domingo, 17 de julio de 2011

Algunas Amigas y Algunos Amigos

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C o l e c c i ó n E s c r i t o s T e s t i m o n i a l e s
alabras
para algunas amigas
y algunos amigos
Luis Weinstein
P
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© Editorial Universidad Bolivariana S.A., Santiago de Chile, 2011.
Palabras para algunas amigas y algunos amigos
Inscripción Nº 204.024
ISBN 978-956-321-048-4
Ilustración interior: Francisco Ramos
Primera Edición: Junio 2011
Editorial Universidad Bolivariana.
Huérfanos 2917 - Santiago, Chile.
http://www.ubolivariana.cl
http://www.revistapolis.cl
aelizalde@ubolivariana.cl
Diseño y diagramación: Utopía diseñadores, elutopista@mi.cl
Impresión: CIPOD. 2-236 65 55 contacto@cipod.cl Santiago, Chile.
Este estudio está protegido por el Registro de Propiedad Intelectual y
su reproducción en cualquier medio, incluido electrónico, debe ser autorizada
por los editores. El texto es de responsabilidad del autor y no
compromete necesariamente la opinión de la Universidad Bolivariana.
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El árbol de la vida puede ser el arquetipo más recurrente de todas las culturas.
Representa la fuerza de la vida, su fertilidad; es el elemento vertical que se
nutre de la tierra horizontal; apunta al cosmos y a lo alto; es refugio y alimento
de hombres y animales; la sombra que proyecta y sus variadas formas lo hacen
el ser vivo más apreciado, longevo y pacífico que ofrece la naturaleza.
panchoramos
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Al recuerdo de David Turkeltaub, poeta y editor,
teniendo muy presente cuando llegó a España diciendo
“seamos amigos”.
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Índice
Presentación 13
Adultos Mayores
Los adultos mayores ante una humanidad
en crisis de adolescencia 15
Alejandro Illanes
Raíces en el Espíritu 25
Alfonso García
Crónicas luminosas 31
El Asombro
El Asombro como puente entre la Salud y la Poesía 33
Hacia el cambio paradigmático
Síntesis de una experiencia educativa 43
Carmen Obreque
Igor vive 53
Con-spirando
Respirando juntas, juntos, para inspirarnos mejor 57
El Derecho a ser Humanos.
Con el dolor personal y con la vista en lo humano 65
Evelyn Garlick y Hernán Manquepillán.
Desarrollar la Persona, la Cultura, lo Humano 69
Ética
La Ética como eje de la Calidad de Vida 75
10
Griselda Núñez y Carmen Obreque
La Vida misma y hermanar calcetines 87
Herman Schwember
Dignidad, creatividad y pasión.
El ejemplo de Herman Schwember 91
Hortensia Lizana
Propuestas y respuestas desde la Vida 95
“Ideas”
Veinte años de la Corporación Ideas 105
Jorge Flores
Dando la palabra al silencio 107
Jorge Osorio
Fe en la incertidumbre, compromiso en la complejidad 113
Lagos Nilsson
Un arca de sueños y secretos
donde se trizan los proyectos de la nada 117
Margarita Ovalle
Una mirada amplia para intimar con el Chile profundo 119
María Alicia Pino
¿Hay un hilo de Ariadna para la Poesía? 125
María Teresa Pozzoli
Pensar complejo, sentir profundo, enseñar con sencillez 127
Mario Barahona
Imaginación y compromiso con el desarrollo humano 133
Mario Henán Latorre
La Poesía del Tú y el Tú de la Poesía 137
Miguel Ángel Backit
El amor y el destino 143
11
Mónica Echeverría y María Teresa Pozzoli
La utopía de la reconciliación y el nuevo paradigma 147
Pablo Neruda
Neruda en el corazón 151
Patricio Alarcón
Coexistencia y coraje de ser 155
Raúl Martínez nos pone una vara alta 163
Rodrigo del Villar
Premio N’aitún al Parque de la Paz Villa Grimaldi 165
Rodrigo Parra
Naves para el Mar de la Esperanza 167
Rosa Escobar
Amor al Corazón 169
Sebastián Claro
Aportando a un clima de preguntas y esperanzas 171
Taller Estímulo de la Memoria
Memoria, inspiración y participación 175
Taller Pucarel
Un Archipiélago de mucho verde y azul 177
Universidad Bolivariana
Transformación
La Transformación como guiño al Sentido de la Existencia 191
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Presentación
En la presentación de nuestro libro “Algunas y Algunos” (Universidad
Bolivariana, 2009) dábamos cuenta de nuestro recuerdo de juventud
de González Vera y su libro “Algunos” y cómo no sólo no podíamos soñar
en acercarnos a su talento y sensibilidad, si no que no era dable esperar de
nosotros una segunda edición “corregida y disminuída”, como acostumbraba
a escribirlas ese querido autor. Es verdad, cumplimos con el espíritu de
lo dicho: ésta no es una segunda edición, es una adición, una segunda parte,
una extensión del libro anterior con textos escritos con posterioridad a “Algunas
y Algunos”, siempre asociados a Amigas y Amigos.
El hilo conductor sigue siendo, majaderamente, destacar personas,
escritos, iniciativas, temas, que expresan, a mi entender, desde distintos
puntos de mira, una pequeña muestra de lo que es un verdadero movimiento
evolutivo existente, orientado hacia una nueva visión de la cultura, una
aproximación al nuevo paradigma cultural básico, el de la integración, la
complejidad, la apertura al misterio, la democracia profunda, la cercanía a
lo poético. En distintos escenarios, repetimos ideas generales y referencias
a nuestro propio trabajo y experiencia general. Espero que por lo menos
algunas y algunos de los lectores me perdonen por ello.
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Los adultos mayores ante una
humanidad en crisis de adolescencia
Perspectivas y experiencias
Encuentro de Caritas, Junio 2009
Quiero empezar con unas viñetas, escenas correspondientes a una
práctica en que se visualiza el mal trato a los adultos mayores como parte
del trato inmaduro que el ser humano se hace a sí mismo, en su posible
camino hacia llegar al homo sapiens. Es decir, la situación de los adultos
mayores como un problema del desarrollo humano, como parte de una crisis
de la evolución y de la época actual.
Tras unas breves pinceladas de comunicación, de ejemplificación
de lo que estamos haciendo en un trabajo comunitario que incluye a los
adultos mayores en un rol protagónico importante, paso a referirme al marco
referencial en que se apoya, asociado a las nociones de salud integral y
de diálogo de paradigmas.
Van unas viñetas introductorias.
Primera viñeta
Curso llamado Salud, amistad y poesía, realizado en Las Coincidencias,
Isla Negra. Diplomado, de asistencia sin requisitos académicos,
certificado por la Uniiversidad Bolivariana.Participan residentes en las Provincias
de San Antonio, de Valparaíso y de Santiago. Parte de los integrantes
de la Provincia de San Antonio, en su mayoría adultos mayores, son,
también, asistentes a un segundo curso que se hace en Las Coincidencia,
llamado de“Formación de Guías Poéticos”. Los de Valparaíso son, en general,
jóvenes estudiantes y profesionales jóvenes de las carreras de la salud
de la Universidad de Valparaíso.
Es un encuentro centrado en un llamado a pensar en los puentes que
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cada una-uno establece entre la salud, la amistad y la poesía. Se empieza
por armar un círculo y a preguntar cómo les llega, cómo sienten el tema.
Dos adultos mayores se abren a compartir con tonalidades emocionales
distintas. Uno, se explaya señalando por qué siente, cree, que todo es poesía.
El otro, insiste en que quiere ser positivo, pero desea compartir el que
se siente desequilibrado porque ha ido perdiendo a sus amigos… Una educadora,
proveniente de Santiago, da la matriz integradora, hablando con
entusiasmo de los vínculos entre la educación y la poesía, la poesía de la
vida, particularmente en la enseñanza nocturna. Una joven kinesióloga hace
otro tanto con su vivencia sobre la relación entre salud, amistad y poesía.
Luego, se distribuyen en parejas para dialogar sobre las experiencias
de vida de cada una, cada uno.
Nuevamente reunidos, se distribuyen copias del libro” La Amistad”
del sociólogo Francesco Alberoni, con indicaciones para la lectura individual.
Finalmente, se hace una mesa redonda en que el grupo elige como
panelistas a tres jóvenes. Cada exposición es seguida de preguntas y reflexiones
en que se da un intercambio distendido, profundo, en el cual parecen
difuminarse las diferencias de edad.
Al término de la reunión, sólo cabía que yo, el facilitador, propusiera
darse abrazos entre todos, como expresión de la cercanía del grupo, de
los afectos, del respeto a la complejidad del tema y a la diversidad de miras
dentro de grandes valores comunes.
Segunda Viñeta
El Curso de Guías Poéticos es igualmente un Diplomado anual que
se lleva a cabo en el Centro Las Coincidencias, Isla Negra, con apoyo de la
Universidad Bolivariana. El curso va en su treceava versión. Se hacen reuniones
una vez por semana y se plantea un trabajo personal para cada mes.
Una propuesta de Abril de este año planteaba preguntar a tres personas,
ajenas al curso, sobre cuál les parecía que era la experiencia con más
sentido poéticos que hubieran tenido en sus vidas.
He aqui las respuestas que tuvo Ana, una participante adulta mayor,
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en entrevistas a otros tres adultos mayores no pertenecientes al curso.
Carmen, 62 años “Una noche estrellada estaba en el campo cerca de
Puerto Montt. Vió las estrellas como casi pudiendo tocarlas con la mano
Percibió que estaba parada sobre la superficie del globo terráqueo, se sintió
pequeña ante la inmensidad y a la vez grande y agradecida de estar
viviendo esa experiencia”.
Mario, 60 años “En una presentación de música y de poesía, las
campanas interpretaban algo muy suave mientras un niño recitó La Mamadre
de Neruda. Se llenó de emoción Se identificó con Neruda porque a él lo
crió una tía; no pudo impedir que asomaran lágrimas en sus ojos”.
Olga, 60 “Ella despertó muy temprano. El hombre que ella ama estaba
sentado en la cama y le leyó algo muy lindo, una prosa poética que le
había escrito mientras la contemplaba dormida”
Tercera viñeta
Antiguo Hospital San José de Santiago. Diplomado anual llamado
de “Formación de Líderes Culturales”, llevado a cabo con pobladores, sobre
todo mujeres, tarea educacional comunitaria que hago desde hace 9
años, también apoyada por la Universidad Bolivariana.
En una clase semanal última relatamos el mito de Narciso, con el
fin de ampliar la perspectiva sobre la tensión entre tendencias egocéntricas
y altruistas. Hacemos una imaginería en que se fantasea con el contacto
con un extra terrestre que pregunta a las personas presentes por la explicación
del narcisismo humano. ¿Qué hace que los humanos rengamos tendencias
narcisistas?
Se lleva a cabo una conversación de a dos, luego una devolución al
curso Hacemos, después, una mesa redonda en base a tres voluntarios. Las
persona que exponen y quienes participan en el grupo entran al tema de sus
propios narcisismos, sin necesidad de orientación, y plantean con autonomía
los temas de narcisismo de familia, de grupo, de especie… de los
facilitadores.
¿De qué se trata en estas dos experiencias, la de Isla Negra y la de la
zona Norte de Santiago, que relación tiene lo descrito con el mal trato al
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adulto mayor, cuál es el marco referencial?
Para mayor claridad, damos un salto metodológico. Habiendo partido
de compartir experiencias puntuales, del día a día, en que va emergiendo
el intento de asociar en una propuesta de educación comunitaria el afecto
con la reflexión, con la mirada epistemológica, con el desarrollo de la imaginación
y la sensibilidad, deseamos fundamentar tanto la forma de trabajar
como donde se lleva a cabo, como ejemplificación, experiencia, aquello
que se tiene como perspectiva de conjunto.
Nuestro tema es el mal trato hacia los adultos mayores. El mal trato
tiene toda una gama de expresiones, desde la violencia física hasta el que
no se den las condiciones para que las personas de esas edades aporten lo
mejor de ellos a los otros significativos, a la sociedad, a su realización
personal. Es decir, el mal trato al desarrollo humano.
Desde el ángulo de miras de un trabajador de la salud, propio de
quien habla, podemos distinguir entre promoción, prevención, diagnóstico.
tratamiento y rehabilitación. Son diversos niveles de una aproximación al
tema desde la perspectiva de la salud integral.
El diagnóstico, el qué, es clave. Diagnóstico que va más allá del
detectar anormalidad o enfermedad. Diagnostico de realidad, de salud.
En este caso, la pregunta es cómo hacemos el diagnóstico en relación
al trato dado a los adultos mayores. Cuál sería el trato adecuado al
adulto mayor, el buen trato, el trato saludable del otro, de la comunidad, de
su sentido común. Tema complejo, extenso, tal vez interminable, porque
nos lleva a plantearnos la preguntas básica de qué es un adulto mayor y de
allí la interrogante del caso sobre la naturaleza de un trato adecuado.
El adulto mayor, de nuevo desde la perspectiva de la salud, la salud
vista con criterio integral, es, como todo ser humano, un ser “existente”, ser
en el mundo, vivo, encarnado, con cuerpo, conciencia, inconciencia, vínculos,
adscripción a una cultura, espíritu, con tensión entre ser finito y anhelar
lo absoluto.
Es lugar común que lo caracterizan dos rasgos, dos tendencias contradictorios,
es la edad de la progresiva pérdida de facultades, los deterioros,
la posible mayor cercanía de la muerte y, por el otro lado, tiempo de
acumulación de experiencias, del acercarse, con mucha menos certeza que
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a la muerte, a la madurez, a la integración, a la sabiduría.
Desde la salud integral, que no es solamente la salud del individuo,
sino, también, de los vínculos, de los grupos, las instituciones, la sociedad,
el estilo de desarrollo; lo adecuado, lo sano, sería procurar tener las posibilidades
tanto de que la ciudadanía reciba la experiencia y todo lo que pueden
aportar los adultos mayores, como que se den las condiciones para
atender a sus problemas, a sus limitaciones.
Hoy, en nuestro sentido común, en la cultura dominante, interesarse
en el adulto mayor implica, en general, preocuparse por lo asistencial, por
el tratamiento y la rehabilitación y con mucho menos atención a la prevención,
promoción, al desarrollo, a las posibilidades de entrega de la riqueza
experiencial, de la sabiduría.
Eso no es un problema aislado. Ese desbalance también existe en el
trato a los adolescentes en que nos preocupa su relación con las drogas,
pero desatendemos o ninguneamos todo el aporte humano que significa el
idealismo juvenil También, se da en forma más general, en los medios de
comunicación que procuran entretener y dan ínfimo lugar a la formación.
Ocurre algo semejante en el sistema escolar, en que los programas predominan
sobre las personas. También, en la práctica psiquiátrica, en que el
medicamento suele ser figura central en relaciones terapéuticas; en que el
contacto, el encuentro, el acompañamiento, las redes sociales, pasan a segundo
plano.
El problema del trato a los adultos mayores necesita un enfrentamiento
urgente, inmediato, aquí y ahora, pero también requiere hermanarse
con los esfuerzos por cambiar la cultura, el imaginario compartido, el sentido
común. Es imperativo recordar que el trato a los adultos mayores es
parte integrante de la relación del ser humano con el otro, con la trascendencia
y consigo mismo.
El trato al adulto mayor, al profesor y al alumno, a la pobladora y a
la clase política, no es separable de la forma como vemos a la realidad y al
ser humano. No cabe considerarlo al margen del llamado paradigma básico,
el modelo con que se interpreta y se vive la realidad.
Tenemos muy presente la crisis financiera, la crisis ambiental, el
aumento de la desigualdad, la marginalidad y la pobreza, la violencia, las
guerras Todo ello es parte integrante del paradigma cultural básico. De la
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mirada consensual, global, al modelo vigente epistemológico y ético.
Hoy asumimos como trato normal, como sentido común, como propio
de nuestro paradigma básico, el individualismo, la competencia, la desigualdad,
la frivolidad, la dependencia de la técnica, el predominio de la
terapia sobre el cambio en la calidad de vida, la marginalidad del adulto
mayor.
Nuestro tema es el cambio del sentido común. Transformación, evolución,
en conjunción con lo que hemos aprendido respecto al valor de la
diversidad. Es decir: democracia profunda, no violencia activa, creadora,
reconocimiento de lo positivo que hay en el propio paradigma actual.
La salud integral puede tener como base varias orientaciones. Nosotros
asumimos como esencial en el nuevo paradigma la coexistencia de
misterio y problema, en el sentido de Gabriel Marcel, la diferenciación del
yo –tú del yo– el, en la perspectiva de Martin Buber, la visión de la complejidad
de Edgar Mortina, la mirada a la integración de Fritjof Capra.
La operatividad educacional se va desprendiendo de una racionalidad
integradora, de la que, en síntesis extrema, sólo daremos los nombres
de las antinomias a intentar superar. Ellas son, en primer término:
Teoría y práctica.
Razón y espiritualidad.
Operatividad y sentido.
Amor y Desapego.
Seguridad y Creatividad.
Focalización y Multidimensionalidad.
El nuevo paradigma requiere encarnarse en lo que se está viviendo,
dialogar con el paradigma actual sin desfigurarse y sin ser coaptado. No
imponerse, dialogar, integrarse, si es posible, complementarse… hacer sinergia.
Ese es el sentido de nuestras tres viñetas.
Se trata de proyectos que suponemos propios del nuevo paradigma,
en red con otros de la misma índole, insertos, colaborando con otros que
son partes integrantes del sentido común actual, pero abiertos, con potencialidades
para la cooperación inter y transparadigmática.
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Los adultos mayores son parte orgánica de los proyectos referidos,
sus personeros han llegado a participar por propia iniciativa, los temas planteados
les interesan, están expresando su experiencia de vida, algunos, especialmente
algunas, muestran ser muy integradoras, las hay francamente
sabias. Lo evidencia su forma de encarar la cotidianidad y el que hayan
escrito varios libros de valor.
El programa de la costa, de Las Coincidencias de Isla Negra, se
integra con la propuesta del litoral de los poetas, en que se da realce, con
fines de turismo y de desarrollo local, a la relación de la zona con tres
grandes poetas, Neruda, Huidobro y Parra.
El énfasis particular en el Centro Las Coincidencias es en el guiar
poético, en la dimensión poética de la vida, en lo poético como guía para
integrar en la cultura de la facticidad, la tecnología, la lógica y lo utilitario,
la intuición, la afectividad, la gratuidad, la tolerancia a la ambigüedad, el
misterio. Guiar poético como medio para pasar al paradigma de la complejidad,
de la integración, de la fraternidad, del misterio.
Las tres cuartas partes o más de las personas que llegan a Las Coincidencias
son adultos mayores y van, progresivamente, participando en la
complicidad de saber que el nombre Coincidencia ya señala, anticipa, un
diálogo de paradigmas. Se da corrientemente el co-incidir, del estamos actuando
juntos…Coincidir es, también, existir juntos… Coincidir, apunta
con Jung a las coincidencias significativas, las coincidencias insólitas, las
sincronías. El coincidir es de este paradigma, y es, también, parte del paradigma
que amanece, el integral, el que incluye lo existencial, lo para normal,
lo misterioso. Es un proceso en que los adultos mayores participan
junto a otros más jóvenes, participan y cambian, contribuyen con una grano
de arena al cambio cultural paradigmático.
En el proyecto de Santiago, en el Antiguo Hospital San José, nos
integramos en el Centro de estudios de la Calidad de Vida, parte de una
serie de instituciones, de signos espirituales diversos, entre ellos El Hogar
de Cristo, Sepade –evangélico–, la Universidad de la República, adscrita a
la masonería, el Centro latinoamericano de medicina china, instituciones
que participan de comodatos dados por la Dirección del Servicio de Salud
Norte.
Nuevamente, una apertura paradigmática dentro del sistema, la posibilidad
de interacción entre paradigmas, una oportunidad para el
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protagonismo de los adultos mayores en un antiguo hospital, desarrollándose
a sí mismos y aportando a la educación y al cambio de otros. Poesía en
la costa, gratuidad y diversidad como contextos en esta experiencia en la
zona norte de Santiago.
Desde hace 9 años, en que se refundó este antiguo Hospital como
centro cívico cultural, estamos haciendo una clase semanal de desarrollo
personal orientado por lo poético, integrado en la noción de salud integral
y ésta, en la de nuevo paradigma, en que se ha incorporado una gran mayoría
de adultos mayores. Ellos, ellas, han creado una organización cultural
totalmente autónoma, el Centro Cultural Baldomero Lillo, trabajando con
numerosas redes y organizaciones del área norte de Santiago.
Sistematizando, reiterando y sintetizando lo que queremos decir:
1) El mal trato a los adultos mayores requiere respuestas inmediatas
en el orden de la asistencia económica, de contactos humanos, de la salud,
de la esfera judicial y legislativa.
2) Junto con ello, como complemento y como fondo, lo asistencial
debe integrarse con el cambio cultural global, inseparable de los derechos,
necesidades, capacidades y sentido de vida de los adultos mayores.
3) Ese cambio es posible, pero tiene un costo: un cambio de mentalidad,
la apertura a un nuevo paradigma.
4) Este paradigma emergente, sustentado desde la espiritualidad, la
ciencia, la epistemología, los nuevos movimientos culturales como la ecología,
los derechos humanos, las responsabilidades humanas, el diálogo de
culturas, la educación para la vida, la salud integral, necesita una apertura
a la diversidad y a una racionalidad integradora que supere dicotomías tradicionales
como las que tienden a establecer muros no superables entre
la espiritualidad y la razón, la reflexión y la meditación, el afecto y la lógica,
el amor y el desapego, los misterios y los problemas, la autonomía y los
vínculos…
5) En ese camino, son importantes las relaciones constructivas con
personas, grupos, proyectos, sensibilidades existentes dentro del sistema,
abiertas al diálogo de paradigmas.
6) La experiencia muestra que hay posibilidad de impulsar la parti-
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cipación y el desarrollo personal de los adultos mayores en proyectos en
que actúen junto con personas de todas las edades y en que el acento esté
puesto en la convivencia, en la apertura a la comunidad, en el desarrollo
personal y en la construcción de un marco referencial.
7) La dimensión poética de la vida aparece como algo próximo,
muy apreciado, de fácil sinergia con las tendencias solidarias y a la apertura
al desarrollo personal y al cambio de mirada de los adultos mayores.
Poesía y vida: como guardar la imagen del cielo estrellado y de uno,
terrícola, como parte conmovida, agradecida; como acercarse al secreto
del sentido escuchando recitar “La Mamadre” mientras tocan las “Campanas
de Esperanza”; como sentir de madrugada la mirada de amor de la
pareja.
Poesía de la vida: el hemisferio cerebral derecho dialogando con el
izquierdo y con la propia vida.
Vida de la poesía: cono leer en uno de los libros de la pobladora
Mireya “Cuando tenia 12 años, tuve un sueño / Yo quería volar, entonces
saltaba y agitaba / los brazos, pero no pasó nada…/ Ahora que estoy en la
tercera edad me pregunto / ¿por qué no seguir soñando? / ¿o será que uno
pierde la inocencia?”
Poesía con vida: sueño de volar o sueño del poeta de que exista “la
ciudad invencible a los ataques de los hombres, la ciudad de los amigos”
(Whitman).
Poesía y la existencia, ya se nos advirtió: lo esencial es invisible a
los ojos (El Principito).
Poesía que anima la existencia y la vida: por sus frutos los conoceréis…
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Alejandro Illanes
Raíces en el Espíritu
Raíces en el Cielo, el tercer libro de Alejandro Illanes
El verdadero prólogo de este libro se encuentra al final del mismo,
cobijado en la modestia del autor, comunicándonos, haciéndonos concientes
de lo presentido en nuestro viaje a través de su páginas de emociones, de
imágenes, de recuerdos, de anticipaciones, de aproximaciones al ser.
Me permito adelantar su lectura. Nos dice Alejandro:
Mi poesía, un grito del espíritu.
Asombrado o impactado por una escena de la realidad o ante una
imagen del recuerdo, sufro, gimo o canto de alegría, haciendo
conciencia de algo que guardaba en lo hondo, luego, encontrando
las palabras, las integro en verso, y las escribo; la primera, por lo
general, está lista de inicio. Sin embargo, más adelante, releo el
tema, realizo correcciones menores; forma, espacios, ritmo y
musicalidad: percibiendo cuando ya está maduro, completo. Cada
poema es una aventura del espíritu…
Aventura, grito, llamado, pregunta, armonía, música y amor… Son
dimensiones, son sub personalidades, son heterónimos de Alejandro Illanes,
poeta desde siempre, desde sus recuerdos de infancia, desde su brillante
trayectoria de médico docente e investigador, desde el compromiso social
y el exilio, desde su actualidad de pastor de recuerdos y olvidos, de amistad
con el exaltado Dionisos y el ecuánime Apolo, a partir de su trato directo
con las musas y la madre de ellas, la Memoria.
El título de un conjunto de poemas puede ser expresión del deseo
de relevar uno de sus componentes, una síntesis conceptual o imagen de
conjunto, constituir una creación complementaria, un acertijo, un mensaje
subliminar… En cualquier caso, es parte del regalo, de la comunicación, de
la oportunidad para las y los lectores de plasmar el nombre, la palabra, la
emoción, las asociaciones que van fluyendo de la aventura, del grito, del
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caminar, del volar, del divagar, sentir e intuir, al encontrarse con los silencios
y las palabras, la música y los sentidos de los versos.
Raíces… orígenes, sostén, fuente de alimentación. Raíces… lo radical,
lo fundante, lo esencial.
El Cielo, el cotidiano, el del azul y el gris, el del sol y la luna, el del
día y el de la noche. Cielo como el tiempo de Kairos, del encuentro, del
amor, de la iluminación, del hallazgo del sentido. El Cielo, la trascendencia,
el más allá.
El Cielo, lo radical, lo esencial: las raíces.
Las Raíces, lo profundo, el sostén de lo elevado… el cielo.
Sí, el Cielo y las Raíces se integran, como la sabiduría y la poesía
del autor, pensante sintiente, como lo hacen desde siempre, Eros y Psique,
como lo lleva a cabo Alejandro en el poema La Mar y el Viento, donde
parecen integrarse un misticismo de lo inmanente, del aquí y ahora, del
vínculo con la naturaleza, y un vivenciar el éxtasis, la apertura a la trascendencia,
tal vez, un destello, a lo mejor un estremecimiento panteísta.
“La Mar y el Viento”
La mar y el viento
como buscando silencios,
se llevaron nubes y cantos
La mar y el viento
como un soplo divino
trajeron la luna con sus encantos
El azul del cielo y las estrellas
cual luz primera del alba
retornaron recuerdos de la más bella
El cielo, las estrellas,
los cirros que estallan
el frío y la lluvia
soltaron nuevos momentos
que me hicieron llorar…
la mar y el viento
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El amor nos acompaña como raíz y como cielo, recorriendo recuerdos
y fantasías. Ellos se encuentran transitando por la vida en el
“Tren de la Esperanza”
(...)
Su pitazo anuncia su vagar
el valle profundo pleno de ecos
dice: ¡quiero otra vez amar !

A cada recodo del camino emergen flores, a veces inseparables del
amor
El amor es una flor,
aún ajada
conserva su color
Se da junto al amor casi tangible, a la vivencia de realidad presente
y a su añoranza, el espíritu de sutileza, la pregunta misterio adentro
“Amantes”
Amantes
son almas que se anhelan
como si fueran
conocidas de antes
El amor, la poesía de la vida, su cielo y su raíz, se encuentran con la
finitud, con el límite, con la necesidad de elaborar los adioses, allí donde el
cosmos, lo macro, puede rimar o identificarse con lo humano .
“Cuando”
(...)
Cuando las estrellas pierdan su brillo
y el sol ya no irradie su calor
Sentiré que te has marchado
dejándome como adios la noche más oscura
(...)
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Paso a paso nos hemos hecho uno
nuestras mitades no existen solas
sino fundidas en una perpetuidad.
De ver, escuchar y latir juntos
Contemplando el mar suspendido con sus olas.
Alejandro Illanes, agradecido de la hospitalidad del pueblo venezolano,
país a donde lo llevaron los vientos del exilio, abierto a su historia, a
su magia, a su poesía, saluda a la heroína María Lienza
“María Lienza”
En el bicentenario de la independencia de Venezuela
(...)
Vengo a rendirte honores
desde la montura del tiempo
como mujer fuerte y santa
que con amor nos mostraste
Invocando una trinidad,
como hermana, reina y madre,
el nacer de una nacionalidad
(...)
La música es parte integrante de la poesía, de la biografía, de la
persona del autor. Se confunde con sus recuerdos y con su acervo religioso.
“Música”
(...)
¿Has sentido el repicar de campanas
porque en ti ha nacido Dios
(...)
El amor, la música, la naturaleza, la trascendencia se hacen uno en
su vibrar con los derechos humanos, con la fraternidad, con el anhelo de
paz .Podemos ejemplificarlo con esta cita.
“Soldado herido”
(...)
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Este mismo dolor que causaste
ahora está ahí, ahí mismo, en tu cuerpo
esa misma llaga que dejaste
te clava y no te deja levantarte
(...)
Ante la interrogante de por qué en algunos humanos, como es el
caso de Alejandro, la poesía florece, con la consabida profundidad y elevación,
mientras en otros, en la mayoría, sólo se asoma a hurtadillas, en el
arrebato de un amor o en la melodía de un amanecer, cabe cavar en dirección
al ser, a la presencia conciente o inconciente de la madre, de la figura
materna. En este poeta la madre, la casa, el origen, el sentido... se vuelven
un grito silencioso del espíritu…del autor y de los lectores.
“La Casa Vacía”
Dédalo
Busco a mi madre
En una playa desierta
En que sólo las olas
llenan el silencio…
(...)
nadie queda en este hogar
tu madre ha muerto.
El poeta espera, tiene fe, busca, duda. La mar y el viento, el amor, la
música, los ideales, la madre, la sabiduría, la poesía… forman una raíz, un
estar en el mundo, un cielo, un cielo anhelando el cielo, esperando el encuentro
.
Luces y Sombras
De la Eterna Espera
(...)
Él, confrontado, me contempla, inmutable, y no responde. Y esa
imagen, virtual o real, que observo, sigue significando para mí una duda
concretada en una pregunta, la cual requiere una respuesta; las que presiento,
una vez aprehendidas, me resultarán insondables; aún estand cara a cara
con ellas.
Pienso: tal vez proseguiré en la expectativa eterna.
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Sí, estamos ante un poeta del amor cósmico, de la pasión y la fraternidad,
del sentido y de la música. Ante un ser humano enraizado en el cielo
del presente, del pasado y del futuro, en el de la afirmación, la nostalgia, el
anhelo y la pregunta, en luces y en sombras.
Sí, podemos tomar este Tren de la Esperanza, como si fuéramos
conocidos de antes.
El ser, a la escala humana es la nostalgia del ser.
El tren de versos de este libro nos invita a acercarnos a las raíces
del ser en el cielo, afrontando el sufrimiento, los adioses, las pequeñeces,
las guerras, los límites de nuestra condición finita.
Sintamos lo nuestro desde esta última cita.
“Adiós Amor”
Surcaré los mares tras tu sonrisa
buscando tu aliento lleno de noches
romperé los hielos del infinito
para alcanzarte y decir, te quiero.
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Alfonso García, Crónicas luminosas
Carta a León Alfonso García, poeta de El Totoral
Estimado León Alfonso
Acabo de terminar las Crónicas luminosas. Las leí sin poder detenerme,
alterando mi plan previo de lecturas y la reanudación de escritos.
Es una señal de algo. El texto me atrajo, me dijo cosas, me hizo sentir.
No soy lo que se llama un escritor y, menos, un crítico literario.
Escribo y opino sin formación académica, desde mi práctica de trabajador
de la salud, de persona comprometida con el cambio, el desarrollo personal
y cultural.
Desde ese sesgo, me gustó la conjunción de sencillez y profundidad,
de narración y reflexión, de lirismo y de desencanto. Sobre todo, debo
confesar, las narraciones más imaginativas, el sol como personaje.
Sí, usted tiene mucho que decir y... es evidente que el escribir juega
un papel importante en su vida. ¿Por qué dejarlo?
¿ Qué no le ajusten bien los modelos rígidos de los géneros literarios
convencionales? Bueno... es su realidad... es su individualidad como
ser de ética, de pensamiento, de mucha afectividad... y de humor.
El escribir implica expresar y comunicar. Creo que usted fluye en el
expresar. Poniéndome en el caso de lectores con trayectoria parecida, con
sensibilidad valores e ideas afínes, por cierto que se podría pensar en formas
de facilitar la comunicación... si ese es su deseo.
Seguimos conversando.
Abrazos
Luis
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El Asombro
El Asombro como puente entre la Salud y la Poesía
Una propuesta de promoción de la salud integral.
Segundo Congreso Latino Americano de Arte Terapia Agosto 2009
Amigas y amigos:
Es con mucha emoción que agradezco esta oportunidad de estar con
ustedes y por ello actualizo mi deseo de compartir mi alegría por la organización
y realización de este Congreso que implica un aporte a la promoción
de la salud y la vida latinoamericana.
Debo, sí, delatar a mi muy asidua compañera en la redacción de esta
ponencia, reconocer mi aprensión acerca de si estoy realmente respetando
la intencionalidad propia, lo que se espera, la identidad de la reunión.
Arte y Terapia, los dos términos que informan el encuentro, pueden
despertar, al asociarse, la expectativas de que en esta ponencia se entreguen
consideraciones o experiencias de terapia, de tratamiento de determinadas
afecciones médicas a través de la lectura o la invitación a escribir
poemas.
Por contraste, nuestro trabajo se ha basado en otra noción de la poesía,
que desborda el poema en prosa o en verso. Es la orientación de tomar
la poesía como vivencia en que se encuentran el misterio, el afecto, la belleza...
Es la poesía como parte de la vida, la vida vista a la escala humana.
En esta perspectiva, en este paradigma, la terapia, por otra parte, no
es sólo de una enfermedad o problema médico, es promoción de salud, es
terapia de cómo vivimos y, por ende, de la propia medicina.
La terapia, de una enfermedad, de la manera de hacer terapia, de la
forma como vivimos, se origina en una raíz, en un conjunto de emociones y
tendencias tan antiguo como el ser humano, la empatía, el cuidado, la capacidad
de amar y de crear.
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Esta base de emoción y tendencias se ha complejizado con la empiria,
la magia y la técnica, con la ciencia, el arte y la espiritualidad.
Estas emociones, tendencias y logros del desarrollo humano, enfrentan
los antagonismos del individualismo, el afán de poder, la agresividad,
las tendencias regresivas, las fuerzas de la sombra.
Es allí donde se puede destacar el valor sanador del asombro. Su
capacidad poetizadora de cambiar el sentido de la vida. Su vocación de
abrir espacio al amor y a la creatividad. El asombro, dimensión olvidada de
la salud, de la vida moderna. El asombro, emoción que define al ser humano,
al testigo del ser.
