Conversando desde la Amistad (175)
Las sectas y el sectarismo
Lo ocurrido en Colliguay nos conmociona. A ratos nos obsesiona Lo discutimos. Lo dialogamos.
Nos asedian las preguntas.
Con justa razón. Es un
crimen que angustia al más insensible Un asesinato que va más allá de lo imaginable.
Hablamos preocupados e indignados de esa secta y de todas las sectas.
En las conversaciones emerge, con cierta dificultad, el tema
del sectarismo. La tragedia, el árbol colosal, deja borroso al
bosque. A su vez, el bosque inhóspito del sectarismo distrae, no da lugar a la
constatación de cómo el desarrollo humano
actual favorece el sectarismo con todas sus consecuencias, incluyendo las conductas más
aberrantes.
Las sectas son alianzas que
se separan de la comunidad
religiosa, se diferencian de
ella y como dice el Diccionario de
la Real Academia “ el hablante “ considera sus convicciones como falsas.
El término sectarismo se ha extendido, se usa mucho en materia espiritual y política. El punto clave es la separación en que se
pierde el sentido de lo humano, de
los lazos últimos de quienes
formamos la humanidad. El énfasis
es puesto en los grupos mar- ginales, en que lo sectario se suele identificar con el seguimiento ciego , absoluto, a líderes
desequilibrados; al imperio
del fanatismo y
conductas desequilibradas y peligrosas.
En cierto modo, el sectarismo, el fanatismo, los fundamenta lismos,
son la otra cara de la vida en el desarrollo
dominante ,aislada, anclada en las cosas,
ajena al asombro, centrada en el espectáculo, presa en la racionalidad
instrumenta, en el individualismo y el economicismo. Sin críticas hacia el
poder y el vacío existencial,
La tragedia de Colliguay, la proliferación de sectas, el auge del fundamentalismo,
van llamando a la integración del
desarrollo de la convivencia y de los derechos y responsabilidades humanas, de la profundización del
desarrollo personal y de la
democracia. . Van interpelándonos
invitándonos a trabajar juntos por superar la cultura imperante. La
cultura sectaria.