domingo, 25 de diciembre de 2016

Educándonos para la paz 2

 Días de reflexión

Etapas en la formación para la Paz(2)

Hacia una ecología de la identidad

Insistiendo en que sólo hablamos desde nuestra perspectiva, podemos proponer una asociación entre formación para la paz y desarrollo de la salud de la conciencia hacia una conciencia ecológica.

En líneas generales, hablamos de tres etapas que no son lineales, que se sobreponen, pero que, en forma esquemática, podrían describirse como “momentos” formativos de apertura, de ordenación de marco referencial.

En el fondo, se trata de avanzar en una relación de igualdad entre lo propio y lo no propio.

Hablamos de salud-ecología de la identidad.

El tema es complejo, pero es preferible abordarlo en profundidad, sin rehuir las dificultades, dándose tiempo para irlo madurando.

Se trata de desarrollar lo propio, mi vida, mi familia, mi comunidad, mi país, en apertura para aceptar la igualdad con los otros, las otras familias, comunidades, países, la naturaleza. Hay un polo no pacifista en que se juntan individualistas, sectarios de todo tipo, nacionalistas, antropocentristas.

Si la paz es la creatividad constructiva, compartida, la búsqueda de la sinergia, la ecología integral, la salud en sus distintas dimensiones, la exaltación de lo propio y la negación de los otros va en un sentido distinto a la paz. Por eso no es pacifista lo antropocéntrico, centramiento en el ser humano como dominante de la naturaleza. Tampoco, por cierto, el nacionalista descalificador de otros países, el etnocéntrico que desprecia a otras culturas, el patriarcalista machista que asume la “dictadura” del hombre adulto sobre mujeres y jóvenes.

La primera etapa es de apertura, de sensibilización hacia lo dicho. Con aproximación afectiva, mediante películas, diálogos, obras de teatro, lecturas, ejercicios corporales o juegos, las personas los grupos, se van abriendo a las necesidades de la paz y a sus dificultades.

Es importante asociarlo al conocimiento de sí mismo y de la propia cultura. ¿Qué tengo de “integrador” y que de “separador”? ¿Cómo es mi cultura, que prejuicios tenemos? ¿Qué prácticas solidarias, saludables, ecológicas existen?

Casi todos los talleres se quedan en esta etapa de aproximación, la formación para la paz necesita llegar a la tercera etapa, la de integrarse al trabajo a favor de la paz y ella requiere el puente de la segunda fase, la adquisición del marco de referencia, del paradigma.

La segunda etapa, inseparable de la primera, es la aprehensión de un marco de referencia. No se trata de un “saber”, poder dar cuanta intelectual de algunas ideas. Se trata de hacerse cargo del paradigma de la paz, que implica no solo ideas, sino una conciencia, un funcionar desde una perspectiva distinta.

Nuestra cultura no es pacifista. No integra. Está basada en los intereses, en los poderes, en competencias de las personas, las familias, los grupos, los países... No se trata de irse a una isla o a una montaña, o aislarse de las prácticas dominantes, la conciencia pacifista implica un estar conciente, un “darse cuenta”, de esos cortes, de esas distancias.

Pensando en el campo de la educación, por ejemplo, se funciona desde el paradigma dominante cuando una profesora da tareas, reta a los niños, habla con los padres, sin “imaginarse”, sin ponerse en el caso de los niños o los padres, sin sentirse “parte de ellos”.

Asumir el paradigma de la paz es estar pre – ocupada(o) de los propios límites, tratar de estar permanentemente en diálogo, aprehendiendo el sentido de la integración.

La tercera etapa, es la de la transformación de la pre – ocupación en ocupación. Se tiene conciencia, después de haber sido sensibilizado, de la necesidad de no identificarse totalmente con lo propio y, más allá de eso, de que se está en minoría, en una sociedad, un mundo no pacifista y... se buscan espacios para llegar a una cultura de la paz.
 En esta etapa se trata de abrir espacios, de sensibilizar a otros, de ayudar a que se aprehenda el paradigma paz – salud – ecología. Es por eso que se habla de una etapa operativa, que debiera durar toda la vida... En esta etapa, siempre hay sensibilizaciones a nuevos temas relacionados con la paz,  reforzamientos, ampliaciones del paradigma, nuevos cauces para trabajar...