lunes, 15 de junio de 2020

Amistad con la amistosofía 8


Amistad con la amistosofía 8
 Amistad e individuación.
Las capacidades para vivir la amistad provenientes del afecto, de la compañía, del juego, del goce compartido... aparecen muy temprano.
Las condiciones para la amistad profunda, donde se dialoga, se traspasan los límites del ego, emerge el yo testigo capaz de intuir el yo del otro, de asumir las diferencias en perspectivas, en historias, en capacidades, el habitar la dimensión común de ser humanos... implican un proceso de individuación.
Individuación para ir y venir por las fronteras de la individualidad. Individuación para poder arribar al tú y al nosotros.
Se trata de pasar una noche, como una nochecilla mística.
Individualizado a concho, camino a la amistad fraterna...
El camino a ser individuo pasa pronto por un túnel. Es un espacio y un tiempo de oscuridad. No existe la luz para ver la luz. La luz humana, distinta a la de las estrellas y las lámparas, la luz capaz de ver las señales de los confines, los altos montes, el abismo humano. Oscuridad donde se palpa el poder, se goza la trivialidad, pero no se ve al otro. La otra, el otro, sirven, se usan, son cosas...
Buscando, imaginando, queriendo a rabiar, aparecen ventanas, se aprecia la luz... el individuo ha tenido metamorfosis... entra a un mar, le brota luz, ve a los otros, se hace amigo de la amistad, llega, de puro individuo, al país del tú, también llamado el país del nosotros.
El país de la luz, de las ferias donde se intercambian los sueños, el país donde se comparten gajos del yo.