miércoles, 23 de mayo de 2012

Conversando sobre la Amistad(232)


Conversando sobre la Amistad(232)
La amistad en un grupo
El recuerdo de la Codoca
Loa grupos se integran por intereses y por afectos, por tradiciones, normas, vecindades, responsabilidades, por ideas, por valores, por amistad.
La amistad genera grupos, los grupos muchas veces parecen secretar amistad…
  Un mail, desde España, de María Elena González Vera, me hace recordar los tiempos juveniles y un grupo  de esa época, un grupo abierto donde florecía la alegría, el afecto, la confianza, la sensibilidad social, el cuidado, el apoyo mutuo… la amistad
Todos recordamos el nombre del grupo, tan ingenuo  como transgresor: La Codoca. Clara las dos primeras terceras partes de la sigla: Co –mer , Do-rmir , más ambigua la tercera Ca-¿minar?.
 En  una casa , en una carpa, en  la arena, en  una playa, en un  bosque, en un bus… allí estábamos  SusanaBloch,Nicha(Ana)Bronfman ,Alejandro(pelado) Cuevas, Mario Sola Alberto (Peluberto) Requena, Paz y Patricio Rojas, María Elena(Bisagra) y Alvaro(Josepo) González Vera, Nicolás (Nico) y luis( Lucho, Panzi) Weinstein.
Alrededor , una pareja de jóvenes  unos años mayor, Luis Emilio y Mili Aybar,  también Samuel, padre de Nicha, los padres de  Bisagra y Josepo, don Gonza y la señora María, con quienes  tuvimos un maravilloso veraneo en Cahuil, María Eugenia, la hermana de Paz y Patricio Rojas y, por cierto  el padre de los Rojas,el muy admirado Manuel Rojas.
¿Quéhacíamos?Conversábamos,nos reíamos, discutíamos reforzábamos nuestros compromisos   sociales,  de estudio, de formación personal, de relación  crítica  con las respectivas familias, arreglábamos el mundo,  o, por lo menos , alguna  de sus s infinitas migajas…
A veces, teníamos momentos cumbres de  sano humor, como cuando  Susana Bloch  decía, seria, transportada,” somos tan buenos y nos  queremos tanto…” y recibía  una respuesta  pudorosa “ si  , oh,,,” También , debo confesar, cuando  en la alta noche el suscrito recitaba: …”y titilan azules los astros a lo lejos…” y su hermano, aterrizado, replicaba; “yo los veo blancos”.
 Cada cierto tiempo, Maria Elena nos   interpelaba, dándonos preguntas y advertencias sobre  nuestro  desarrollo personal, eran sus muy  respetada “ habladas “, siempre nutricias, invitando a crecer. Cuando parecíamos estar con poca   vitalidad, tranquiidad o  humor, Alejandro decía algo muy  gracioso y  no faltaba quien iniciara  alguno de nuestros himnos como “ En este pueblo.  donde no hay alcalde, donde no hay  justicia , donde no hay reloj, donde las niñas de   quince abriles , tiran las m por el  balcón…”
 Han pasado más de 60 años  y los ecos de la Codoca se sienten aquí y  allá, en  hijos y nietos, en proyectos, en servicios ,  en compromisos   con  la salud y la educación,  con los derechos humanos, con el derecho a la amistad,