad.

Este cuidado presupone apertura a lo misterioso. Y a lo concreto, a la sed y a la poesía, a desenvolverse en los viajes y a intuir  en qué está el otro.