Van, primero, unas viñetas introductorias de presentación, de encarnación,
de nuestra propuesta de promoción, de terapia de la salud integral,
considerada como una dimensión, necesaria, pero no suficiente, de la terapia
a través del arte.Viñetas en que suponemos que se complementan, hacen
sinergia, el asombro, la poesía y la salud.
Un padre llama niña a su hija de 3 años. Ella le contesta con su voz
entera, “no soy niña, a veces me llamas niña, pero yo soy grande…” Queda
un momento en silencio y luego pontifica: “Así es la vida”.
Nace un llamito en el Centro Las Coincidencias de la localidad de
Isla Negra, en nuestro litoral central. Se le da el nombre de un autor querido,
que tiene un camino con citas en el lugar: William Blake. Una vecina
comenta que ella tiene un perro que también se llama William Blake. Una
visitante hace un reproche: “Qué pedantería, nadie conoce a esa persona,
podrían ponerle, en todo caso, William Shakespeare”. El autor responsable
del nombre del llamo va a continuación a Santiago. En el camino se detiene
en una estación de bencina, para ir al baño. Ve a una señora con un perro
muy hermoso en sus brazos, sin saber por qué, hace algo absolutamente
inhabitual, le pregunta a la señora por el nombre del perro. La respuesta no
deja de impresionarlo: “William Shakespeare”. Al llegar a su casa en Santigo
se encuentra con un mail de un amigo que vive en Canadá en que le da
cuenta, con evidente angustia, que acaba de pasar por una situación de riesgo
de vida. Para distraerlo, le escribe de lo acaecido con los Wiilliams,
llama y perro. La contestación parece cerrar un círculo: “redoble de tambores...
mi hijo trajo hace una hora a casa a su perro que se llama… William
Blake”.
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Una cita de Roberto Juarroz:
“Es como si prestásemos la vida por un rato
Sin la seguridad de que nos va a ser devuelta
Y sin que nadie nos la haya pedido”.
Otra, de Hölderlin:
“No debemos desmentir la nobleza que hay en nuestro deseo de
modelar esa porción de infinito que existe dentro de nosotros”.
Una cita de Walt Whitman:
“Soñé en un sueño que veía
Una ciudad invencible a los ataques
Del resto de la tierra
Era la ciudad de los amigos”.
Reincido en compartir una inquietud centrada en un interrogante:
¿Estoy ubicado? ¿Corresponde conversar sobre asombro, salud y poesía
aquí y ahora, en un encuentro sobre arte y terapia? ¿Estas viñetas llegarán a
compartir su sentido?
Mi supuesto, que quedará a la consideración de ustedes, a lo mejor
como lo único que merezca ser conservado al final de la presentación, como
su verdadero resumen, es que estamos enfrentados a un gran problema de
salud de la evolución, de la humanización, inseparable de todas las patologías
y de todas las terapias.
Es la enfermedad de la civilización, nuestra vida diaria que avanza
rauda, avasalladora, hacia una utopía tecnológica, desequilibrada en desmedro
de las conciencias, las convivencias, la salud del nexo con la naturaleza.
Un desarrollo humano con un sentido común enfermo, cuyas evidencias,
cuyos síntomas son visibles, indesmentibles, en las patologías de la
pobreza económica y la pobreza espiritual, del consumismo, de las guerras
y la violencia, de la soledad, de la dependencia de las drogas, de la falta de
amor y de la carencia de desapego, del privilegio del tener y el hacer sobre
el ser, el comunicar profundo y el auténtico encuentro.
Son los múltiples problemas del desarrollo humano, de la salud de
la cultura, la salud del paradigma dominante, problemas que van pidiendo
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una terapia, una alternativa de fondo. Es el exceso de frivolidad prosaica
que va demandando más poesía. Es la filosofía, la ciencia, la poesía que
van necesitando acercarse a su fuente de origen, a la emoción del asombro.
Insistamos: ¿se justifica hablar de asombro, salud y poesía en un
encuentro de arte y terapia?... Sí, si dialogamos. Sí, si somos transparentes
y planteamos que no podemos separar una terapia particular del contexto
de la situación humana, la de siempre y la de esta época Sí, si partimos
asumiendo que la crisis epocal está forzando a profundizar sobre la naturaleza
del ser humano, sobre la relación entre la crisis global actual, el desarrollo
humano y los grandes temas de salud integral de la identidad, del
conocimiento, del poder.
Es en ese contexto que la noción de terapia se ensancha hasta poder
acompañar a un concepto amplio, integrador, de salud. Visión de salud
integral en que cabe legitimar como temas de salud y de terapia al sentido
de vida, a la finitud, al misterio, al asombro y a la dimensión poética de la
vida.
Ya lo dijo y lo pintó Goya: “el sueño de la razón engendra monstruos”.
Ya lo dio a entender Mary Shelley: El Hombre hecho por el Doctor
Frankestein, el ser humano creado por el ser humano, por un ser finito,
puede ser un monstruo que mata a su creador.
Ahora estamos abocados a la gran crisis, crisis en medio de un mundo
que se apoya unilateralmente en la eficiencia, el goce, la inmediatez.
Crisis en que se da un inmenso germinar de terapias que sobrepasan el
ámbito habitual de las terapias somáticas e, incluso, psicológicas. Cunden
nuevos movimientos espirituales y se vitalizan las tradicionales, la física
ingresa al terreno de las posilidades y la psicología al de la mística y de la
paranormalidad. Emergen las medicinas complementarias hindú y china y
la antroposofía, se van legitimando las medicinas de los pueblos originarios.
Por contraste, la política, la medicina en otra escala, va perdiendo
perfil, se ancla en una elite, se confunde con el mercado y pierde fe, esperanza
y credibilidad. Es la decadencia de la política tradicional que abre un
espacio para la emergencia de otra forma de hacer política, más vasta y más
íntima, más cerca de la epistemología y de la ternura.
En estas condiciones, las terapias artísticas se acercan a los grupos
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de encuentro y de formación, a las terapias alternativas y complementarias,
a quienes son nostálgicos de otra forma de hacer política, a quienes caminan
por la senda de un nuevo paradigma cultural básico. Dentro de ese
contexto se están desarrollando diversos programas que asocian poesía,
desarrollo personal y cambio cultural. Algunos de ellos están incluidos en
los libros “Viviendo la Poesía” y “Mutiversidad”, editados por la Universidad
Bolivariana.
Asombro, Salud y Poesía… el contexto de la crisis… los movimientos
de búsqueda de salida de la crisis, van apuntado al ser humano, al gran
ausente de la política y de la forma convencional de ver la salud. A la salud
de la condición humana. El desvanecimiento de la política invita a examinar
los grandes temas antropológicos que inciden en la salud y, tal vez, a
inéditos medios de abordarlos.
Entre los grandes temas de salud que permanecen al margen del
quehacer tanto clínico como epidemiológico, imposibles de separar de una
terapia que considere el contexto de la vida actual, la crisis epocal y el
desarrollo humano, están los de la identidad, conocimiento y poder.
Identidad, conocimiento y poder… En los tres hay contradicciones
de base, constitutivas de los seres humanos; en los tres cabe, siguiendo a
Maslow, integrar aparentes polos opuestos y desarrollar, hacer promoción
de salud, realizar la parte de terapia que comprende la promoción de la
salud.
Nuestra identidad tiene su núcleo en nuestro yo, en aquello inefable,
el desconocido que llevamos dentro del que habla Saramago. Cualquiera
ecología del yo tiene que asumir que, en última instancia, nuestra percepción
de nosotros mismos comprende problemas y misterios, lo susceptible
de ser conocido y lo que desborda nuestra condición de seres finitos.
Somos misterio y somos problema, también tenemos la tensión de
ser originales, relativamente autónomos, y ser parte, pertenecer al ser, a la
vida, al proyecto humano, algo que nos trasciende, algo que evidencia la
sabia Mafalda cuando dice “Justo a mí me tocó ser yo”.
Nuestra identidad tiene múltiples antinomias, tensiones, polos a asumir.
Mas allá del de misterio y problema, del de individualidad y pertenencia,
está el en sí y la conciencia, el para sí; la conciencia y lo inconciente;
las sub personalidades y la personalidad central; las necesidades de preser-
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vación, de creación y de sentido... El desarrollo personal, el cambio cultural,
la terapia… van demandando alguna forma de relacionar diversidades,
de acercarse a la salud integral.
Identidad, conocer, poder… El conocer dentro de nuestro sentido
común está asociado al lente autoritario del monopolio de la realidad de la
conciencia en vigilia, soslaya la vida onírica, niega el misterio, tiende a
titubear ante la para normalidad, no distingue entre problemas en los que
cabe un consenso y otros que son naturalmente divergentes, como las ponderaciones
entre igualdad y libertad, entre reflexión e intuición, entre rigor
y amplitud.
El poder, nuestra capacidad de actualizar nuestra salud, lo que somos,
está tensado por el imperio del poder, del tener y el hacer en desmedro
del poder de ser, de dialogar, de llegar al yo. Es, predominantemente, un
poder de dominación y no de colaboración, de salud integral. Es imposible
separar el ámbito del poder del de la salud de personas, vínculos, grupos,
comunidades, estilos de desarrollo…
La visión de salud integral, el nuevo paradigma, la nueva forma de
hacer política, van requiriendo formas de integración, de acercar el desarrollo
personal, el diálogo, las redes, el encuentro de paradigmas. De profundizar
en las grandes temáticas de salud del ser humano en crisis constitutiva
y en crisis de desarrollo, en la mirada trans disciplinaria a la identidad
el conocer, el poder.
Hay una vivencia, una emoción, un momento en que se juega la
identidad, el conocer y el poder. Es el asombro. El asombro, la vivencia de
donde surge la filosofía, la ciencia, la espiritualidad, lo poético, la base del
arte. La emoción que nos lleva al compañerismo existencial, al terreno en
que surge la tendencia a la ayuda mutua, a la terapia, a la amistad, al amor,
a la creatividad.
La mirada vertical al asombro encuentra la pregunta básica, abierta,
sin satisfactor posible a la escala humana, las interrogantes que barruntan
los niños en la primera adolescencia entre los 3 y los 4 años, la pregunta de
Schelling, de Leibnitz, de Heidegger, por qué existe el ente, por qué hay
algo, hay ser y no, más bien, nada.
Es la pregunta que sacude nuestra identidad, nuestro conocer, nuestro
poder. Contiene un llamado potencial al coraje de ser, a limitar el narci-
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sismo, a acentuar la individuación.
El asombro metafísico se continúa por la vía vertical con el asombro
por el universo y sus leyes, su complejidad, por la vida y su evolución, por
el ser humano y su desarrollo, por la riqueza de la creación humana, por los
laberintos de nuestra subjetividad, por la riqueza de nuestros vínculos.
Asombro, el preguntarse radical, que se continúa sin una frontera
cerrada, horizontalmente, con la admiración. La ad-miración, la emoción
en que la valoración de la verdad se acerca a la belleza… el constatar de
Keats de que la belleza es verdad, que la verdad es belleza, que es lo único
que sabemos, lo único que necesitamos saber…
Como ha planteado Edgar Morin, en un mundo saturado de prosa
necesitamos más poesía. La poesía se nutre del asombro, lo expresa, lo
impregna de afecto, de intuición, de sentido, de belleza, de imaginación, de
revelación, de sueños, de encantamientos en la cotidianidad.
La poesía, desborda el poema, existe la poesía del arte, la poesía del
encuentro, de la ternura, de la aurora, del atardecer y del cielo nocturno, la
poesía de la vida, la poesía abisal que intuyó Hölderlin y conmovió a
Heidegger, en el sentido de que “poéticamente vive el ser humano”.
Es en ese sentido de que la poesía emergente del asombro puede
contribuir a una terapia individual y social, terapia de humanización.
Salud integral, asombro, poesía. Desde hace 23 años, 1986, participamos
en una investigación acción que pretende ser una de muchas demostraciones,
experiencias, inscritas en la línea de un desarrollo pacífico,
convivial, respetuoso de la naturaleza, inspirado en el nuevo paradigma
cultural, el de la diversidad, de la complejidad, del misterio, de la ecología
de la subjetividad, de lo micro y macro social, de la cultura, de la relación
con la naturaleza y la trascendencia.
Se trata de una intervención dentro de un proyecto espontáneo, de
muchos matices, que se realiza en el litoral central con el nombre del litoral
de los poetas, de la poesía o del arte y que se inicia muy enraizado con la
idea fuerza de un turismo cultura en torno a las figuras tutelares de Neruda,
que dio a conocer al mundo Isla Negra, de Parra, nonagenario creador impenitente
en Las Cruces, de Huidobro, cuya genialidad sigue creciendo
después de muerto, en Cartagena.
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El énfasis de algunas iniciativas como la de los Artistas pro Ecología,
la Corporación Cultural Isla Negra el Quisco, los Educadores Sanadores,
los Amantes de Cartagena, Alta Marea, artesanos de la Plaza Eladio Sobrino,
de Totoral y del Quisco,… ha sido la promoción del trabajo cultural
comunitario.
Es en esa dirección que en 1991 formamos en una parcela de Isla
Negra el Centro de Desarrollo Humano Las Coincidencias.
El marco referencia de Las Coincidencias está asociado a nuestro
trabajo teórico y de comunidad y se podría ilustrar con las viñetas iniciales.
Es un proyecto inspirado en las idea fuerzas del llamado nuevo paradigma,
de orden no sectario, no filiado con algún autor o corriente en
especial.
Se está en red informal en relación fraterna, con varios grupos, instituciones
y personas, dentro y fuera del litoral central, que tienen una orientación
similar.
La interacción con respecto a la vecindad, a quienes, en general,
permanecen en el paradigma vigente, es de diálogo, de cooperación.
El eje de la propuesta es favorecer la promoción de la salud integral
mediante cursos anuales, certificados por la Universidad Bolivariana, de
formación de guías poéticos, de conocimiento de diversas corrientes espirituales,
de salud, amistad y poesía.
El nombre de Coincidencias es como la metáfora de la intencionalidad
de favorecer el diálogo de paradigmas, ya que se busca compartir
la percepción de que tiene ventajas asumir una relación de complementariedad
entre la visión de las coincidencias en el paradigma actual, como
el estar co-incidiendo en algo, haciendo, estando juntos... y las coincidencias
significativas al estilo de la viñeta resumida sobre William Blake y
William Shakespeare. Ello se extiende al plantear el ángulo de miras de la
“coincidencia” de los aparentes opuestos, como en la cita expuesta en sector
“La Espera”, del propio Blake, que dice que “La eternidad está enamorada
de las obras del tiempo”.
En el Centro hay salas con el nombre de Asombro, Búsqueda, Encuentro,
Confianza. Hay caminos con nombres y citas temáticas como “la
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salud integral”, “el tiempo” y “aproximaciones al ser humano”, y otros con
citas de autores como Machado, Whitman, Vallejo, Neruda, Juarroz,
Huidobro, Rilke, Parra, Gabriela Mistral, de Rokha, Novalis, Pessoa…
La formación tiende a aunar la emoción de la proximidad, del vínculo,
con la meditación, la imaginería, la reflexíón, la creación, el encuentro,
el trabajo de equipo... la proyección a la comunidad.
Volvamos, ahora, a las viñetas. La viñeta de la niña que dice ser
grande, pero que el padre le dice niña y eso entra en un… como es la vida,
corresponde a la poesía cotidiana, la gracia de los niños, la ternura. Se
puede asociar al recuerdo de una persona de edad que sólo conserva las
palabras de urbanidad “gracias” y “por favor”, al respaldo de toda una comunidad
a una persona que pierde a un ser querido; a la llegada a Las
Coincidencias de una persona enferma de un cáncer terminal que enseña a
los participantes en su curso a no temer hablar y enfrentar a la muerte. Es
decir, estamos ante la poesía vivida.
La segunda viñeta apunta a la poesía, al asombro, al diálogo potencial
que suscitan las coincidencias significativas, las sincronías. Las coincidencias
significativas nos ponen en situación de abrir la cortina de la hipnosis
de la vida habitual en que soslayamos el asombro existencial, en que
todo es rutinario, y previsible. De súbito, una mano invisible parece llamarnos
la atención acerca de que el ser es un regalo, que pudiéramos no existir,
que caben otras realidades. Como lo advierte Chuang Tsé, se puede soñar
que uno es una mariposa y luego despertar pensando que se es una mariposa
soñando ser humana.
La tercera viñeta es una cita de Roberto Juarroz, poeta argentino
cuya poesía discurre por el sentido del conocimiento, de las fronteras de la
finitud, de la invitación a la sutileza, a la imaginación existencial, a avanzar
en la tolerancia a la ambigüedad, a la complejidad .
“Es como si prestásemos la vida por un rato,
Sin la seguridad de que nos va a ser devuelta
Y sin que nadie nos la haya pedido”.
Hacemos una meditación sobre esos versos. En el diálogo de a dos,
en el encuentro del curso, se siente la apertura a la confidencia, al pensamiento
profundo, original y afectivo. Aparecen preguntas como hasta dónde
mi vida es mía, cómo juegan el amor y el desapego en el estar en el timón
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de la vida personal, interrogantes sobre si se presta la vida cuando se apoya
al otro, cuando se hace entrega en una terapia. ¿Es verdad que nadie nos
pide que prestemos nuestra vida? ¿Se presta la vida, se olvida, se
intercambia, se regala? ¿No es cierto que muchas veces se vende? ¿Se
roba? ¿Se destruye?
La cuarta viñeta es una cita de Hölderlin. Es el poeta de Dilthey, de
Rilke, de Heidegger, de la misión de los poetas como intermediarios entre
los humanos y los dioses. El poeta de la poesía como espiritualidad, de la
porción de infinito dentro de los humanos.
“No debemos desmentir la nobleza que hay en nuestro deseo de
modelar esa porción de infinito que existe dentro de nosotros”.
Hölderlin fue un luchador por el sentido, que creyó vislumbrarlo en
la Grecia de los dioses cercanos a los humanos, en la filosofía idealista
alemana, en Schiller y sus poemas libertarios, en la revolución francesa, en
la mujer amada. Fue un genio que tuvo la nobleza de asumir su finitud y de
entregar una obra que suscita asombro, reconocida mucho después que
muriera en la locura en la buhardilla de la torre de un carpintero solidario.
Obra de textos en que están tesoros para trabajar en la ecología del yo, en
el camino a modelar con poesía la apertura a la promoción de la salud
integral y el cambio de paradigma.
La última viñeta, la tercer cita, la ciudad de los amigos de Whitman,
la ciudad invencible porque está llena de sentido, de salud.
La poesía, apoyada en el asombro, se proyecta a la vida, a la vida
sana, a través de esa fuente de confianza, de aceptación de límites, de apertura
a la unidad en la diversidad, que es la amistad, el amor ético, el encuentro
en los valores, la utopía en lo pequeño. La amistad, el ejemplo de
democracia participativa profunda en que gracias al asombro se encuentran
la poesía y la salud.
La amistad, la más antigua, la más perdurable, la más profunda de
las formas de arte terapia.
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Hacia el cambio paradigmático
Síntesis de una experiencia educativa
Cuarto encuentro Octubres Latinoamericanos. Ipecal 2008
La cohabitación de los dos fantasmas
Me van a permitir leer porque hay algunas cosas que pasan después
de los veinte años… que complican la vida cuando uno empieza a hablar en
forma espontánea.
Dos fantasmas, entre muchos otros, recorren el mundo. Son la certidumbre
y la incertidumbre. Ambos nos acompañan desde siempre, separados,
en conflicto y en aparente armonía. Ocurre algo especial en esta época
en la que se dan estas relaciones con la realidad en forma perturbadoramente
simultánea; nunca como antes hemos tenido tanta clara certidumbre y tan
brutal incertidumbre.
El fantasma de la certidumbre se mueve en el juego digital y visual
por los vehículos y la señalética de caminos y ciudades; por el teclado de
las computadoras y el manejo de tarjetas, televisores y celulares. La incertidumbre
ocupa el hogar de los afectos, de la necesidad de sentido acompañándose
de la dolorosa sensación de tener al auténtico amor, al aguijón
de lo absoluto, al de la inquietud por la muerte y la trascendencia… todos
ellos helándose fuera.
Dimensiones de la crisis epocal
La globalización parece ser el epicentro de esta cohabitación de fantasmas.
La globalización es aparente certidumbre total, un fenómeno claro,
evidente en la constatación de los flujos de información, de capitales, de
propaganda, de armas, de droga, de viajeros e inmigrantes. La certidumbre
hasta suele parecer a punto de encarnarse, volverse tangible, próxima a
abandonar su condición fantasmal. Sin embargo, se da su extraña promiscuidad
con la incertidumbre, la propia de las muchedumbres solitarias, las
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personas que viven sin contacto real con nadie, las que agotan su vida intentando
consolidar una pareja, las que bucean con drogas en los confines
del inconsciente e intentan mantener con alguna de ellas un estado de exaltación
o de impermeabilidad a los vaivenes del mundo diario.
Vivimos una crisis epocal, mega crisis, crisis evolutiva en que parece
darse la tremenda disyuntiva de la precipitación a la destrucción total,
alcanzar el sin sentido absoluto del fenómeno humano, o llegar a una gran
transformación, una ampliación de conciencia, de democracia, de enriquecimiento
de la relación con la naturaleza, de la apropiación de la dignidad
de la condición humana. Nos llamamos homo sapiens y se dan señales, también
fantasmales, de que, al modo como Neruda reconoció que entró al partido,
pero que el partido demoró en entrar en él, nosotros, que nos llamamos homo
sapiens, podríamos, eventualmente, empezar a acercarnos a ser como tales.
La crisis tiene, como la parte mas visible del iceberg, la gravísima
situación económica con su señal actual, la caída de la bolsa; los conflictos
bélicos empantanados en Irak, en Afganistán, Palestina; la pobreza, las desigualdades;
la mediocridad de los medios, la corrupción; las amenazas de
la escasez de petróleo, de agua, la desertificación, la contaminación del
aire y del agua, el cambio climático….
La emoción perturba todo esfuerzo de síntesis. El centro de la crisis
es, naturalmente, el gran contraste entre el vertiginoso, brillante y utópico
desarrollo científico técnico y lo que ocurre en nuestra consciencia y en
nuestra conducta, en el desarrollo personal, en que todavía están vigentes,
no superados, los problemas éticos cotidianos de la antigua Sumeria, la
China o la Grecia clásica.
Es una crisis universal de múltiples dimensiones, tan profunda como
que puede ser terminal, pero en la cual no se da una conciencia de crisis.
Gran parte de la población de América Latina y del mundo sigue
sumida en su jornada diaria, en su privacidad, en la racionalidad instrumental,
en la exclusiva articulación entre la recreación y la creación de ingresos.
En este contexto, se da la emergencia de nuevos movimientos culturales,
de nuevas sensibilidades, nuevas aproximaciones al sentido de la vida.
Entre ellos: la ecología, los derechos, las necesidades y responsabilidades
humanas, junto a las reivindicaciones y logros en la vía conducente a un
lugar justo para la mujer y la dimensión del yin en la realidad humana.
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Al lado del diálogo de culturas y al reconocimiento a los aportes de
oriente y de los pueblos originarios, se da una vitalización de la espiritualidad
y del proyecto ecuménico y una apertura epistemológica, una nueva
mirada a la realidad y al ser humano desunido, confuso, heterogéneo, contradictorio,
en sus diferentes niveles de madurez.
La emergencia de un nuevo paradigma
Esa variedad de ópticas, de movimiento, de prácticas individuales y
grupales, va mostrando las características de una revolución cultural
molecular y provee las bases incipientes de un nuevo referente. Junto al
paradigma de la modernidad-posmodernidad, de lo individualizado, distinto,
claro, de la separación entre los humanos, entre nosotros y la naturaleza,
y entre nosotros y la trascendencia, se da, por supuesto, el continente de
siempre de lo requerido para la pervivencia y la lucha por la supervivencia.
Al lado, en poros del paradigma de la modernidad, en contraste con
el paradigma integrista de la fusión, del dogma y el totalitarismo, da señales
de vida un paradigma nuevo y a la vez antiguo: el de la integración, el de
la complejidad, el de la compatibilidad entre la razón, el individuo y el
espíritu, entre la naturaleza, la comunidad y los vínculos humanos profundos.
Es el paradigma emergente complejo, integrador, que contiene dentro
de su heterogeneidad los elementos que pueden favorecer una salida de la
gran crisis.
Tal vez su punto esencial sea la compatibilidad, el buscar la sinergia
entre la certidumbre y la incertidumbre. Los dos fantasmas ceden su lugar
a una imagen integradora del ser humano.
Si nos abrimos a reconocer la complejidad dentro de la integración,
la diversidad dentro de la unidad de la realidad a la escala humana, asumimos
la unidad en la diversidad de varias realidades: la consensual, la onírica,
la inconsciente, la paranormal, la propia de los estados superiores de consciencia,
el misterio…
Misterio y Finitud
Otra forma de entrar al tema es hacer la distinción clásica de Gabriel
Marcel: “Problema y misterio”. Los problemas, dentro y fuera de la orbita
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consensual de ver la realidad, nos permiten establecer cierta distancia objetiva;
los misterios tocan nuestra esencia como misterio de lo que somos
nosotros; como misterio del ser, nos hacen sentir criaturas. Ante el misterio
de nosotros y del ser se nos abre el camino, la responsabilidad y la posibilidad
de convivir con la certeza y la incertidumbre.
Si no pretendemos franquear los limites de lo humano, si respetamos
nuestra condición de seres finitos, si no perdemos la perspectiva de ser
seres finitos, complejos e integrados existencialmente al otro y a los otros,
la coexistencia de la certidumbre y la incertidumbre es posible de ser asumida,
tal como hacemos nuestro, integrado, el conjunto de la afectividad,
la sexualidad, nuestros proyectos y nuestros vínculos.
El papel del desarrollo personal
La experiencia dice que este proyecto de asumir creadoramente la
crisis epocal, incluida la globalización, la crisis del capitalismo, la crisis
ecológica, el gran malestar de la cultura actual… necesita un trabajo de
desarrollo personal asociado a la perspectiva de un cambio cultural en que
lo central para ambos sea encarar el tema del sentido común, del imaginario
compartido, del paradigma cultural básico.
Son cambios que se van produciendo en la forma como una minoría
crítica va encarando el sentido común en el camino a transformarlo; cambios
profundos, pacíficos y complejos.
Hay propuestas de cambio realizadas desde determinadas orientaciones
espirituales: formación budista, cristiana, sufí, baha’i; otras avanzan
hacia la formación paradigmática desde un área temática: derechos humanos,
género, ecología, psicología transpersonal.
Dos focos culturales alternativos
Me ha tocado participar en diversas redes y organizaciones no gubernamentales
orientadas hacia el cambio paradigmático. Actualmente, trabajo
en dos focos culturales principales: el del antiguo hospital San José en
Santiago, convertido en un Centro Cívico Cultural y en Las Coincidencias
en Isla Negra, en el llamado litoral de la poesía, o de lo poético. Ambos son
proyectos humanizadores, transdisciplinarios, abiertos a la diversidad.
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El Antiguo Hospital San José acoge los programas de los Centros de
diversa orientación ideológica y espiritual Entre ellos, el del Centro que
trabajo, el Centro de Estudios de la Calidad de Vida, avocado a contribuir
a un proceso de convergencia de las distintas medicinas vigentes: la occidental
oficial, las otras de esta raigambre cultural, las oriunda de oriente y
las alternativas-complementarias de los pueblos originarios. Todo, bajo la
idea fuerza de la humanización, la evolución humanizadora. Nuestra labor
consiste en contribuir a que se vaya legitimando, asumiendo, que esa convergencia
es función de una amplia y abierta visión integradora de la espiritualidad,
la ciencia, el arte y la acción social, del nuevo paradigma cultural
básico, complejo, integrador.
Junto a este trabajo específico, temático, de convergencia en la
tarea médica y de aproximación al nuevo paradigma, quiero dar cuenta
de otro proyecto en que estoy involucrado, que cuenta con un marco
temático de otro tenor y con una connotación territorial importante.
Es una experiencia en que estoy trabajando desde hace más de
veinte años, en que se pretende contribuir al desarrollo de focos culturales,
para que una minoría activa facilite el desarrollo abierto a la certidumbre
y a la incertidumbre, al desarrollo personal, a una convivencia
solidaria, a la relación armoniosa con la naturaleza, a establecer puentes
entre el paradigma vigente y el nuevo paradigma. El llegar a una
cultura no autoritaria.
Desde 1986 participamos en un proyecto en la costa central de Chile,
en la localidad de Isla Negra, destinado a contribuir al cambio cultural
en referencia a partir de un trabajo de grupo, de redes, de educación en
torno a la idea fuerza de la dimensión poética de la vida. El sostén comunitario
del proyecto está dado por un movimiento de opinión de residentes,
veraneantes y autoridades de las comunas del litoral central; desde la base
de los nexos de las localidades costeras con grandes poetas de renombre
universal: Huidobro en Cartagena, Nicanor Parra en Las Cruces y Pablo
Neruda, en Isla Negra. Se empieza a hablar del litoral de los poetas, litoral
de la poesía, litoral del arte.
En una primera etapa 1986 - 1990, se trabaja en una red cultural
comunitaria en la localidad de Isla Negra; luego se establece
una Corporación Cultural de Arte y Ecología y se organiza un Centro
de Desarrollo Humano, también en Isla Negra, llamado Las Coincidencias.
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Coincidencias, diálogos y aperturas:
Síntesis de un Proyecto
Los viajeros que llegan por primera vez a Isla Negra provenientes
de Talca, de París, de Sal si puedes o de cualquier confín del globo, tienden
a sorprenderse, en primera instancia, porque en la calle principal del pueblo
elegido por una de las cumbres de la poesía de todos los tiempos, emerge,
en primer término, un paisaje no demasiado próximo a la inspiración poética:
pequeños negocios de bajo perfil y estética no excesivamente exigente,
con personas que atienden con simpatía, amabilidad y parsimonia en la
calle llamada en al libro de los años 60 de Carlos Rozas, Isla Negra, la Wall
Street de la localidad. Está sin grandes cambios a pesar de los avatares de la
vida nacional, en las alrededor de cuatro décadas transcurridas desde entonces.
Si al bajar del ómnibus en el paradero y descender con cierto cansancio
de un auto, moto, bicicleta, se pregunta por Las Coincidencias, nuestros
visitantes encontrarán una sonrisa de complicidad y recibirán orientaciones
que empiezan siendo claras, precisas, predecibles, del tenor de las
calles por las cuales se puede llegar.
Luego, lo que puede variar, la concepción de la naturaleza del lugar:
un centro ecológico, la casa de los poetas, un lugar para sanar locos, un
criadero de cactus, donde están las llamas, un local para los bordadoras del
lugar, una escuela para adultos, un lugar interesante para pasear, donde se
hacen cursos de turismo y enseñanza de astronomía; donde se conversa con
el doctor psiquiatra.
¿A qué obedece esta variedad de percepciones sobre el sentido del
proyecto?
Una primera explicación es que efectivamente todo lo dicho es cierto,
como centro de desarrollo humano. En Las Coincidencias se da una
diversidad de actividades: los vecinos hacen su propia ordenación atendiendo,
poniendo énfasis en uno u otro de los hechos observados.
En otro plano, es posible interpretar lo dicho como consecuencia de
la propia orientación de Las Coincidencias, como propuesta de foco cultural
alternativo que, en forma no confrontacional, abierta, amistosa, se inscribe
en toda una perspectiva de sentido común, de paradigma cultural básico
diferente al de la cultura realmente existente.
“Las Coincidencias”, es un proyecto privado, sin fines de lucro, cuyo
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propósito último es contribuir, en red con quien sea posible, a un cambio
hacia una cultura humanista, participativa, en que el proceso tecnológico se
module con la justicia social, con la armonía con la naturaleza, con el ahondamiento
espiritual, sin rigidez dogmática ni exclusión.
Este es un proyecto autónomo que se integra en relaciones de red
,que se ha ido haciendo orgánicamente con asiento en la confianza básica,
con diversas instituciones y proyectos, dentro y fuera del litoral.
El proyecto se lleva a cabo en una parcela de dos hectáreas que,
desde el inicio de los 90, complementa la iniciativa de muchas personas,
grupos, instituciones; en el llamado litoral de las artes, orientados hacia el
nuevo paradigma.
Con las visitas se intenta colaborar con la apertura de la conciencia
para que se asuman proyectos de vida críticos, solidarios y constructivos.
El contexto está dado por la combinación de mensajes destinados a establecer
contacto, empatía; que los participantes se sientan acogidos, cualquiera
sea su nivel de abstracción, su ideología y su formación previa.
En el plano más elemental, el contacto se establece al acercarse a
una simpática llama, al recorrer un invernadero donde existe una gran variedad
de cactus, donde son obsequiadas plantas con nombres simbólicos
que aluden a la amistad, a la alegría, al compañerismo, a las redes y a la
nobleza de carácter.
Los primeros diálogos son de apertura, a propósito de por qué se
han conferido esas dominaciones en un juego de alcance didáctico de construcción
de vínculo, al ver algunas plantas emblemáticas. La primera visita
puede terminarse con la aproximación a un jardín de plantas medicinales,
jardín de Goethe. La parcela es un jardín de plantas, de pensamiento y de
poemas.
En un segundo plano de introducción al proyecto, los que tienen el
tiempo y el deseo y han concertado la visita, conversan sobre el sentido de
la señalética, por qué se llama “Las Coincidencias”, por qué las salas se
denominan “asombro”, “encuentro”, “búsqueda”… Se avanza amigablemente
según el tiempo y los intereses.
La tarea es larga; existe un mirador llamado “Altazor, Alsino y el
Hondero Entusiasta”, dos puentes que atraviesan una quebrada, el de la
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Superación y la Integración y los caminos para el contacto con la naturaleza.
Se procura abrir el espíritu a la reflexión, la imaginación, la intuición de
sentido y el diálogo con la lectura de citas de pensamiento y de versos.
Está, por ejemplo, el “camino de las aproximaciones al ser humano”, “el
camino al ser integral”, “el camino a la amistad”, “el camino Antonio Machado”,
“el camino el Principito, “el camino Novalis”. Hay lugares llamados
“Multiversidad” y “Diálogo”.
Por multiversidad se entiende una entidad formativa, abierta, sin
más requisitos de ingreso que la capacidad de dialogar y trabajar en equipo,
vertebrada en torno a temas y no a disciplinas, comprometida con las
redes afines, dispuesta al cambio.
El diálogo atraviesa la propuesta de Las Coincidencias como sugerencia
de confrontación-integración entre las sub personalidades de cada
uno; diálogo interpersonal, grupal, entre redes, entre corrientes culturales y
entre paradigmas.
