lunes, 11 de febrero de 2019

El Árbol 30


De  Corina Couso
                                            El Árbol 30
El Arbol
Que hermosa palabra: ARBOL. Para designar a uno de los milagros de la naturaleza. Se asemeja a la expresión de un suspiro que nos llega al corazón   El “ar” exige abrir la boca llena de aire, y se expele en un cierre lento y acariciante. Con este simple acto definimos la admiración que nos produce verlos
En mi caso estoy frente a un eucaliptus muy extraño. Su tronco blanquecino se formó con mantos superpuestos, mostrando su ropaje interior. Para ello, se desgarra su vestidura y asoman más de seis paños finos de color madera, más oscuro a medida que se acerca a su corazón…o ¿No? ¡Ellos tienen corazón... o todo es un corazón!  Nos miramos con ternura.
Un escalofrío me envuelve…Querrá’ prestarme una mantilla? Me acerco más a tocarlo; este ropaje interior es suave y perfumado.  Alguna rotura aparece como demostrando humildad
El árbol es alto, erguido, un gran ramaje forma su cabellera y raíces fuertes como dedos lo arraigan al piso frondoso en tréboles y césped.  Falta que hable, aunque su presencia marca su estirpe.
Su perfume nos alienta.  El papel de seda que lo envuelve nos invita a escribir o envolver sueños.
Su ramaje está alerta a los vientos para entonar alguna melodía exótica, que invita en una noche de tormenta, alegrar a las estrellas dormidas.

                                                                                                                     Corina 2019