jueves, 20 de septiembre de 2012

Conversando sobre la amistad (352)


Conversando sobre la Amistad(352)
 La Amistad en una situación límite
Testimonio de Rodolfo Fuenzalida
De la publicación  La Dos  Últimas  Cartas del Tideh, en 1983,  Ediciones Minga

 Rodolfo Fuenzalida, aviador civil, entró al imaginario mundial  en 1966, al sobrevolar,  en el turbulento  Cabo de Hornos el yate  Gypsy  Moth lV tripulado por el aventurero  Francis  Chichester, valiente  con más de 60 años,  atado al mástil  de la embarcación en uno  de los  tramos más  difíciles de su celebrada vuelta al mundo.
En 1973,  entra a ser parte de las vivencias  más profundas  de los seres humanos . Detenido el 11 de Septiembre, fue fusilado en  la mañana del 30 de Octubre.
A través  del recuerdo  de quienes  lo conocieron  y del testimonio de las cartas que enviara desde la prisión a su esposa Patricia, surge la imagen de un ser noble que creía en el amor.
Había estudiado periodismo y  filosofía y era un piloto avezado y conocido. Ser humano  de  gran desarrollo espiritual,generoso, capaz de repartir juguetes a los niños en las calles navideñas  y de estar pronto a cualquier  llamado a la fraternidad solidaria.Vívía  el amor como una necesidad radical.
Había escrito:…” el amor llega solo, al igual que la Fe, nace, brota y nos inundará…”
Con esa inundación  de amor escribía sus cartas, superando atroces sufrimientos físicos   y temores, irradiando gérmenes de una ancha  y profunda concepción de la política y evidenciando lo esencial de un hombre nuevo.
       Pleno de confianza en sus vivencias  espirituales, enfrentó  dignamente la tortura y la inminencia de la muerte
    Dice el texto  de un compañero de prisión que  afortunadamente salvó  su propia vida:...” Nos besó en la  frente a los que sobrevivíamos y ya no pude contenerme  y con otros compañeros  derramé algunas  lágrimas. ¡Era tanta y tanta la injusticia! Rodolfo  me  increpó suavemente ¿qué te pasa? Así debe ser  Es lo que mejor puede ocurrir. Nuestra muerte  no es en vano,¡No te quiebres  ahora....
 Se  despidió con un abrazo, repitiéndome; la lucha continúa, no lo olvides.”

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