Hay en el Centro en referencia un sector adecuado para el juego de
los niños, la niñez cronológica y la de aquéllos que aparentemente se alejaron
de ella y ya no lo son tanto. Los nombres, las citas, los puentes, los
caminos, las plazas; son el complemento del punto de partida a una forma
posible de ilustrar conversaciones, cursos y talleres.
Lo inicial es percibir generalmente una vivencia que los visitantes
describen como un encantamiento, como haber llegado a un espacio que
los conecta con su propio centro, como una emoción que quisieran que
también experimentaran las personas más cercanas.
Hay dos actividades centrales: la formación de “guías poéticos” y
un Diplomado abierto sobre desarrollo humano. En definitiva los cursos,
los talleres, la señalética… expresan la propuesta propia del Centro, lo
eferente, lo yang. Se tiene, igualmente, una dimensión receptiva, yin, en
que se acogen talleres, cursos, visitas guiadas portadoras de valores afines.
Lo principal, a ese respecto, en este momento, es un taller de las artesanas
locales, las famosas bordadoras del lugar.
En este apresurado recorrido por un texto necesariamente escueto,
se puede terminar la visita a “Las Coincidencias” conversando sobre el
nombre. Una vez, un vecino preguntó con prepotencia y ánimo descalificador
por qué se llama “Las Coincidencias”. Alguien respondió: por coinciden-
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cia… En el nombre está sintetizada una intuición de fondo, la importancia
del diálogo de paradigmas. Coincidencia alude en nuestra cultura actual, en
sus valores, a co-incidir, actuar, incidir en conjunto. Un poco en los bordes
está un contenido que se asume en plenitud bajo otro referente mas amplio,
el paradigma integrador, son las coincidencias significativas. Lo que ocurriría
si justo en el momento que escuchan estas líneas les llama por celular
una persona cercana indicándoles que en cierto lugar se va a realizar una
determinada actividad seria, una vivencia cercana al asombro, favorecedora
de búsquedas y encuentros, de caminos, de oportunidad para el desarrollo
personal.
Si nos acercamos a una síntesis que pudiera aproximar la experiencia
de “Las Coincidencias” al planteamiento general de una política de cambio
que enfrente proactivamente la globalización y el neoliberalismo, en
forma a la vez muy radical y muy pacífica; habría que señalar: el referente
es el nuevo paradigma pero se respeta y se dialoga con lo establecido. La
espiritualidad se presenta sin ningún marco religioso institucionalizado, lo
reflexivo epistemológico se enhebra, se articula con lo emocional, con lo
estético, con lo imaginativo y creativo. Lo poético, entendido como vivencia
emocional en que se aproximan el asombro y la admiración, el misterio
y las circunstancias de la vida a la escala humana, hace de nexo facilitador
entre lo racional, lo emocional y lo espiritual.
La aproximación al nuevo paradigma se lleva a cabo de manera respetuosa,
paciente, amistosa y dialogal. La experiencia pretende incidir en
el nivel individual, vincular, grupal y comunitario. Los grandes momentos
de esta propuesta son las sugerencias de trabajo individual, la formación
grupal, el nexo en redes, la difusión gradual orgánica en libros, entrevistas
y foros.
Una manera de concluir puede ser, citar la frase del sabio uruguayo
Clemente Estable: “que la utopía sea tan fuerte que parezca razón, que la
razón sea tan bella que parezca utopía”.
Muchas gracias.
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Carmen Obreque
Igor vive
Igor ha muerto, poemas y cuentos. Enero 2010
Igor Vive.
Igor vive… tal vez estamos diciendo Igor no ha muerto, o ha resucitado.
No, Igor ha muerto y también vive, porque vive en quienes conocieron
su trágica historia, vivirá en los lectores de este libro, pero, también, lo
podemos afirmar, vive porque la vida es de responsabilidad nuestra y es
una sola. Porque ella continúa, integrándose, enriqueciéndose con Igor.
Carmen parece decirlo, impactándonos con su sensibilidad al dolor
y a la ternura, Igor vive porque la vida se sostiene, enhiesta, noble, valiente,
a grupas en el tiempo siempre raudo, siempre autista. Lo presentimos, lo
sentimos, lo queremos compartir cuando la vida enraíza en una vivencia
profunda, nos conmueve, muestras sus entrañas de sentido, lo visceral del
dolor y la ternura, la creación y el fulgor de la necesidad humana de justicia;
cuando estamos ante autores y editores tan consecuentes como Carmen
Obreque y Luis Ulloa, editores de Caballo de Mar.
Este libro está habitado por la muerte, bien ubicada en esa realidad
mayor que, para llamarla de alguna manera, por ahora denominamos la
vida. Está Igor, niño de un año y seis meses, la edad de las primeras
frases, muerto de hambre, debajo de una cama, aferrado a un pan, sin el
concurso de su único puente al mundo, su madre, fallecida en el trayecto
a un hospital después de un ataque de epilepsia, sin contar con una
sociedad despierta a la solidaridad. Por eso: “ Igor Barraza Salazar ha
muerto / y no alcanzó a incidir en decisión alguna, / y todos los designios
de los pobres llegaron a él”, como concluye la autora en un poema
decididamente removedor, renovador, de temple educacional para jóvenes
de todas las edades.
La muerte entra en las penumbras de la conciencia obnubilada de la
“Mujer Borracha”: ... Yo no te recuerdo / Sólo me queda el vino / Y yo
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quiero tu sangre / no te quiero ido… Cómo puedes haberte muerto / Maldito
hombre, maldito”.
La muerte es protagonista en el camino del “Terrorismo Trasnacional”:
“Bombas estallan / Flores cuajan en la cara de la mujer / Una niña
pequeña arrastra a su madre a la luz / El invierno se cierne y la madre sonríe
/ con la parte de labio que se le desprende…”
La muerte desde el terrorismo de Estado, lo impensable, el asesinato
con la ignominia, la pesadilla de los desaparecidos o de las mentiras
sobre supuestos enfrentamientos: “Los gritos de Olga” y el desangre de
corazón de Joaquín, recién recuperándose de un ataque cardíaco, cuando
detienen a la hija de ambos, a María Angélica: “Se han llevado a la niña /
de sonrisa alegre / mirada coqueta”… La detención de José, con la ayuda
de los perros del patrón, cuando…“La existencia se eclipsa”… La muerte
de Tomás:... “En el desierto / Seco / Tirado…”
Muertes, donde nunca faltaron mariposas, es decir los colores, el
vuelo, la vida.
La muerte, la muerte de un humano por un humano, la muerte por
falta de solidaridad, de vida de los humanos, la existencia de la muerte en la
vida prefijada de borrachos y no borrachos… despierta el reconocimiento
del regalo del ser, al valor de la vida.
De allí dos cuentos cristalinos, de contacto íntimo, para Carmen
Lucy Violeta, donde se hace indesmentible la verdadera relación del cuento
y el poema, en Carmen y en toda y todo militante de la vida. Como en el
fondo del yin está el yang, como en el corazón del yang está el yin, estas
narraciones son poemas, poemas de esencia… y los poemas narran, comunican
una vivencia, un mensaje, un curso de la vida.
La vida se hace poesía en aquella gran aspiración del ser humano, la
justicia, la justicia inseparable del sentido de la vida. De allí la sabiduría y
la belleza de “Mi Independencia querida”. En el meollo del amor al barrio,
como un fuego sagrado, está el momento clave de la historia de Lucía, el
de la intromisión básica. El del asumir la gravitación del padre, el del reconocimiento
de la individualidad de su pareja.
Narraciones-poemas y poemas-narraciones, forjadas en el crisol de
valores y afectos, nos llegan a través de un acto creativo donde la imagina-
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ción recuerda, reproduce, asocia…, y pasa sin trámites la frontera entre
realismo y fantasía. Un ejemplo de este libre transitar está en “San Narciso”.
Nada menos que Narciso Cuevas, bien nuestro, encuentra las alas de
Icaro… y, en vez de caer a su vez al mar, parece no poder elevar al mundo,
sufrido, precario, a la altura de su perfeccionismo bien empapado de egolatría.
¿De dónde viene en última instancia este libro? “De dónde viene
Poesía”. Claro, la autora no contesta de una sola vez, por algo borbotean
las mariposas entre versos y párrafos. Por cierto no define con una bibliografía
o una secuencia conceptual. Ella intuye, sugiere, profetiza, viene:
“Del movimiento inquieto de tu dedo / Que anuncia el cosquilleo de mi
boca…. Y la demencia se apostará / entre cabecera y los pies del catre”.
Es decir, la poesía, las mariposas, la delicadeza de los cuentos para
una niña, viene de la vida, de los instantes de sosiego del hiperquinético
del tiempo, de la vida compartida, del amor hasta… tal vez diría ahora
Neruda “lo más personal de lo terrestre”. Viene de esos momentos de plenitud
y va hacia juntarse con la vida donde la humanidad supera los eclipses
de la existencia y se acera a incidir en la justicia.
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Con-spirando
Respirando juntas, juntos,
para inspirarnos mejor
Acto de Con-spirando. Octubre 2009
Releo el primer número de Con-spirando, de marzo de 1992, más
de 17 años después… Desde, allá, entonces, leo regularmente la revista.
Soy su amigo. La comparto.
El editorial de la publicación da la nota, la tónica mantenida en sus
60 números. Veamos: “Bienvenidas a nuestro primer número de Conspirando:
Revista Latinoamericana de ecofeminismo, espiritualidad y teología.
Por medio de este número “piloto”, te invitamos a autoconvocarnos
y formar una red de mujeres de América Latina que anhelamos tener una
espiritualidad y una teología propia que reflejen más fielmente nuestras
experiencias de lo sagrado”.
El nombre mismo de la revista “Con-spirando” es un intento de
visualizar algunos elementos de estas experiencias: la imagen de respirar
juntas, que nos trae, a la vez, imágenes del planeta como un gran “pulmón
de vida”.
Bien venida, proximidad, respirar juntas, una imagen, la analogía
con el pulmón, el planeta, la red latinoamericana. Una tarea, una doña tarea,
presentada con transparencia, sin adjetivar, en todas sus alcances.
Se solicita al final del Editorial:
“Comenzamos, entonces, construyendo nuestros círculos, nuestra
mandala, nuestra red, vitalizando todas las conexiones que existen entre
nosotras”.
Respirar juntas, llamado al corazón, superar la dualidad de yo y tú,
unir en la diversidad a latino americanas. Unir en el compartir. Hay una
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proyección inmediata al nosotras, con el uso de la razón, es decir, con claridad;
con entusiasmo, es decir, con fe.
Se dirige a un nosotras… En todos estos años de lectura no siento
haberme quedado fuera. Por eso estoy aquí con cuerpo y alma. Se ha movido
mi ánima arquetípica junguiana, mi Eva, mi Helena, mi María, mi Sofía…
Recuerdos, lecturas desde el corazón, número tras número, asociando
lo vivido, las mujeres que me han ayudado a ser yo: la nana de la Infancia,
Raquel, miembro de la Iglesia y el coro Metodista, de quien me fluyeron
las primeras imágenes de una auténtica religiosidad. Ella aseguró mi
confianza existencial cuando sentía soledad y me facilitó el hacerla sujeto
de mi primera frase para el bronce, a los tres años: “la quelo, polque la
quelo”, la quiero, porque la quiero…
Con-spirando ha sido una lectura cordial donde han reaparecido los
recuerdos de mi tÍa Yente, pintora, hinduísta, la adulta que conversaba, que
abría camino al diálogo con nosotros, adolescentes, sobre la familia, sobre
el arte, sobre el sentido de la existencia.
Mantuvimos hasta su fallecimiento la comunicación profunda, el
respirar juntos, con mi compañera de vida de cuarenta años. Ella, refugiada
de la guerra española, vuelta a salir al exilio conmigo desde Chile y,
luego, desde Argentina, me enseñó cómo más allá de las disciplinas, las
creencias, los estudios… algunas personas desarrollan una pureza, una integridad,
una alegría de vivir que se impone a todas las adversidades, a las
enfermedades, a las decepciones, al terror y a la injusticia.
Cuando terminé de leer Sabidurías Compartidas, sentí la unidad con
los 59 números anteriores y me surgió, asociado al deseo de compartir esta
constelación de sabidurías, en son de imagen de conjunto, el recuerdo y las
ganas de intervenir un mito clásico, el del dios Momo. Esta divinidad, poco
conocida, se encontró abocado a hacer la crítica de las esculturas realizadas
por tres dioses, Atenea, Poseidón y Hefeistos. Por una vez, este dios del
humor se puso serio. Atenea hizo una casa. Momo le objetó que fuera estática,
no se movía a voluntad de la diosa. Poseidón esculpió un toro, el que
recibió la crítica de tener los cuernos muy poco centrados en la frente, lo
que le hacía inepto para la defensa.
Hefeistos, hizo el ser humano. Momo observó la evidencia de su
incompletud: le faltaba una ventana para el corazón. A ese respecto, imaginé,
concluyendo la lectura, que el encontrar el modo de llegar al corazón, a
59
pesar de no tener ventanas… era el objeto de la sabiduría.
De este libro podría inferirse, con ayuda del mito de Psique, que se
podría ver el corazón si se está en condiciones de conocer, de verle el rostro
al amor. A Psique le costó mucho conocer a Eros. Cuando lo hizo, los
dioses asumieron el vínculo y asistieron al casamiento del Alma y el Amor.
Legitimaron la pareja. De ese pareja, nació, según mi versión personal del
mito, la Amistad. La amistad con las/los significativos, con las/los otros,
con la naturaleza, consigo mismo, con el misterio trascendente, con la sabiduría,
la ventana al corazón, la vía para tocar el corazón.
Con-spirando ayuda a conspirar sobre el sentido de la sabiduría.
Está el testimonio en estos relatos, en estos análisis, en estos poemas.
Lo afirma Cora Coralina, citada por Ivone Gebara.
“No sé… si la vida es corta
o demasiado larga para nosotros
pero sé que nada de lo que vivimos tiene sentido
si no tocamos el corazón de las personas.
Tocar el corazón”.
Gabriela Mistral nos instó a “hinchar el corazón para que entre como
lava ardiente en el universo”. Es decir, respirando con otras, con otros,
colaborar a un mundo con más corazón, al emerger de un ser humano más
cercano al universo.
Violeta Parra le da gracias a la vida, da la gracias por el don del ser
y pone en relación al corazón y al cerebro, al corazón y a la ética, al corazón
y a ese milagro diario que, para nombrarlo de alguna manera, por ahora
obedece al nombre de mirada.
“… Gracias a la vida que me ha dado tanto
me dio el corazón que agita su marco
cuando miro el fruto del cerebro humano,
cuando miro al bueno tan lejos del malo
cuando miro el fondo de tus ojos claros”.
Tocar el corazón. Agitar el marco del corazón. Hinchar el corazón y
volcarlo al universo, mirar desde el fondo del corazón. Sabiduría. Esa que
Eliot decía que se podía perder con el conocimiento, a la vez que el cono-
60
cimiento era susceptible de reducirse con la información.
Sabiduría de la que participan las razones del corazón de Pascal.
Corazón al que, según los himnos sumerios, no se puede separar de
la misma Inanna, la gran Diosa. Citemos:
“El corazón de Innana fue enternecido”
“Misericordiosa mujer radiante de corazón”
“A quien le tiene en su casa bien fundada le pone a su disposición un
corazón brillante de alegría”
“Quién puede calmar tu enojado corazón
Tu funesto corazón no puede tranquilizarse”
E Innana le dice a Dumuzi: “Oh mi amante, querido de mi corazón”
Hay un camino a la sabiduría de la razón poética de María Zambrano
Escribe la filósofa española en “Hacia un saber sobre el alma”:
“¿Será una simple metáfora la visión por el corazón? La metáfora
de la visíón intelectual ha sido la definición de una forma, hasta ahora la
más decisiva y fundamental del conocimiento. ¿Podremos pasar de largo
junto a esta gran metáfora porque sea, al parecer, más extraña, más dada al
equívoco, más misteriosa y audaz ? ¿No habrá existido una forma de conocimiento
o visión que de manera más o menos fiel corresponda a esta poética
visión? No sería demasiado difícil el intento si aceptamos ya desde el
comienzo una metáfora, la que implica el nombre de esa víscera secreta y
delatora: corazón”…
En términos de María Zambrano, los 59 números de la revista Con
-spirando y el libro de la versión 60 que nos reúne en esta instancia tocan el
corazón y entran al reino de los afectos, con su solidaridad, con su sensibilidad,
con su acercamiento al alma, al modo de la razón poética, pero como
procede de una propuesta, un colectivo, una red, un libro que plantea un
camino de formación, de vida, de vínculos, de amistad para una espiritualidad,
para una ecología, para una teología feminista, ella, María Zambrano,
seguramente habría destacado que estamos, también, en presencia de la
otra gran razón, la razón meditativa.
La sabiduría de integrar el corazón, la sensibilidad, el coraje, la hondura
espiritual, con el situarse en un referente, en una visión, sobre lo que
61
ocurre en el mundo y lo que hay que hacer. La sabiduría que emerge de la
unión de la razón poética y la razón meditativa, mediadora.
Se trata de una propuesta, de una senda de realización que vive, que
se actualiza, en medio de una crisis, de una inmensa crisis: la crisis del
sistema capitalista, la crisis de la modernidad, la crisis del paradigma de la
razón instrumental, la crisis de la evolución, la crisis que apunta al reconocimiento
de las tensiones constitutivas que identifican al ser humano, la
crisis de la identidad, del poder, de la certeza. Crisis, según Tomás Berry le
refiriera a Judy, sólo comparable a la desaparición de los dinosaurios hace
65 millones de años.
Crisis existencial, de sentido, en el período en que los seres humanos
tienen el dilema de cooperar con la evolución, con la vida, con la
noosfera, cumplir con su papel de testigos y colaboradores del ser, o permitir
que, según lo expresara Helder Cámara en el Seminario Desarrollo a la
Escala Humana, la tierra empiece a vagar por el universo como una vela
apagada, humeante, sin mayor sentido.
La crisis tiene cinco grandes dimensiones.
En primer término, el contraste entre el aceleradísimo, brillante, lindante
en lo utópico e inverosímil avance científico técnico y lo que da sentido
a la vida, el desarrollo interior, la convivencia, el respirar juntos, el
amor, el desapego, la relación con la naturaleza, con la trascendencia, con
lo más entrañable de la calidad de vida, lo que toca al corazón.
Luego, los problemas visibles, mediáticos. Las guerras, la violencia,
las dependencias y adicciones, la soledad, el vacío, la pobreza económica
y espiritual, la crisis financiera, el calentamiento global, el smog, la
contaminación del agua, la desertificación, la escasez de recursos básicos.
En tercer lugar, la pérdida de referente. Se cierra el ciclo de las grandes
expectativas de cambio social, 1789 - 1989, toma de la Bastilla, caída
del muro; la política, exangüe, se vuelve cosa de gestores; las grandes religiones
institucionalizadas, víctimas o complacientes ante el alud del mercado
y la técnica, no abren caminos a lo sagrado, a la intimidad, a la fraternidad.
En cuarto lugar, sintomático de toda crisis, falta una conciencia generalizada
de la crisis global, de la mega crisis, de lo que puede ser una
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crisis terminal, El bosque no dejan ver los grandes árboles.
Como en toda crisis, hay una opción de salida, es la revolución
molecular que está en marcha, es la suma invisible, es la sinergia entre el
toque del corazón de siempre, desde antes que el ser humano llegue a ser
especie humana y sapiens, el del espíritu de servicio, el amor, la colaboración,
la emoción del encuentro existencial, la búsqueda espiritual en la interioridad
personal, en el tú humano, el de la naturaleza, el de la trascendencia.
Todo ello, ahora cobijado, diluído o expandido en los nuevos movimientos
culturales, la ecología, el diálogo de culturas, los derechos humano,
el feminismo; presente conciente o no, en la ciencia que deja atrás
las fronteras newtonianas y cartesianas y alcanza nuevos sentidos de realidad
en la física cuántica, la psicología humanista, junguiana, transpersonal,
la de apertura a lo para normal; continuada entrañablemente en los elementos
humanos de larga historia, llevados a ser centros de proyectos de vida
espirituales en la práctica de la meditación, en la vitalización de la espiritualidad.
El desarrollo personal va coexistiendo con nuevas formas de encarar
la medicina y la educación, nos acercamos a la cultura de los pueblos
originarios y a las grandes tradiciones de oriente.
Empezamos a respirar juntos, integrando el desarrollo interior, el
enriquecimiento de los vínculos, la lucha por la unidad en la diversidad, la
amistad con la tierra, la búsqueda de trascendencia.
Es una revolución que no se orienta hacia el poder. Se quiere cambiar
la forma de ejercer el poder. No hay una sola vía, se trabaja en favor de
la aceptación del otro y de lo otro.
En este contexto, este libro adquiere todo su relieve. Es un gran
aporte a la unidad en la diversidad: empieza con la tríada teología, ecología
feminismo, reunión de planos en que se da, se necesita que se de, el cambio
hacia la salida de la crisis, hacia continuar la evolución.
Respirar juntos, en el desarrollo personal, en la casa, en la calle, en
la multidimensionalidad de los proyectos, de la mano, en red con otros
proyectos, otras prioridades, otras historias, otros sueños.
Respirar juntos entendiendo que esta revolución es la revolución
pacífica de la integración del ser humano con la evolución.
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Una gran crisis, una gran oportunidad, el momento de agradecer y
ayudar a que florezca el regalo de estar aquí. Gandhi decía “no hay camino
hacia la paz, la paz es el camino”. Empezamos a sentir que no hay camino
hacia el nuevo paradigma, el nuevo sentido común, el respirar juntos, el
vivir juntos, el camino es el nuevo paradigma, es decir, con-spirar, respirar
juntos en la individuación y el paso a lo universal. En el vínculo, el grupo,
la comunidad, el estilo de desarrollo. Con el cuerpo, con el espíritu, con la
naturaleza, con el ser. Con la ecología, la del ambiente, la social, la subjetiva,
la del yo, con todas las formas de llegar a la Diosa, a las diosas, a Dios
y a los dioses, con lo maternal, lo guerrero, lo amante. Con la magia de
lograr los testimonios de búsquedas y descubrimientos, de sufrimientos y
alegrías, que viven en es este libro, herramienta de formación humana, en
que se toca el corazón y se aporta a ir saliendo de las hipnosis de lo familiar,
del menoscabo a lo humano propio de la competencia, la desigualdad
y la anemia espiritual de la cultura tecno mercantil, del patriarcado autoritario.
En el primer número de cons-pirando se invitaba a formar una red,
con la imagen de constituir un gran pulmón de vida. Diecisiete años después,
este libro es su testimonio, su ilustración. La red está viva, red de
amistad, red de personas que respiran juntas y saben tocar, abrir ventanas
al corazón, red de personas en pos, alcanzando la sabiduría. Red de personas
que están contribuyendo a que tengamos un país, una latinoamérica un
mundo mejor, apuntado a la luz, a la salida de la crisis. Este libro, libro para
respirar juntos, es un gran pulmón Inspirador.
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65
El Derecho a ser Humanos.
Con el dolor personal
y con la vista en lo humano
Facultad de Medicina U de Chile. Diciembre 2008
Sesenta años de la Declaración de los Derechos del Hombre… continuación
de toda una historia, viva en la trayectoria de una especie, en la
evolución humana, en que la punta del iceberg son Declaraciones, acuerdos
donde rescatamos los de los Derechos del Hombre de la Revolución
Francesa, el acta de Independencia de Estados Unidos con su mención del
derecho a la felicidad, la Magna Carta inglesa… y como desde el fondo del
espíritu nos miran Gandhi, Luther King, Mandela, más atrás Sócrates, Laotse,
Buda, Isaías, Jesús, antes, todavía, los primeros seres humanos que integraron
a la conciencia de sí la de pertenecer a una condición especial, compleja,
misteriosa, con una vocación escondida o insinuada, de ser fraternos, de
compartir derechos y responsabilidades, necesidades y capacidades, de cuidar
el ser.
Nos convocan recuerdos y llamados a la acción, emociones dolorosas,
deseos de comunicarnos, exigencias de una ética profunda, ideales de
vida, deseos de unirnos, de fortalecer nuestra acción.
Necesitamos integrarnos, abrazarnos, danzar, cambiar nosotros mismos,
transformar nuestros vínculos, nuestra relación con la naturaleza y
con la trascendencia, afianzar nuestro modesto aporte a salir de la crisis
general, planetaria, cambiando el sentido común, el paradigma cultural
básico, ejerciendo el derecho a ser humanos, a llegar a ser homo sapiens.
Siempre empezamos con nuestras emociones.El golpe militar nos
sacudió, arrasó con muchas certezas, a lo mejor nos permitió asumir un
proyecto sin certezas. Nos continuamos con nuestras emociones.
El 12 de Septiembre del 73 empecé a buscar a mis cercanos desapa-
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recidos. Más de 10 de ellos estaba en la Moneda el día anterior ¿Qué es de
ellos?, me pregunté, angustiado, recordándolos, sintiendo esa realidad última
que es la amistad ¿Qué es de ellos? Lo seguí preguntando por mucho
tiempo. Ese día yo, buscado, escondido, necesitaba saber de mis amigos.
Cuando encontré a la persona que debía acompañarme, ella se apartó corriendo,
después de decirme, espantada, llorando, “en el Consultorio anunciaron
que te habían fusilado y la gente aplaudió con entusiasmo”. Era un
lugar en que convivíamos muy bien, yo hacia clases y trabajo voluntario, si
notar odios abisales. Incrédulo, yo también me espanté, desconcertado.
Seguí buscando a los amigos. Nunca más ví a Jorge Klein, a Enrique Paris,
a Eduardo Paredes, a Pincheira, a Claudio Jimeno. Luego, la lista se fue
agrandando: Carlos Lorca, Carlos Godoy, Carmelo Soria, Iván Insunza,
Fernando Ortiz, tantos otros.
De ellos me han quedado emociones, lecciones, palabras. Palabras
que siguen vivas. La última vez que ví a Jorge Klein me dijo que estudiaba
para poder conversar con Marta Harneker. En circunstancias parecidas le
escuché a Iván Insunza expresar con vehemencia que debíamos entendernos
sin motejar al que pensara distinto. Supe que Enrique Paris pasó la
jornada en la Moneda levantando el ánimo de todos y que el estallido de
las bombas lo encontró cantando “la vida nos llama adelante”. La última
vez que Carmelo Soria fue a mi casa, mucho antes que este querido español
republicano muriera torturado diciendo “pobre Chile”… el descubrió que
mis hijos se hacían los dormidos para poder escuchar nuestras conversaciones.
José Tohá me instó, muy al inicio del gobierno de la Unidad Popular,
a que difundiera un mensaje tranquilo, mesurado, comentando con un
gesto elocuente “nos pueden cortar la la cabeza a todos”. Cuando tuve la
oportunidad de hablar en forma distendida con Salvador Alllende, antes de
su gobierno, me dijo que la unidad era básica y que había que hacerla sin
muchos discursos, en la acción, en el día a día. Con su hija Beatriz conversamos
mucho de los momentos oscuros de la vida; ella los llamaba “la
noche”. Siento que después del golpe no se recuperó y en un momento
negro, de noche, se quito la vida. Claudio Jimeno, mi primo, me advirtió
mucho ante del golpe, es preferible esperar 20 años antes de llegar al socialismo
que sobrellevar 20 años de fascismo.
Las palabras vivas de los amigos muertos, una emoción como muchas
que nos conducen a mantenernos en la lucha por profundizar la democracia,
por la ecología del ambiente físico, de lo social, de los vínculos, del
mundo interno, del yo, de la visión amplia de los derechos humanos, de la
responsabilidad por ser humanos.
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Es la responsabilidad y el derecho de aportar granos de arena a
cambiar la vida, derecho y responsabilidad de siempre y de vigencia
muy particular en la crisis actual. Crisis de civilización, crisis evolutiva,
cuya parte visible es la pobreza económica y espiritual, la violencia
entre los humanos y con la naturaleza, el predominio de la manipulación
de la conciencia con la técnica y con las drogas sobre la meditación,
la reflexión, la creación, el diálogo, el trabajo comunitario. Crisis
cuyo trasfondo es la pérdida del ser y del sentido de trascendencia en
los médanos del tener, del poder, de la trivialidad, del autoritarismo, del
egocentrismo.
Hoy, por primera vez, a pesar del pequeño horizonte de la post modernidad
que reniega de la historia y de las utopías, se abre una hermosa
perspectiva, una oportunidad de unidad en la diversidad, de una concertación
para cooperar con la evolución, a través de los nuevos movimientos culturales,
la mujer, la paz, la ecología, el diálogo de culturas, la salud integral,
la educación holística, los derechos y las responsabilidades humanas; en
relación a las nuevas orientaciones de la física cuántica, la cosmología, la
biología de sistemas, la psicología, comunitaria, la para psicología, la psicología
humanista y transpersonal. Ello, en el contexto de la revitalización
de la espiritualidad, la cristiana, la oriental, la de los pueblos originarios, la
de la sensibilidad ecuménica y la que no se inscribe en las religiones establecidas.
Se va aspirando, anhelando y se va dando un cambio complejo,
en parte informe, en gran medida molecular, hacia una nueva perspectiva
de la convivencia, del planeta, con respeto a la naturaleza, con atención a
la igualdad básica y la diversidad expresiva de los humanos, con reconocimiento
de la integración y de la complejidad, con la aceptación del misterio
del ser y del ser humano.
Vamos aproximándonos a un gran consenso, los derechos humanos
se confunden con las responsabilidades humanas, las necesidades humanas
llaman a la expresión de las capacidades humanas, los 30 derechos básicos,
las diversas generaciones de derechos humanos, confluyen hacia la gran
tarea de reencantar la vida, de proseguir la humanización, de rescatar el
derecho a ser humanos.
Es un camino difícil, integrar las emociones, las experiencias, las
palabras vivas, los proyectos personales y de grupos, la danza de la vida, la
ética personal, los momentos altos de la vida, los diálogos, la amistades, la
cooperación, el amor, el desarrollo personal, los grandes movimientos culturales,
la ciencia, el arte, la acción social… Integrar, amistar, en un diálo-
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go, en una convergencia, una sinergia, orientada hacia un nuevo sentido
común, un paradigma integrador.
Es una tarea, una oportunidad, una danza, un sentido, un poema vivo.
Para asumir sus dimensiones puede ser útil poner atención, inspiración,
emoción, cerca de las palabras de Gabriela Mistral: “hinchar el corazón
para que entre como lava ardiente en el universo.”
Vislumbrando las dificultades, lo arduo, la infinita apertura que hay
que poner en el compromiso, cabe complementar con Hölderlin: “La ola
del corazón no se cubriría de la más hermosa espuma, ni se haría todo
espíritu, si la roca impasible del destino no se opusiera a su paso”.
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Evelyn Garlick y Hernán Manquepillán
Desarrollar la Persona, la Cultura, lo
Humano
Presentación del Texto Desarrollo Personal e Interpersonal de Evelyn
Garlick y Hernán Manquepillán. Universidad Católica Silva Henríquez.
Noviembre 2008
Me complace presentar un libro que con un exterior, un len guaje,
llano, agradable de leer, amigable, es en esencia un texto nutricio, una nueva
amistad para tener cerca, para trabajarla y compartirla. Un gran aporte
para la educación universitaria, para toda la educación, para la formal y
para la comunitaria, para la gran tarea de avanzar hacia una nueva forma de
hacer política, para empezar a llevar a cabo la política sustentable, la política
a la escala humana.
Sólo he conversado dos veces con Evelyn, acabo de conocer a
Hernán, pero, sin ningún esfuerzo especial, me he adentrado y empezado a
ver todas las proyecciones de este libro.
El libro es presentado, con una modestia, que ya es significativa,
como un material de apoyo didáctico para la formación de pregrado. Se
titula “Humanidad y trascendencia”, con el sub título de desarrollo personal
e interpersonal.
Como una pequeña crisis, dentro de la de carácter universal, vivimos
una verdadera crisis de sobreproducción de actores, actividades y
publicaciones de desarrollo personal. En ellos y en ellas nunca deja de
existir un aliento de buena intención , de sabia priorización de la necesidad
de desarrollo de la conciencia, de auto cuidado, pero ello es habitualmente
entreverado, parasitado, por ingenuidad, por falta de experiencia, por un
espíritu dogmático, por la avidez comercial, por un individualismo de espalda
a lo que ocurre con el otro, en el país y en el mundo, a lo que es el ser
humano, en que no se asocia la individualización con la apertura al otro y
a la trascendencia.
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Aquí tenemos, por evidente contraste, un trabajo que muestra la asimilación,
la síntesis de una rica experiencia, un marco referencial bien
construído en que se aúnan el esmero, el eros didáctico, el rigor de la investigación
en la construcción de material educativo, con la adecuada metabolización
de los grandes autores del presente: Watzlawick, Jung, Frankl,
Rogers, Erikson, Lowen, Goleman… nuestros Maturana y Max Neef. Todo
ello en una orientación en que el auto cuidada se integra con la comunicación
eficaz, con el tema del liderazgo integrador y participativo, con el
trabajo de equipo, con los derechos humanos, con la relación con la naturaleza
... y, en el fondo, de cimiento, de horizonte, el derecho a ser humano,
es decir, a ser interprete, a ser colaborador, o, como se nos ha dicho, a ser
pastor del ser.
Un trabajo pre disciplinario, interdisciplinario, trans disciplinario,
serio, preciso, integrador, humanista, solidario, espiritual.
El desarrollo personal, realizado como se da evidencia en esta obra
de esta trabajadora social y este profesor de filosofia, de miradas a la vez
sabias y comprometidas, cercanas, siempre ha sido consubstancial al ser
humano, a nuestra necesidad de hacernos cargo de nuestras vidas, de elegir
y de elegirnos, pero ahora, en este período histórico, pasa a a ser una preocupación
urgente, universal, ciudadana.
Vivimos una crisis semi oculta en la globalización, la banalidad y el
espectacular, deslumbrante, desarrollo científico tecnológico.
La parte visible de la crisis en el imaginario compartido, en los medios
de comunicación, son grandes problemas que parecen aislados entre
sí: la recesión de la economía, el cambio climático, el agotamiento del petróleo,
la contaminación del aire y del agua, la desertificación, la pobreza,
la soledad, las drogas, la corrupción, la violencia, las guerras en curso, el
polvorín nuclear…
El tema gravitante, de fondo, es el contraste entre la relación que
tenemos con las cosas, los deseos y las rutinas y la que existe con nosotros
mismos, con el otro significativo, con todos los seres humanos, con la vida,
con la naturaleza, con la trascendencia. Es la tensión entre el paradigma de
la racionalidad instrumental, del individualismo, la separación, la hegemonía
del intelecto ante el espíritu, frente al paradigma integrista, al dogma, a
la fusión de conciencias. El enfrentamiento entre el autoritarismo del mercado
y la conformidad en la trivialidad y el totalitarismo ciego. En medio,
71
viviendo en la obnubilación de lo cotidiano, están, estamos, las y los ciudadanos,
sumidos en la soledad, el desánimo, en el vacío existencial, en la
sequedad espiritual, con el sentido de humanidad, con la relación con el
ser, en una especie de clandestinidad.
