Multiversidad sin
Fronteras 53
DON Y CONVERSACION (3)
En virtud de
sus rasgos constitutivos (dualidad habla/escucha, apertura a la producción de
disenso/consenso, fluidez interpelativa yo/nosotros), este tipo de
conversaciones sirve una función principal:
recordarle al sujeto que es irremplazable: es el aquí
del ni ahí que, en razón de su
agenciamiento, puede llegar a reescribir la geografía del poder en su ámbito de
vida, a medida que reemplaza dictados por preguntas.
A propósito
del esquema del don, de lo que va y crea la obligación de ser devuelto, en los
ejercicios conversacionales el regalo es la vivencia.
Por lo
tanto, lo que hacen las metodologías participativas es reponer en circulación
el don, allí donde la acumulación de poder estatal usurpó y esclerotizó las
relaciones sociales.
El don es la
vivencia constituyente, el poder constituyente: en virtud de su co-implicación
conversacional, los sujetos se invisten unos a otros de un poder que circula,
que requiere de continuo ir al encuentro del otro.
En consecuencia, ¿para qué
trabajamos?
Al actuar
bajo estas modalidades, la gente sabe de sí misma: se hace entendida, se emancipa,
se gobierna. Conoce y se/transforma.
Bajo estas
modalidades, la gente aprende a cuestionarse: preguntarse es ponerse en
movimiento.
Estas
modalidades producen-incrementan la potencia: algo que está más en la
circulación que en lo que circula, en lo que va y viene con creces, en lo que
se comparte y requiere ser compartido para seguir creciendo, en el proceso más
que en los actores. La reflexividad es un medio para la potencia.
7/06/2018
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