El Arte de Vivir 111
La mirada a los ojos como fuente del arte de vivir
A lo mejor he olvidado algo muy importante. Son recuerdos muy antiguos, Me lo contó la nana de mi infancia, tal vez hace unos ochenta años. No
lo puedo precisar. Ella lo escuchó , juventud adentro , en su Victoria natal, entonces de calles de madera.
Peñi decía el amigo del pueblo originario. Se la cambiaban por un hola,
compañero, como estás. Seguía un trueque de palabras fluído, a
veces muy lento, casi seco.
Ella recordaba una
conversación y no le ponía nombre.
Se lo quise preguntar, pero
ella ya no está. Se convirtió en
noche . Está este recuerdo. Deshilachado, vago, muy importante.
Fíjese niño,
mire bien, la vida es azul .
Y a no sé si lo
soñé,
O ella lo dijo.
Da igual. Si lo
soñé es porque ella lo dijo, a su manera.
Fíjese niño, la vida
es azul, pero con tanto
ruído, tanto edifico, andando tan rápido…no vemos el Azul En Victoria quedan viejos que ven el
Azul…
¿Sabe, niño,
por qué ven el Azul?
No, yo no sé esas cosas…soy niño.
Ya las va a saber…
Se ve el azul
cuando uno mira a los ojos, aunque sea a un malo, aunque se a un loco. Uno lo mira a los ojos y después
va encontrando la vida. Se aclara la vida. Aparecen los caminos
¿Cómo va encontrando la vida?
Sí la vida de
verdad se escapa, se le pierde el
sabor. Mirando a los ojos a la personas …uno va viendo,
sintiendo los ojos de la vida.
¿Habrá sido así la conversación?
Siento que ella
me hablaba del arte de vivir, mirar
la vida a los ojos, tratar de
estar viendo el centro.
El centro de la vida, otro, el centro
de uno.
Detrás de las nubes, siempre el azul
¿El arte de vivir
es ser lo más azul posible
para encontrar, para saludar todo
el azul que uno puede alcanzar.?
Era alta la tarde, ya estaba azul y estaba llegando el negro.
Me pareció escuchar de nuevo algo muy antiguo y cercano, era una voz conocida, querida.
Las
calles de Victoria ya no son de madera, en muchas ciudades ya no se ve el azul, pero mirando a los
ojos,,,vuelve el azul.
Mirar a los ojos, ver al otro, ver el ser, verse uno
mismo…un arte.
Ahora lo llamamos el arte de vivir…y es , por cierto,
plenamente azul.