Hay una dimensión importante de ésta como de todas la crisis, la
falta de conciencia de la verdadera naturaleza de la misma, en este caso, el
que estamos ante una crisis del desarrollo humano, crisis de civilización,
que nos lleva a preguntarnos no sólo por el presente sino por los orígenes,
por el rumbo de la evolución, en última instancia por quienes somos, interrogantes
a asumir si es que queremos que exista el futuro.
Junto a la crisis de referentes, inseparable del conjunto de problemas
que amenazan a nuestra especie y a la vida, han surgido, o se han
reanimado, los atisbos o certezas de esperanza. Son una serie de movimientos
culturales, como el de la mujer, la ecología, los derechos humanos,
las responsabilidades humanas, el diálogo de culturas… Es el renovado
interés en la espiritualidad cristiana, la oriental, la de los pueblos originarios,
la mirada ecuménica... Se trata de la actualización de conocimientos
científicos que abren una nueva perspectiva, compleja, integradora, sobre
el universo y el ser humano, en que se destacan la biología de sistemas, la
física cuántica, la cosmología, la teoría del caos, la psicología humanista y
transpersonal, la de Jung, la de Fromm, la de Frankl, la de Assagioli, la de
la para psicología. Crece el interés por la educación y la psicología comunitaria,
por la educación permanente, por las medicinas alternativas y complementaria...
Todos son procesos que guardan un vínculo de sentido entre
sí y se corresponden con las vivencias y tendencias más profundas del ser
humano de siempre. Con el asombro y la relación con la belleza, con el
amor, la amistad y la tendencia al encuentro, con la empatía, la comunicación,
la cooperación, la creatvidad humanizadora, el sentido de responsabilidad,
la apertura al misterio, a la trascendencia.
Se trata de un cambio de conciencia de proyecto de vida y de convivencia,
dentro de una notable diversidad; proceso a veces confuso hasta lo
indistinto, en otras ocasiones infantilmente arrogante hasta lo avasallador.
Una verdadera revolución molecular, muy distinta en su forma de expresión
a la toma de la Bastilla o del Palacio de Invierno, a la caída del Muro
o de las Torres Gemelas. En medio de contradicciones, de desencuentros,
se va constituyendo y reconstituyendo un paradigma integrador, un tercer
paradigma, el de la ciencia y la espiritualidad, el del individuo y los vínculos,
la comunidad, el sentido común, el del ser humano y la ecología, el de
72
la inmanencia y la trascendencia, el de los dos hemisferios cerebrales. El
de la racionalidad integradora, como la visión de Capra, el de la complejidad
de Edgar Morin, el de asumir problema y misterios de Gabriel Marcel.
El “Tú eres eso”, de los Unpanishads. El del “Tao que se puede nombrar no
es el verdadero Tao”, del Tao Te King, el del Ayún mapuche, el del amor
del Evangelio.
Ese es el terreno en que discurre este libro. El de la opción de salir
de la crisis a través de una nueva mirada y una nueva práctica, del logro de
una democracia participativa, con ciudadanos y ciudadanas maduros, próximos
a la filosofía y al trabajo social, partícipes en un desarrollo en que
dialoguen y convergen la espiritualidad, la ciencia, la acción social, el arte,
los derechos humano y el desarrollo humano.
El desarrollo personal entendido como aparece en este texto que
nos recuerda el mito del Cuidado que recogió Higinio y actualizaron
Heidegger y Rollo May.
Caminando, el Cuidado dio con un estero. Advirtiendo que el suelo
era gredoso, el Cuidado empezó a modelar una figura. Ya la daba por concluida,
cuando, como en son de sincronía, apareció Zeus. El Cuidado le
solicitó que le otorgara el espíritu. El jefe de los Dioses accedió. Luego,
planteó que a él le correspondía dar el nombre a la criatura. El Cuidado
expresó que lo justo sería que lo hiciera él, el autor. En eso, intervino la
Tierra, reclamando el derecho a ser la guía porque ella le había aportado la
materia, lo que le constituía. Como la controversia se prolongaba sin visos
de solución, los tres partícipes solicitaron la mediación de Cronos, padre
de Zeus, el antiguo mandatario, ahora retirado, sabio, en el territorio de los
Bienaventurados. Su fallo fue ecuánime a pesar de su relación familiar con
una de las partes en controversia. Cronos dictaminó que, a la muerte del
ser recién creado, su espíritu pasaría a depender de Zeus y su cuerpo quedaría
en la Tierra. Mientas estuviera vivo, correspondía que estuviera a
cargo del Cuidado. Cuidado… no lo llamó desarrollo personal, pero seguramente
lo pensó, lo anticipó. El nombre de la criatura, según Cronos, debería
ser Homo, por Humus, Tierra.
Nos corresponde el cuidado. La experiencia de la Universidad Católica
Silva Henriquez de instaurarlo, de acercarlo, en la forma de asignatura
en que se juntan el desarrollo personal, la apertura al otro, lo social, la
trascendencia, como una ramo transversal de la Universidad, es una iniciativa
Faro, que ilumine caminos. Los estudiantes necesitan formarse como
73
profesionales y seguir siendo personas, rumbo a ser ciudadanas/ciudadanos
responsables en desarrollo permanente, en condiciones de tomar la opción
de la solidaridad, la relación fraterna, el paradigma de la integración,
de la participación libre, autónoma, en parejas, familias, grupos, focos culturales,
redes, que contribuyan a dar una salida a la crisis, a reencantar la
aventura humana.
Gracias Evelyn y Hernán, gracias a todos los que han colaborado en
posibilitar y en realizar las experiencias de base, en la redacción, en la
edición del texto.
Gracias por hacer un aporte a una necesidad apremiante de ayuda
para la formación de universitarios y de toda la ciudadanía.
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Ética
La Ética como eje de la Calidad de Vida
Sexta Convergencia de Medicina humanizada e integrativa.
Antiguo Hospital San José. Septiembre 2009
Amigas y amigos
Si he de hablar de ética, debo ser consistente, expresando desde
dónde me sitúo, cuáles son mis emociones del momento, cuáles mis sesgos
más perdurables.
Mi emoción de alegría por la realización de este encuentro, por estar
con ustedes, comparte realidad con la vivencia de tener muy presente
un desafío importante.
El desafío es del orden de la comunicación. La comunicación entre
sentires comunes, entre paradigmas culturales, que pueden ser distintos. La
nuestra es una convergencia entre diversidades.
La ética es una preocupación cotidiana, de todos nosotros, de los
medios de comunicación, de los poderes públicos. Sin embargo, la ética
realmente existente es una práctica desarraigada de su ser más íntimo, una
ética que se discute, que se transgrede, que se busca, que se construye, al
margen de lo que es su corazón, de su raigambre en la filosofía. Vivimos la
contradicción de tener la ética en el centro de nuestras preocupaciones, en
la casa, en el trabajo, en la visión comunitaria… y el haber dejado la filosofía
totalmente suplantada por su hija la ciencia y, más todavía, por su nieta,
la técnica. La ética de fondo, la ética como parte de la filosofía, de la amistad
con la sabiduría, está supuesta como una actividad, como una preocupación,
de una minoría de especialistas o de adolescentes de cualquier edad,
desubicados, inmaduros.
Descansamos en el hacer y en los hechos, nos acercamos a los temas
étícos a través de su presunta dilucidación en los códigos, o los comprimimos
en una especialidad como la bio ética, pero la filosofía, la revisión de
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ideas, la amistad con la sabiduría, está ausente de la calle, de la consulta,
del grupo, del diálogo, de las conciencias.
De allí mi inhibición, mi vivencia de desafío: para hablar de la relación
entre ética y calidad de vida necesitaríamos el contexto de un tiempo
espaciado, lejos de los relojes, apto para un contexto reflexivo amigable,
prolongado, y una crítica de nuestra cultura, un diálogo de paradigmas, una
incursión en la filosofía que va mucho más allá de lo alcanzable en la presente
comunicación.
Por otra parte, mi posible participación en la problematización de la
ética y su incidencia en la calidad de vida está limitada por mi propio sesgo
como trabajador de la salud con un sentido integrativo, en que el afán de
cooperar en la convergencia y la sinergia limita los alcances de la asimilación
plena de los fundamentos de las disciplinas y quehaceres involucradas,
de sus filosofías de fondo.
En esas condiciones, parece aconsejable dar poco espacio a la abstracción
y llegar a la ética desde situaciones de vida propias del trabajo en
salud en sentido amplio; compartir el tenor de algunos ejemplos de cómo
se nos hace imperativo converger hacia una cultura saludable en que la
ética tenga el lugar que le es propio en el gobierno de las conciencias, las
convivencia y la relación con la naturaleza, en la democracia de verdad.
Si les parece, haremos primero una pequeña meditación que puede
favorecer mi intención de contribuir a estas jornadas más que con una serie
de informaciones, más allá de los mismos conceptos, con una propuesta de
actitud a explorar, a conducir con la máxima autonomía posible.
Cerremos los ojos. Con cuidado. Con lentitud. Con conciencia….
Tratemos de aquietar nuestra mente. Respiremos lentamente. Concentrémosnos
en la espiración.
Vamos a quedarnos, por breves instantes, con algunos palabras. Unas
sugerencias, ya ética adentro…. Ya en la ética y la calidad de vida…
Unas propuesta de hace muchos años, de un sabio de un país de
muchos habitantes, distintos a nosotros, tan humanos como nosotros, profundo,
riguroso. Muy conocido como pensador. Escuchemos estas palabras
de Confucio:
77
“Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas a
un hombre malo, examínate a ti mismo”.
¿Qué sientes? ¿Qué imaginas? ¿Qué crees?
Pasa mucho tiempo. El mundo anglosajón… una figura mediática
muy querida. Sencillo y profundo. Es visto como actor cómico. Es poseedor
de la profundidad, de la poesía del humor.
Palabras de Chaplín en Candilejas:
“Este empeño mío de moralizarla a usted me ha hecho efecto a mí.
Empiezo a convencerme a mí mismo.”
Quedémonos con la resonancia de esa afirmación ¿Cómo la recibimos?
¿Hasta dónde es nuestra?
Complementemos estas citas con una de un ser de ficcíón y de verdad,
tan presente, por extraña sincronía, en esta Convergencia:
“Justo a mí me tocó ser yo”.
Es la frase con que nos interpela la Mafalda desde el otro lado de los
Andes, desde recuerdos muy entrañables..
Sintamos, pensemos, imaginemos, valoremos...
Veamos si encontramos un hilo conductor en estas afirmaciones.
Algo que nos acompañe por esta excursión incursión por la ética y la calidad
de vida.
Dejemos pasar unos minutos, cada una, cada uno consigo mismo,
con su sentir ético.
Ahora, gradualmente, cuidadosamente, abramos los ojos. Comentemos
la meditación con nuestras vecinos. Espero que la vuelvan a conversar,
con las mismas personas o con otras, con más soltura de tiempo.
Sigo con mi exposición.
Veremos, en primer lugar, un ejemplo de la casa, de la pareja, lo que
78
le ocurrió al matrimonio de Mario y María, los Marios. Durante 35 años,
fueron una pareja muy integrada, se complementaban, vivían con armonía
el apoyo mutuo y el desarrollo de los hijos, el ser el centro de un grupo de
amigos que los veían como pareja de iguales y como modelos de convivencia
alegre, generosa, sociable, lúdica. De improviso, algo empieza a cambiar.
Una crisis de incompletud, de rutina, va opacando el brillo de la relación
conyugal. Ella, lo percibe con inquietud, con desasosiego. Él se mantiene
seguro, sobrio, como con una especie de anestesia emocional. María
no sabe bien cómo entró en una relación extra conyugal y llegó a sentirse
profundamente enamorada y resuelta a separarse. Siente que debe hacerlo.
Desea, necesita, hablar con su esposo. Vacila, espera una oportunidad especial
de conversar, que parece no llegar nunca en medio de obligaciones
personales y familiares. Por fin, se decide a hacerlo. Se reúnen en la fecha
convenida. Ella le cuenta la primera parte de lo que le sucede, esa vivencia
de sequedad, de pobreza del co vivir, de desamor entre ellos. Para su sorpresa,
él le confiesa que, en vísperas de este encuentro, inquieto, desconfiado,
intuyó algo. Revisó el correo de ella y descubrió su correspondencia
con su nuevo amor.
La calidad de vida de la pareja descansaba en algo imponderable,
inefable, un esperar, un contar con… un cierto suceder, una cierta manera
de interactuar, noble, de confianza básica. Una ética implícita, y expresada
en declaraciones, en ejemplos para otros, en la forma como reaccionaban
ante las conductas de otros. Lo que ocurrió no estaba previsto como posibilidad.
Le podría suceder a otros, no a ellos, pareja ejemplar.
Como no es raro en parejas, habían dedicado mucho tiempos a conversaciones
sobre la formación de los hijos, a discutir problemas contingentes
entre ellos, a ver como ayudaban a problemas de otros. La pareja
tenía vida, florecía y daba frutos. Se tenía el cuidado cotidiano del trato
amoroso. Era una pareja de conducta ética, que daba por descontado la
firmeza sísmica de los cimientos en que se sustentaba la relación.
¿Era posible evitar la crisis? No lo sabemos. Sería entrar en un ámbito
especulativo, de biografía ficción. Lo que está claro es que podría
haber sido un proceso menos doloroso para la pareja y sus seres significativos,
si hubiera sido más dialogal, más transparente. Aunque es ajeno a
nuestra cultura, la promoción de la pareja, como la del desarrollo personal,
grupal, comunitario, institucional, requiere de una higiene, de un auto cuidado,
de atención a los cimientos, no sólo de llegar con prontitud a una
terapia de pareja.
79
Es importante agregarle al vivir el día a día la pareja el estar examinándola,
el llegar a completar el desenvolvimiento, el quehacer, con la reflexión,
desde una ética adentrada en la antropología, en el conocimiento
de las etapas de la vida, de las tensiones entre el deseo y las normas, entre
la que se puede programar y lo inesperado, entre los problemas en que cabe
y no cabe la convergencia, entre los problemas y los misterios.
Veamos otro ejemplo. Un país que no es el nuestro, cuyo nombre no
puedo recordar. Recibo la consulta de la joven Juana, de unos16 años, muy
agraciada, empática, directa, inteligente. Viene dominando una gran tensión.
Explica que buscaba un terapeuta extranjero porque estaba muy afectada
por una consulta reciente a un connacional que le pareció carente de
toda ética y, aunque pareciera exagerado, hasta psicótico. Ahora desconfiaba
de todos ellos.
Nacida en una familia marginal, muy desquiciada, en que primaba
la violencia y el alcohol, tenía como un tremendo núcleo interior culposo
su buena presencia. Ello, debido a que su físico agraciado había inducido a
sus padres a presionarla para que aceptara los favores de una persona muy
influyente. La joven huyó de la casa y encontró trabajo como ayudante en
el cuidado de los niños de un padre soltero. Al cabo de un tiempo, sintió
que se había producido un acercamiento con el empleador, un señor muy
gentil, quien se conducía de una manera respetuosa, pero con claros indicios
de que las cosas se encaminaban a una propuesta de vínculo personal
Se sintió muy perturbada, apareció una cefalea pertinaz y el pensamiento
reiterativo, con emoción de culpa, de que estaba próxima a hacer real la
aspiración de sus padres de convertirla en una verdadera prostituta. Pensó
en retirarse del trabajo, pero antes consultó a un médico psiquiatra. Ante su
sorpresa e indignación, el facultativo le aconsejó que no abandonara el
trabajo y que aceptara la intimidad con el dueño de casa, para así asegurar
el poder contar con los recursos para lleva a cabo una terapia… con él.
Estamos en el ámbito de la calidad de un servicio básico para la
salud humanizada, el de la salud mental. Aquí, por cierto, a la confianza
técnica se suma, se ante pone la confianza en la consistencia ética de los
tratantes. Vimos un caso extremo, pero es dable preguntarse si no hay alguna
continuidad entre esa conducta pragmática a-ética y la de los psiquiatras
y médicos de otras especialidades que no miran a los consultantes, no los
reconocen como personas; los ven como objetos de consumos de recetas y
solicitudes de exámenes. Vuelve la temática de la relación de la ética con
la antropología, con las grades dimensiones del ser humano y la cultura. En
80
este caso, la visualización del otro como un ser con su propia dignidad, su
subjetividad, su centro, su yo.
Junto al ejemplo de la incoherencia ética en el ámbito derivado de la
ciencia, cabría agregar uno asociado al movimiento espiritual.
Es el propio de Mario Juan. Se trata de un joven universitario que,
en un momento dado, tras sólo dos meses de conocer a un grupo espiritual
y a su maestro, abandona a su novia, su carrera, sus padres, sus amigos, su
inserción comunitaria, y se va a vivir con el maestro y algunos de sus discípulos
y le hace partícipe de su cuenta bancaria. Los padres, la novia, los
amigos, concuerdan en que Mario Juan es una persona muy responsable,
del que se sabía que desde la adolescencia se quejaba de no tener nadie con
quien compartir sus inquietudes sobre los grandes temas del ser y la nada,
lo absoluto, la vida después de la muerte, las bases profundas de orientación
de la conducta.
Nueva evidencia de la forma cómo se suman instancias de sufrimiento
con vacíos en el trato, en el diálogo sobre elementos propios de la
condición humana sustentadores de la ética. El maestro fue un mal satisfactor
de una necesidad acuciante, pendiente, de Mario Juan. La de compartir
sus inquietudes filosóficas, el meollo de la ética.
Queremos pasar a otro tipo de viñeta introductoria, una cita de los
aforismos del científico y filósofo del siglo 18, Lichtenberg, pensador agudo,
poco conocido, que tuvo entre sus admiradores a Kant, a Goethe, a
Schopenhauer.
Dice uno de sus aforismos “…Justo cuando se siente suficiente fuerza
para suprimir un instinto básico (el instinto de ejecutar y actuar) es cuando
se tiene mayor capacidad para comprender algo definitivo y singular...”
A diferencia del sentido común de entonces y de ahora, el autor
abre canino a una vía valórica en que no siempre debe tener preeminencia
la acción, el hacer. Algo definitivo y singular puede emerger en otras alternativas
de la vida humana que ahora se asocian a la nueva forma de encarar
la calidad de vida: el diálogo, la contemplación, la creatividad, la reflexión,
el trato con la sabiduría de todos los tiempos y la que emerge de la búsqueda
interior.
Hace muchos años, en mi primer trabajo profesional, a partir de
81
1958, en el Sector de Demostración de Medicina Integral de un sector de
Quinta Normal, nuestro equipo se encontró varias veces detenido en su
hacer, sujeto a la vivencia de estar en presencia de algo que sentíamos,
pensábamos, como conmovedoramente ético. Era constatar cómo la población
se preocupaba de su calidad de vida. Un grupo de jóvenes se proyectaba
a contribuir a desarrollar culturalmente a la vecindad y nos ofrecía que
entráramos a formar parte de su grupo de teatro solidario; una comisión de
salud nos dio a conocer su labor solidaria; pudimos constatar cómo se había
organizado un grupo de auto ayuda de alcohólicos recuperados.
Me propuse visitar todos los días una cuadra del sector para llevar a
cabo un estudio participativo de cultura y salud mental de formato epidemiológico.
En un momento dado, detuve mi acción… Se repetía algo inesperado
que me abría perspectivas. Encontré, me encontraron, sentires, ideas,
acciones éticas. Había momentos, personas, situaciones en que se detenía
la rutina del reproducir la cultura del individualismo y se cuidaba a otros,
se cooperaba en acciones comunitarias.
La metáfora fue conocer a una señora que desde hacía veinte años
cuidaba a su madre postrada en cama, hemipléjica, afásica, hasta entonces
sin una escara, todo con el apoyo cálído, incondicional, de su marido y sus
hijos.
La ética se refiere al nivel conciente, analizado, informado, auto
conducido, de un sentido humano que algunos consideran natural, propio
del ser humano: el sentimiento moral.
Es un sentido susceptible de auto y hétero desarrollo, el llamado
sentimiento o sentido moral, el de la elección, el discernimiento de lo bueno
y lo malo. Es un sentir, acompañado, a menudo, por ansiedad, por vergüenza,
por culpa; también, según el caso, por un sentimiento de desarrollo
propio, de trascendencia, de alegría de vivir; por un contenido cognitivo,
un pensar, y por un querer llevar a la acción, un impulso. Una reunión de
sentir, de pensar, de voluntad. Con el paso del tiempo, se va integrando en
las disposiciones, en lo inconciente. En el desarrollo evolutivo, las personalidades
se polarizan entre los anancásticos, plenos de sentido ético y los
llamados desalmados, sin alma, sin sensibilidad ante el sufrimiento y las
necesidades del otro.
El desarrollo de lo ético puede basarse en un auto desarrollo espontáneo,
incluso inconciente, de ese sentir-pensar-querer moral. Todos hemos
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conocidos personas de una condición ética a toda prueba que no han pasado
por proceso formales de educación ética. También, lo contrario, los voceros
sociales o espirituales y de la ética que han hecho gárgaras con ella y
tienen doble vida o dan la sorpresa de ser oportunistas cuando las circunstancias
son desfavorables para lo que han sido sus lealtades hasta el momento.
Hay muchos caminos educacionales para desarrollar el sentido ético,
para pasar de la heteronomía a la autonomía, de la ética utilitaria o
hedonista a la altruista, a la que le da importancia a la unión del desarrollo
personal con el compromiso con los otros significativos, con los otros en
general, con el contexto humano de naturaleza y cultura.
Podemos encontrar entre esos medios de formación ética, lo más
prevalente, a la enseñanza a base de instrucciones y castigos. “Tienes que
hacer esto, no hagas lo otro, te va a llegar si haces eso, está prohibido, es
ilegal…”
Luego, viene la enseñanza fundada en narraciones edificantes, que,
para estos efectos, puede hermanarse con el estudio de textos sistemáticos
de ética. Es la educación, con el cerebro izquierdo o derecho, del qué, del
contenido de la ética.
En tercer lugar, bastante excepcional, tenemos la formación conciente
centrada en el ejemplo. El esforzarse por ser un modelo adecuado para
otros. Es decir, facilitar, hacer a conciencia, responsabilizarse por lo que en
general ocurre sin plan previo: la identificación con otros cercanos, con
modelos.
Un cuarto camino es el de la vida a través de la constelación de los
pares, la amistad, el compañerismo, los equipos, los grupos políticos, deportivos,
artísticos, de cursos. Es la formación a través de una relación
abierta, igualitaria. En ese sentido se ha llamado a la relación de vínculo
más profundo, a la amistad, el amor ético (C. L. Lewis).
El quinto camino es el del desarrollo de conciencia, con sus vertientes
humanistas, existenciales y espirituales, dentro y fuera de iglesias, doctrinas
e instituciones. Lo común es una propuesta de un derrotero evolutivo,
más allá de las conductas y las vivencias, el crecer. El ampliar y profundizar
la conciencia, la capacidad de cuidar, de escuchar, de comunicar, en
que la conducta ética se asocia a un estadio superior de desarrollo.
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Puede suponerse que una ética asociada a la calidad de vida requiere
un enfoque integrador, en que cabe desde la normatividad del “no toques
el enchufe” hasta el poder ponerse en el lugar del otro, hasta el estar en
condiciones de pensar en las generaciones venideras. La perspectiva de,
partiendo de la realidad del sentir moral propio de la especie, llegar hasta la
ética autónoma, universal.
Un medio para ascender a ello es el del trabajo desde una perspectiva
de salud integral, tal como, lo intentamos hacer desde esa lejana experiencia
en Quinta Normal. El resultado esperado es el de la transformación
de conciencia, el del quinto camino, pero para eso se supone conveniente
trabajar con un fuerte énfasis en las relaciones de encuentro y amistad,
educar con el ejemplo, utilizar textos, no descalificar totalmente el primer
camino de la obediencia y la amenaza.
El tema de la ética siempre ha sido el del otro. Es el “Ama a tu
prójimo como a ti mismo” de la cultura judía cristiana, es el pensamiento
citado de Confucio, es el imperativo categórico de Kant, el “no hagas a
otros lo que no quisieras que te hicieran a ti mismo.”
Vamos a hacer convergencia: de la antigua cultura de la India nos
llega otra introvisión: la advertencia de que “Tú eres eso” del Taoismo, la
indicación de que el Tao que se puede nombrar no es el verdadero Tao.
“Tú eres eso”, tú también eres lo que no es tu yo, tu persona.
El verdadero Tao no está a nuestro alcance… es el misterio. Nos
incluye a nosotros y a los otros, a nosotros y a la existencia, a nosotros y a
la consistencia de la realidad.
Desde la salud, integral, apuntando a la calidad de vida, estamos
ante una gran ecología. La ecología integral. La relación de nosotros con
los otros, con lo otro, con la realidad.
Para avanzar en este camino debemos retrotraernos a la sabiduría
de las religiones monoteístas, a la de la India y la China milenaria, a la de
toda una tradición filosófica, el afirmar el sentido ético primario de la humanidad.
Para construir un nuevo paradigma que nos permita una nueva
relación con la realidad, llegar a una ética consistente con la calidad de
vida, debemos hacer del discurso universal una realidad. Es lo que Francisco
Varela llama pasar del Know What de la ética a su Know How, del qué al
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cómo. Al cómo vivir.
El cómo debe derivar del qué. El qué de la ética no puede ser ajeno
a lo que somos, a nuestra identidad.
La falta de ética está asociada al no reconocimiento del otro, conocido
o no, a su existencia, a su dignidad, a que no lo amemos como a nosotros
mismos.
El presupuesto para no amar a otro es, en primer lugar, considerarlo
otro…
La pregunta que surge es si las otras personas están en nuestras misma
realidad, son compañías, son compañeros existenciales, hasta dónde
llega su alteridad, su ser otros. “Soy humano y nada de lo humano me es
ajeno”. El dicho de Terencio en la antigüedad suena apagado entre el ruido
de los autos y los celulares y los mensajes en las pantallas de los televisores
y computadores, pero tiene vigencia, alude a algo constitutivo del ser humano.
Tenemos una doble identidad, identidad cuántica, de seres autónomos,
originales y, a la vez, de seres partícipes de una identidad común,
seres vivos, seres humanos, terrícolas, cosmopolitas, integrantes del ser…
criaturas.
El trabajo ético se facilita en la medida que nos abrimos a un
doble movimiento de desarrollo de la identidad y de la conciencia: la
individualización y la orientación universal. El alcanzar el yo integrador,
el llegar al yo–tú, el poder vislumbrar el yo trascendente donde nos encontramos
todos.
Para avanzar en ese proceso requerimos de los dos hemisferios, de
la espiritualidad, del diálogo, del ejemplo, de la imaginación y, también, de
la reflexión, de la información. Es un crisol, en que al igual que el yoga
clásico, hay diferentes caminos, en este caso distintos énfasis en las dimensiones
en que necesitamos crecer.
Llegamos a una formulación provisoria “ama a tu prójimo, es también
tu mismo”.
En la cotidianidad de lo mecánico, de las cosas cartesianas absolu-
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tamente claras y distintas, en que lo mío y lo tuyo están claramente diferenciados,
podemos volver a que el Tao que se puede nombrar no es el
verdadero Tao, o como lo dijera el mismo Lichtenberg: “Así como se encuentra
agua al excavar, tarde o temprano el hombre encuentra lo incomprensible
en todas partes”.
La vivencia del misterio se traduce en la emoción del asombro. Es
la emoción propia de la incompletud humana, de nuestra condición de caña
pensante que decía Pascal. Eso, aunque hayamos llegado a la luna y nuestros
mensajes alcancen casi de inmediato a cualquier parte del mundo. Somos
incompletos y la pregunta por el ser nos lleva al misterio. Somos incompletos
y la pregunta por nuestro yo nos lleva al misterio. Somos incompletos
y la pregunta por el otro nos lleva al misterio. En la vivencia del
asombro, frente al misterio, nos encontramos con nuestros compañeros
existenciales, reconocemos la presencia del otro, démosle el nombre que le
demos, encontramos un hilo conductor, lo otro. Para asumir al otro como
un igual, para practicar la ética… encontramos el sentido, el eje para la
calidad de vida, el corazón de la salud integral: nuestra doble identidad de
ser tanto autónomos como partícipes de lo humano, de la realidad.
¿Llegaremos a ampliar nuestra perspectiva, integraremos la conciencia
en el desarrollo de la salud, llegaremos a considerar la ética como corazón
de la calidad de vida? Es un camino para trabajar y jugar, para hacer y
preparar, para comprometerse y desapegarse.
Necesitamos aprovechar la técnica, asumir la ciencia, dar lugar a la
razón. La razón a la escala humana que comprende la gran convergencia:
el intelecto y el espíritu, la confianza básica y la reflexión y el sentido
crítico, todos incidiendo en la calidad de vida, cuyo centro es su sentido, la
ética.
Lo dijo Aristóteles: “Ser feliz, obrar bien y vivir bien son una misma
cosa”.
Hay convergencia con una voz de oriente que nos acerca a la calidad
de vida: Dice Tagore: “No basta compartir las ideas con el prójimo, se
ha de compartir la vida”.
Un aporte más antiguo para la calidad de vida, ya lo vimos, lo da
Confucio: “Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas
a un hombre malo, examínate a ti mismo”.
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No sería malo continuarlo, como lo hicimos, con el mucho más
reciente Chaplín: “Este empeño mío de moralizarla a usted me ha hecho
efecto a mí. Empiezo a convencerme a mí mismo”.
Por cierto que nuestra condición existencial, el manantial del asombro
que nos hermana, está bien reflejado por la sabia Mafalda: “Justo a mi
me tocó ser yo”.
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Griselda Núñez y Carmen Obreque
La Vida misma
y el hermanar calcetines
Iván Rojas. Los niños y el trabajo campesino, de Griselda Núñez y
Carmen Obreque. Ediciones Caballo de Mar. Centro de Estudios
Sociales “Dagoberto Pérez Vargas”. Diciembre 2008
Estas viñetas sensibles, creaciones, en un bien logrado dúo, de poemas
de Griselda Núñez, la conocida y querida Batucana, acompañados por
textos de entrevistas a la poeta por parte de Carmen Obreque, también poeta,
trabajadora social, trabajadora del hacer la vida social, van interpelándonos,
conmoviéndonos, conduciéndonos hacia un ángulo de la realidad
de poca visibilidad en el imaginario compartido: el del trabajo del niño
campesino, con su niñez abortada, su adolescencia interrumpida, menguada,
su adultez adelantada.
El libro se inicia con un cuarteto de apertura a una posible síntesis,
una esencia a guardar, algo así como la melodía básica del texto :
Cuando todo era más campo
Y más nuevo a la vista
En el día como jugando
Se construía la vida misma.
“Como jugando”, glosa Carmen, citando una entrevista: En el trabajo
agrícola “como jugando”… “el niño campesino conforma su destreza
para ser hombre…”
El juego prefigura la vida. Se nos dijo “la vida es sueño…” pero
hay algo en la profundidad, en la raíz de lo humano, diciendo, preguntando,
evidenciando el papel radical del juego en la vida, expresado en
el afirmar como “nos jugamos” en los compromisos vitales, los del
corazón. El juego es algo a considerar en el gran interrogante de la
vida, tal vez… “la vida es juego”.
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El niño en el campo es testigo de esa cercanía de la vida y del juego,
de la gratuidad de los amanecerse y de los colores de los pétalos, de las
noches plenas de silencio y de las semillas fértiles, de lo esquivo del puma
y de las grandes amistades posibles con perros y caballos.
Sin embargo, los niños campesinos deben empezar a temprana edad
a ayudar en los trabajos del campo. Al principio, es un juego al trabajo,
como el juego a ser padres, a ser domadores de caballo, a participar en la
trilla o ser cazadores. Luego, en la condición de peones niños, se alcanza
un trabajo hecho con sabor a juego… paulatinamente, aumentan los requerimientos,
vienen los abusos, se establece la sombra de la alienación y sólo
quedan brasas del entusiasmo lúdico ocultos por el cansancio, la vida precaria,
por las humillaciones ejercidas desde el poder.
El tiempo ha ido cambiando el perfil del país. Nos hemos urbanizado,
vivimos en las ciudades, el campo se ha ido tecnificando, la democracia,
todavía de poca intensidad, pone ciertas límites a la omnipotencia patronal.
Sin embargo, el campo sigue teniendo una relación de fondo con la
niñez, la cronológica y la de todas las edades, sigue siendo revelación, presentación
amable del misterio, de la poesía, de la realidad a la escala humana.
Cuando Griselda poetiza y Carmen transmite sus reflexiones, lo niño
dentro de nosotros siente la nostalgia de una vida, vivida o no vivida, en
cercanía con los terneros y las abejas, de las gallinas de crianza cansina, de
los lazos diestros hacia el animal cercano, indiferente o rebelde, de la advertencia
a los pájaros de como no son bienvenidos en los campos de trigo,
a golpes de piedra al interior de unos tarros.
Es nostalgia vivida con dolor cuando leemos de las experiencias de
la niña de mano, trabajo que desempeñó la propia Griselda:
La Niña de mano
La niñita que ayudaba a su mamá
A lavar en casa ajena
Y por ayudar nada más
Planchaba servilletas por docenas
Además de otros trajines
En el ayudar con agrado
Había que hermanar calcetines
Y apartarlos para el lavado
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Le daban dos pesos de propina
Por hacerlo rápido y bien
Con sus hermanos feliz los compartía
En puñaditos de galletas y miel
El libro termina con un poema dedicado a la persona que dio nombre
al libro, Iván Rojas, niño asesinado, lanzado a la vía férrea, mientras
esperaba a su padre de regreso después de ser detenido, en tiempos de
González Videla:
…Esperando en el andén
traqueteando el corazón
moriste en la rueda tú también
de 14 años, todo un trabajador
A Iván lo mataron seres humanos, no contó con el más elemental de
los derechos humanos, el derecho a la vida. Este asesinato a un niño, a un
campesino trabajador, es como la imagen magnificada de lo que fue, es, la
muerte precoz del juego del niño campesino, la muerte de la mucha vida
campesina, la muerte de mucha capacidad de jugar, de crear, de ser fraternal,
de poetizar. Por eso, es bueno que se siembre la esperanza, el proyecto
de que todo sea más campo y más nuevo a la vista y que en un día, como
jugando, se construya una vida con respeto a los seres humano, en armonía
con la naturaleza.
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Herman Schwember
Dignidad, creatividad y pasión.
El ejemplo de Herman Schwember
Presentación de su libro sobre la Colonia Dignidad. Mayo 2009
Hay un momento en que un autor encuentra el referente, el centro
de su proyecto. Un argumento, una idea, una escena, una emoción, un valor…
Se da como un encuentro entre la conciencia y una voz emergente de
aquel inconciente al que no hay forma de quitarle el apellido de superior.
