sábado, 12 de noviembre de 2016

Formación 31

Formación 31

Disciplina  Individual 3

Después de la descripción viene la autocrítica, la evaluación, en primer término, de la marcha del proyecto de vida. Se supone que se han adoptado unas metas, un cuerpo referencial, en este caso, el de nuestra metodología, la ecología del yo, dentro de la salud de la conciencia, parte integrante de la salud integral. Tú puedes tener por meta el vivir los valores del cristianismo o los de la masonería, los del arte por el arte, los del neoliberalismo, los del marxismo o los del budismo... En esta fase del trabajo diario te haces la pregunta de hasta qué punto fuiste coherente con tus valores, tus metas, con cómo quieres ser. No es una cacería de errores ni una reafirmación ligera de tu desempeño. Se trata de visualizar lo positivo, lo negativo, lo incierto, lo no susceptible de análisis valórico. Es la práctica de la autocrítica, cada vez más profunda y rigurosa, incluyendo el examen de tus metas y de tu imagen de ti, asumiendo la revisión de tu propia capacidad autocrítica.

Luego pasas al seguimiento de ciertas características tuyas, incorporadas a tu propuesta de desarrollo personal, ya sea para fortalecerlas, para potenciarlas, sacarles un mayor partido, o para intentar modificarlas, disminuir sus alcances. A veces necesitas intervenir un mismo rasgo para, al mismo tiempo, potenciarlo en ciertos planos y quitarle desarrollo en otros. Es lo propio de la sensibilidad, donde se da la tensión entre la legitimación del poder vibrar, acoger, guiar, embellecer, con el posible efecto negativo del sufrimiento por sensitividad, por intolerancia a la agresividad, al egoísmo, a la falta de delicadeza. Se da un camino de desarrollo personal de búsqueda de más "dureza" en el sentido de resistencia al quiebre, al daño, y de mantención o crecimiento en comprensión, en capacidad de expresar y promocionar nobleza, profundidad interior, ética, sentido de belleza, espiritualidad. Lo corriente es que se procure bajar el perfil, subir el umbral de reacción de manifestaciones emocionales perturbadoras para la convivencia como los celos, la ira, el temor, como que, por el contrario, se estimulen condiciones constructivas del tipo de la ecuanimidad, la buena comunicación, el humor.

Junto a la verificación de la coherencia con los objetivos y metas del proyecto de vida y el pastoreo de ciertos rasgos considerados positivos o negativos, la autocrítica comprende una pregunta general sobre lo aprendido: ¿El día ha dejado alguna enseñanza? Recuerdo una clase a alumnos de medicina en que conversábamos sobre la muerte y la función del médico y de improviso alguien dijo algo así como: 16entonces la medicina, al final, es una postergadora de la muerte..." Era el asumir no solo los límites de la medicina, era hacerse cargo de la inevitabilidad de la muerte y de la resistencia que la acompaña. El que nos cuesta integrar la muerte en nuestra visión de la vida. Es simplemente un ejemplo, entre muchísimos posibles, de un "aporte" del día. Puede no aparecer una enseñanza en ese lapso de veinticuatro horas. Nos vamos, entonces, retrocediendo en el tiempo, recuperando enseñanzas emergentes de la cotidianidad de días anteriores.