domingo, 16 de marzo de 2014

D . Personal, c. Cultural y n. Paradigma (74)


Desarrollo Personal, Cambio Cultural y Nuevo Paradigma (74)
               La metodología de  auto desarrollo  con la orientación de la salud integral (13)

Algunos lineamientos generales de la propuesta

1.- La propuesta se inscribe en la búsqueda de un cambio cultural, especialmente en las dimensiones éticas y epistemológicas. No se subordina; no se identifica, integra el ámbito médico, pero es de mucho mayor amplitud.
2.- La noción de salud apunta al desarrollo de capacidades humanas y al enfrentamiento de las necesidades: Se inscribe en los niveles individuales, vinculares, grupales y macro sociales de diversa índole y extensión.
3.- La idea fuerza de integridad se asocia a los contenidos del nuevo paradigma cultural básico, a lo holístico, a la trascendencia de dicotomías y, también, a la consistencia ética.
4.- Se pretende articular esta visión neo paradigmática con los referentes avanzados de la cultura hegemónica, particularmente con lo que en salud pública se conoce como medicina integral.
5.- El marco del nuevo paradigma se actualiza en la propuesta de una ecología para vivir que abarca la concepción general de una racionalidad integradora y su proyección en la cultura y los proyectos de vida.
6.- En correspondencia con el terreno fundante del desarrollo humano,  se define la conciencia como el campo último en que se dan los cambios  personales y culturales y como el indicador más importante de la calidad de vida.
7.- En el centro del desarrollo de la conciencia se da la dinámica  del yo y su ecología. Autonomía y participación son las fuentes de una tensión esencial, y se asocian al integrarse en uno mismo y al trascender hacia los vínculos, hacia lo otro.
8.- La propuesta asume la diversidad, la existencia de múltiples orientaciones sobre desarrollo personal y concepción de la cultura y el ser humano. El sentido de tener un marco referencial es doble: el contar con cimientos que den consistencia a las prácticas y metodologías, y el contribuir a satisfacer la necesidad universal de seguridad y proporcionar continente, estructura.
En el imaginario colectivo hay múltiples ideas y modelos de trabajo  en auto cuidado y desarrollo personal–espirituales,  afectivos, de expresión corporal, artísticos, lúdicos- que es necesario respetar y contribuir a acercar a lo que son las historias personales y las fortalezas y debilidades de los partícipes.
Es indispensable abrir espacios de diálogos para que, junto con explicitar los puntos de vista que se desea aportar, se den las condiciones para que se expresen las experiencias y las posturas de aquellos con quienes se trabaja.
9.- La propuesta es parte de un proceso que lleva a un autodesarrollo, una autoayuda. La meta de los cambios buscados es que los sujetos –en forma individual, en parejas y en grupos-, con autonomía y creatividad, extendiendo su influencia al medio, investiguen y creen sus propias prácticas transformadoras.
La propuesta tiene el carácter de una facilitación, una mediación provisoria, en espera de que surja la motivación y las capacidades para autoconducir los procesos.
10.- Formación y acción se articulan y complementan en la vida cotidiana, la participación en procesos de cambio y la práctica de disciplinas en trabajos asociados al crecimiento personal.

10 Hay un necesario fluir, nutricio, entre el vivir lo diario, el prepararse para ello –“afinar los instrumentos”- y el ser parte de esfuerzos sociales, ecológicos, culturales, encaminados a apoyar los cambios en el avance hacia la salud integral. Las disciplinas van evaluando y anticipando lo vivido. Es necesario tener vasos comunicantes entre aquello por lo que se lucha en el grupo de mujeres o jóvenes, la asociación ecologista o el espacio de diálogo social, y el cómo se da la convivencia en la familia, el centro de trabajo, o la instancia recreacional.

11.- Las disciplinas que se proponen son de tipo individual, vincular y grupal.
        Con las metas de asumir tanto la individualización como la compenetración con referentes universales, se opta a un trabajo con tres vertientes:
Trabajo individual, consigo mismo, practicado por lo general, todos los días.
Una instancia de elaboración con otra persona (trabajo vincular o en pareja), propuesto para realizarlo todas las semanas.
Un camino de crecimiento grupal, con reunión una vez al mes.
Es un sistema de trabajo flexible, en que el punto de partida depende del compromiso de cada uno, de la aproximación de la persona o del grupo.