Una instancia en que la percepción de mismidad, de continuidad, de familiaridad,
se asocia a un llamado, a una especie de revelación interna de un
otro o una otra dentro de uno.
Le ocurrió a Herman con la noción de justicia.
No es extraño. Herman fue –me atrevo a decir es– una persona para
quien la justicia es un terreno fundante del ser, del sentido de la vida. Justicia,
una constelación significante emocional, valórica, de ideas, de comunicación,
de acción. De ahí que este libro sea un ensayo y un grito, un
informe coyuntural y una reflexión más allá de cualquiera frontera temática
temporal, espacial, institucional.
Justicia, lo justo, en el autor: su equilibrio dinámico entre una afectividad
libre, auténtica, que podía ser vehemente, torrencial, apasionada en
la indignación moral y una capacidad de moverse con pulso firme en los
meandros de la reflexión, entre números, entre pasos organizativos, entre
argumentos, entre hilos lógicos.
En este libro, en los diversos Herman de Herman, en sus desempeños
como ingeniero y poeta, como académico y asesor de proyectos, como
ensayista, novelista, cronista, dramaturgo, como familiar, como amigo, como
compañero de trabajo, se da el equilibrio requerido por Platón para el cochero
de su imagen, nosotros, nuestro espíritu, a cargo de las riendas de los
dos corceles, el de la pasión y el de la razón.
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Herman en este libro, en su cargo de delegado gubernamental en
Villa Baviera, en su puesto en la vida, hizo la verdadera proeza del conducir
armoniosamente la razón y la pasión, a una velocidad, a una intensidad,
poco común.
La fuerza vital de razón y pasión no han sido para él un obstáculo
para alcanzar hondura espiritual, existencial, sabiduría. No en balde es el
autor de una poesía ontológica, de ese personaje lleno de humanidad, de
complejidad, de perspectivas de ser descubierto como un Quijote y un
Pedro Urdemales, el sacerdote escéptico del gran libro “Yo Pecador”, o
de las escenas “Donde otro no ha llegado” del Ercilla de su opción
personal.
La primer evidencia que da el libro de este trasfondo que sostiene y
supera la tensión entre razón y pasión es su epígrafe, la famosa sentencia de
Anaximandro.
“De donde viene la generación de los entes, allí mismo se cumple
también su disolución, de acuerdo a una ley necesaria, pues los entes deben
expiar recíprocamente (unos contra otros) la culpa y la pena de la injusticia
(la separación en el orden el tiempo)”.
Por una especie de justicia básica, la generación, la diversidad, es
una fuente de disolución. El mal es la diversificación. Es el antecedente de
Empédocles, la unidad es la amistad, la diversidad es la discordia y, consecuentemente.
También, de Freud y su antítesis radical del amor y del odio.
Lo que se destaca en Anaximandro es la importancia cósmica y
ontológica de la justicia-injusticia.
Mi lectura es que la afirmación de la justicia, el rechazo a la injusticia
desde el fondo del alma, es efectivamente, el hilo conductor del libro
Diverso, el texto es un ensayo y una crónica, un informe, una crítica. Integrado,
el libro es un llamado, sentido, intuido, meditado. Un llamado a
favor de la justicia.
Un llamado basado en una premisa esencial: la dignidad del ser humano.
Se atropella brutalmente la dignidad del ser humano con el autoritarismo,
con la afrenta a la condición humana reinante en la Colonia Digni-
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dad, Se vulnera el valor de ser humano en los abusos del que tiene el poder
y en el que obedece en forma ciega. Se aplasta de otra forma la dignidad
humana cuando se deja correr el tiempo por décadas en interminables litigios
jurídicos y no se asume una tarea sanadora para el lugar, para los pobladores
actuales de Villa Baviera.
La opción racional y la pasión por la justicia conducen a Herman a
integrar la valoración muy negativa de la situación que juzga con el internarse
en su explicación, con el intento de comprenderla. De captar su sentido.
De discriminar, y valorar lo que exista de válido, de rescatable. De
plantearse preguntas. Para él era imperioso afrontar la difícil tarea de acercar
la justicia y la verdad, a que aludía Pascal.
“La Justicia y la Verdad son dos puntas tan sutiles que nuestros instrumentos
son demasiado romos para tocar en ellas exactamente. Si llegan
a acercarse, rompe la punta y se apoyan en todo el rededor, más bien sobre
lo falso que sobre lo verdadero”.
Nadie duda de que el autoritarismo, con su doble cara, a lo Jano, de
dominio y sumisión, es el gran tema que explica tanto a Schäefer como a
Hitler y Stalin, como a quienes los siguieron en sus atentados contra la
dignidad humana. Una patología, una acentuación de una dimensión de
algo propio de este mismo ser digno que somos nosotros. La distancia, el
miedo a nuestra propia esencia, lleva al descanso en ser de doble cara, a lo
Jano, proclives irrestrictos al mando, o, y a la obediencia, con su círculo
satélite de rasgos como los prejuicios, estereotipos, rigideces, de apoyo a la
fuerza y rechazo al débil, de incapacidad de asumir la ambigüedad.
Herman estaba preparado para enfrentar a quienes eran para él los
profundamente otros, los no democráticos, los fanáticos, los victimas y los
victimarios dentro de la Colonia. Su sentido de justicia por cierto que se
tensó al ver el drama en vivo y en directo, conocer niños violados por el
líder enfermo, el llamado Tío Permanente, saber de hijos que vivieron sin
saber quienes eran sus padres y de parejas separadas en el contexto de un
credo fanático, de tener evidencias del caso insólito de Hugo Baer, verdadero
iniciador de la secta como iglesia disidente protestante, que cedió su
lugar en el movimiento a Schäfer y que, luego, por ser objeto de persecuciones,
ninguneos y vejámenes, tuvo que huir de la colonia; le fue imposible
no indignarse ante las torturas físicas y psíquicas y frente al conocer los
pormenores de la colonización económica y mental que llevaban a cabo el
líder y sus secuaces de confianza.
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En nuestras conversaciones, sentí que Herman no había asumido
plenamente la realidad de la hegemonía cultural del autoritarismo suave,
del economicismo, del pragmatismo. No vivenciaba al punto que llega la
orientación básica hacia la separación, la del individualismo, la de la falta
de interés general en su sueño de convertir colonia Dignidad en un lugar
digno, paradigmáticamente digno. Un centro en que, por ejemplo, se dieran
todas las posibilidades para una convivencia entre personas de tercera edad
fraternal y creativa, abierta al mundo.
Herman se adelantó a nuestra època, el fue un ser humano digno de
la dignidad humano, creyente en la justicia, en la unidad de los humanos,
más allá de las barreras de las diferentes pertenencias de modos de ser, de
poderes, de adhesiones, de formas de estar en el mundo.
Ingeniero, educador, asesor de programas, escritor, creyente en la
justicia y en la amistad, llegó hasta donde debemos caminar, hacia el encuentro
de la razón y la afectividad, de la verdad y la justicia. Llegó hasta
donde no hemos llegado.
Fue un justo.
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Hortensia Lizana
Preguntas y respuestas desde la Vida
“Líneas escritas con el Corazón”, poemas de Hortensia Lizana
Hortensia escribe con el corazón, porque vive desde el corazón, desde
la cordialidad, aquella siempre hermanable con la cordura y… con el coraje.
El coraje de escribir y ser muy sencilla, de asumir su condición de abuela
y, en el fondo, consecuente con ello, abrirse a nuevas perspectivas de la
vida, a estudiar, a integrarse a grupos con proyección social, a ser parte
activa y querida de la Multiversidad emergente en el Antiguo Hospital San
José de Santiago.
Corazón, coraje de lo más necesario en esta era de la historia donde
todo se desvanece en números, objetos, espectáculos, acumulaciones y
precariedades. Poseer coraje de ser. Ella lo demuestra adentrándose en los
caminos de la búsqueda y el encuentro de sentido, en la ruta al ser implícita
en el coraje de preguntar y responder radicalmente, desde las raíces.
Van algunas pruebas provenientes de uno de sus poemas.
“Preguntas y respuestas”
¿Cuál es el día más bello? Hoy.
¿Cuál es el misterio más grande? La Muerte.
¿Cuál es el regalo más bello? El Perdón.
¿Cuál es la fuerza más potente? La Fe.
¿Cuál es la cosa más bella de todas? El Amor.
¿Cuál es la sensación más grande? La Paz Interior.
¿Cuál es la ruta más rápida? El Camino Recto.
¿Cuál es la persona más peligrosa? La Mentirosa.
¿Cuál es el peor defecto? El Mal Humor.
¿Cuál es la primera necesidad? Comunicarse.
¿Cuál es la distracción más bella? El Trabajo.
¿Cuál es el mayor error? Abandonarse.
¿Cuál es el obstáculo más grande? El Miedo.
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¿Cuál es la cosa más fácil? Equivocarse.
¿Quiénes son los mejores profesores? Los Niños.
¿Quiénes son las personas más necesarias? Los Padres.
¿Qué es lo más imprescindible? El Hogar.
Preguntemos y contestemos, sigamos su ejemplo:
¿Progresista?¿Conservadora? Integradora, personal. Progreso hacia
la comunidad, recuperación de la comunidad perdida.
¿Filósofa? ¿Partícipe del sentido común? Filósofa, amiga de la sabiduría,
ajena al proscenio académico, con una aproximación abierta, susceptible
de entrar en diálogo, pero no supeditada al sentido común hegemónico.
Sí, ella se define ante los pormenores de la vida, pensando, sintiendo.
Veamos algunas de sus opciones confesas en estas líneas poemáticas,
navegantes, tripulantes de su corazón.
“Decicisión”
Hoy miré hacia el infinito cielo azulado,
y he decidido firmemente
ser amiga del cantar de los pajaritos,
del ladrido de los perritos callejeros,
el cantar del alegre grillito,
del sonido que emiten los sapitos y ranitas
del llanto y risas de los niños….
Se abre de inmediato la oportunidad de cosechar palabras claves:
amiga, infinito, cantar, niños. Filosofía y sentido común, apertura y ternura.
Ser abierta a la vida y escritora. El recuerdo le es muy importante,
atravesado por sus contenido y por las tensiones entre el olvido y el recuerdo,
lo nítido y lo difuso, evanescente. Así se muestra en la cita de este poema:
“Bellos recuerdos”
“Recuerdos que me ponen alegre,
que llegando la noche
al dormirme estos desaparecen.
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Siento que vienen de las sombras
de un tiempo pasado,
bellos recuerdos
que llegando la noche
estos desaparecen….
-Vagos recuerdos
alegran mi vida…
llegando la noche,
estos desaparecen.
Sensibilidad y expresión de poeta. Por ende, no podía dejar de integrar
la muerte, la muerte de una persona puesta en su corazón
La partida
Hoy ha muerto mi Padre.
Mientras todos lloran
su partida…
Mi madre, hermanos,
Parientes y amigos.
…me voy corriendo
al fondo del Patio
para recordar
el lugar donde…
Una vez mi Padre
me dijo…
que él me quería.
Poeta del ser y la cotidianidad, del momento y del tiempo. Debía
necesariamente proyectarse. La mujer amistosa es amiga del tiempo.
“09 del 09 del 2009”
Hoy es el gran día del que dije…
en un futuro llegaría.
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¿Por qué afirmé en el pasado que algún día
Llegaría ese día?...
Día que gozo en Paz,
Armonía y alegría…
Qué gran día del día
Que dije,
Ese día llegaría y…
“¡Hoy es mi gran día!”
Consecuentemente, en estas pinceladas, en este sesgo introductoria,
la poeta sencilla, directa, auténtica, confirma ser sintiente-pensante, conoce
la existencia de la sombra, en particular de las máscaras, ese enorme
mecanismo cultural de defensa ante los requerimientos del coraje de ser
Por eso advierte, llama a la responsabilidad, a la respuesta, al cuidado.
“Máscara”
Para quién dice tener
su alma llena de paz
armonía y alegría
¡Miente!
¿Quién cree conocer
la felicidad?
¿Quién puede ser feliz
al ver niños o abuelitos
sufriendo por abandono?
O ver, soledad en personas
que han perdido a un
ser querido.
Sólo las personas que han
conocido la pena, soledad,
tristeza, angustia,
frustración.
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Es bueno ¡Vivirla!
Que andar pregonando
por la vida una
felicidad que no existe.
¡Cuidado! ¡Cuidado!
La máscara sabe
esconder muy bien
la pena y el dolor humano.
Los obstáculos de la vida
son una oportunidad
para mejorar
nuestra propia vida.
Los poemas no abandonan la intimidad y viajan con ella, con su
amigo viento; por el sueño regalón, aproximándola a un lugar maravilloso
con la seguridad de despertar impregnada de la vivencia del sueño; viajan
con el dolor cuyo ataque es del fondo del alma sintiendo la existencia vacía;
viajan con la nietecita, sangre de su sangre; viajan con la cita de flores
con juegos y bailes.
“Cita de flores”
Las flores hoy tuvieron
una reunión.
Todas muy alegres
se pudieron abrazar….
Al verse ellas tan bonitas
jugaron y bailaron
al ritmo de una brisa tibia.
Por cierto, el corazón llama al saber… a meditaciones, donde entran
las razones de la experiencia, las razones de la razón y las razones del
corazón. Van algunas:
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“Saber”
(Meditaciones)
……
Saber observar la naturaleza.
Saber ver la belleza del alma.
….
Saber observar la inocencia de los niños.
…..
Saber perdonarse uno mismo y a los demás.
….
Saber escuchar el corazón.
Saber dejar libre a quien se ama.
Saber entender que somos seres únicos.
Saber tener fe y creer en Dios.
El ser la autora cercana a la sabiduría también se delata por la apertura
al misterio:
“Misteriosa”
Es una noche diferente a las otras.
La Luna se ve misteriosa,
Las nubes juegan con ella…
¡Qué silencio!
¡Qué paz!...
Da la impresión
que las noches esconde algún misterio.
¿Será que la noche,
Esconde la llegada de una tormenta?
Y, por cierto, la poeta sensible y sabia reencuentra y comunica su
trato con la magia:
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“Magia”
¡Me encuentro despierta!
A lo lejos veo venir una liviana semilla enferma de huevito.
Ésta mágicamente toma mi mano y comenzamos a elevarnos hacia
el cielo azulado…
Me siento dichosa disfrutando del mágico viaje… llamado: ¡Silencio!...
Lentamente comienza a caer la oscura noche. Me dejo abrazar por
ésta.
Ahí comienzo a conocer cómo se va la luz del día y cómo llega,
suavemente, la noche.
Cierro mis ojos: Veo mi propia luz interna, la cual ilumina todo mi
ser…
Tranquilamente me duermo, sé que la noche me protegerá hasta el
nuevo amanecer.”
Son muchas dimensiones de su aprendizaje de vida, de su opción, a
las cuales podría corresponder un referente común:
“Optar ser feliz”
Por años y años siempre
busqué la esquiva felicidad
Hasta que un día inesperado,
encontré el antídoto
contra las penas y angustias.
La felicidad siempre estuvo conmigo,
Sólo que no me daba cuenta.
La paz interior y templanza
no se obtiene ni con drogas,
ni con alcohol…
La felicidad es posible
cuando se está abierto,
ya que se requiere tener
una actitud positiva
frente a la vida.
102
Intentarlo, es muy simple,
hay que tomar conciencia ahora
de las cosas que sí importan
y darle el lugar
que nuestras vidas merecen
La felicidad es inseparables de la emoción, del valor, de la alegría:
“Alegría”
Un bello día pregunté a mi abuelita:
¿Cómo se vive la vida con alegría?
Ella respondió:
Con una linda sonrisa…
“HAY QUE SERVIR Y AL SERVIR AL PROJIMO SE CONOCE
LA ALEGRIA Y SE VIVE CON ELLA”.
Finalmente, la
“Última etapa”
“¡Amor!” Nos hemos vuelto dos ancianos.
Viviendo largos años juntos con alegrías, penas y manías.
…Busco tus manos, tú buscas las mías. Aferrándonos a nuestro gran
amor. Concientes que estamos viviendo nuestra última etapa de la vida.
“Tú”, ni “Yo”, queremos adelantar la partida; no sabemos quien sobrevivirá,
quién despedirá al otro…
Nuestros nietos felices de tenernos todavía y, nosotros, de tener una
familia tan unida…
Con resignación y sin agonía
Esperamos el momento de la partida definitiva…
Miramos hacia el pasado. Vemos lo que siempre soñamos:
“Envejecer juntos
hasta el final de nuestras vidas”.
103
Es decir, poéticamente, sabiamente, mágicamente, amistosamente,
asumir, con alegría, tanto los ramalazos de infinito como los límites de la
vida. Vivir con líneas trazadas desde el corazón. Tener coraje de ser.
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105
“Ideas”
20 años de la Corporación Ideas
Celebración de los 20 años de La Corporación “Ideas”. Notas.
Octubre 2008
Empiezo agradeciendo esta distinción que asumo corresponde a una
generación, la generación de un amplio espectro de edades que sintió abrirse
posibilidades para la vida en los años 60 y los primeros setenta, sufrió el
dolor de la caída a la noche, del terror de la dictadura… y siguió activa en
esta larga transición a una democracia profunda, participativa y fraternal.
Una generación de sobrevivientes que tiene en el recuerdo muchos muertos,
mucho sufrimiento, pero se inspira por seguir en la brega con el recuerdo
de los que nos están. Va mi recuerdo para tantos que me es imposible
nombrar y me permito representar a un centenar de amigos por personas
con las que compartimos afectos e intercambiamos muchas ideas: Carmelo
Soria, Claudio Jimeno, Jorge Klein, Enrique Paris, Iván Insunza, Carlos
Lorca.
Esta celebración es para muchos un momento de agradecimiento,
una instancia de encuentro de amigos, una oportunidad de pensar en la
Democracia.
Veinte años del triunfo del No. Veinte años de “Ideas”. Veinte años
de lucha por la democracia dentro de la democracia que cubren el ocaso de
una dictadura, una transición a la democracia, un período en que los Derechos
Humanos aparecen en el primer plano en el imaginario nacional y
mundial. Un período en que, de ser subversivas las ideas a favor de la democracia,
se va haciendo más extrañó, más solitario, más subversivo el
hecho de tener ideas…
Ramón y Cajal señaló hace tiempo, en forma premonitoria, que o
tienes muchas ideas y pocos amigos o muchos amigos y pocas ideas. Claro
esa no es una verdad universal, pero expresa hoy por hoy esta laminación
de la vida, la democracia de poca intensidad con la omnipresencia de la
economía, del mercado, de la exterioridad.
106
Como todo lo humano, el mundo de la idea, el de la creación, el del
diálogo, el del desarrollo, la evolución humana está sujeto a la sequía, a las
ideas sobre valoradas, fanáticas, paranoicas, pero las ideas empapadas con
sentimientos, con valores, con intuiciones, nos permiten asumir nuestra
condición humana, nuestra dignidad de testigos del ser, nuestra oportunidad
de constituirnos en una vasta red de compañeros existenciales.
Ideas ha mantenido la idea fuerza de ampliar la Democracia, de abrir
camino a la diversidad. De acabar con las discriminaciones. Es una idea
generosa, es una idea fraternal, es una idea que se abre camino. Ya lo dijo
Stendhal: unas colección de bayonetas o de guillotinas no puede detener la
fuerza de una idea, igual que una colección de monedas de oro no puede
contener un mísero ataque de gota.
107
Jorge Flores
Dando la palabra al silencio
Presentación en la “Casa Colorada” del libro
“Si no recuerdas, lo haré por ti”, poemas de Jorge Flores. 6-11-2008
“Con maderas de recuerdos armamos la esperanza”.
Miguel de Unamuno
Nos encontramos con un libro bilingüe, en español y francés, delatando
la experiencia de un exilio fecundo, amasado en el dolor, donde el
sufrimiento se ha vuelto sentido, diálogo cultural, integración de un mundo,
apertura a la promoción de salud, a la poesía de ser humano.
Un conjunto de poemas sobre el drama de la pérdida de la memoria
de otra persona, de un tú, del tú fundante, de su madre, escrito en la plenitud
de los recuerdos, compartido en dos lenguas y en una sola, la del espíritu,
la del amor.
Un poemario en la relación existencial del yo al tú, con la identificación
profunda con la persona querida, permitiendo al autor decir “esta
enfermedad no la padezco, pero es como si la padeciera…”
El texto se inicia morosamente con dedicatorias en forma de sentencias
sentí-pensantes, condensaciones de afectos, intuiciones, cimientos
posibles de ensayos, fábulas, epigramas, poemas o piezas musicales: Al
silencio sordo; A los ojos extraviados. Luego, el nosotros fraternal: A los
familiares de los enfermos. Tenemos ya una tónica, un clima grupal, es el
yo- tú orientado por el espíritu de sutileza.
Entremos a la conversación sobre este Poemario sin mediaciones,
como desde el tacto, a partir de algunas de sus palabras que parecen saltar
del libro hacia nosotros…
“Si no recuerdas lo haré por ti. Por ti, víctima menesterosa, como un
fantasma gris…” (prólogo).
108
“ No te acuerdas
o no lo puedes decir…

tu mirada se va, se va” (Poema uno)
“Me miras
Con un pequeño gesto en tus labios…” (tres)
“Me levanto y me acerco para saludarte, pero no,
Ese temblor de las manos me dice que nada ha cambiado…” (cuatro)
“Si no recuerdas
Lo haré por ti,
Eres profesora, tu primera clase fue a los 18 años
Las últimas son cuando te vengo a visitar,
Trabajaste siempre con gente modesta,
Me decías, ellos son los que más lo necesitan…los pobres
Por qué te pregunté, para que se puedan defender,
me respondiste.
La luz desaparece de la pieza , como si alguien la robara,
Me quedaré a tu lado como el infante que fui
Acurrucado como lo hacen los álamos en las noches frías” (Poema
cinco)
“No lo sabrás tú, que te llegó el sufrimiento
Dos veces… como los golpes en la puerta.” (Poema seis)
Poesía que acoge , insinúa, emociona, describe, ilumina, recuerda.
Poesía cristalina con un fondo mirando al infinito.
“Tú no recuerdas, pero sé que sientes,
Como lo hacen los metales cuando escuchan los golpes del
Pirquinero” (Poema siete)
Es la ambigüedad acogedora, en que la fantasía del hijo parece arrullar
a la madre.
“Todo lo entregaste sin subrayarlo” (Poema nueve)
109
El tono coloquial, la síntesis, nos permite, efectuando un plagio,
subrayar la hábil amalgama de cotidianidad, sabiduría y emoción discurriendo
por un texto tan personal como universal.
El hablante poético es el propio autor, con su íntimo desgarro. Son
sus vivencias de música y ternura. Nos está comunicando algo propio y, a la
vez, universal. Es el encuentro desencuentro, en una situación límite,
con un ser muy querido, el más cercano posible, la madre afectada de
Alzheimer.
Jorge ha vivido otras situaciones límites, su secuestro y tortura a los
16 años, después de los cuales partió al exilio. Le tocó también la tragedia
de tener dos hermanos que entraron clandestinamente al país desde el exilio,
en los años ochenta, y fueron asesinados.
Ha sufrido, no se ha amargado, no odia, no olvida su cautiverio donde
desapareció un amigo, no olvida la muerte de sus hermanos. Ha escrito
Londres 38, testimonio sobrio y estremecedor de su cautiverio. Ahora nos
habla, nos conmueve, desde la libertad de quien ha encontrado fortaleza,
salud, sentido, en el sufrimiento sostenido por el amor.
Jorge, ser sensible, ser de recuerdos, de corazón, es poeta. Es biológica
y existencialmente poeta. Poeta de vivencias y de palabras, de inclinación
a hacer presente las experiencias más reveladoras, de recordar a su
madre que
está y no está, porque, nos dice,
al nacer:
“dormí sobre tu pecho
luego del llanto
como lo hacen las flores
cuando el viento las asusta” (Poema dos)
El libro tiene la multidimensionalidad de la poesía y del paradigma
de los poetas que escriben y no escriben versos, el paradigma del asombro
y la complejidad.
Para empezar, posee la rara cualidad de ser sencillo y, a la vez, muy
profundo. Sus palabras parecen recién surgidas, tibias, de la matriz del misterio.
110
Poesía leve, como la lluvia de Pezóa Véliz que caía fina, grácil,
leve; textos sucintos, sugerentes, encaminados a imágenes finales como “la
brisa del mar que huye de las olas” (poema cuatro); y sobre todo, ya en la
línea de un notable haikú, sin duda de antología:
…“Conversaremos como lo hacen las estrellas,
aunque distantes y mudas igualmente se saludan” (poema ocho)
Poesía que atañe a un gran problema médico y social, la demencia;
concerniente al alma de un tema de comunicación y de concepción del ser
humano: nosotros y el otro, el otro a la vez cercano y dolorosamente lejano.
Leyéndolo, testigos de una experiencia plenamente vivida, nos sentimos
sumidos en un laberinto de carencias, de vacío, en un anonadamiento:
la incomunicación de una persona en la edad en que es posible alcanzar
lo que es el máximo despliegue de la salud, la sabiduría. El Alzheimer exige,
por paradoja, la sabiduría de los cercanos. Sabiduría, para convertir el
dolor y el temor en cuidado, en resignación, en aprendizaje.
Jorge Flores da un ejemplo, diáfano, conmovedor. El continúa a su
madre, el recuerda por ella. Él da a conocer como ella se reía de sus anécdota
infantiles, de cómo aprendió de ella el valor de la educación, particularmente
a los pobres que la necesitan para defenderse, aunque, también,
en el plano estético, ella le compartió el gusto por el color azul y el contexto
adecuado para poder ser poeta y hombre de bien.
Todo nuestro existir descansa en una dimensión radical de la vida.
Jorge Flores la hace explícita: “Te amo, madre eso tú lo sabes aunque lo
hayas olvidado” (Poema diez)
El texto nos regala una vertiente fundante del amor, la capacidad de
identificarse con el otro como un tú, en una relación yo tú que apunta a la
trascendencia. “Si no recuerdas …lo haré yo”.
Difícil aprehender en todos sus alcances un homenaje tan maravilloso
a esa madre en particular, pero, también, a todas las madres. Vuelve el
recuerdo de Unamuno: si Adán hubiera tenido madre no habría cometido
su desacierto (“el pobre Adán cayó porque no tuvo madre, no fue niño”)…
o de Tolstoi: “madres, en vuestras manos tenéis la salvación del mundo”.
Khalil Gibrán escribe lo que podría ser un epígrafe para este
111
poemario: “La madre, el prototipo de toda existencia, es el espíritu eterno
pletórico de belleza y amor”. La madre que da el ser, prototipo de toda
existencia.
Estamos frente a un poeta de vocación, de entrañas y de oficio, que
sabe convencer, que se hace querible.
“Me quedaré a tu lado como el infante que fui
Acurrucado como los álamos en las noches frías” (Poema cinco)
Un poeta de la vida, del encuentro, de la creatividad en la comunicación
y del hallazgo de la verdad en el sufrimiento, de la revelación del
abismo que exige toda nuestra fe ante una enfermedad que nos priva de la
comunicación; poeta de la expresión de una instancia de amor.
El libro nos trae a la conciencia la imperiosidad de ensanchar, de
ecologizar, de complejizar el como vemos la realidad, como vivimos nuestro
sentido común epocal donde tiende a faltar el sentimiento y el espíritu.
Es Hölderlin, diciéndonos que poéticamente vive el ser humano; es
Novalis, recordándonos que la poesía es la medicina trascendental. Son
cosas que sabemos aunque las hayamos olvidado. Verdades mudas como
las estrellas… sobre las cuales, ayudados con textos como el de Jorge Flores,
conviene que empecemos a conversar.
Gracias, Jorge, por darle vida y alma al silencio sordo, al dolor de
ser desconocido.
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Jorge Osorio
Fe en la incertidumbre, compromiso
en la complejidad
La propuesta educativa de Jorge Osorio. Noviembre 2008
La memoria histórica lo está exigiendo todavía, setenta años después:
…es Pedro Aguirre Cerda y su dictum de “gobernar es educar”. Este
libro, de un educador historiador, junto con actualizarlo, no diciéndolo,
también llama a invertirlo… “educar es gobernar”... Gobernar las elecciones,
las vivencias y conductas humanas. Crecer, educar, educarse para vivir
el misterio, la complejidad, la urdimbre de conexiones y sinergias en la
realidad, el privilegio de tener la condición y la situación humana.
Asertivo y muy conciente del misterio y de la incertidumbre; complejo,
sin rebuscamientos y complicaciones redundantes; comprometido con
la labor práctica y, a la vez, reflexivo, estudioso; promotor de la democracia
profunda y sostenedor de las responsabilidades personales; preciso, sistemático
e imbuído de un ethos y una mirada ecológica… El autor es coherente:
el texto interpreta el contexto asumido de la eco complejidad. La
integración en, con reconocimiento de su necesaria complejidad, de la complejidad
de la situación humana.
Este libro de esta densidad, de esta valiente apuesta por moverse
entre aparentes opuestos, de esta atingencia con lo que vivimos en educación
y en la vida, en Chile y en el mundo, no puede menos que prestarse a
muchas, muy diversas lecturas.
Personalmente, mi navegación por sus páginas llegó a la vista o a la
fantasía de un centro, al terreno misterioso, complejo, ecológico y de urgencia
cotidiana -como toda la temática del libro- de la fe. Jorge Osorio
irradia una fe básica, no confundible con creencias concientes o inconcientes,
fe, confianza, no explicitada, no predicada, no laminada en una dirección
teórica o ideológica, más allá o por debajo del talante argumentativo, racional,
documentado, del texto. Fe, con plena cohabitación con la incerti-
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dumbre que comparte con el sentido práctico, comprometido, con la integración
y la complejidad, el ser todos hilos conductores de la obra.
No estamos en el terreno del escepticismo, del escapismo lúdico, de
la militancia en el mito del progreso lineal. Es la fe que sortea la tensión
entre la confianza en la historia propia de la modernidad y el rechazo post
moderno a los grandes relatos. Es la fe en el sentido del ser y del ser humano.
Sentido que no requiere íconos, coagulaciones, el tránsito forzado,
mecánico a la encarnación en la escala humana. Sentido yacente en el plano
humano y más allá, tanto de la intuición como de los valores. Expresa un
conexión con el yo superior, con la espiritualidad. Puede guardar parentesco
con la fe filosófica de Jaspers, pero se siente como algo entrañablemente
vivido, como un torrente de fondo facilitando el contacto invisible de las
emociones con una propuesta racional fuerte, finamente trabajada. Hay un
guiño tácito al mundo whitmaniano del saludo al mundo, con una presentación,
con un ropaje, con un exterior, claro, racional, sereno. Con un proyección
comprometida, responsable, hacia el trabajo de los educadores.
Pasion por la educación, pasión por el buen uso de la razón, fe,
confianza… en el ser, en el papel del ser humano, a pesar de todas nuestras
limitaciones, asumiendo nuestras limitaciones, a conciencia de cómo la
globalización neo liberal separa humano con humano, lo humano con la
naturaleza, cada humano con la trascendencia y consigo mismo.
Fe en el ser, en el ser humano, en el servicio, en el servicio más
humano, el de contribuir a la humanización, a la integración creadora del
ser humano en la realidad, conciencia de la verdad de la afirmación de
Federico Shlegel en el sentido de que el ser humano ineducado es la caricatura
de sí mismo.
Eliot ya lo dijo: “Cuánta sabiduría perdemos con el conocimiento,
cuánto conocimiento perdemos con la información”. Al partir con la mirada
de rescate de la gran trinidad del misterio, la complejidad y la integración
como fuentes del abrazo entre la fe y la práctica, cotidiana y colectiva,
el autor parece decir: y cuánto conocimiento y cuánta sabiduría obtenemos
con la información que asume la integración, la complejidad y el misterio.
El ir y venir de la práctica a la reflexión, de la reflexión a la práctica
parece ser la reunión básica de aparentes contrarios. Ni academicismo ni
pragmatismo… acción reflexiva… reflexión global, fe impregnando la razón
y el servicio, certidumbre en la incertidumbre.
115
En la cultura homogeneizante y autoritaria, en que la impronta del
paradigma cartesiano sigue permeando las cosas claras y distintas sobre
las sinapsis, los puentes, los abrazos, las mareas de alcances infinitos, los
especialistas toman y reciben poder, hegemonía cultural… los médicos generales
y los profesores en su clase aparecen como un proletariado amorfo,
abocados a lo aparentemente simple y sin importancia, a lo que es,
paradojalmente, la sabiduría, el conocimiento y la información que sostiene
la vida.
Un actor importante para el fluir del proceso educativo es la seguridad
de educadores y educando, seguridad existencial, ontológica, condición
básica para que ambos aprehendan el aprender y el enseñar.
La reflexividad, la reflexión sobre la práctica, es sin duda el eje que
puede sostener, dar seguridad, en la tensión obligada entre vocación y enfrentamiento
con el sentido común dominante, al contribuir a que entre en
las conversaciones y el imaginario compartido un elemento tan importante
en el paradigma de la eco complejidad como es la relevancia de la tarea de
enfrentar, por ejemplo, la relación de los niños con el mundo fuera del
cobijo familiar, la resistencia de los padres a reconocer la originalidad y el
misterio de sus niños, la aceptación del valor del caos en las nebulosas
adolescentes, el valor y la dificultad del aprender continuo de padres, educadores
y educandos…
La reinvindicación del valor del vínculo educador-educando es parte
integrante de los proceso de cambio cultural hacia el equilibrio en la
relación entre cada ser humano, su familia, los próximos significativos y el
mundo aparentemente ancho y ajeno, como parte del ir pasando más allá,
despertando de la niebla cotidiana.
De mismo modo, es un componente necesario del proceso de ir quitando
relevancia a la prótesis tecnológica con que estamos viviendo, a la
especialización tubular, permitiendo la entrada a la vida del aire puro de la
relación del ser humano con el ser, del encuentro, del deleite de la cooperación
entre iguales.
La experiencia muestra que la buena modulación entre teoría y práctica,
generando seguridad, nutre la comunicación, la creatividad, la sensación
de sentido, dignidad y trascendencia, de lo que se está haciendo en la
clase, en la revisión de la misma y en el currículum oculto en que se educa
entre pares.
116
El testimonio de vida de Jorge Osorio, como educador, como investigador,
como coordinador de proyectos, como pensador, como trabajador
de la no violencia activa, de la paz, de la educación popular, de los
derechos humano, de la ecología, de la calidad de la educación, de la memoria,
de personeros místicos, de obras literarias… avala su propuesta,
delata la autenticidad y la hondura de su fe y prueba que el pensar, sentir y
actuar pueden ser sinérgicos, que la práctica, la complejidad, la integración,
y el misterio pueden converger.
