martes, 2 de febrero de 2016

Para Fábulas y Para Mitos 33

Para Fábulas y Para Mitos 33

El  Nacimiento de los Cíclopes

Urano y Gea  no conversaban mucho. Madre e hijo y, al mismo tiempo, pareja… Relación  germinal, asiento  de un  primer   balbucear acerca del lento camino para  ir avanzando desde el caos hasta una nueva unidad, hacia el micro cosmos, hacia lo humano.
Lo humano poético
Urano , el cielo inmenso, sólo cubría,  a Gea,  incesante, irredimible. Un amor de trueno y luz cegadora  sentido  hasta en  los confines del cosmos.   Sideral,  energía pura, nacían los  hijos, dioses y gigantes y Urano , insensible, los escondía en el seno de Gea, la tierra.
Confusa, sufriendo, Gea  vacilaba.
 El  Amor, el primer Eros, vidente, le aconsejó. “El destino lo ha definido. Para llegar al ser humano  de verdad, inevitablemente a través de muchas generaciones,, debemos confiar  en Cronos,  el tiempo, tu hijo menor. 
El neutralizará a su  padre
Después, el problema será el  propio tiempo, habrá  que  apoyar  a tu nieto Zeus,  constructor de sentidos.  Allí   deberás contar con tus hijos gigantes, los  de un solo ojo, los tres cíclopes.
Los humanos necesitarán verse y entenderse, comprenderse y explicarse…llegar a un  sólo ojo. Los  cíclopes deberán estar del lado de  Zeus, de la evolución , aportando  con su mirada única,  la intuición y la razón , el afecto y la espiritualidad
Para eso les ayudará  su contextura de gigantes, el hecho de  contar con el  rayo. Con la gran luz, Con  lo instantáneo. Con ese don de  detener el tiempo de una sola mirada.

Gea miró al tiempo con dos miradas, lo vió y lo entendió.