jueves, 4 de junio de 2015

Lo Cotidiano y lo Universal 87


Lo Cotidiano y lo Universal 87
El  Eneagrama
Los tipos tres y cuatro
  Del libro Los  Mundos del Eneagrtama   ( Mariana Parga y Eduardo Yerntzen editores)
Artículo  El Eneagrama y la formación para enfrentar la crisis del desarrollo humano
  Una imaginería ( nota 7  )
El tipo  Tres
Controlaste  tus ganas de  hablar, le dijo el goloso al Vanidoso, el triunfador, el necesitado de valoración.
Eso es lo que te    cuesta a ti, le replicó el apodado     triunfador el tres.
También voy a citar  algo cercano , lejos de las historias  que me hacen  estar siempre  en los grandes temas y los grandes éxitos.

Me lo contaron. La fuente es confiable.
Era  una persona de mucho éxito en el trabajo. Un hombre de origen modesto, hijo de inmigrantes. Empezó vendiendo naranjas en la calle. Pacientemente, haciendo negocios, ahorrando, invirtiendo en forma oportuna, llegó a juntar una considerable  fortuna. Duro con los hijos, mezquino con el dinero, se sintió llamado a  ser muy dadivoso  con su única nieta. Desde muy temprano, provocando una  no muy disimulada molestia  de los padres, intervino en la vida de ella  anticipándose a sus necesidades, haciéndole muchos, desproporcionados obsequios.” Estoy experimentando cada vez más el placer de  dar”, confidenció a uno de sus escaso amigos.
Cuando  ella estaba próxima a cumplir  9 años,  llamó a su nieta  para  auscultar   qué deseaba   como regalo de cumpleaños. Para su sorpresa , la menor  no le contestó  y, a su vez, le planteó un interrogante:” abuelo, ¿tú eres feliz?”
Demoró la respuesta. Sintió  una sensación de opresión  en la garganta y atinó a decir,  con un dejo de vergüenza por  la conciencia  de expresar  algo  no muy sentido, bien  formal ,“ soy feliz porque  te tengo a ti. “
Ella lo  miró y dijo  algo  que le llegó  a la garganta  haciendo más doloroso su nudo de tensión:
“ Tu tienes muchas cosas…” Antes  de escuchar una posible explicación, él  movió levemente los labios esbozando un  beso  Ella sonrió, como quien ve   el inicio de algo muy importante y le dió , en la mejilla un beso  muy afectuoso.
La niña escribió en su diario:” Creo que  con   mi abuelo vamos a ser amigos .“
Así fue.
Es decir , dijo la rosa , que frente   al éxito, como  ante el poder  , la  ayuda  narcisa y  la hegemonía de la norma, está  ese   sol interior, al que hay que darle  facilidades para que se exprese.

El tipo  cuatro
Me empiezo a sentir mal ante este despliegue de experiencias y saberes, dijo, en sorna,  el individualista, el masoquista, el envidioso, el sufriente, el resentido. Aquel  que apodan  cuatro.
 También , acudiré  a una experiencia de la vida.
Me siento con derecho a hablar  de   lo que sé
Como en todos los tipos del Eneagrama, se supone que  hay una  emoción preponderante, fijada, egoica. En este caso,  es el sentirse desposeído  de algo importante, distante, de un atributo, logro, propiedad de otro, de los otros, de  la mayoría. Es la  envidia, muy desnuda o mimetizada de múltiples maneras.
Veamos un ejemplo, cercano a muchos conocidos por ustedes.
Dolores, estudiante de arte , garzona   los fines de semana, de práctica y de vocación escritora, vivía sola, distanciada de su núcleo familiar violento, donde imperaban un padre autoritario, bebedor ,junto a  una madre abnegada y sumisa.
El único contacto de Dolores con su grupo familiar era el de  visitas períódicas  a sus primos  Ernesto y Soledad, dos hermanos  responsables de una pequeña tienda de lavado de ropa.
Dolores observaba a sus  primos, anotaba algunos  dichos y, guardando distancia, con un  tono  despectivo, los  utilizaba  como material para una novela.
Un día, Dolores se impresionó por el aspecto pálido, enfermizo de Soledad. Aprovechó su ausencia  unos minutos para atender a unos clientes e interrogó a Ernesto. 
Está enferma, le explicó el primo. Tiene un  cáncer mamario. Ayer empezó la quimioterapia. No te quisimos  preocupar…con todo lo  que has sufrido…
Dolores regresó a su casa. Era  hora de acostarse. No pudo conciliar el sueño… Le vino un deseo de ayudar a sus primos, le quedó sonando la preocupación de ellos por no inquietarla,
 Corrió a su manuscrito  y puso una dedicatoria: “A Soledad y a Ernesto, por  regalarme  amistad”