Leyendo, reflexionando, llevando la síntesis de este libro a lo irrepetible
de sus vidas, las y los lectores podrán, recordar a aquel educador
que desde las conversaciones en las calles de Atenas, hace dos milenios y
medio, nos sigue diciendo que una vida no examinada no merece ser vivida
Es una contribución al cambio para que Mark Twain no nos pueda seguir
insistiendo en que los mayores organizan su defensa contra los muchachos
y, astutos que son, la llaman pedagogía.
Hoy es el tiempo del desarrollo personal, del desarrollo interpersonal,
de lo transpersonal, de lo convivial, del desarrollo humano, del regreso a
los orígenes y al sentido de lo humano.
Este libro de Jorge Osorio nos recuerda, nos hace concientes de que
vivimos la urgencia, la responsabilidad y la oportunidad de poder educarnos
para el gobierno de cada uno, de los vínculos, de los grupo, de las
comunidades, del estilo del desarrollo. Nos interpela señalándonos que educar
es poder gobernarse con sentido ecológico, es humanizarse con sentido
práctico, con plena relevancia de la incertidumbre, la complejidad y la integración,
con un continuo aprender de la práctica, un aprehender la reflexión.
117
Lagos Nilsson
Un arca de sueños y secretos donde
se trizan los proyectos de la nada
Arca de la Alianza de Lagos Nilsson. Enero 2011
La poesía y la vida en esta arca empiezan con la dedicatoria a Gloria
Esther, la hermana asesinada, el grito vivo, el hielo atroz muy presente,
muy comunicante, haciendo caso omiso del tiempo. En el fondo de muchas
dimensiones del sentir, la dedicatoria, el dolor abisal, se encuentra con la
creación, representada por la post data y su recuerdo de la visita a sus padres
de Francisco Coloane. El niño de entonces le dice al hombre grande, al
escritor que reveló al mundo la vida entre las soledades patagónicos: “Usted
(pues) es responsable que desde entonces / llene hojas y más hojas /
medio siglo buscando con ellas secretos que no existen / sueños que no se
sueñan / medio siglo cultivando la memoria de diez minutos a través de
luchas y destierro, quién sabe / para enviarle esta carta comenzada a la
exacta hora en que terminé sus cuentos de un horizonte insalvable allá / en
Magallanes. Se lo quería decir aunque usted no pueda ya acordarse”.
Sí, Gloria Esther y Pancho Coloane tienen una alianza y están en el
arca, con el dolor y la creatividad, los sueños y los hielos, la falta de sentido
y el sentido de la niñez, el tema de la muerte y la pérdida viva de los seres
queridos.
Es un texto fluvial, de ternura tan cubierta con la desazón de la angustia,
como por una gran sensibilidad. Es decir, por exceso de vida.
Del arca brotan sugerencias, regalos para meditar, imaginar, dialogar,
jugar y dejar fluir el silencio. Veamos algunos:
El hombre que no sueña está muerto
A orillas de las cosas
Intocado por la espuma del borde del universo
No sobrevivir a ser inmortal
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Seré lo único que muere tranquilo / porque no creo en la muerte
Acudir a la cita con las torpezas de los milagros
Juventud es una estación de tránsito
Se me hace más fría la Tierra cuando aumenta el pasado
Para trizar los proyectos de la nada
El amor juega con la vida como perro con sarna
Reencontrar el pacto de sangre con toda la gente
No hay espuma más leve que la del sueño
Roza el cielo el mástil del pasado
¿Pero qué hago con estas preguntas / esta sangre /estos huesos triturados/
esta espera / este confín…?
No es más fácil vivir que dejar la vida
La forma última del orgasmo espera
La ruta del corazón acaba donde comienzan las ilusiones.
Podríamos seguir con estos ramalazos de pensamientos-sintientessugerentes,
filosofía sin sistematizar, comunicante, abierta libre, vivificante.
A la vez, poesía, plena poesía, habitada por sabiduría, transitando en las
fronteras de la finitud, sensible y creativa, nutrida de experiencias y muy
personal.
Texto en que llegan al arca el juego y la búsqueda de sentido, el
desencanto y la nostalgia, el peso atroz de la muerte y una distancia hacia
ella tan estoica como soñadora, un mar de sueños y los sueños del mar.
En suma, en esta arca hay una contribución a la tarea de alcanzar un
mundo en que se respete la vida. Una humanidad que se hermane con Gloria
Esther. Un mundo en que todas las ciudadanas y ciudadanos puedan
ahondar en sus vivencias, en la textura de la naturaleza y la naturaleza del
ser humano, crear y trascender, como lo han hecho Coloane y Lagos Nilsson.
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Margarita Ovalle
Una mirada amplia
para intimar con el Chile profundo
Chile, Mitológico: Un Viaje a la Esencia de nuestra Tierra,
de Margarita Ovalle. Septiembre 2010
Somos del mundo, somos mundo, pero el mundo, con nosotros a
bordo, se nos aleja, se nos pierde, se nos hace inhóspito, por ahí nos sentimos
mineros atrapados en una nave espacial.
Es una vivencia propia del ser humano, de nuestra condición de seres
frágiles que merodean el misterio, vislumbran el infinito y se tientan a
apartarse de ellos para construir torres de Babel de cemento y de realidad
virtual.
En la media noche de la crisis, en la coexistencia de la frivolidad y
la violencia, de la vorágine del poder y del abandono en las dependencias,
una minoría crítica, creadora, generosa, nos entrega mensajes de esperanza,
abre puentes, escaleras para salir del encierro hacia el compartir con el
mundo, con el otro, para poder ser y no ser del mundo, para llegar al tú y al
nosotros y seguir siendo yo.
Margarita es parte de esa dimensión del Chile profundo, ese grupo
nuestro activo, en procura de nuestro rescate, con nombres y lenguajes diverso,
Patricia May, Humberto Maturana, Francisco Varela, Claudio Naranjo,
conjunto que bien pudiese ser representado por los versos de Roberto
Juarroz:
Una red de miradas
mantiene unido al mundo
No lo deja caerse.
Margarita nos acerca al Chile profundo de las entrañas del país y a
sus mitos, ayudándonos a no caer en la trampa de las separaciones, de los
120
ismos, de la distancia elititas, etnocéntrica, hacia la cultura popular, de la
afirmación sectaria del intelectualismo en desmedro de la intuición, de la
belleza, de la sabiduría, de la mitología…
Psicóloga, antropóloga, poeta… Margarita tiene la integración de los
aparentes opuestos en su vocación y en su biografía, en su sentido de vida.
En su vida y en su obra se da esa condición que Abraham Maslow
señalaba como propia de la salud, la superación de las dicotomías. Así, ella
enseña, investiga, escribe, comparte, acerca de la relación entre la profundidad,
la melodía especial de la vida en el intercambio íntimo y la visión
amplia, abierta, la profundidad de la unidad en la diversidad.
Por ello, trabaja, establece nexos de amistad, da cuenta en ciencia y
en poesía sobre cómo florece lo extraordinario en lo cotidiano, en lo ordinario.
Estudiosa de los mitos, ella viaja, escucha, lee, crea y recrea y nos
ayuda a salir del gran equívoco sobre la naturaleza de los mitos. Los mitos
son ajenos a los mitómanos, como el amor es distante del consabido “hacer
el amor”. Distancias que no niegan un germen común, como el yin dentro
del yang y el yang al interior del yin.
Los mitos son poesía de la comunidad, poesía asociada al conocimiento,
espejos del ser humano con imágenes, con metáforas, discurrir tribal
a veces asumido por algún vocero de la tribu, una poeta, un poeta,
entregando nuevos acordes, terminaciones, referencias, dimensiones, a las
conversaciones, a la filo poesía y filo sofía, amistad con la creación, amistad
con la sabiduría, amistad con el misterio, con el mundo, con la condición
humana, con el otro, con nosotros en la condición humana, en el mundo.
Los mitos son partes de la red de miradas que sostienen el mundo,
los mitos y los trabajadores del ser que integran la intimidad y los multiversos,
lo extraordinario y lo ordinario.
Con los mitos, Margarita está mostrando el Chile profundo. El Chile
milenario, antes y después de Chile, oculto, tal vez atrapado bajo el peso
del bicentenario. Seguramente, dispuesto a juntar el alma atacameña, aymara,
pascuense, quechua, fueguina, mapuche… con el alma española, alemana,
universal. El Chile y la minoría activa en condiciones de superar dicotomías
manteniendo las identidades, a dialogar, a llegar al tú y al todos.
121
Le corresponde a los lectores, desde su intimidad, descubrir lo extraordinario,
lo universal, en la apariencia, en la inmanencia de la letra con
que los narra, a veces parece cantarlos, Margarita.
En el trasfondo de los mitos, como en la poesía, la filosofía, la ciencia,
la espiritualidad…y también, la amistad, el amor, la utopía… se encuentra
el misterio junto al primer destello de lo humano, lo fundante: el
asombro , aquello que no pudo satisfacerse con un mordisco a una manzana
o el recibir el fuego de parte de un amigo.
Sin dejar la compañía del asombro, el misterio se unió a la admiración
para dar a luz a las obras humanas: meditación y reflexión, arte, legislación,
habitación, ruta o investigación…
Los mitos acercan, intiman, intentan domesticar el gran misterio del
ser, y también, a los hechos extraños, los misterios a la escala humana,
donde parece que se duerme la trama de la cotidianidad, donde la ciencia
se topa con lo extraordinario y lo llama realidad cuántica, principio de indeterminación
o para normalidad.
Veamos un mito tal vez asociable con ese terreno limítrofe donde se
juntan la creatividad, la sicopatología y la paranormalidad, en forma de
poesía, folklore, seudo percepciones -ilusiones y alucinaciones-, con esos
fenómenos raros, pero reales, de la bilocación y la clarividencia, que estudia
la parapsicología.
Se trata del mito chilote de la voladora. Es el terreno del gran poder
de los brujos chilotes, el volar. Estamos patriarcado adentro, las protagonistas
son mujeres. Obedecen a seres superiores masculinos. Entre las nubes,
los chaparrones y los arco iris, los designios de la cueva de Quicaví, lo
que aparentemente se define ahora, lejos de miradas indiscretas de turistas
o trabajadores de salmoneras, en la clandestinidad de Puerto Montt. Es
posible no estar preparado para mantenerse en vela y poder distinguir, entre
las baudas o gaudas en vuelo nocturno, quienes en realidad son mujeres
en comisión de servicio como aves. Llevan el duam, mensaje de vida o
muerte de los brujos.
Son mujeres que hacen de mensajeras de los brujos, muchas veces
anunciando malas nuevas.
Antes de volar, las voladoras toman un brebaje del amarguísimo
122
natre y aceite de lobo marino y vomitan su intestino. Lo guardan en la
“tapa” de madera, o en una olla de cobre en el espesor de un bosque y
quedan en condiciones de convertirse en pájaros.
Si la voladora no encuentra su intestino, hurto de algún humano o
animal o amnesia de la poseedora, ésta cae enferma y, al poco tiempo, muere.
El volar se presenta en los sueños repetidos en todas las culturas,
antes y después de la invención del avión. Es la aspiración a la libertad, a
las alas propias. A una relación más libre con la superficie de la tierra y, a la
vez, el ansia de alcanzar la omnipotencia, de salir del velo de Maya, de
entrever la cara del misterio. El imaginario de la Grecia clásica hizo de la
caída de Icaro el paradigma de las consecuencias de la hybris, la reacción a
la pérdida de límites por la exaltación. Algo de eso hay en nuestra calificación
de lo volado como equívoco, en camino sin salida.
La voladora vuela, pero a expensas de su propio cuerpo, no posee el
chaleco macuñ del brujo, no es autónoma. Cabe pensar en una proyección
de los humanos, al arriesgarnos, al encarnarnos, al percibirnos atrapados
en el mundo, en esta nave espacial.
Más al sur, fueguino, tehuelche, más atrás, mucho más atrás en el
tiempo, sólo existían la oscuridad y Kooch… Kooch solo, no es adecuado
decir con la oscuridad, ya que no tenía contacto personal con ella. Se sentía
solo, triste, muy triste y empezó a llorar... Lloró interminablemente… Sus
lágrimas caían sin cesar y fueron pasando de ser pozas, a constituir lagunas,
hasta llegar a ser mar, el primer elemento del mundo, el mar primitivo,
Arrok.
Kooh suspiró, por su llanto, por su mar, porque continuaba la oscuridad…
y ese suspiro fue un segundo ser, el viento, Xóchen.
Xóchen, cachorro, movedizo, empezó a ir y venir sobre el mar y eso
dio origen a las nubes. Xóchen, lúdico, ensimismado, las perseguía. Surgió
Katrín, el trueno. Los testimonios son contradictorios. Hay quines dicen
que proviene del viento, como un modo más, irresponsable, de complicar
la vida a las nubes. No faltan quienes sostienen que es un engendro,
con poderes de protesta e intimidación, de las propias nubes. Lo que
está claro es que de estas últimas emergió el relámpago, Lüfke, ramalazo
de luz temible en ese apenas balbuceo de un despertar de un mundo
en tinieblas.
123
Kooch veía algo más con este movimiento de viento nubes y relámpagos,
pero siempre estaba, sentía, todo muy oscuro, inhóspito, triste. Como
los continentes sumergidos, se diría después... Algo en él reclamaba claridad.
De improviso, levantó una mano, en ademán de concentrar la vista, y
se encendió una chispa. Entonces se la llamó Xaleschen pero nosotros le
damos el nombre de Sol.
Esto de la creación impresionó a todos, al sol, a las nubes, al viento,
en contraste se sentía el mar muy grande y muy solo. Atento, Kooch dispuso
hacer subir una parte de la tierra, hasta que quedara más arriba del mar,
formando una isla. Fue la primera tierra firme. Ahí , crecieron, se multiplicaron
peces en el mar y plantas y animales en la tierra.
Kooch seguía con problemas con la oscuridad. La noche era larga.
Sobre todo para un solitario Fue así como decidió crear la luna, Kenhenkon.
Al principio, el sol y la luna no se conocían, cumplían horarios diferentes.
Luego, las nubes, comunicativas, se daban tiempo para contarles al
uno del otro. Así fue como, anhelantes de un encuentro, empezaron a adelantar
sus llegadas y se conocieron. Se acercaron, se constituyeron en pareja
y deben tener hasta ahora bastante armonía porque pasa el tiempo y siempre
se repiten las ocasiones en que no aparece en público ninguno de los
dos.
El mito pone énfasis en el paso de la oscuridad a la claridad. Recuerda
la secuencia caos cosmos de otras tradiciones. La evolución coincidiría
con el aumento de la claridad. También se le podría dar el nombre, la
connotación, de progreso en inteligibilidad.
El mundo se le presenta el ser humano como inteligible. Es la condición
del poder confiar en la consistencia de la realidad, en la construcción
cotidiana e histórica, en la ciencia, en la razón. Es lo que ha llevado a la
negación del misterio. Al supuesto de que todo es comprensible que tuvo el
colofón de advertencia de Einstein: “todo es comprensible, menos que todo
sea comprensible.”
Tal vez por eso, aunque tenemos sol, luna y estrellas, en alguna parte
el misterio se sigue expresando como oscuridad.
Otro elemento a destacar es la soledad de los creadores, de los que
ven más allá del sentido común de la época. La soledad que puede traer la
124
tristeza y el llorar a mares de Kóoch, el bullyng practicado por el viento
sobre la nubes, la apertura a la relación vinculada, perdurable, del sol y la
luna…
La soledad de las minorías críticas es superada por autoras como
Margarita aportando un libro como este, un verdadero objeto artístico, completado
con los dibujos de su hijo Tomás, uniendo lo ordinario y lo extraordinario,
la intimidad y la multiversidad, trabajando como tema de vida la
integración, siendo parte de la red de miradas que van contribuyendo a
reencantar el mundo.
Kooch contiene voladoras. En las voladoras está Kooch. Lo extraordinario
y lo ordinario se encuentran en alguna dimensión, tal vez aquella
donde coinciden la multiversidad y la intimidad. Posiblemente, todo en el
ámbito donde, según Rilke, lo cotidiano habla en voz baja de lo eterno. Los
mitos lo saben: lo encontramos en el Chile profundo. Gracias por destacarlo,
Margarita.
125
María Alicia Pino
¿Hay un hilo de Ariadna
para la Poesía?
Presentación del libro Malicia Blues. Noviembre 2009
¿Hay un hilo de Ariadna para encontrar lo poético de la poesía entre
el ritmo, la música, la palabra, la imagen, el afecto, la intuición, la idea, el
sentido…? Me lo pregunto, leyéndote, abriéndome camino, llevado por
caminos, flotando sobre caminos, haciendo caminos poesía adentro, palpando
palabras, dejando escurrirse sentidos, disfrutando, preguntándome
junto a la lectura, empapado, sorprendido de estos textos, María Alicia amiga.
Cosecho… Sí, cosecho sentires, imaginación, indagación, hallazgos.
Sobre todo, hallazgos, el canto del pájaro secreto, el regalo del amanecer
de otra existencia. Sí, entre recuerdos, entre sollozos, en la escultura
inaudita, sabrosa, delicada, del lenguaje, en las alas de la imaginación transitando
rauda entre el inconciente y el mundo. Allí cosechas, se dan cosechas
inéditas… entender que una mariposa se llama silencio y vislumbrar
como las estrellas son pequeños alfileres, enterándome de la existencia de
ciertos árboles acogedores de los nidos, mientras otros no lo son…
Es mi primera lectura y su única brújula es la experiencia, es el sabor
inmediato, antes del recuerdo de otras lecturas, del lápiz de anotaciones,
de la zambullida en referentes.
Siento directamente, me llega muy adentro el lenguaje. Soterrado o
transparente, me toca el tono afectivo, la infancia, la madre, la abuela, lo
perdido y vigente, la llegada de Constanza y su ser diferente y el alto oleaje
consiguiente de amor y temor, la calle, su tierra, su asfalto, sus buses, los
otros testigos, el humano, el limonero o el jacarandá, sobre todo encuentros
y desencuentros con el amor.
El lenguaje y el afecto unidos… sí, con el antídoto… da lo mismo,
como buenos humanos, si son vencidos…
126
El sentido tiene dos corazones, dos hemisferios, o dos encarnaciones.
Por un lado, la pareja de amigos formada por la búsqueda y la creación,
las grandes vetas de palabras, revelaciones, fantasías. En segundo
lugar, la mirada al otro por el ladito del ojo, la comunicación. Comunicación
con lo más recóndito de uno mismo, la comunicación con el otro significativo,
con la lectora o lector de gran complicidad.
Tres interlocutores, ¿Cómo te sientes con cada uno de ellos? ¿Qué
opina tu Ariadna? Creo que tu libro, tan rebosante de sugerencias, de fantasías,
de agudas intuiciones, tiene la palabra...
127
María Teresa Pozzoli
Pensar complejo, sentir profundo,
enseñar con sencillez
Pensar de nuevo. Ensayos sobre el pensamiento complejo
de María Teresa Pozzoli. Octubre 2009
Terminando de leer el libro de María Teresa, siento haber recibido
un regalo, el deseo de compartirlo, la vivencia de aquello denominado en
este texto “la vida buena”, la alquimia del espíritu, el sentido, los valores,
la comunicación, la razón… el efecto vitalizador de su llamado coherente,
su trato amable. Trato amable donde no falta la crítica ni el noble desborde
de entusiasmo.
Entonces, se me asoman estas líneas de testimonio en el calor y la
verdad de la inmediatez.
Peregrina, peregrino del sentido, he aquí tu alimento
Educadora, educador, ávido de compañía
Agradece este surco para tus semillas generosas
Alumno, alumna, recibe este aliado
Su autora cree en tu propia luz
Personas en la confianza, en la ética de adentro,
Una compañera les mira con ternura y convicción
Humanos con la poesía bien puesta, enamorados del mundo
Va esta mano y este fuego en la senda de cambiar la vida.
Si, la síntesis, el resumen de lo que deseo y puedo decir, es que la
vida entró a estas páginas, confiada, alegre, haciendo la metamorfosis, practicando
la complejidad de integrar profundidad temática con énfasis en los
grandes cimientes del pensamiento complejo, dialogal, recursivo, hologramático,
ecológico, con sencillez de exposición, con una orientación inter y
transdisciplinaria, junto con un darse permiso para otorgarse el paso a algunas
de sus vetas más personales, entregando el clima para la apertura a
pensar lo nuevo a quien está en lo viejo. A los que habitan en los límites de
128
la lógica de Aristóteles, en el desequilibrio de la racionalidad instrumental,
en el desarrollo humano sujeto al autoritarismo del patriarcado, aliado al
mercantilismo, centrado en el acervo de lo individual, de la competencia,
de lo externo, del positivismo, del funcionalismo.
María Teresa da cuenta de la relación de la complejidad y la perplejidad,
relación en la etimología, en la vida, en lo que está ocurriendo en esta
irrupción de la post modernidad cuando la modernidad sigue vigente y no
ha susplantado totalmente a la cultura de la sociedad tradicional.
Cito: “Así mismo es curiosa la relación que se teje entre complejo y
perplejo que comparten la misma raíz latina. Perplejo aparece en el año
1440 y viene del latín perplexus. Mientras perplejo significa dudoso, incierto,
confuso, perplexus significaba embrollado, embelesado, sinuoso.
(HPC 2006 pp2.) De perplejo se deriva, en 1490, perplejidad, que significa
irresolución, duda, confusión, lo que, como se verá, tiene presencia en la
translógica que fluye de las premisas epistemológicas de los fenómenos de
la complejidad. De por sí existe una relación entre perplejidad y complejidad,
desde el punto de vista de lo que las realidades complejas le provocan
a nuestra mente cartesiana y positivista, un estado de confusión, de duda,
en definitiva, de inoperancia para resolver lo intrincado y azaroso”.
En el paso al nuevo paradigma, los aportes de Edgar Morin sobre el
pensamiento complejo se hermanan, convergen, requieren integrarse desde
la epistemología, la ética, la mirada transdisciplinario, con la visión existencial
del misterio, del asombro radical ante la existencia, el por qué hay
existencia y no más bien nada, del gran por qué de Heidegger y de todos
nosotros, de la presencia del ente, del ser, de nosotros, del misterio esencial,
la pregunta radical, el asombro radical, la distinción de Gabriel Marcel
entre problema y misterio. El pensamiento complejo asume la perplejidad
resultante y su apuesta por el amor converge con la invitación existencial al
encuentro de ser a ser, humano con humano, en la búsqueda y la llegada a
un sentido a la escala humana.
Edgar Morin planteó en uno de sus primeros libros, “Hacia una Política
del Hombre”, la idea de los radicales básicos para un enfoque de la
política de promoción humana, entre los que ubicaba al cristianismo y al
amor, al marxismo y la idea fuerza del trabajo, a la ciencia y el conocimiento,
al arte y la belleza, dando al surrealismo y su afán de juntar los sueños y
la realidad como un antecedente de un movimiento integrador en la dirección
de una nueva forma de hacer política.
129
Al interior del pensamiento complejo está el amor y el parentesco
con la perplejidad y el misterio, también la otra gran raíz de la nueva mirada,
el nuevo sentido común, el nuevo paradigma, la ecología. La ecología
integral de Fritjof Capra, la conexión de todo con todo que Guattari presentó
como las tres ecologías, la del ambiente, la social, la de la subjetividad.
Pensar de nuevo. Me imagino un taller de la María Teresa en que se
apunte a esa anécdota sobre una conversación en el más allá, a lo mejor una
mesa redonda con esos papelitos tenebrosos en que se advierte que faltan
dos minutos y 26 segundos. Se trata de la pregunta sobre cuál es el centro
de lo humano. Participan Jesús, Moisés, Marx, Freud y Einstein. Moisés
señala que el centro está en la ley, en la cabeza. Jesús, el dulce maestro, se
inclina por el corazón. Marx, todavía no renovado, afirma que lo prioritario
son las necesidades básicas, el asiento, entonces, es el estómago. Freud se
excusa por tener que afirmar que lo esencial es la vida, su energía, cuyo
asiento es el sexo. Einstein dice, lacónico, todo es relativo.
Con los avances en la cibernética, algunos piensan que se podría
intervenir ese presunto diálogo desde la tierra. A lo mejor María Teresa
preguntaría qué respuesta, qué respuestas, qué antirespuestas, que nuevas
preguntas, qué dudas, que contradicciones, podría generar en ese contexto
el pensamiento complejo.
Imagino que se pondría énfasis en las posibilidades, en las muchas
respuestas posibles, en la óptica pascaliana de que el centro está en todas
partes, en la centralidad de la no centralidad, en que cabe asumir la duda,
la contradicción, la ambigüedad, la simultaneidad.
Lo único seguro es que en esa clase, en ese taller, en esa conversación,
habría un contexto amable, humor, capacidad de escuchar, apertura.
Es lo que necesitamos. Hablamos en un tiempo no tan lejano, de
¡Junta queremos! del Cielito lindo, de pan techo y abrigo, de no pasarán, de
un, dos, tres muchos Vietnams, de que venceremos, de que va a caer, de
¡viva!, de ¡muera¡ Todo eso fue importante. Lo es su sustancia, lo sigue
siendo.
Sin embargo, ahora tenemos que pensar de nuevo, ver más dimensiones,
de la situación humana y de la condición humana. Acercarnos a la
política de promoción humana que incluye a cada ser humano, a sus vínculos
con el otro significativo, con todos los humanos, con las cultura, con la
130
vida, con la Tierra, con la naturaleza, con la trascendencia.
Nuestra propia naturaleza siempre fue compleja, pero no nos dimos
cuenta, no avanzamos en constituirnos en sujetos complejos, por estar sumidos
en el juego del goce, de la escasez, de la separación, del poder, de la
obediencia, de la seducción de lo familiar.
Nuestra situación compleja, la mega crisis, nos arrastra, nos despierta
resistencia, nos invita a convertirnos en sujetos complejos.
María Teresa, nos indica que para ello hay que pensar de nuevo.
Lo hace por que ella es un sujeto complejo, que vive lo suyo. Parte
reconociendo, asumiendo sus particularidades. Ella no sólo realiza tareas
de educación, las ama, se prepara, establece vínculos, es querida y respetada,
enseña con ideas, con ejemplos, con su ejemplo. Ella no sólo plantea la
verdad de que formamos parte de la vida, de que no podemos hacer sufrir a
los animales, de que ellos muchas veces son más sensibles que nosotros.
Ella los ama, los cuida, se comunica con ellos. Ella se permite apasionarse,
indignada con los camaleones que viven en el médano del parecer, de la
inautenticidad. Ella no sólo habla de vínculos, es una gran amiga. María
Teresa no sólo investiga, enseña, estudia y crea en el seno del pensamiento
complejo, ella está en ese nivel tan hermoso de la complejidad en que se
practica la sencillez, en que se saborea el chiste, en que el abrazo viene del
fondo del ser.
Pensar de nuevo. En un mundo donde la empresa desplaza al trabajo,
a la industria y a la industriosidad, concentra la riqueza material y favorece
la pobreza espiritual.
Pensar de nuevo, cuando nos atosigamos de grasosas informaciones
y llegamos a ser anoréxicos a la sabiduría.
Pensar de nuevo… cuando nos desencarnamos, nos desencantamos,
pierde su savia la conexión con la naturaleza, con nuestro mismo cuerpo,
con nuestra conciencia, con el centro, el palpitar de la otra, del otro, con el
llamado de los colores, con el secreto de los sueños, con la lozanía del
alba,con el estar y con el ser.
Pensar de nuevo, cuando nos vamos convirtiendo en muchedumbres
solitarias.
131
Pensar de nuevo cuando languidece nuestra res ponsablidad como
pastores y testigos del ser, partes de la vida, de la tierra, del universo y de
los multiversos.
Sí. Pensar de nuevo es un libro para tener cerca, en el velador como
dice la autora, rayarlo hasta que te pida tregua, hacerlo cómplice de nuestra
meditación diaria, invitarlo a participar, bienvenido, en el corazón del
diálogo, en el devenir de las redes, en el trabajo político, ético, ecológico
de derechos, de responsabilidades humanas, de asegurar la paz, de profundizar
la democracia hasta que sea de verdad. Es un texto para tenerlo presente
en nuestra labor humana de entrar a la historia como un gran movimiento,
una gran diversidad y una gran práctica diaria de desarrollo personal
y de cambio cultural, de ir recuperando el sentido de la evolución, la
plena relación con la vida.
Pensar de nuevo… Asumir nuestra condición, compleja, misteriosa,
integrada, contradictoria; abriendo camino al salir de la obsecuencia con el
sentido común, con el paradigma básico vigente, ello con dudas, con ambigüedades,
en una dirección tan compleja como amorosa.
Si, seguir a María Teresa, en su llamado a pensar de nuevo, pensar
complejo y ser muy sencilla, mirar nuestra persona y nuestra sombra con
autenticidad. Aprender, dialogar, enseñar, trabajar juntos, construir redes,
amar y desapegarse, con la humanidad bien puesta. Como ella nos dice,
con fuego, enamorados del mundo.
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133
Mario Barahona
Imaginación y compromiso
en el desarrollo humano
Bagual, de Mario Barahona. Agosto 2009
La imaginación y el compromiso suelen desencontrarse. Incluso más,
para muchos son polos divergentes y hasta, por naturaleza, se excluyen
Con frecuencia identificamos a las personas y las prácticas imaginativas
con un sentido lúdico, tal vez hedonista, en cualquier caso como provistas
de un tenor individualista, en circunstancias que el compromiso de individuos,
colectivos o proyectos se representa como ceñido a la inmediatez,
al logro, al cobijo en la realidad.
A medida que la humanidad se ha ido adentrando en la civilización
de lo secular y concreto, de los medios, de las funciones, del pragmatismo,
de la técnica, del individualismo, de las fragmentaciones… tanto la imaginación
como los compromisos con el desarrollo personal, con el otro,
con la vida, han sido forzados a situarse en la marginalidad, Hay que ser
precisos para manejar un vehículo, un televisor, un celular, un computador,
un pasaje, una tarjeta de crédito, un carro de supermercado… Hay
un centro inequívoco, una figura central: una tecla ,un botón, un número…
que debe estar claro, resaltar, no ser interferido por representaciones
éticas, por imágenes ideas o afectos sobre el pasado o el futuro. Se
nos ha dicho: se acabó la historia, se acabaron los grandes relatos, terminaron
las utopías.
Pasamos a vivir en un mundo en que aparentemente hay mejores
condiciones objetivas, cada unidad de la vida puede ser más eficiente, hay
una verdadera utopía computacional, pero cunde un estado de percepción
de incompletad, se extiende la desconfianza, aumenta el consumo de drogas,
se vive en el temor y la violencia; se suman los medicamentos, la soledad,
el consumismo, la pasividad, la frivolidad… mientras se va produciendo
un desastre ecológico, amenaza el armamentismo y se pasa de un
conflicto bélico a otro.
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En esas condiciones, se va produciendo el acercamiento lento, desordenado,
multiforme, de la profundización de la ética y de la ampliación
de horizontes hacia una imaginación antropológica, vincular, social, sideral,
ontológica…
En ese contexto global, el libro de Mario emerge como un hito en el
litoral de los poetas. Este poeta, el segundo que llega a la zona habiendo
nacido en Parral… nos entrega un texto en que se da la alquimia, la sinergia
de la imaginación y la ética. Una ética de compromiso con el otro, con la
vida, con el sentido de la vida; una imaginación que traspasa los límites de
los géneros y permite que se integren el encanto de una fábula, la emoción
especial de un poema en prosa, un hilo argumental que discurre por capítulos
de una conversación, un contenido temático en que comparten, entre
otros, la ecología integral, la mitología, la psicología humanista, la filosofía
existencial y una espiritualidad abierta y avanzada.
No deseo, no debo, no puedo hacer un resumen ni una caracterización
sistemática de esta obra. Propongo ubicarla como un aporte original,
dentro de la gran unidad en la diversidad de contribuciones a una nueva
mirada, a un nuevo paradigma cultural básico, superador de la dicotomía
que enfrenta en forma radical a la modernidad occidental sumida en el autoritarismo
del mercado, el individualismo, la tecnocracia y la frivolidad…
y el fundamentalismo del dogma totalitario y la fusión de las individualidades.
Sugiero su aceptación como un constituyente importante en este
foco cultural emergente que es el litoral de la poesía, como un respaldo al
entender a la poesía como conocimiento y acción, en le camino de Rimbaud,
del cambiar la vida.
Quiero, sí, dar mi testimonio como lector. Empecé a leer Bagual
una mañana de domingo y no lo pude dejar hasta terminarlo, tarde en la
noche. A cada rato debía etenerme a escribir, a pensar, a dejarme sentir, a
fantasear… Se me dio un sentimiento de profunda empatía por los personajes,
de identificación con sus búsquedas, con el desarrollo de sus vínculos.
El lenguaje y el ritmo me llegaron como compañías amigables. Sentí que el
autor estaba siempre obsequiando, generoso, su compromiso y su talento,
sin interferir en la relación de la obra conmigo.
Los lectores se encontrarán con los personajes, con grandes preguntas,
con una trama sorprendente. Tendrán una diversidad de percepciones,
de afectos, de relación con sus formas particulares de ver la realidad. El
lector que escribe estas líneas, portador de sus propios sesgos, percibe al
135
libro como una creación medicinal. Como medicina del diálogo. Diálogo
asombroso por la complementariedad de amplitud, de profundidad, de cercanía,
de sencillez, de sensibilidad. Diálogo como fuente de formación y
de sanación. Diálogo medicinal en el camino a continuar la historia, a asumir
la necesidad humana de utopía, a creer en grandes orientaciones humanistas
y espirituales, a integrar para ello la imaginación y el compromiso
Diálogo medicinal para despertar del letargo el hechizo que nos tiene convencidos
de que no es posible otro mundo, el mundo del diálogo.
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137
Mario Hernán Latorre
La Poesía del Tú y el Tú de la Poesía
“Ruega por nosotros poesía” de Mario Hernán Latorre. Enero 2011
Mario Hernán Latorre es poeta desde el fondo inefable del ser, desde
el espíritu y las preguntas existenciales, desde un proyecto de vida donde
el llevar las vivencias a palabras se confunde, se identifica, se delata, en
su relación con la amistad y con la religiosidad, con su trabajo comprometido
de médico de familia y su vocación de científico caminante por la
biología del conocer y muchas grandes avenidas del investigar y lo sapiencial,
por su labor de promotor cultural y su solidaridad con el bienestar de
los afectados por la epilepsia.
Poeta del ser, de la vida, de la palabra y el silencio, en este libro nos
interpela desde el fulgor de muchas imágenes e intuiciones hasta el terreno
donde el infinito nos acosa, sentimos nostalgia de lo absoluto, experimentamos
el vértigo de la muerte, de la cercanía de la nada, de percibir nuestra irreparable
distancia con como queremos vivir, con nuestra vocación de seres humanos.
En el trasfondo, la confianza básica en la poesía, conduciendo al
verso final del poema que da título al libro: “Poesía en ti encomiendo mi
espíritu”. La poesía, la diosa que integra lo íntimo y lo sideral, el caos y el
cosmos, el universo y los multiversos, los desfiladeros de certezas y el misterio
del ser y de nuestro ser.
