domingo, 23 de agosto de 2015

Entre la Separación y la Integración 56

Entre la Separación y la Integración 56
Los grandes  referentes; El Asombro, la  Amistosofía…
 3  La Salud del Poder


Nuestro bosque de espeso y yerto pragmatismo, acompañado-gran y comprensible  paradoja- por inútiles intentos de establecer  momentos  utópicos absolutos, sin trabajo, disciplinas y procesos de aprendizajes previos, nos aleja de la consideración de los árboles fundantes de nuestra condición humana. Uno de ellos es el poder,  ubicuo, hipócrita, denostado, tan parte nuestra como las células o la esperanza.
  Deseado y no legitimado, el sentido común  hace del poder sinónimo de dominación, de relaciones ajenas a la relación entre iguales y a  la complementación.
Nos proponemos sugerir algunos elementos de juicio para el estímulo a las conversaciones, reflexiones y actividades formativas en torno al poder humano, diferente al de la naturaleza, al de las máquinas, al de los documentos notariales.
Tomamos como  ángulo de miras a la salud . Nos preguntamos por la salud del poder. La intención  es  de contribuir a  las búsquedas de “terceras vías, entre el “pan pragmatismo” de la adscripción  acrítica al mundo, del  uso y de la adicción al poder, y el reino  etéreo o retórico  de la evasión  hacia una negación  utópica de la existencia y necesidad del poder.
Cuesta admitirlo,  pero hay un cierto sincretismo,  una sobre posición de contenidos entre poder y salud. Poder es capacidad, poder   realizar algo, con la imaginación, las manos, la voz,  el dinero, la influencia, la inspiración…Cuando hablamos de salud nos referimos a ciertas capacidades, poderes, postulados como  positivos, tendientes a la actualización  de algunas posibilidades  humanas, goce, comunicación,  trascendencia, identidad. Sí  nos referimos  a la capacidad vital, o a la de integrar, como rasgos de salud, allí está implícito el poder como la medida de sus alcances, lo que se “puede “ en vitalidad o en integración .
Hay un poder  de las diferentes dimensiones de la salud. A la inversa, se da, igualmente, la salud de las diferentes expresiones del poder. Es una indicación sobre la dirección de un determinado poder. A partir de una visión de salud integral, de considerar como válida la salud de todas las personas, del reconocimiento del valor de cada ser humano, el poder de dominación es propio de una “mala salud”.
Profundizar  en la concepción del poder es relevante para los trabajadores de la salud, la educación, el desarrollo social, los temas ambientales y la cultura, en su sentido más específico, y para todo un país que pretende abrir un ancho camino a la cultura .
Es un tema libre de recetas. Hay que examinar  la el concepto  en un mismo movimiento de  revisión de uno mismo, en procesos llevados a cabo con autonomía, lejos de prejuicios, dialogando, reflexionando. Así  se tiene la oportunidad de  pasar por encima   de los sesgos y las necesidades de  mantener imágenes y se dan las condiciones para contextualizar  y para  profundizar  el ángulo de miras sobre la política, el ámbito colectivo de ejercicio del poder, en su conjunto.
¿Qué es el poder, cuáles son sus dimensiones? Al contestar se ponen en acción ciertos “poderes”…atención, memoria, asociación, seguridad, interés  en estas conversaciones … Todos  tenemos poder,  de un grado u otro, de preguntar, de responder, de discriminar, de voluntad…la lista  no tiene término.
Proponemos una  diferenciación simple de cinco dimensiones del poder. Ellas son el poder de ser, el de la conciencia, el de la identidad, el de la fuerza o energía, el de la dirección  del poder.
A).     El poder de ser apunta a nuestra condición básica  de “existentes “,  entes . Es el más olvidado o negado en estos tiempos del “pragmatismo encéfalo craneano”. Nos sitúa, al reconocerle, en la tensión  esencial, ex-istimos, estamos fuera, tenemos nuestra individualidad, pero  pertenecemos  al todo, participamos.
B).     Contamos con el poder de darnos cuenta, la “con- .ciencia”. Poder con su  lucha, su contradicción, el doble enfrentamiento con la incertidumbre epistemológica y con las opacidades del inconsciente.
C).     El poder de ser y el de la conciencia se continúan con nuestro poder  más personal, la identidad, el centro, el yo.
D).     El poder energía  comprende un vasto, diverso, espectro de contenidos .Hablamos de potencia sexual y de poder económico, fuerza física y capacidad de convocatoria, poder militar  y resonancia carismática…Es el poder tangible, el único aparentemente  existente en el sentido común.
E).     Las expresiones del poder  poseen  distintas direcciones; la guerra, la acumulación, las relaciones humanas, el desarrollo personal, el conocimiento, el enriquecimiento, el trabajo, el control de una posición  gubernamental, la expansión territorial, la educación, la obra artística, el éxito deportivo. Toda la gama posible de las metas humanas. Es la dimensión del poder más cercana a la salud, la susceptible de ser llevada a términos valóricos
Para encarar la salud del poder tomamos la directriz de la salud integral . En ella, en apretado resumen, se considera el desarrollo del potencial de cada uno y de todos, en armonía entre sí y con la naturaleza, rescatando la “escala humana”, el papel del ser humano en el cosmos, la forma peculiar como se da  la identidad bivalente, “cuántica “ de  autonomía y participación  en la comunidad, la humanidad, la vida ,el planeta.
Podemos considerar, tentativamente, a grandes rasgos, como forma de animar un diálogo, las condiciones siguientes que pueden ayudar a identificar  a  un poder “sano”:
A).   La armonía entre la igualdad humana básica y el derecho a la diferenciación.
B).   La orientación hacia la sustentabilidad
C).   El equilibrio entre el poder de identificación acotado a lo más significativo y la apertura a lo universal
D).   La sinergia entre el  desarrollo  de las personas y la búsqueda de medios para facilitarlo
E).   La atención a las necesidades y derechos de todos
En relación al poder de dominación, hay tres  grandes formas de establecer el poder sobre otros, importantes para el estudio de la salud. Ellas son el poder impuesto a la fuerza,  el obtenido por “autoridad” y el propio de la seducción  que neutraliza la capacidad de discriminación
Entre la visión “supra humana “de negación de la inevitabilidad, de lo constitutivo del poder  y la adscripción  autoritaria  a  la legitimación del poder de dominación, podemos optar por  el referente de la salud integral, por la búsqueda de la salud del poder.