Formación 4
La crisis
constittutiva del ser humano (2)
El problema básico está,
precisamente, en la negación cultural de la crisis constitutiva y en la opción
unilateral por una imagen de “tierra firme” una opción por el cosmos, por la tierra, Gea, sin
asumir lo “inicial”. En un principio, dice Hesiodo, estaba el caos.(6) El caos
esel inicio, el origen. Se lo describe como un vacío o como algo informe. Lo
que interesa es que, ya en los griegos, es un dios que tiene la condición de no
ser creado, estaba en el principio. Poco es lo que se sabe de él, pero hay una
versión de la mitología que lo hace continuarse con Jano, el dios romano de las
dos caras, el que tenía llaves para abrir puertas.
El hallazgo es
interesante como simbología de lo que ha sido “un medio de defensa histórica”,
más allá de la relevancia textual de la asociación Caos – Jano. Asumir el
origen, abrir caminos.
Diel hace un aporte
contundente al asociar Caos y Misterio. Los mitos griegos, para ese autor,
asumen el misterio, lo insondable de los orígenes, la imposibilidad de que el
ser humano aprehenda el todo, el riesgo de que se evada en la exaltación, sin
asumir los límites, o en la trivialización que excluye, que niega, los orígenes
y el misterio.
De alguna manera, el
“Tao Te King” se ubica en esta perspectiva de lo fundante, del misterio, más
allá de las posibilidades de comprensión humana, imposible de separar de la
tarea del hombre, de su necesidad de asumir la realidad. Dice el gran texto
taoísta... “El Tao que se puede nombrar no es el verdadero Tao...”. El complejo
de Caos-Jano se expresa culturalmente en la existencia de cosmovisiones y la
ausencia de “visiones del Caos”.
La actualidad de esta
problemática constitutiva en el desafío del enfrentamiento de la crisis actual
puede deducirse de la relación del “Caos” con la incertidumbre y la tolerancia
a la ambigüedad. La práctica de la democracia es inseparable de la aceptación
de la incertidumbre, la impredictibilidad de los resultados de cualquier
proceso. La personalidad autoritaria, por contraste, no tolera lo ambiguo,
tiene tendencia a la rigidez, necesita la predictibilidad.
Los estudios de
creatividad, muestran, consecuentemente, una relación entre receptibilidad a un
período de elaboración, de espera, de
indefinición y los logros en la realización. Creativos y no autoritarios
toleran el caos.(
Una manera de elaborar
el complejo Caos-Jano, de aproximarse al origen, al decir de Paniker , es
plantear, como una necesidad humana, la apertura epistemológica a problemas de
un orden complejo, asumir la existencia de diferentes tipos de problemas,
empezando por distinguir problemas y misterio.
Al deber hacerse cargo
de la realidad, por su forma de estar en el mundo, a los problemas operativos,
a la racionalidad “abarcable” que da sustento en forma exclusiva al paradigma
dominante, hay que integrar el misterio, lo circundante en el sentido de
Jaspers, “el Tao que no se puede nombrar”, los orígenes.
Es la distinción entre
problemas y misterio de Gabriel Marcel, la que nos da un punto de articulación
con la propuesta de integralidad en la salud y el desarrollo.
Este origen, este caos,
esta “predefinición”, al estar elaborado, asumido, transformado en Jano, en
guía, incide en un tema básico, el de la identidad. Al borrar los orígenes
negamos lo indiviso, ese principio en que fluyen los nexos, en que se
experiencia el “ser parte”, la participación.
Autonomía y
participación son referentes esenciales, complementarios, en tensión. El ser
humano, separado, es autónomo. En la medida que mantiene, también, su inserción
en la naturaleza, es participativa, parte del todo
Si no somos solamente
cosmos, definición, separación, sino también lo originario, juntamos la
identidad propia con una identidad compartida mayor.
Esta identidad bivalente
hace de “la caña pensante” Pascaliana parte de los “espacios infinitos”. Así,
la superación del individualismo, al integrarlo con lo participativo, se asocia
al encuentro entre la limitación, la fragilidad y, aunque parezca paradoja, la
invulnerabilidad. Siendo parte de un todo, del todo, se tiene también la
seguridad, la garantía de continuidad, de no terminar consigo mismo.
De lo dicho puede
inferirse que en la crisis constitutiva, entre otras, existen las siguientes
vertientes:
. a) Autonomía y Participación
. b) Fragilidad y Seguridad
. c) Misterio y Problema
La negación del caos se
confunde con el énfasis en el individualismo, en lo no confuso, en lo racional,
en la opción desmedida por proteger la fragilidad. Todo ello confluye en el
modelo del modo XX( forma, manera?) de ser autoritario, que niega la
incertidumbre, que descansa en la nitidez del mando/sumisión.
Es la cultura
autoritaria, inserta en el desarrollo dominante, la que, instrumentalizando el
desarrollo científico tecnológico, desemboca en la crisis actual. La “anti
intracepción”, el rechazo de lo subjetivo, es uno de los rasgos autoritarios
básicos que articula la negación del caos con la incapacidad de asumir una
orientación humanista y ecológica que permita superar los daños y riesgos
actuales y entrar a un período de equilibrio con la naturaleza, la equidad
social y el desarrollo humano.
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