La poesía como portadora de ese cobijo esencial en la esencia propio
de las palabras de Hólderlin: “No debemos desmentir la nobleza que hay en
nuestro deseo de modelar esa porción de infinito existente dentro de lo humano”.
Mario encomienda su espíritu a la poesía y, agradecido, entra al tema de
“Por qué leemos poesía”
Por madreselva
y dolor,
138
por circunstancia
por sístole también
por qué lloramos de agua lacrimal
por qué asumimos el hueso debajo de los ojos
por qué bailamos escondidos
de nosotros y es tiempo de hojas
de otoños que se buscan con los labios.
Por qué en pupila finalmente recordamos
el mismo sol de Konstantino
la misma luna
el mismo sabor de la saliva humana
por eso creo yo
porque tú sabes
por insolencia de nube o rosa abierta
que hablamos de lo mismo,
por testamento quizás
porque vivimos la nada y la vendimia
y nos recoge el mismo viento
la brisa
la pequeña brisa de los sueños
Hay madre selvas, tiempos de hojas, luna, nubes, rosas …
Sentimos dolor, nos escondemos de nosotros mismos …
Hay circunstancias, entre otras, la nada y la pequeña brisa de los
sueños… Es decir, la poesía nos constituye, nos expresa, nos lleva a nosotros
mismos en una dimensión donde todo se encuentra con todo: la nada,
la saliva, la insolencia, los recuerdos… la poesía junta, desvanece los muros
entre nuestras sub realidades, analoga, descubre y crea paradigmas. Integrando,
va dándonos una vivencia de sentido. La unidad de, en, la vivencia
poética, es un pre amanecer, un anticipo del aprehender el gran enigma
del ser. A la escala humana, el todo es inabarcable, insondable, su fundamento,
su terreno último, su razón de ser, está allende nuestra finitud, pero
hay hilos transitando por luces y sombras, por la tierra y la vida, por la
belleza y la verdad, por la esperanza y el desencanto. La poesía los conoce,
los enraíza, los canta.
Ruega por nosotros poesía… La poesía recibe el trato de tú. Mario
se dirige a ella desde un nosotros. Le pide que ruegue. La poesía puede
representarnos ante Dios. De nuevo, Hólderlin: los poetas comunican a los
139
humanos con lo divino, pero en este libro el énfasis está puesto en la poesía,
la realidad de la poesía. Más allá o más acá de los poetas está la gran
pregunta, el misterio. También susceptible de llamarse
“El olvido”

al final del cántaro divino
y bebemos el agua primordial
el secreto infinito
Si tú y yo de mano a ceniza implacable a gravedad
vamos al abismo
y allí en la pregunta
buscamos la raíz
el verso con su cáliz y su vientre…
El verso,… Es cierto: en el principio estaba la palabra…
Pero en este poemario parece latir un espíritu fáustico, este verso tiene
cáliz y vientre, recuerda el verbo ser, parece proyectarse a la acción de universos
y multiversos, dentro del ser humano y constituyendo el macro. cosmos.
Sigue el poema El olvido
¿Y si vamos al fondo del esfuerzo sigo la huella, el territorio
Si es así por siempre esta danza de preguntas,
si somos nada más que un juego
y al final de lo que pasa todo está por comenzar.
Si el fuego busca el agua
cuando cae el cuerpo a los abismos
y todo desvanece su sentido.
Si estás tú poesía en el último momento
entonces acepto el sacrificio
el gran silencio en la memoria
la caída inevitable
el olvido total
lo acepto.
Desvanecido el sentido, el aparente, el vulnerable, el de nuestra
finitud, está la poesía, la salvación, quien puede interceder ante el abismo
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y el olvido. Quien puede rogar por nosotros.
La poesía parece inseparable del amor
la gran venganza es el amor
en esta geografía de palabras
las letras que brotan de la infancia
las promesas cumplidas en el alma
la gran venganza es este sueño,
el pulso de Dios en la mañana
que deja latir la poesía
el sur
la lluvia y sus mándalas
y esta agua donde bebemos juntos
la pequeña eternidad de las palabras.
Frente a la muerte, ante el absurdo, ante las preguntas eternas, ante
el eclipse de Dios, la gran venganza es este sueño, el pulso de Dios en la
mañana que deja latir la poesía…
Parecería que el amor nos hiciera tangible la poesía, con todo el
cuerpo, con todo nuestro ser en el mundo. Podemos, así, contar con una
amiga del sentido, del alma, de la bondad, del azul, del perdón… Una amiga
a quien le podemos pedir que ruegue por nosotros. Una amiga a quien le
encomendamos nuestro espíritu.
RUEGA POR NOSOTROS POESÍA
Si estas manos pierden su bondad
antes de merecer tu alma
que mi corazón encuentre un altar bendito
para pedir perdón postrado a tus pies
eternamente
Ruega por nosotros poesía
Si este cuerpo pierde su inocencia
antes de conocer tu reino
que mi espíritu alcance la luz de la humildad
y se aleje del orgullo para siempre
Ruega por nosotros poesía
Si estos ojos apagan su lumbre en tu presencia
antes de aprender a amarte
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y esta desolada boca pierde su uso
antes de pronunciar tu amado nombre
que el silencio tenga misericordia
y mi voz encuentre el instante sagrado
para decir:
¡Poesía en ti encomiendo mi espíritu!
Mario nos va diciendo, con huesos y palomares, con silencios, con
murmullos, con llantos, con gemidos, con gritos, con aullidos, con sueños,
con risas, con recuerdos, con preguntas, con besos y con versos, con oraciones,
con deseos de iluminación, creyendo y dudando, con el alma dolida
y esperanzada, que la poesía es una amiga, un tú que integra el servicio y la
búsqueda de la verdad, el amor y la fe.
Tenemos ante nosotros un poemario sobre la poesía, sobre la dimensión
poética de la vida, un regalo de una perspectiva, la de la poesía
vista desde la búsqueda, la lucha por el sentido. La poesía templando nuestro
coraje de ser. La poesía habitando la cotidianidad, el amor de pareja, la
poesía religando, conocimiento y espíritu. La poesía tratada de tú.
Vivimos la alternancia, la complementariedad, los conflictos de relaciones
con él y ella y las propias del vínculos con un tú. De algún modo
es también la pareja prosa poesía. La impersonalidad, la objetividad, tal
vez lo acotado, hasta mensurable del el y ella, entra en el mundo de lo
prosaico. Lo entrañable, tal vez mágico, misterios y cercano, lo único del
auténtico tú, el tú radical del ser significativo, el del encuentro, el del diálogo
de verdad… pertenecen al ámbito de lo poético.
El tú de la amistad, del encuentro, del amor humano, se continúa
con el tú trascendentes cuyo nombre puede ser libertad, ciencia, servicio,
amor universal, compasión, misterio, Dios… poesía.
Sí, la poesía es una amiga, es un tú, puede ser compañía, puede ser
guía, puede rogar por nosotros.
Mario nos pone en una perspectiva con horizontes de servicio y de
búsqueda de verdad:
Todo tú es poético, la poesía misma es un tú. La sentimos integrando
nuestras realidades, permitiendo un nosotros entre el aquí y ahora y la
trascendencia. Por algo las musas entraban y salían del Olimpo.
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Miguel Ángel Backit
El Amor y el Destino
Cuentos de Amor, Pasión y Deseo. 2009
Una esperanza recorre el mundo: la esperanza de que la vida tenga
sentido. La esperanza existe desde que el ser humano adquirió conciencia
de si mismo y se vió interpelado por la necesidad de elegir y de elegirse, de
tomar opciones, topando con su finitud, el deber contar siempre con suelos
y techos fijos, dados por condiciones existenciales, biológicas, sociales,
psicológicas…
En un momento de nuestra residencia en el planeta, con mayor o
menor autonomía, profundidad y creatividad, se nos presenta la necesidad
de hacernos cargo de nuestra vida, de nuestro ser, de aquello en que participamos
con otros. Surgen nuestros proyectos básicos, concientes e
inconcientes. Empieza el juego individual con la vida, con nuestra identidad,
con nuestras necesidades y capacidades.
Nos hacemos cargo de la existencia de un gran trasfondo, más allá
de nuestro cuerpo, de la familia, de la sociedad, de la tierra… es lo otro, el
terreno último donde está la muerte, y lo que llamamos suerte, donde está
el secreto del sufrimiento y el placer, donde está la razón de ser de los
indiferentes, los adversarios, los que nos instrumentan y los que instrumentamos,
de la galaxia de los indiferentes, del multiverso de la raíz de la ciencia,
el arte, la acción social y la espiritualidad.
En un momento dado hay una palabra que concentra la esperanza de
que nuestro ser, nuestro hacer y nuestro tener tengan sentido. Una palabra
con contenidos diversos, el amor. El amor, personaje de este libro. Aquí,
dispuesto como el amor erótico asociado a lo que Lewis llamara el amor
ético, el amor de amistad.
Miguel Ángel Backit nos habla sobre el amor. Narra con un lenguaje
amigable, transparente y preciso, por sendas expeditas donde no es fácil
tropezar con pérdidas del hilo conductor o descripciones secas y retóricas.
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El fluir del escrito tiene asiento en la realidad. Los cuentos no son, por
cierto, una enciclopedia, por lo demás supuestamente interminable, de todo
lo que acaece en torno a la magia y las vicisitudes del amor. Es un ángulo de
miras sensible, esperanzador.
Es, fundamentalmente, un compartir en torno al amor vinculado, en
que se encuentran, se prodigan, se enriquecen mutuamente, la sensualidad,
y la relación dialogal, de iguales que se reconocen y respetan como individualidades.
El amor de pareja, ajeno al machismo al matriarcado y al patriarcado,
al narcisismo de todos los matices.
En el trasfondo, al principio y al fin del libro, Makhtub, el Makhtub
que introdujo Coelho en el imaginario colectivo, el “está escrito”. Es la
propuesta final, implícita, del abrazo entre el amor, la pasión, la vida, y el
desprendimiento, el desapego, la aceptación del destino.
La red del amor es una de las redes de esperanza que recorren las
vidas humanas, como besos y miradas, como orgasmos y capacidad de dar
la libertad al ser amado. Es inevitable que se encuentre con otras redes,
como la red de la creatividad a la que pertenecen estos cuentos que discurren
por el desierto de Atacama, por Buenos Aires, por Venecia, por Paris,
por noches estrelladas, por el sabor tentador de restoranes testigos y cómplices
de amores en sus momentos armónicos apolíneos y exaltados
dionisíacos.
Son cuentos en que el amor da llene, otorga sentido. Hay esperanza
en la vida porque se da el encuentro con la compañera o el compañero
existencial, encuentro de los cuerpos, los deseos y pasiones, encuentro de
las sensibilidades, encuentro con el Destino, el Dios grande que los griegos
situaban por encima de todos los dioses, pero que daba y da mucho
espacio al amor.
El destino y el erotismo… El erotismo bascula entre dos polos, el de
lo sublime y el de lo sórdido. El yoga del sexo, la meditación del encuentro
amoroso, el camino de Eros para la expansión de la conciencia… Por el
otro lado, la vulgaridad, lo obsceno, la descalificación disfrazando la impotencia,
el erotismo desvirtuado convertidos en mera función fisiológica,
mecánica, propia de eunucos poéticos…
En estos relatos de exaltación del erotismo, de un permitírsele mostrarse
humano, demasiado humano y, a la vez, animal, lírico, espiritual y
145
bien encarnado, el destino, lo radicalmente otro, inaccesible, es la contraparte,
el verdadero diverso complementario. Enantiodromía es el término
que difundió Jung para nombrar la dualidad de polos que, con la evolución
de la conciencia, se entienden integrados. Miguel Ángel junto con darnos
relatos vivos, bien construidos y bien constructivos, nos ofrece esta fascinante
perspectiva de pensar el amor y el destino como una expresión de la
unión de los opuestos. Es un aporte a la esperanza que recorre el mundo.
146
147
Mónica Echeverría y María Teresa Pozzoli
La utopía de la reconciliación
y el nuevo paradigma
La Propuesta del nuevo paradigma,
paradigma de la conciliación en la situación humana
Presentación de libros “Krasnoff” y “La obediencia de Abraham”, de
Mónica Echeverría y María Teresa Pozzoli, respectivamente, en el
contexto de un Foro sobre “La utopía de la Reconciliación- Etica, Justicia
y Memoria”. Feria del Libro 2008.
Un título apunta a destacar un contenido, a sintetizarlo, a hacerlo
más próximo al auditor o lector. En relación con mi presentación, opto por
un para título, una aproximación complementaria a la de la convocatoria,
un título provisorio propositvo: Hacia una conciliación humanizadora. Tal
vez un subtítulo: Reencuentro con la condición humana, o, si cabe un para
sub título, Ética, Justicia, Memoria e Imaginación antropológica.
Quiero presentar de inmediato mis sesgos. No soy ajeno a los libros
presentados en esta oportunidad, por tener mucho afecto y estimación por
las autoras y porque el libro apunta a los momentos más traumáticos en mi
propia vida. Cuando alguna o algún consultante me reprocha el que no me
han pasado cosas tan traumáticas como a ellos, les adapto los versos del
Huidobro juvenil (Este viejecito que apenas se mueve es un veterano del
setenta y nueve…) que queda como “este terapeuta que ahora ves es un
veterano del setenta y tres”... Por otro lado, el tema del autoritarismo ha
sido uno de mis líneas centrales de trabajo desde el 68 en que fui observador
partícipante del fenómeno alternativo juvenil en Berkeley-San Francisco.
El tema de los dos libros es pertinente en relación a la dinámica de
nuestra vida en este Chile que todavía no restaña sus heridas ni aborda a
fondo la temática de la continuidad y cambio cultural en relación a la dictadura
militar con la gran interrogante sumergida acerca del tenor, de la verdadera
hondura e intensidad de nuestra democracia, o, expresado en forma
148
más directa, cuán democrática es no sólo nuestra constitución política sino
también la constitución de nuestra cultura, de nuestra vida diaria, de nuestro
sentido común.
Nuestras dos autoras coinciden en integrar en sus libros un compromiso
que comprende desarrollar ideas centrales con claridad hilvanadas
con mucho rigor, con aporte sustancioso de evidencias, dando una bien
lograda amalgama de lucidez, objetividad y corazón bien puesto.
En extrema síntesis, diría que Mónica toma como centro, como figura
gestáltica, a Krasnoff, el torturador ideologizado, apasionado, con una
carga proyectiva familiar, el peso de un destino, una cultura, una historia la
de ser nieto de un combatiente cosaco, líder, atamán, feroz adversario del
comunismo, aliado de los alemanes en la segunda guerra mundial, héroe
para los suyos.
María Teresa destaca a Abraham como símbolo, pero la vertebración
del texto está en la obediencia, no en su obediencia en particular, en la
patología de la obediencia, la obediencia irresponsable, y su expresión en
doctrinas, modos de ser y conductas.
En la obra de Mónica, el autoritarismo, su expresión en los estereotipos
y los prejuicios, en lo violencia, en la falta de reconocimiento de la
humanidad del adversario, se encarna en un sujeto que hace de hilo conductor
de la narrativa.
El trabajo de María Teresa da testimonios de la conducta de diversos
torturadores, de investigaciones, de miradas teóricas, de antecedentes
de la formación militar que enmarcan las brutalidades que se cometen.
No tiene sentido intentar resumir. Son todos documentados, especialmente
aptos para la educación tanto formal como comunitaria.
Vamos a nuestras ideas convocantes.
El autoritarismo es, sin duda, un tema que atraviesa las disciplinas
académicas, que está plenamente instalado en la política, en la cotidianidad,
en la vida. El autoritarismo militar, el de la medicina, el del mercado, el del
sentido común. El autoritarismo nuestro de cada día.
Fluye de la lectura de los dos libros. Sus grandes rasgos están dados,
149
se manejan en la psicología comunitaria, en la educación, en la clínica…
El tema es que, no es sólo problema de los torturadores. No es sólo
propiedad de una minoría.
Algo que aterra es que una persona muy autoritaria es compatible
con ser alguien que en su conducta cotidiana puede parecer aparentemente
correcto, aceptable, como se desprende de la observación de Hanna Arendt
sobre Eichman en su juicio en Israel.
Lo aterrador es la conclusión de Sartre sobre el antisemita, que se
puede extender al anti árabe, al anti mapuche, al anti jóvenes, a la anti
tercera edad, a cualquier prejuicioso, cercano a la rígida separación entre
quien manda y quien obedece.
Dice el autor francés que la guía es el miedo a la condición humana.
Hace la comparación con la piedra, el torrente, el rayo. Así quiere el antisemita,
el autoritario, que sea lo humano. Lo humano es, sin embargo, esencialmente
elusivo, misterioso.
Hay humanos que temen la condición humana.
Peor aún, tal vez en este momento de la evolución los humanos tendemos
a temer la condición humana.
Nos cuesta concordar con el Principito: lo esencial es invisible a los
ojos.
No recordamos a Lichtenberg: como ocurre con el agua, cavamos
un poco y encontramos el misterio.
El tema es imperativo. Vivimos una gran crisis. El tema es la obediencia
al paradigma cultural imperante. Los Eichman y los Krasnof son la
parte visible del iceberg de nuestra falta de desarrollo humano, de la necesidad
de asumir nuestra condición de seres finitos, del imperativo de la co
existencia, de la igualdad en la diversidad. Afortunadamente, existen movimientos
culturales: derechos humanos, paz, ecología, género, diálogo de
culturas, revitalización de la espiritualidad, salud integral, educación para
la vida… que en su diversidad contienen los gérmenes de un nuevo paradigma
post autoritario, aceptador de la integración humana y con la naturaleza,
abierto a un pensamiento democrático, complejo, a un nuevo paradig-
150
ma que asume la finitud y el consiguiente compañerismo existencial, con
coraje de ser, con una higiene de vida en que son pilares el desarrollo de
conciencia, el diálogo y el horizonte de una política de promoción humana
en armonía con la naturaleza.
151
Pablo Neruda
Neruda en el corazón
Celebración de los 106 años de Pablo Neruda en Isla Negra. Prólogo
para Antología de Alfred Asís.
Una arboleda de 106 mensajes de rugosa ternura. Julio 2010
Es notorio, es público, es universal… Neruda está confeso de haber
vivido. Sin embargo, el caso es más grave y a más de alguno se le habrá
escapado, el vate admitió textualmente , en tren de referirse a su dedicación
preferente como residente en la tierra,”mi oficio fue la plenitud del alma”
(Memorial de Isla Negra).
El ser humano, ente ahito de sensibilidad y deseos, diferenciado y
condenado a la incompletad, buceador de lo absoluto y militante en la finitud,
saborea y agradece el trabajo de los artesanos de la poesía, de quienes trabajan
por la plenitud del alma. Por la plenitud en las relaciones consigo
mismo, con los otros, con la naturaleza, con el tiempo, con la historia, con
el amor y la muerte, con la plenitud del alma.
Por eso Neruda, todos los poetas Neruda, están en el imaginario
mundial: el del amor romántico y el del amor pasional, el de las cosas sencillas
de la vida cotidiana y el de las gestas históricas, el de los vínculos
más personales y el de la causa social, el de la alegría, el de la tristeza y el
de la angustia, el de los bosques, las lluvias y el mar y el de la tentativa del
hombre infinito.
De allí los mensajes, emotivos, inspirados, interpelantes, contenidos
en ese libro. Saludos para uno de sus aniversarios.
Neruda cumplió 106 años desde su primer nacimiento conocido, en
1904, en la ciudad de Parral. Tal vez, hace 96 años, él no puede ser preciso,
según parece, le llegó la poesía… Podrían ser 83, los años de sus Veinte
Poemas de fama universal, instantánea y perdurable.
En septiembre, se enteran 37 años del día cuando su poesía empezó
152
a habitar las almas sin la compañía visible de su autor. Neruda lo había
previsto:

Poesía
Porque contigo
Mientras me fuí gastando
Tu continuaste
Desarrollando tu frescura firme,
Tu ímpetu cristalino,
como si el tiempo
que poco a poco me va convirtiendo en tierra
fuera a dejar corriendo eternamente
las aguas de mi canto
(Oda a la poesía. Odas Elementales)
El lector encontrará en este libro, feliz sincronía,106 mensajes, provenientes
de muchos países, muestra privilegiada del sentir de millones de
personas.
Más allá de las distinciones de lugar de nacimiento o de residencia,
los textos muestran tres hilos conductores, superficies de contacto o énfasis
de sentido: La persona de Pablo o del Neftalí nacido en Parral, la obra del
homenajeado, creaciones propias de quienes escriben.
Aquí, el poeta es, principalmente, reconocido, admirado, cantado,
por su entrega al amor de pareja y por su compromiso político, social,
valórico, con la causa de los desposeídos y de la humanización de la sociedad.
La poesía más especialmente celebrada es la de los tiempos juveniles,
siempre a sabiendas que él, el de entonces, seguía siendo el mismo
mientras entraba en la historia como poeta transeúnte por diversas orientaciones
en su quehacer poético, cotidiano, vital y social.
En los aportes de desarrollo personal no se advierten réplicas, se
trata de creaciones que se auto sostienen, reverberaciones de la única gran
poesía de la palabra y de la vida... Como en el caso de Neruda, algunas son
cercanas a Eratos, la musa lírica, otras próximas a Calíope, la musa de las
epopeyas históricas.
153
Aquí está presente la única poesía de fondo, el fantasma de sentido
que recorre el mundo en procura de la plenitud del alma, presente en el ser
,en la naturaleza, en el ser humano, en iniciativas como ésta donde se obsequia
el diálogo, en cuya profundidad vive el llamado amor ético, aquello
que, según Neruda, es una arboleda de rugosa ternura, es decir, la amistad.
En esa arboleda, Alfred Asís, el editor, poeta del mundo y de todos
los días, hizo un llamado a saludar al poeta y obtuvo esta rica cosecha de
evidencias de que existe el nerudiar, de que Pablo y Neftalí están en el
corazón de muchos, naciendo y viviendo en procura de la plenitud del alma.
154
155
Patricio Alarcón
Coexistencia y coraje de ser
“Pedagogía de la Coexistencialidad”, de Patricio Alarcón agosto 2010
Vivimos aprendiendo en la coexistencialidad, de la sociedad, del
encuentro, pero, como conjunto, como humanidad, no estamos concientes
de ello, no lo validamos como algo esencial para nuestra condición, porque
olvidamos el ser, a nuestro propio ser, al ser del otro, a lo que es la base, el
fundamento del vivir y el convivir, el sentido, el sentido consensual, el
sentido que descubrimos en nosotros mismos.
Coexistimos… humanos y no humanos estamos en el mundo, somos
inseparables del mundo. El resto de los tripulantes de la superficie de la
tierra no son “existentes” propiamente tales. Los humanos existimos, es
decir, tenemos esta segunda naturaleza, esta posibilidad de estar parcialmente
fuera de un acaecer totalmente normado y no transparente a sí mismo,
la capacidad de darnos cuenta de nuestras condición con su mismidad,
con su alteridad. De allí nuestra relación especial de ser parte y también
testigos del ser y de que se nos haya podido definir como pastores del ser.
Habitualmente nos damos cuenta de lo que pasa y de lo que nos
ocurre sin una visión de conjunto, percibimos, valoramos, manipulamos,
las instancia presentes, pasadas o esperadas, los entes, pero dejamos en el
olvido, en la penumbra, en la propia sombra de lo indeseable, el tema del
ser, del misterio, de nuestra condición, de nuestra identidad, de la base de
nuestro conocer y nuestro poder, del interrogante de por qué existimos.
La educación, la formal y la de la vida, es la matriz consensual de
integración al saber, al proceso de crecer asumiendo el lenguaje, las normas,
las informaciones, las visiones que rigen la convivencia. Por medio
de la familia, de los medios de comunicación, de los propios de la recreación,
de la participación ciudadana, sobre todo lo ordenado por el
sistema educacional, se supone que estaríamos haciéndonos cargo de lo
que somos, ayudándonos a asumir nuestra condición de existentes, de existentes
coexistentes.
156
La historia es tan larga como la del ser humano. El desarrollo de la
conciencia se proyectó hacia el hacer, el tener, el gozar… y reprimió, sublimó,
envolvió en retórica, en dogmas y trivializaciones al misterio esencial,el
de la propia condición, el del quién soy yo y al del ser en sí, el del por qué
“hay”.
La educación ha acompañado, ha operacionalizado, ha legitimado,
este proceso Las preguntas básicas son coaguladas, postergadas, envueltas
en la erudición y el ejercicio analítico de las clases y de la especialización
en filosofía. La filosofía deja de ser filo-Sofía, amistad con el saber, para
convertirse en presunto saber, un saber con un brillo paulatinamente menor
al de sus orígenes en la India, la China, la Grecia clásica, opacado por la
omnipotencia progresiva de la ciencia, su hija emancipada.
Al presente, un extraordinario proceso de desarrollo científico tecnológico,
la verdadera utopía de la actual sociedad de la información, de la
realidad virtual, de la época del viaje a la luna y al interior del átomo y las
células, está coexistiendo con grandes problemas en la relación con la naturaleza,
con los esfuerzos por estabilizar la economía, con la sucesión de
guerras y la amenaza de la conflagración nuclear, con la violencia, las
adicciones, con la soledad, con un difuso malestar en la cultura del consumo
y de la técnica.
En el trasfondo, hierve la tensión, la guerra declarada y no declarads
entre el pan individualismo dominante y el fundamentalismo emergente.
En la cotidianidad, se expande la globalización de los capitales, de
las tecnologías, de la concentración de la riqueza y del aumento alarmante
de las pobrezas económicas y espirituales.
Por otra parte, va naciendo, diferenciándose, de manera confusa,
diversa, por movimientos, culturales y sociales, con complicidades oriundas
de orientaciones propias de la epistemología, la física, la biología de
sistemas, de la vitalización del interés de siempre por la amistad y el diálogo,
por la meditación y la educación comunitaria… dentro de una especie
de gran mestizaje de saberes, tendencias y experiencias… se va vislumbrando
un nuevo paradigma, o una diversidad de nuevos paradigmas, con
énfasis en la paz, en la ecología, en la convivencia, en el respeto al misterio,
en la constatación de la complejidad de la realidad a la escala humana.
En estas condiciones de grandes sufrimientos y aparentes laberintos
157
sin salida, de vislumbres de diversos, inéditos, espacios de esperanzas radicales
para la evolución humana… la coexistencia esencial, dormida, puesta
a un nivel primario, no conciente, demanda ser asumida como tal, como
nuestra gran hermandad ontológica.
La globalización externa de cosas o la propia de la migración de
seres humanos vistos como cosas, llama a una actitud de apertura universal,
planetaria, humanista. Reclama una educación que recupere nuestra
realidad de seres originales, irrepetibles y, al mismo tiempo, pertenecientes
a un todo, a la naturaleza, al proceso de humanización.
Se va poniendo en primer plano la realidad de que los humanos, los
existentes, somos co existentes.
Este libro, con sobriedad, con una asociación ecológica de rigor
y apertura, en que se articula la precisión en la entrega de antecedentes
y la filiación de las ideas con la apertura y el coraje ético para hacer
críticas y llevar a cabo propuestas, es un aporte de mucho peso, incide
plenamente en el tema de nuestro tiempo, en la gran crisis, en la multiplicidad
de vías de salida de la misma. Da cuenta de una opción de
confluencia, de diversos aportes al desarrollo humano a través de la
conciencia de coexistencialidad. De que la educación será fragmentada,
castrada, prejuiciosa, sin alcanzarnos a nosotros mismos, a lo propio
de lo humano, mientras el alumno sea el sin luces, a-lumno, mientras
no se lleve a cabo una interacción de ser a ser. Del profesor a su ser.
Del alumno a su ser. Ida y vuelta entre el ser del profesor y el del estudiante.
En esta “Pedagogía de la Existencialidad” se da una coexistencia
armónica, orgánica… una sinergia especial entre el área temática, su problemática,
la propuesta respectiva de camino de solución, y la trayectoria,
la formación, la persona del autor.
Educador y psicólogo, el autor, Patricio Alarcón, vive la amistad
con la sabiduría, la amistad a la sabiduría integra una rica bien trabajada
experiencia de vida y de desempeño profesional, una vasta cultura y los
dotes necesarios para ser creativo y consecuente en funciones directivas y
en pertenencias a grupos y redes. Hay una evidencia diaria de su consecuente
co existencialidad en su tarea actual de dirigir la Escuela de Salud
Natural Integrativa de La Facultad de Medicina de la Universidad Pedro de
Valdivia.
158
Tal vez, la mejor manera de acercar a Patricio al lector sea cometiendo
la infidencia de transcribir este poema suyo, en que está muy presente la confianza,
la dimensión básica de la coexistencia conciente, intencionada.
“Confiemos”
Confiemos
En que el tren
Llegue a la estación del invierno
Y florezcan los niños
Sembrados en nuestros patios
Sentémonos a esperar
Que el día se haga mañana
Y nos encontremos con la sonrisa intacta
Con el abrazo
Maduro de amor y encuentro.
Esperemos que se detenga la luna
Sobre nuestros tejados
Que despierten los gatos azules
Que han hecho del soñar su oficio.
Y de pintar nuestras almas de pisadas.
Puede ser que las raíces
Se hagan manos abiertas
Que el paisaje se abra a las ventanas
Que algo de la esperanza de todos
Se ponga a volar
Esperanzada en el vuelo.
No olvidemos
Las flores silvestres
Precisamente de aquellas
Recolectadas al amanecer
Pongámoslas a navegar
En el agua de nuestras miradas
Acostumbradas al horizonte
Tal vez nos reencontremos
Con una maleta llena de tiempo
159
Con una guitarra llena de canciones
Tal vez con nosotros mismos
Llenos de nuevos sueños.
Desde lo que se puede inferir como originario, propio de esta inspiración
poética portadora de sensibilidad, de valores, de voluntad, de compromiso,
el autor ha hecho una notable revisión teórica de la coexistencialidad,
de la que emerge una síntesis muy tamizada por su experiencia y
su capacidad analítica. Ella va de la pedagogía de la alteridad, a la filosofía
de la alteridad, transitando por el paradigma de la complejidad, la autoorganización,
la teoría de la información cibernética y los sistemas, la psicología
humanista y existencial, la filosofía humanista, la filosofía existencialista
y la fenomenología.
En el recorrido, nos encontramos con muchos autores, entre los que
nos acompañan especialmente Edgar Morin, sus siete saberes, su paradigma
de la complejidad y Humberto Maturana, y su biología del amor, las
conversaciones, el aprendizaje en la convivencia. Complejidad, en contraste
con la cultura, el paradigma, de la simplicidad, en el que se aliena la
contradicción, la incertidumbre, la ambivalencia… lo que altera la autopista
aparentemente despejada de la visión unilateral de la realidad
aristotélica, cartesiana, positivista. Biología del amor, cultura matríztica
que asume a cualquier extraño, al otro, como un legítimo otro, sea hiperquinético
o disléxico, droga adicto o soñador.
Un acervo teórico multidimensional, debidamente integrado y sistematizado,
confluye a algo decisivo, a la gran instancia donde se pueden
constituir los cambios paradigmáticos, la realidad de la relación profesor
alumno con su epicentro en el aula.
Frente al imperativo de rescatar la coexistencialidad, la relación de
ser a ser, Patricio Alarcón expone en forma descarnada el presente educacional
en que el profesor no se encuentra con su ser y no asume, no valida,
el ser del estudiante. Al contrario, lo mira desde el prisma de los requerimientos
de programas o normas de conducta, del tú debes aprender… debes
ser así.
En esa relación profesor estudiante, gran hito de la formación para
ser a su debido tiempo padres, co existenciales básicos, o para irradiar a los
padres, los apoderados de los estudiantes, se da la gran oportunidad para
la gestación de la evolución-revolución-mutación de nuestros tiempos, el
160
cambio de visión, la retro progresión hacia la oportunidad de los inicios
de la humanidad de poner el ser en el centro del proyecto de vida, en
lugar de la evasión hacia la centralidad del hacer, el tener, el deseo, el
placer.
La oportunidad de desplazar la opresión, la agresión, la instrumentalización,
la dependencia, a favor de una relación basada en la conciencia de
la coexistencialidad, de que somos quienes somos con nuestro centro, y, al
mismo tiempo, co existimos estamos, formamos parte, finitos con
vocación de infinitos, de una realidad común bella, integrada, compleja
y misteriosa.
Patricio Alarcón señala, anticipa, muchas caminos para ir hacia la
implementación progresiva de este cambio paradigmático en la educación,
del llegar a una educación con y desde el ser.
Con su modestia habitual, el autor apenas da cuatro ejemplos de
señales existenciales basadas en su propia experiencia.
Recomiendo encarecidamente empezar la lectura del libro, y luego
las ediciones posteriores del mismo, con la sección 5-3 en que se entregan
estas experiencias.
Finalizo esta presentación del libro, forzosamente menguada en relación
a lo que él significa, con la transcripción de las palabras iniciales de
estas “señales coexistenciarias” y de una de las cuatro experiencias que
narra el autor.
“¿Cómo se da cuenta el profesor que existe? ¿Cómo se da cuenta
que existe un alumno?
¿Cómo el alumno se da cuenta que existe? ¿Cómo el alumno se da
cuenta que su profesor existe?”
Responder a esas preguntas no es sencillo. A continuación se relatan
en primera persona algunas de estas experiencias…
Segunda experiencia:
Durante la entonación del Himno Nacional, un alumno se comienza
a reir, me acerco lleno de ira y le doy una bofetada. El alumno se pone rojo,
161
mostrando señales de humillación y de morderse la rabia.
El mismo día en la tarde noche, después de la jornada, encontrándome
en la calle, el mismo alumno con una bolsa en la mano se acercó directamente
a mí a través de la solitaria y obscura calle. Se agolpan una cantidad
de ideas negativas respecto a la intencionalidad de la aproximación.
Cuando está a un paso de mí, mirándome a los ojos con una sonrisa gentil,
me dice “Profe, quiere una marraqueta”.
Siguiendo el espíritu de la coexistencialidad, parece preferible no
copiar la explicación del autor, ni hacer mayores comentarios. Démosle el
carácter de diálogo abierto y dejemos que opine y saque conclusiones la
lectora y el lector.
De todos modos, autorícenme a contradecirme, en parte, y a hacer
una asociación. Me permitiré recordar el poema de Patricio y reafirmar con
el ejemplo del relato de esta experiencia, el que la coexitencialidad se basa
en la confianza básica.
Confianza que exige coraje.
Coraje que nos acerca al ser.
162
163
Raúl Martínez nos pone una vara alta
Buscando la Vara Mágica de Raúl Martínez. Marzo 2009
No nos sorprendió, porque se trata de una persona sabia. Ya lo dijo
Antístenes, nada es extraño ni extraordinario para los sabios. Raúl Martínez
con este libro en que se encuentran a sus anchas la espiritualidad y la cotidianidad
podrá empezar a dar a conocer sus reflexiones, sus investigaciones,
sus intuiciones, más allá de los muchos cercanos que lo quieren y admiran.
