Mltiversidad
sin Fronteras 52
Don y
conversación(2)
Humberto Abarca,
trabajador de Corporación Arteduca (humberto.abarca@gmail.com).
¿Por qué las palabras mueven montañas
si se las lleva el viento?
¿Cómo es que
las conversaciones atan? Cuando las personas conversan (con todos los
requisitos implicados en este acto, en especial el sentido de equivalencia de
los concurrentes) se implican –se entregan, se unen, se enredan, se mezclan,
tejiendo una trenza de sentido- y, al
mismo tiempo, tematizan, esto es, ponen
en tema, problematizan expresando argumentos y emociones para dar cuenta del
tema –diagnostican su cotidianeidad- y en ese mismo acto/proceso,
paulatinamente, van sosteniendo conversaciones para la acción –las personas
trabajan con el horizonte del tiempo, saben que el tiempo del pensar es uno y
el del actuar otro. Este sentido de la productividad interpela en la misma
medida que el problema o asunto sea significativo para esa comunidad
representada.
Desde un
punto de vista sociopolítico, se
efectúa el acto de constitución de comunidad, que no es otro que el de la
construcción colectiva de la polis, ese escenario donde se pone y resuelve lo
común.
Desde un
punto de vista cultural, el fenómeno
de la tematización implica la construcción de un nosotros compartido, un
‘estilo’ peculiar en el que esa comunidad se reconoce, una frontera trazada con
palabras alrededor de un universo temático.
Este tipo de
conversaciones tienen la gracia de invitar a actuar como sujeto: conocedor y
actuante sobre su realidad. Dialogan con el sentido común de la dominación:
¿por qué las cosas son así?: ¿por qué no nos cuidamos? ¿por qué no podemos
decidir cómo queremos vivir?
Constituyen
un enfoque centrado en el aprendizaje de los modos de sentir, pensar y actuar,
para pasar de la heteronomía a la autonomía. Es una conversación que restituye
al sujeto en su soberanía y en su integralidad, lo recupera/reconstruye como
sujeto, lo trae más acá de su fragmentación en el cotidiano.
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