martes, 31 de marzo de 2015

L0 Cotidiano y lo Universal 23


Lo Cotidiano y lo Universal 23
La actualidad  y lo de fondo, lo estructural, lo universal
 Problemas viscerales y soluciones epidérmicas
El país se estremece,   se  duele, se solidariza, se indigna, ante  la magnitud de los  desastres naturales  en el norte y en el sur , el agua y el fuego.
Por otro lado, se sorprende , se escandaliza,  cree estar ante el Apocalipsis al informarse de  graves actos ilegales  y  también, de la magnitud de la codicia humana.
El dolor se justifica, la  solidaridad es una  señal de  desarrollo humano, la  indignación es un gran indicio de  salud social;  habría que detenerse ante  el tamaño de la sorpresa en relación a los desastres éticos   , tal vez sorprenderse e incluso indignarse ante  lo  insuficiente de la previsión  en relación  a las inundaciones  y los incendios.
Ponemos  toda nuestra energía en  el tratamiento de estos  macro problemas-¿Podemos decir lo mismo con respecto al disgnóstico.  A la previsión,  a la  forma como hemos encarado el progreso, a la promoción humana. Al paradigma cultural imperante.
Por cierto ,lo que sucede  ahora tiene sentido:  vidas en peligro,  la acción oportuna  eficaz, junto con el apoyo  humano, el calor de la fraternidad.
 Una comunidad, un país, tiene capacidad suficiente para, sin abandona sin  dejar  de  aportar   a lo actual , a lo urgente .  con todos los recursos y el sentir  posible, al mismo tiempo   encarar un diagnóstico de fondo: ¿Hay relación entre  los dos   problema y  lo inerme  que podemos estar frente  a las variaciones  en el acaecer de la naturaleza y la evidencia de una verdadera pandemia  de pragmatismo y búsqueda   codiciosa  de poder financiero?
Para eso no hay muchos discursos Se ataca a personas. Se descubren fallas técnicas y falencias éticas  de individuos.
Nuestro  pesar, nuestra indignación, parece  toparse con   factores  que están a la vista como la codicia  de algunos  y los desajustes  de algunos  en la relación con la naturaleza.
Sin embargo…qué difícil es separar   el tema  de la codicia  de algunos con el llamado de la propaganda   a consumir  sin espíritu crítico, a la prevalencia de un sentido común hegemónico, prevalente en los medios de comunicación,  en la socialización, infiltrado  en la educación,  en que el  ganar, el   sobresalir , el competir son un polo dominante frente al considera al otro como significativo, como igual de fondo y diferente en la expresión…
Cuán imposibles  es distanciar, también, el efecto  de los desastres telúricos  y de los incendios ,  del abandono y del descuido   en las relaciones  con el otro y en la desigualdad de recursos de las personas y las comunidades  para enfrentar las catástrofes.
Ante los diferentes sacudones del agua, del fuego, de las conductas de algunos, parece  que se da la  oportunidad de  ampliar la mirada, ver cómo estamos viviendo, examinar nuestro sentido común , asomarse a tema de fondo de   qué hacemos con la improvisación, con la codicia, con la negación del otro, con la relación con la naturaleza, con el sentido común.
Convirtiendo la indignación en energía. Encauzando la energía  hacia la acción integradora desde un sentir pensar de conjunto que  encare el egoísmo  y la codicia como problemas humanos, en el desarrollo personal, en la formación  interpersonal y grupal, en la educación, en los medios de comunicación.
Sin abandonar las urgencias, lo actual, abriéndose a encarar los temas universales .