Conversando sobre la Amistad(232)
La amistad en un grupo
El recuerdo de la Codoca
Loa grupos se integran por intereses y por afectos, por tradiciones,
normas, vecindades, responsabilidades, por ideas, por valores, por amistad.
La amistad genera grupos, los grupos muchas veces parecen secretar
amistad…
Un mail, desde España, de
María Elena González Vera, me hace recordar los tiempos juveniles y un
grupo de esa época, un grupo
abierto donde florecía la alegría, el afecto, la confianza, la sensibilidad
social, el cuidado, el apoyo mutuo… la amistad
Todos recordamos el nombre del grupo, tan ingenuo como transgresor: La Codoca. Clara las
dos primeras terceras partes de la sigla: Co –mer , Do-rmir , más ambigua la
tercera Ca-¿minar?.
En una casa , en una carpa, en la arena, en una playa, en un
bosque, en un bus… allí estábamos
SusanaBloch,Nicha(Ana)Bronfman ,Alejandro(pelado) Cuevas, Mario Sola
Alberto (Peluberto) Requena, Paz y Patricio Rojas, María Elena(Bisagra) y
Alvaro(Josepo) González Vera, Nicolás (Nico) y luis( Lucho, Panzi) Weinstein.
Alrededor , una pareja de jóvenes
unos años mayor, Luis Emilio y Mili Aybar, también Samuel, padre de Nicha, los padres de Bisagra y Josepo, don Gonza y la señora
María, con quienes tuvimos un
maravilloso veraneo en Cahuil, María Eugenia, la hermana de Paz y Patricio
Rojas y, por cierto el padre de
los Rojas,el muy admirado Manuel Rojas.
¿Quéhacíamos?Conversábamos,nos reíamos, discutíamos reforzábamos
nuestros compromisos
sociales, de estudio, de
formación personal, de relación
crítica con las respectivas
familias, arreglábamos el mundo,
o, por lo menos , alguna de
sus s infinitas migajas…
A veces, teníamos momentos cumbres de sano humor, como cuando Susana Bloch
decía, seria, transportada,” somos tan buenos y nos queremos tanto…” y recibía una respuesta pudorosa “ si ,
oh,,,” También , debo confesar, cuando
en la alta noche el suscrito recitaba: …”y titilan azules los astros a
lo lejos…” y su hermano, aterrizado, replicaba; “yo los veo blancos”.
Cada cierto tiempo, Maria
Elena nos interpelaba,
dándonos preguntas y advertencias sobre
nuestro desarrollo personal,
eran sus muy respetada “ habladas
“, siempre nutricias, invitando a crecer. Cuando parecíamos estar con poca vitalidad, tranquiidad o humor, Alejandro decía algo muy gracioso y no faltaba quien iniciara alguno de nuestros himnos como “ En este pueblo. donde no hay alcalde, donde no hay justicia , donde no hay reloj, donde
las niñas de quince abriles
, tiran las m por el balcón…”
Han pasado más de 60
años y los ecos de la Codoca se
sienten aquí y allá, en hijos y nietos, en proyectos, en
servicios , en compromisos con la salud y la educación, con los derechos humanos, con el derecho a la amistad,