sábado, 16 de junio de 2018

Multiversidad sin Fronteras 54

Muiltiversidad sin Fronteras (54)

Francisco Araya Rogazzi

Es actor y educador, dirige la Corporación Arteduca y participa en sus distintas áreas de trabajo. Está dedicado al trabajo con comunidades y grupos, diseñando metodologías que integran la educación emocional, las artes y la creatividad. Es parte del equipo docente de la Escuela Latinoamericana de Metodologías Participativas para el Buen Vivir.


El Facilitador Facilitado
El arteoficio de la facilitación expone a quien lo practica a una serie de encrucijadas que lo interpelan y lo desafían sobre todo a permanecer siempre atentx. Mantener la atención justa a lo que “nos pasa” y “lo que pasa” cuando estamos en la tarea de facilitar nos ubica en una permanente posibilidad de observación de aquellas zonas propias que el grupo nos pone de manifiesto por su condición de incompletas, oscurecidas o no advertidas.
En ese sentido la labor de quien facilita se parece más a una oportunidad de autoconocimiento que a una oportunidad de resolver a otros sus asuntos. Si bien aquello puede ocurrir, lo que parece ser más completo en esa tarea es que, en la medida que el facilitador se sumerge en su propia interioridad, la experiencia de todo el grupo es más profunda, más genuina y productiva.
De todo esto me he enterado que muchas gentes han pensado y me alegro por ello porque podría significar que yo mismo he podido asomarme a esas reflexiones sin ser tan letrado. Eso me hace pensar que un buen silencio es tan provechoso como varios libros, siendo los libros una cosa buena por su olor y los apetitos que despierta.
Pero volviendo a la figura del “facilitador facilitado”, pienso que ese podría ser un camino de formación para quien quisiera adentrarse en la cuestión de acompañar o facilitar los caminos de los grupos y comunidades. Una perspectiva o enfoque formativo que avanzara con esa consigna podría ser un encuadre ético que señalara un camino que no concluye con el aprendizaje de técnicas o el manejo de conceptos y dispositivos. Aprender a mantener el contacto consigo mismo cuando estamos en contacto con la grupalidad nos permitiría mantener la distancia necesaria para identificar los movimientos egóticos que operan como el enamoramiento de “lo bien que le hacemos al resto”.

Otro camino imprescindible es la poesía y el acto poético; porque el Facilitador facilitado es también un héroe absurdo y anónimo que ha dispuesto un recorrido para otros que aceptan caminarlo. Es como si nadie supiera que está creciendo porque el asunto ocurre hacia adentro, como un susurro que ha quedado en el tiempo y encontró una caja de resonancia que lo encarne. Larga vida y buena escucha al Facilitador facilitado.