martes, 4 de septiembre de 2018

Multiversidad sin Fronteras 76


Escribe,desde Cuba ,Martha Pérez Viñas
Crónica del festival de la Alegremia 2018, segunda actividad.
Por primera vez nos reuníamos el cuarto sábado de mes, no a las 9 de la mañana, sino a las 5 de la tarde. Las sillas no fueron suficientes y algunos de los presentes estaban con nosotros por primera vez. Comenzamos un poco para ellos, refiriendo en qué consistía la Alegremia y qué habíamos hecho desde los inicios. Con más detalle para interés de todos, cuáles habían sido nuestras actividades desde el festival pasado en Varadero. Y resultaron muchas: nuestra participación en la XI Convención de Medio Ambiente y Desarrollo, y el trabajo que realizamos con el Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba en las peñas de julio y agosto dedicadas al Día Mundial de Salud Sexual y Reproductiva, un ciclo de conferencias en dicho centro hecho por Martha sobre la sexualidad y las culturas ancestrales y los Talleres sobre Violencia de Género y educación para la salud, en los predios de la revista Revolución y Cultura, las peñas de septiembre y octubre en la Quinta de los Molinos, la sesión de charlas de educación medioambiental y exposición de arte abstracto en La Cabaña en el mes de diciembre, las peñas mensuales de febrero a julio en el centro estético O2, la celebración del Día de la Madre Tierra con Cubanos en la Red en abril, donde Jorge Daniel concedió una entrevista al programa Ecos del Canal Educativo, los Círculos de Mujeres, el último en el propio mes de agosto y por último la Inauguración del festival anual el pasado domingo en Soroa.
Seguidamente, Martha y Jorge Daniel sugirieron que la Alegremia nos ha cambiado a muchos, en el sentido de hacernos personas activas en el cuidado de la salud ambiental. Propusieron introducir una nueva sección en nuestras peñas, llamada Alegremia en Acción, donde los presentes podrán contar sus anécdotas sobre qué han podido cambiar de su realidad personal y comunitaria en el sentido de materializar ese mundo posible con el que soñamos protegiendo
el medio ambiente con las A de la Alegremia. Se relataron anécdotas de cómo algunos han cuidado el agua y el aire y se le entregaron reconocimientos a personas que han avanzado por ese camino: Estela Gispert, Dorette Bertrams, e Ismael Pérez.
A continuación, Martha Pérez presentó una charla que llamó El Tejido Cuántico, explicó que existía un entramado físico-biológico de nuestras familias y árbol genealógico pero que también había un entramado de las relaciones que teníamos con los otros seres que nos rodeaban y que aunque parecía invisible a los ojos, cada movimiento dejaba una memoria en el tiempo y el espacio, como si cada acción quedara grabada, ese tejido cuántico podía ser bello y sano si existía salud de las relaciones o estar roto en quienes siempre iban bravos, caminando por la vida, en esa red estamos contenidas todas las personas, junto a plantas y animales, por tanto en nuestro festival haríamos un performance colectivo que consistiría en representar el tejido con cada uno de nuestros movimientos simulando nuestro propio devenir en el ciclo planetario actual. Patricia sería la representación del gran sol central de la galaxia o la señora del destino, llevaría puesto un cinturón anudado con hilos de vivos colores, que representaban nuestras vidas, cada uno de nosotros tomaría uno, todos nos movimos libremente, cada uno con su hilo, alrededor de Patricia cruzándonos por encima o por debajo, en uno u otro sentido, hasta formar con los hilos, al compás de una música campesina, un tejido único e irrepetible.
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Observamos que cada persona hizo un tejido individual pero luego lo zafaron en un acto colectivo.
Fue en ese momento donde cada quien sacó a su niño interior y desde la A de arte, se expresaron a través de la pintura: un mural colectivo de dibujos bellísimos brotó como resultado.
Seguidamente Ronald, el profesor de baileterapia hizo una demostración y al son de la música cubana todos bailaron e hicieron ejercicio y sobre todo, rieron.
Celebramos a continuación el cumpleaños de Yerenia, Lluvia para nuestros círculos de reconexión con la naturaleza, donde todos le cantamos las felicidades y compartimos té, dulces y vino de pasas.
Dorette condujo un especial momento donde cada uno de nosotros tomó una velita en sus manos y todos sintieron que eran seres especiales con su propia luz, y que la luz de todos es la misma, que todos somos iguales. Con las luces eléctricas apagadas unas pequeñas lucecitas caminaron en sentido aleatorio perfeccionando la belleza del momento.
Todo estuvo listo entonces para comenzar la gratiferia, que contó esta vez con una amplia diversidad de regalos. Fue un éxito, tanto por las emociones que generó en los presentes como por las satisfacciones materiales.
Al terminar Lorely por una parte y Yerenia por la otra nos plantearon que acababa de nacer para Alegremia Cuba la A de la Alegría, era sin duda una A que teníamos que incorporar porque fue el Festival que por excelencia trajo este sentimiento.
Un buen cierre para una festividad que logró nuclear a más de 72 personas en total de las dos actividades y que contamos con 5 países invitados, Argentina, Nicaragua, Alemania, España e Irán, en esta ventura de la Alegremia, que dejó un magnífico recuerdo a quienes allí estuvimos y queremos compartirla a todos y todas.