12.- Reconocimiento de la complejidad de la tarea y la necesidad de asumir dificultades en el tránsito  por los caminos cotidianos de la autoayuda:
Más allá de la simple resistencia al cambio, esta aproximación enfrenta el desafío de superar la tendencia al conformismo y la dependencia externa, que corresponden a rasgos arraigados en la cultural actual. No cabe hacer evaluaciones lineales sobre impacto; los efectos son muchas veces tardíos e indirectos, con una permeabilización muy paulatina a los cambios esperados. Las resistencias y los escepticismos son muchas veces reforzados desde las familias y los grupos de pares, como es de esperar en todo trabajo con una perspectiva transparadigmática.
13.- Transdisciplinariedad y rigor: Cultura, paradigmas, salud, ecología del yo, son campos referenciales en los que el sentir común se emparenta con la reflexión y los valores.  La psicología, la antropología filosófica, la ética, la epistemología, el arte y el desarrollo espiritual se cruzan y se transforman, desbordando los cauces disciplinarios.
Bajo el imperio de la racionalidad integradora, el rigor de lo bien precisado y focalizado debe interpenetrarse con la capacidad de apertura multidimensional, evitando los riesgos del verbalismo vacío y de la falta de esmero en la crítica y la evaluación.

14.- Las fases en el proceso de aprendizaje de la autoayuda:
a. Sensibilización:
Motivación, problematización del tema de la cultura y el desarrollo personal.
Explicitación del marco referencial:
Análisis de los propósitos, del encuadre de la época y de los principales referentes conceptuales.
b. Demostración de las disciplinas: Con ejercicios, lecturas, discusiones, se da cuenta del aspecto práctico de la propuesta.
Espacio de retroalimentación e integración en los proyectos personales: Se abren posibilidades de explicitar asociaciones, preguntas, rechazos: Se procura establecer enlaces con las historias personales, las fortalezas y experiencias, en general.
c. Práctica experimental: Período de prueba de la disciplina individual, de búsquedas de asociados en la aproximación vincular y grupal y, también, de práctica de ellos.
Reencuentro con el facilitador: después de un período de práctica Reforzamiento y adaptaciones metodológicas, aprovechando las fortalezas de cada uno.
e. Auto-observación: Práctica sistematizada de la auto-observación.
f.  Re-orientación de las prácticas: Reorientación de las prácticas más “apropiadas” para los partícipes.
g. Fase de irradiación: Los sujetos asumen papel de facilitadores, generalmente limitado a personas con tendencias a un liderazgo integrador.
15.- Diferentes papeles en relación con la propuesta:
Otra manera de sistematizar lo planteado es describir, esquemáticamente, los roles desempeñables con relación a esta propuesta.Roles tales como:
a. Facilitadores de la propuesta.
b. Asociados: personas que colaboran, desde alguna especifidad, como expresión corporal, epistemología, música u otras.
c. Facilitadores de otras propuestas complementarias: como algunos terapeutas humanistas, personas que trabajan en climas institucionales, animadores culturales,  terapeutas de reiki, medicinas florales y otros.
d. Colaboradores contextuales: facilitadores de las condiciones para que los grupos puedan realizar sus prácticas. Son administradores o líderes receptivos.
e. Personas en proceso de sensibilización.
f. Personas en trabajo experimental.
g. Personas que están en las prácticas de autoayuda propuestas, individual, vincular y grupal (una o más de una de ellas).
h. Personas que han adoptado sus propias orientaciones y metodologías de autoayuda.
16.- Dentro de la orientación neoparadigmática integradora, la propuesta articula un trabajo de observación y reflexión, con el desarrollarse desde lo afectivo, lo valórico, lo comunicacional, la acción social y, en el fondo, la dimensión espiritual.
17.- Manteniéndose en el referente de salud integral y la racionalidad integradora básica, la metodología está abierta para que los facilitadores incorporen nuevos elementos, de acuerdo a lo que sean sus propias fortalezas.