Mitos y Paramitos 2
Lo poético y lo filosófico (2)
Genealogía(2)
(Del libro Parafábulas y Para mitos,
Editoriai Tralcamahuida, 2015).
Dos Hijas del Asombro y
la Reflexión: Poesía y Filosofía
(contimuación)
En los primeros tiempos,
los de los mitos poéticos, los de los poemas filosóficos, las hermanas fueron
muy cercanas. A veces, era difícil diferenciarlas. Los mitos tienen un fondo
filosófico, trascendente. Su forma es bella, alada, intuitiva, poética. Lo
vemos en el mito de Eros y Psique, transmitido por Apuleyo, impresiona en los
textos religiosos fundantes, como el Tao Te King. Son grandes poemas, profundas
incursiones filosóficas, vetas inagotables de sabiduría.
En un momento dado, en
Grecia, el occidente clásico, Platón, un maravilloso poeta, autor de bellos
mitos, negó sus propios dotes y expulsó a los poetas de su propuesta de convi-
vencia social, su República, su utopía.
Pasó el tiempo; Shelley,
el romántico, plantea, reflexivo y exaltado, que los poetas son los verdaderos
legisladores de la humanidad. La relación entre las hermanas fue cambiando, en
un contexto en que, en contraste con la Ciencia, la tercera hija del Asombro y
la Reflexión, dueña de una especial continuidad lineal, tanto la Poesía como la
Filosofía tienden a circular por los mismos temas.
El panorama actual
muestra una gran distancia entre la Poesía y la Filosofía en donde menos se
podría esperar, el lenguaje, con los polos del análisis del lenguaje filosófico
y la delectación sibarita en la palabra de una parte de los poetas.
Hay ejemplos de gran
apertura a la integración de poesía y filosofía como “subpersonalidades”, se
llaman Residencia en la Tierra y Antonio Machado, Schiller, Goethe, Hölderlin;
es difícil decir si Nietzsche o Novalis son poetas filósofos o filósofos poetas.
El último Heidegger dió a entender que todo había sido anticipado por Rilke y
por Hölderlin.
Existe desde siempre una
poesía filosó-fica que es también una filosofía poética; ejem-plos clásicos son
Heráclito, Empédocles, Parménides. Entre nosotros no podemos olvidar a Anguita,
a Díaz Casanueva, a Pedro Prado.
Hay una mirada poética a
la filosofía, una referencia asombrada, colorida, emotiva ante las preguntas
metafísicas de los niños y los adolescentes, ante los dilemas éticos, ante la
sed de justicia, ante los laberintos del amor y los abismos de la nada y de la
muerte.
Se da una mirada
filosófica a la poesía que se pregunta por el sentido de la poesía, por lo que
pasa en la intimidad del sujeto.
Surge la consideración
filosófica a la poesía que conduce, en María Zambrano, a pensar en una razón
poética, camino a complementar a la razón de la filosofía.
Camino de convergencia,
de encuentro de dos de las hijas del Asombro y la Reflexión. Anticipo de la reconciliación
de todos los hermanos: la Espiritualidad, el Arte, la Acción Social, la
Ciencia, la Filosofía y la Poesía.