Boletín de la Esperanza 16
Tercera parte
CON LA PIEL DE LOS PIES
Alberto Valente
Desde Buenos Aires
—¿Por
qué estás descalzo?
—Para
sentir la tierra bajo mis pies
—Tenés
que calzarte para no lastimarte, además mirá mis zapatos ¿no te resultan
atractivos?
—Puede
ser. Mirá vos mis pies: se muestran, no necesitan vestirse. A propósito ¿de
dónde venís?
—De
la ciudad ¿por qué me lo preguntás?
—Curiosidad…
tu vestimenta, tu transpiración y tu tos…
—¿¡Mi
tos!?
—Sí,
tu tos. Imagino el aire que respirás… respirás un aire mentiroso
—¡¿Mentiroso?!
—El
agua que tomás y lo que comés se nota en tu piel
—¿En
mi piel? Pero… ¡si nosotros lo poseemos todo! Conocemos todo o casi para
defendernos de las enfermedades
—Nosotros
no conocemos lo que vos conocés. Sentimos otras cosas. Plantamos semillas, las
vemos crecer, pedimos permiso cuando queremos comer. Escuchamos el canto del
río cuando baja de la montaña. Los pájaros nos corean felicidad. Nuestro cuerpo
está sintiendo a la naturaleza que nos ama
—Ustedes
son bárbaros y no aceptan a los civilizados.
—¿Civilizados?
—Sí.
Nosotros al poseer podemos dominar y así vivir.
—Y
tener miedo a perder
—Y
bueno, son los riesgos que uno corre
—Nosotros
no tenemos ni miedos ni riesgos…la flor, el río, la montaña, los pájaros, el
mar, el agua, el aire son nuestros hermanos
—Estoy
perplejo
—Es
un buen camino para empezar.