El autor, un ser humano afable, sencillo, de profesión peluquero,
irradia esa alquimia especial de conocimiento, virtud, capacidad de visualizar
bien las situaciones y absoluta humildad, que caracteriza a la persona dotada
del saber vivir, del valorar el ayudar a que otros lo puedan también
intentar.
Como podrán ver en este texto, la vara mágica está en nuestras historias,
las personales y las de nuestra especie, en la conversación diaria y,
naturalmente, en nuestro inconciente colectivo.
Suena a contradicción, a oximoron, como hablar de un fuego helado.
La vara, la de la cerca y la construción, la de los juegos de niño al andar
a caballo y al disputar en son de combate de espadas,… algo tan próximo,
tan aparentemente manejable, obediente a las constantes, a las leyes de la
realidad a la escala humana… La vara puede ser, también, símbolo de poder
del guaripolas, del maestro y el conductor de una orquesta, cabe encontrarla
como intermediario hacia lo para normal en el desempeño del rabdomante
buscando agua, del disfrute de verla en su papel de ayudante del
ilusionismo del prestigitador. Sin embargo, también, es representada como
realmente mágica, parte de un orden distinto, de un don que permite, por
ejemplo, que surja agua de una roca.
El gran mérito de este libro, la expresión generosa de su sabiduría,
está en su invitación, latente y viva, a imaginar, intuir, valorar, hacer revivir
esa expresión sin alma, fósil, anodina, varada… vara o varita mágica dicha
en forma mecánica, sin mediación de la pregunta, del asombro.
164
La vara mágica, el medio, la vara, la madera, la hija del árbol y del
trabajo artesanal, nos ayuda a despertar de la hipnosis de la familiaridad
absoluta, sin pliegues, sin poros, del entender la existencia como algo dado,
sin aperturas a preguntas, a la fe, a fantasías; todo previsible, en que la
certeza cartesiana separa lo ordinario de lo extraordinario, la ciencia de la
filosofía, la belleza de la verdad.
Hay varitas mágicas que nos hacen detenernos ante el poema de
Sandburg, tan simple, tan de extrema síntesis, tan al corazón de la cultura
sin alma, sin sabiduría: “¿Papá, de qué es propaganda la luna”.
Este texto no es propaganda, no es banalidad, no se funda en interese
mezquinos, se inscribe en el nuevo paradigma de la apertura a la complejidad,
a la integración, al misterio.
Este libro es, en sí, tanto una vara de maestro, como la de un conductor
de orquesta. Es la vara de un sabio, convocándonos a encontrar en
nosotros, en los diálogos, en las creaciones, en la intimidad de la naturaleza
y de la naturaleza humana, en el corazón de la meditación… la vara que
apunta al reconocimiento del regalo de nuestra existencia, de la magia de la
existencia.
165
Rodrigo del Villar
Premio N’aitún
a la Corporación Parque de la Paz
Villa Grimaldi
Entrega a su Presidente Rodrigo del Villar.
Corporación Artistas Pro Ecología Isla Negra. Marzo 2009
Es con mucha emoción que los integrantes de la Corporación Artistas
Pro ecología hacemos entrega de esta distinción a la Corporación Parque
de la Paz Villa Grimaldi, en la persona de su Presidente Rodrigo del
Villar.
Nuestro premio es un demostración más del reconocimiento que la
comunidad democrática de Chile, como lo ha hecho el resto del mundo, le
hace a las víctimas de Villa Grimaldi y de todos las violaciones de los derechos
humamos, de los atentados contra el derecho básico de ser humano.
Se trata, al mismo tiempo, de una muestra de admiración porque el Parque
y el testimonio vivo de Rodrigo del Villar,su Presidente, que estuvo preso
en Villa Grimaldi, constituyen una respuesta de paz, de apertura al encuentro
y a la reflexión, una lección del arte de la humanización.
El Parque procura hacer lo que es n aitún, dejar libre.
Facilitar el recuerdo. Contrastar la barbarie, el individualismo brutal
, con la fraternidad y la belleza, con la ecología y el arte de vivir.
Correspondió a la sabiduría de los griegos incorporar en su mitología
el dar a conocer que Mnemosine, la diosa de la memoria, fue la madre
de las musas, la memoria es madre del arte del ser humano que enaltece al
ser. La memoria garantiza la evolución, la historia, la cultura, el arte, la
ecología, el florecimiento de la vida.
Gracias Rodrigo, gracias a los que sufrieron en Villa Grimaldi, gra-
166
cias a los que la sostienen como símbolo de las derechos, las responsabilidades,
la dignidad del ser humano.
167
Rodrigo Parra
Naves para el mar de la esperanza
Para la Nave Imaginaria de Isla Negra y su capitán. Abril 2010
Se mueve,
Tiene muchos tripulantes.
Tiene mar.
La tiene el mar.
Por ahora le dicen Nave Imaginaria.
Se burlan
Quienes no ven los grandes sentires azules.
En las olas donde va surgiendo la esperanza.
La ignoran quienes se deslizan por los días
Sin compañerismo con el tiempo.
Le siguen cardúmenes de sueños bien encarnados.
Le hablan los delfines más concientes.
Alguna vez un velero fallecido le hace señal de amistad.
El mar de la poesía toma montañas y arenas.
La nave se pasea por alta mar y barrios entrañables.
En ese mar del origen y del misterio,
Del alto atardecer de besos.
Va esta nave generosa
Y el viento hace flamear la bandera de la esperanza.
La tierra agradece este regalo del mar.
Se abrazan los niños dentro de los grandes
Y los niños niños de los botes de papel.
Zarpó la Nave de la Esperanza.
Los sueños le dan saludos militantes.
168
Los pájaros empiezan a creer en los seres humano.
A babor y a estribor la nave va sembrando poesía.
Se inspiran los bosques, y la espuma del mar
Y el sentido más profundo del otoño.
La nave tiene mar.
El mar tiene nave dentro de nosotros.
Todos somos tripulantes de una nave del cosmos
Que en algún lado creen ser imaginaria.
Las dos naves son imaginarias porque anticipan la poesía.
169
Rosa Escobar
Amor al corazón
Corazón de Amor, Poemas de Rosa Escobar, 2009
Confucio tenía razón: “Por muy lejos que el espíritu vaya, nunca irá
más lejos que el corazón”.
En eso lo acompaña y lo completa Pascal: “El corazón tiene sus
razones que la razón no puede comprender”.
Allí, en el sentido del corazón, actor legitimo, relevante, en la actualización
de lo humano de los humanos tan ninguneado, tan exiliado del
centro de lo humano por una cultura enferma, ahí está la tónica, el regalo de
estos poemas de Rosa, empapados de corazón, de cordialidad y de cordura,
una mano en el espíritu, la otra en la razón.
Por estos versos discurre lo cotidiano, la filigrana de los pasos de
los gatos, la simpatía y la avidez de la lauchita, el dolor y la belleza de una
gaviota herida cuyas compañeras, sin saber, empujan hacia el mar; junto a
fotos antiguas, a la fragancia de las flores, a la nostalgia, a la picardía de
llevar dulces a la tumba del amigo muerto y luego cambiar de parecer y
destinarlos al amigo vivo.
Vida cotidiana, continuada en forma orgánica, sin fracturas, con el
romance del sol y la luna, el yin y el yang, su permanente tender hacia el
otro y no poder fusionarse ni culminar el diálogo, ni, por cierto, llegar a
separarse. Cada uno con su esencia, representación del arquetipo de la
incompletud, el no alcanzar, estando ya al borde, la anhelada tierra prometida,
nostalgia absoluta del absoluto.
Es sabido: los poemas cobijan el lenguaje, el ritmo, la imagen, el
sentido. Hacen, entre unos y otros, diversos fondos y figuras de centro.
Desde la inquietud por el espíritu, la razón, el amor, la suerte de la vida
humana, el corazón de la poesía está en el sentido.
170
Rosa, sabia y sencilla, llega al sentido, apunta a nuestra necesidad
de bien, verdad y belleza, desde percibir y apreciar lo que nos puede acaecer
en cualquier momento, avanzando hasta lo abierto, la soledad, la muerte…
y ese Dios abisal desde lo remoto, imposible de destronar, que es el
amor.
Rosa distingue dos sabores claves: la sal y el café amargo; los sabe
ubicar en el devenir de nuestros actos, vivencias e interacciones.
Salobre estaba la mar
Más salobre que el salero
Pero más salado encuentro
Los besos del arriero….
Un café amargo
Un café amargo
Dialogó conmigo…
Tenemos que agradecer a Rosa y a la editorial Caballo de Mar esta
poesía, este mensaje, donde encontramos, donde aprendemos, cómo el afecto
permite el acercamiento de la razón y el espíritu, del sol y la luna, cómo
las amarguras puedan ser asumidas en diálogo con otros y con nosotros
mismos, cómo el corazón es la sal de la vida.
171
Sebastián Claro
Aportando a un clima
de preguntas y esperanzas
Clima escolar y desarrollo integral de niñas y niños. Enero 2011
La verdadera introducción a este libro se encuentra en su epílogo.
Dice el autor: …“Lo fundamental es descubrir una y otra vez la pregunta
que conmueve, la pregunta donde se funda una sagrada esperanza, una esperanza
hecha carne y hueso, sangre y movimiento, acerca de que los seres
humano somos capaces de desenvolver un mundo del cual nos sintamos
comprometidos y responsables; un mundo amable, abierto al diálogo y en
búsqueda constante y creativa de coloridas armonías.
Las posibilidades de cultivar un mundo más fresco y acogedor están
en cada rincón y momento. Pero probablemente sea a propósito de los niños,
en vista de favorecer que ellos se desenvuelvan con mayor bienestar,
donde se pueden convocar más decidida y extensamente las voluntades de
amplios grupos de seres humanos. Tampoco esto es fácil; tampoco es el
único camino. Pero tenemos la convicción de que es un camino que no se
puede dejar de recorrer, andar a paso lento, caminarlo con cuidado, jugar
en su espesura y volverlo a recorrer.”
Otro tipo de introducción no podría ir mucho más allá que una especie
de glosa a estas palabras. Es lo que intentaré realizar, acercando a lectoras
y lectores, a partir de ellas, a lo que percibo como los aportes más
relevantes del libro.
Antes de nada, una pequeña asociación. A lo mejor es pertinente. El
autor es médico y está haciendo, entre otras cosas, sin decirlo, con una
modestia que lo hace incapaz de sospecharlo, un aporte muy sustantivo a la
promoción de la salud integral. En la ficha médica hay algo tal vez analogable
a un epílogo, la epicrisis, el informe final. Al empezar la comunicación
respectiva, en la presentación del consultante, en la llamada anamnesis,
queda en ciernes, tácito, el sentido de la acción, de la interacción: el cons-
172
tituir una instancia de ayuda, desde la empatía, a partir del amor de ser
humano a ser humano. Algo de eso se llega a entrever al final de esas empresas
de origen solidario, dialógico, en las conclusiones, en la epicrisis, en
las sugerencias de los médicos comprometidos con lo humano. Las palabras
citadas del epílogo trasuntan una historia, una anamnesis, la del desarrollo
de una determinada experiencia que se acaba de narrar, pero, también
evocan el crisol que ha llevado al autor a un compromiso con el desarrollo
de los niños, con los problemas de la época, con el sentido de que
seamos humanos.
El primer centro referencial de inquietudes y valores, eslabón, nudo,
tensión, delatador del clima del libro es el binomio preguntas y esperanzas;
preguntas que conmueven, esperanzas que llevan a la acción inspirada,
comprometida, responsable, creyendo, optando, trabajando por un mundo
a la altura de la insólita aventura humana.
Trabajando en el ámbito municipal, con sus funcionarios responsables,
sus escuelas, sus consultorios, insertos en el mundo institucional, se
relata una experiencia a través de la cual se va llevando a cabo una verdadera
investigación-acción que, partiendo de la problemática de los niños
percibidos como hiperactivos y/o desatentos, deviene en la propuesta de
realizar un trabajo trans-disciplinario en torno al clima escolar.
Es decir, camino inductivo, de lo específico a lo general, recorrido,
movimiento con interrogantes, sinergia de la confianza en la búsqueda y el
diálogo, superación de la distancia entre el compromiso y el rigor. La esperanza
no detiene, no aleja de la tierra, no sume en una niebla inasible. No es
delimitable, se escurre cuando se la quiere llevar a tramas lógicas, a productos
contables, pero es vida, es sentido de vida, es empuje para ir transformando
la realidad. Si, como se nos advirtió, los sueños de la razón engendraron
monstruos, cómo no deja de serlo el ser humano uni-dimensional
de estos tiempos, el sueño despierto y compartido de la esperanza va
abriendo espacios de realización de vida humana en diversidad y profundidad.
De ello da testimonio este libro.
En este proyecto, las preguntas no se reprimen. No se satisfacen en
forma mecánica o compulsiva. Se comparten, se metabolizan en la gestión,
en los esfuerzos para concretar, para compartir, para aprender juntos.
El tema es para preguntas y acciones expuestas, desgarradas de tan
abiertas, esperanzadas de tanta radicalidad: ¿Por qué no avanzamos en la
173
educación? ¿Por qué no hacen demasiada diferencia los programas, los
sueldos, los computadores? ¿Por qué estamos donde estamos en la hiperquinesia,
en la violencia, en la desmotivación de educadores y educandos,
en la adicción al alcohol, a las drogas, a la televisión de la banalidad, al
computador de juegos vacíos, sin valor nutritivo, a la divinización de la
eficiencia, en el autoritarismo del consumo?
Con una investigación-acción, con la ciencia, la gestión, el hemisferio
izquierdo, con la pasión, la amistad, la apertura, el hemisferio derecho…,
llegamos al clima. Al clima de la clase. Al clima del país. Al clima
de la época.
El clima de una humanidad olvidada, alienada del ser, del ser humano,
del ser humano dialogante, concientemente coexistiendo con el ser humano,
con la naturaleza, con la trascendencia.
En el terreno de la cultura dominante, en instituciones. Inmerso en
el mundo de la gestión, de la educación formal realmente existente, para
decirlo en fácil, el clímax es el clima, la forma como se está, como se manifiestan
las relaciones entre profesor y alumno, entre la escuela, la familia y
la comunidad, entre educadores, psicólogos, médicos y artistas, entre el
paradigma de la modernidad occidental globalizada en lo financiero y lo
informativo, los gérmenes de un nuevo paradigma, el de la complejidad y
la superación de las antinomias, el de la integración con la naturaleza, los
otros, la trascendencia y nosotros mismos y el de la apertura a las preguntas,
al misterio,… y ello, en la experiencia relatada en este libro, con ese
aporte que quedó en la caja de Pandora, la Esperanza, la responsable,
en el fondo, por el conmoverse por lo que le ocurre al otro, en educación,
en medicina, en la vida, la conducente a creer en un mundo de
coloridas armonías..
El clima, la esperanza, las preguntas, y las niñas y los niños.
Asumiendo la necesidad de contar con la encarnación preferente de
la Esperanza y las Preguntas, Sebastián Claro prioriza el trabajo con los
niños: “…donde se pueden convocar más decidida y extensamente las voluntades
de amplios grupos de seres humanos”.
Conviene situar, dimensionar. Escuchemos: unidad en torno a la niñez.
Más allá o más acá de diferencias sociales, de instrucción, de raza, de
cultura. Es la niñez, porque se trata de humanos, porque es edad de máxima
174
dependencia, donde la educación es esencial. Es la niñez, porque por allí se
pueden juntar muchas esperanzas, voluntades, preguntas, instancias de diálogo,
trabajo en equipo, acercamientos inter y trans-disciplinarios, creatividad,
acción comunitaria, nuevas visiones del ser humano.
Es la niñez, porque no es difícil concordar con Chesterton, cuando
dice: “Lo maravilloso en la infancia es que cualquier cosa es maravillosa”.
175
Taller Estímulo de la Memoria
Memoria, inspiración y participación
No se equivocaron los griegos: Mnemosine, la Memoria, es la madre
de las Musas. Aquí tenemos una evidencia: los trabajos inspirados de
un Taller de Estímulo de la Memoria.
Zeus, dios supremo, símbolo del orden, del cosmos, irguiéndose
sobre, en, el caos de los orígenes, disfrazado de pastor, enamorado, promiscuo
y prolífico como le era habitual, tiene nueve noches de amor con
Mnemosine, o Mnemosina, diosa de la memoria. A su debido tiempo, hay
un parto múltiple y nacen las nueve musas, deleitadoras de los dioses,
inspiradoras de la creatividad humana. La memoria se asocia al orden universal
para dar lugar a quienes inspiran el arte y el saber, al desarrollo
humano, a la dimensión poética de la vida. La inspiración es hija de la
memoria. Es parte del camino a la evolución del ser humano.
Los mitos nos inspiran, enraízan en nuestro inconciente, otorgan vías
de aproximación a la verdad, a la belleza, a la ética, a la reflexión y a la
meditación, al diálogo y a la discusión, al trabajo y a la recreación. Contribuyen
a la vivencia de plenitud y de logro, al florecer y al fructificar de las
vidas y de la cultura.
Beatriz Cerda, Carmen Fresia Cavieres, Nancy Díaz, Carmen Martínez,
Beatriz Zepeda, Isabel Martínez, María Mujica, María Eliana Olate, Nancy
Henríquez, María Eugenia Sandoval, Susana Labbé, Guacolda Painepan,
Elizabeth Salazar, Cecilia Villena, Lidia Vega, Haydée Alvarez, Juana Lazo,
María Angélica Mujica, Nery Henríquez, florecen y fructifican en cuentos, en
estampas, en recuerdos, en la creación de acrósticos, narrando, discurriendo,
comunicando emociones, en la alquimia de estimular la memoria y de crear.
Estos recuerdos apelan a la sensibilidad, a lo cordial, al corazón…
Esa cordialidad se traduce en un tono amigable de relación con el lector, en
comunicación, fundada en el encuentro, en el aporte de conmover, de sorprender,
de dar giros de humor, de hacer guiños a lo bello, de entregar
reflexiones, de lograr caracterizaciones de personajes, de miradas realistas
176
y de complicidades con la magia, el sueño y la fantasía; donde se privilegia
el fondo argumental y vivencial sobre el engolosinarse con lo externo, el
lenguaje y la exaltación del hablante y su yo. Es decir, son textos sanos, no
contaminados con el individualismo post moderno.
Se escriben textos con sabor, musicalmente hablando, a solos, a dúos,
a coros…. Este taller, como conjunto, florece, fructifica en creaciones, en
obsequios, análogos a una orquesta … una orquesta donde la armonía, la
sincronía, la sinergia, la da el que las autoras muestran sentirse a gusto,
creciendo al son de la búsqueda, la creación, el encuentro, la comunicación,
la memoria, la inspiración…
En un país y un mundo donde las grandes transformaciones reales,
las de la evolución humanizadora, al margen del autoritarismo del mercado
y la frivolidad, se están dando en las conciencias, en los vínculos, en las
experiencias ecológicas y comunitarias, en el trabajo espiritual, en espacios
de salud y educación liberadores, integradores… este libro transluce
un proceso de transformación de un grupo de mujeres mayores, empoderándose
de su experiencia, de su dignidad, de su memoria, de su inspiración,
de su sabiduría.
Madres e hijas de sus memorias, estas autoras han escrito, integrado
a su proceso de formación, una obra nutricia, inspiradora, de gran valor
para la educación comunitaria, para el desarrollo de la conciencia y las
prácticas liberadoras en el ámbito del género y de la alternativa de convivencia
de las diferentes edades orientadas al respeto a los derechos de las
mujeres y de las y los adultos mayores, al avance hacia una democracia
profunda, participativa.
La memoria, la gran protagonista de este taller, de este libro, la diosa
Mnemosine, era representada con dos caras, mirando al pasado y el futuro.
Este libro estimula a pensar en el referente integrador del pasado humano,
muy próximo al grupo y la naturaleza, con un posible futuro de la ciencia
y la técnica humanizadas, de la cultura integral, al servicio de los derechos
de todos los humano, mujeres y varones, de todas las edades, de todo
el planeta, integrados a sus memorias, a sus inspiraciones, al derecho a ser
humanos, a la naturaleza, al sentido de la vida.
No me cabe duda de que hay que leer este libro y llevarlo a la educación
comunitaria.
177
Taller Pucarel
Un Archipiélago
de mucho verde y azul
“Archipiélago de Versos” del Taller 1-6 Pucarel de Ancud
Este libro de un taller de poetas de Chiloé, se delata a sí mismo
llamándose Pucarel, en Mapudungún ”mucho verde dentro del
verde”….Verde joven, cercano, comunicante, de palabras hermanadas con
el silencio emergente ” en las esquinas de las emociones…”
Son diez poetas que comparten un taller: Alejandro, Amalia, Andrea,
Angélica, Berta, Diela, Jennie, Jessica, Katia y Guido, el maestro que evidencia
su condición de tal participando en la publicación, situándose libro
adentro.
El verde es el color de la naturaleza y el de la sensibilidad, el de la
esperanza y del crecimiento, el de la iniciación, el color ”de la tierra
abierta hasta la savia”, de Michel Leiris.
Estos poetas, iguales en el ser iniciados en la sensibilidad, diversos
en la forma como la savia alcanza a su respectiva esperanza, nos ofrecen
el regalo de su crecimiento como personas, su ser artesanos comprometidos
en búsquedas y hallazgos, plenos de vivencias y de palabras, de mar y
de selva, de indignación por la injusticia y de celebración de la belleza, de
islas, de alerces, de rocas y de ulmos, de amor apasionado y de caminos de
sonriente ternura, de amistad hacia los puertos, hacia los pueblos originarios,
hacia los recuerdos de infancia y para los seres humanos más significativos
en cada una de las respectivas residencias en la tierra.
Es un libro enjundioso, poemario de hervor creativo, de archipiélago
de imágenes, de muchas dimensiones. Una autoría de varias almas, en
que el esplendor del verde no niega los maravillosos y múltiples arcoiris
de Chiloé. Ante él no cabe otro ademán de acercarse a una introducción
que el conversar con algunos de sus versos, destacándolos provisoriamente
178
del resto, al modo como se da la mano antes de abrazar.
Roberto Juarroz señaló en su tiempo que la verdadera crítica a un
poema debía ser el inspirase en él para… crear otro poema. Es decir, vivir,
intencionar la red de la poesía. A lo mejor, conversar con algunos de sus
versos es otra manera de introducir a un libro de poesía.
A ese propósito, me permitiré ser infidente, o ingenuo, y dar cuenta
de lo que me llegó en un mail equivocado proveniente del mismísimo
Caleuche. No iba dirigido a mi persona, pero alguna lectora o lector sabrá
como devolverlo al remitente. Por esa vía tecnológica, un tripulante transcribía
un poema de cada participante del libro y relataba algo percibido en
relación al taller desde la realidad de ese barco cuya conducción es ejercida,
según se ha sabido, por el verdor de la poesía.
Van primero los poemas y luego la intervención de la autora o autor
del mensaje.
“Sensación”
Diela Mercedes Alarcón Solís
En el perfume de la luna
descubres la esencia de la vida,
en la fastuosidad de la estrella
las puertas anchas,
en los agujeros negros
nuestra profundidad,
y en la sonrisa de los hijos
la felicidad infinita.
“Nostalgia”
Andrea Barría Barría
Mi casa construída
en pilares de añoranzas
y orillas de silencio,
navega en antiguas heredades
a buscar lo que enraizó el tiempo:
mi infancia.
179
Cuando los soles se enredaban en mi piel,
en los días vírgenes de brumas,
con lampadarios que alumbraban
mis avenidas que esperaban el amor.
Los espejos de mis ansias te grabaron,
y te di, te di mi vida entera
al madurar tus semillas en mi cuerpo
y florecer tus brotes hasta hoy en mi alma.
* * *
“Te escucho amigo ulmo”
Jessica Ojeda Cares
Las noches de Chiloé,
tienen ese no se qué…
de pronto abro la puerta
estallas en colores
presentándote, hacia mí.
Tú me dices: tócame,
mi mano llega a ti,
siento el gran espíritu
observo cómo te agitas en vientos otoñales
sacudido por el poder del sur.
Ocurre algo curioso,
te detienes, me sientes, me analizas,
pides que hable por ti:
“hermana del azul, mira como estoy,
apenas sobrevivo,
sólo me hace feliz el viento del sur,
el olor de la playa destellando la vida
agonizo lentamente…
hermana del azul, levanta la vista hacia el cielo…
¿Ves ese azul?, esto es lo que me hace soñar,
te he llamado para sonreír y sentir tu amor…”
180
“Baja marea”
Berta Barría Naín
¿Adónde mi cansancio descansará?
La ola que arrulla
y acaricia mi orilla
se la llevó el mar.
¿Adónde las gaviotas se mecerán?
¿En qué espejo estival,
suspendida, extenderé mis brazos?
Caracoles coronan mis pasos,
alfombras de algas despiertan
el olfato de la tierra.
Como cascada el sol entibia la roca
y la luna en la noche pisó
pura los caminos.
No se detiene la vida,
la marea traerá el sonido
de la sal florida,
de olas y espuma.
Hambrientos mis labios
como rosas se abrirán.
* * *
Libre
María Angélica Gallegos Bertuline
Deseo
seguir el vuelo del cóndor
ser sombra en su vuelo
e ir mas allá
de lo que mis ojos ven.
Seguir el perfume, el aroma,
181
la estela libre de la espada,
tallada en alquimia.
Entender el conocimiento
escrito en las arrugas
del tiempo.
Besar la flor libre
de hitos inimaginables
de la memoria mortal.
“Crónicas con alzheimer”
Guido Ruiz Hibel
Les digo que no sé mi nombre,
ni qué día es hoy,
no creo que tenga importancia,
sólo salí a caminar un rato.
Todos me confunden mucho
con sus preguntas,
me han dicho ayer
que hoy sería mañana,
pero estoy seguro que hoy es hoy.
A veces me acuerdo, sí, de mis compañeros de curso,
de Verdi y Mozart,
con los que hicimos tantos goles
en la cancha del barrio.
Es linda la vida de la juventud,
parece que conocí algunas niñas también
y dos de ellas me persiguen para darme remedios
todos los días, no me acuerdo a qué hora..
Son bonitas con sus uniformes blancos
y me llaman por mi nombre,
mi nombre, mi nombre,
les repito no me acuerdo de mi nombre.
* * *
182
“Si escribir”
Amalia Orellana Troncoso
Si escribir me alivia las penas, escribo.
Si escribir me despoja el alma, escribo.
Si escribir derramando lágrimas, me consuela
es porque a voluntad, soy yo quien escribe.
Bendito lienzo blanco que permites el alivio,
mi sentir más íntimo te cuento,
permites derramar contenidas emociones
que en lluvia, de tu nube blanca, esparzo.
Fluye el dolor o el sentimiento cautivos,
confidente el grafito que desliza el pensamiento,
amigos para conversar sin réplica,
me ayudan, sin pedir, lo que cargando llevo.
Si escribir, es alcanzar el verso esquivo
escribiré los versos nacidos, ir con ellos
es lo que quiero, en la armonía de la vida
pisando tierra, sin cargas ni tormentos.
De las nubes del verso de poetas admirados,
volverá mil veces al sendero, con mis versos.
Vienen, no sé de dónde fluyen, pero llegan,
despejando las sombras del alma.
Bellos o simples versos cotidianos,
pero versos al fin, versos, queridos versos.
¡Si versos quiero escribir, que vengan,
que vengan a mí los versos!
“Poetas”
Alejandro Rogel Seguel
Paisaje verde escarpado.
los poetas son blancos edificios
183
y por boca campana de bronce.
Tienen una orquesta en la garganta
y además un cuerpo de baile,
parecen dioses albos bajo la luz.
Los poetas son trenes
que corren hacia abajo
por las agujas
y con el humo,
cosen realidad y fantasía.
Los poetas son fantasmas,
con el vapor deshacen realidades.
Los poetas son locomotoras
que corren en las agujas
y cuando llegan a la punta
recién comienzan su recorrido.
Un poeta es un largo tren
a toda velocidad espantando
pájaros de mil alas
llamados libros.
Sus alas, hojas,
sus vientres, tintas,
sus cantos, letras,
sus letras poesías.
Los poetas son estallidos
negros en la oscuridad,
son blancos en la claridad,
son verdes en la verdad.
los poetas no tienen oídos
porque todo su cuerpo es un oído.
los poetas no viven, fantasean.
Jamás inviten a sentarse
a la mesa del almuerzo
cena desayuno o reunión cualquiera
a un poeta dado que no saben
o les da pudor comenzar una conversación,
pero cuando la inician,
ellos no pueden detener
el tren que corre agujas abajo
agujereándolo todo.
184
Para un poeta es
imposible detenerse.
Una manzana en un manzano,
una naranja en un naranjo,
un durazno en un duraznero,
una vocal en una boca,
una luna en un lunar,
un sol, en un solar.
Poesía es mirar
una puesta de sol
y aun así le falta
y le sobra todo
para ser poesía
* * *
“Transformación”
Jennie Valin Schimanietz
La sangre ha vuelto,
corre por ríos inexistentes,
apresura su fluir por decadencias,
vivaces dimensiones del cielo se proyectan.
Fugitiva, sensual y erótica,
se transforma en fuego,
consumado deseo,
precipicio de vuelo,
lava insistente.
Ha vuelto la vida inusual
con sus fragmentos adheridos
a la piedra hecha cuerpo,
al festín procurado.
Vestigio queda
en cada mirada secuestrada
reducida a pertenencias.
Ha vuelto
el espacio transformado,
sonríe la esquina indecisa,
milagros se producen
185
por las moléculas del vientre.
La sal permanente de las horas traspasa
renunciando al hastío
y a la modorra vertical también.
“El Señor Diostor”
Katia Alexandra Velásquez Martínez
Ensimismado en su posible saber,
engolosinado de títulos
y desde sus zancos de cristal,
ya no divisa pupilas,
ni de sonrisas entiende.
Su humilde origen ya no recuerda,
tan ufano va por la vida
que ni sabe lo que no sabe,
ni sus límites comprende.
Como pavo real despliega su cola,
admirándola una y otra vez,
¡tan bellos son los colores!
cada color un título,
cada brillo un logro.
Pasan los días y más “legista” se vuelve,
más misteriosas las letras que escribe,
para verle mil antesalas exige,
llenar varios papeles y no pocas secretarias.
Grandilocuente Diostor,
¡hace tanto que se olvidó de jugar!
ya no tiene tiempo de sanar,
¿y de amar?
* * *
186
El mensaje, en relación a lo que nos es pertinente, dice lo siguiente:
El taller tuvo un curso secreto, no sucede con mucha frecuencia,
pero es algo que se ha dado, nosotros, artistas, lo hemos vivido en otras
ocasiones. Es la creación humana, eso inusitado, dando un paso más y adquiriendo
vida propia. Son los personajes que se despiden de sus autores
como adolescentes emancipados, algunos tan violentos como el hijo del
Dr. Frankestein; canciones muy maduras, convictas de haber cambiado su
propia letra, bocetos en la arena del crepúsculo amaneciendo, por su cuenta
y riesgo, como sendas construcciones románticas. Lo nuevo, en esta oportunidad,
fue percibir como conversaban entre sí diez poemas, de diez autores
diferentes. En un momento dado, del diálogo de estos poemas fue emergiendo
una imaginería.
Conversaban la poesía y la vida, eran voces y eran silencios, era
noche y era sol, era ahora, era recordar, era añorar, era soñar, era volar. Son
diez hermanos azules. Son verdor en la verdad. Cosen realidad y fantasía.
Conversan de sí y de todo. Conversan de transformación, de poesía, del
escribir, del vuelo, del vínculo con la naturaleza, del momento de baja marea,
de la crítica a la altanería, del humor, de la nostalgia, de los grandes
caminos de la vida… (Navegando, seguramente emocionado, el Caleuche
envía sólo algunas chispas de lo que escuchó).
“Transformación en azul, en poesía”
Transformación
la sangre ha vuelto,
corre por ríos inexistentes,
apresura su fluir por decadencias
vivaces dimensiones del cielo se proyectan.
Para un poeta es imposible detenerse…
Poesía es mirar
una puesta de sol
y aún así le falta
y le sobra todo
para ser poesía
187
Son diez hermanos azules. Escriben...
Sí escribir
es alcanzar el verso esquivo…
es lo que quiero, en la armonía de la vida
Pisando tierra, sin cargas ni tormentas…
Vienen, no sé de dónde fluyen, pero llegan,
despejando las sombras del alma
Son hermanos azules que vuela, desean...
Seguir el perfume, el aroma
la estela libre de la espada,
tallada en alquimia
Entender el conocimiento
escrito en las arrugas
del tiempo.
Son hermanas y hermanos de la naturaleza. La escuchan...
Te Escucho Amigo Ulmo
Tú me dices: tócame,
mi mano llega a ti,
siento el gran espíritu
observo como te agitas en vientos otoñales
sacudido por el poder del sur…
Pides que hable por tí:
“…¿Ves ese azul? Esto es lo que me hace soñar,
te he llamado para sonreír y sentir tu amor…”
Hay la conciencia azul del remontar de la baja marea cuando
Baja Marea
No se detiene la vida,
la marea traerá el sonido
de la sal florida
de olas y espumas
Hambrientos mis labios
como rosas se abrirán
188
Los hermanos azules son profundos y por lo tanto son sencillos y,
como seres espirituales, se saben ubicar frente al engreído Señor Diostor
Ensimismado en su posible saber,
engolosinado de títulos
y desde sus zancos de cristal,
ya no divisa pupilas,
ni de sonrisas entiende

Grandilocuente Diostor,
¡hace tiempo que se olvidó de jugar!
Ya no tiene tiempo de sanar,
¿y de amar?
La poesía, misterios, elusiva, sutil, de muchas dimensiones, más acá,
más allá y en las puestas de sol, también incluye el humor, y con él se puede
jugar hasta con la venerable memoria, la madre de las musas.
Crónica de Alzheimer
Es linda la vida de la juventud,
Parece que conocí algunas niñas también
y dos de ellas me persiguen para darme remedios
todos los días, no me acuerdo a qué hora.
Son bonitas con sus uniformes blancos
y me llaman por mi nombre,
Mi nombre, mi nombre,
les repito no me acuerdo de mi nombre
Detrás del azul hay una añoranza de lo vivido, de lo por vivir, de lo
más allá de nosotros… Las distintas caras de la nostalgia
Nostalgia
Mi casa construída
en pilares de añoranzas
y orillas de silencio,
navega en antiguas heredades
a buscar lo que enraizó el tiempo:
mi infancia.
189
En esta conversación azul está la vida, con su esencia única y diversa
palpitando en el sentido claro u oculto de vivencias, proyectos y caminos.
Sensación
En el perfume de la luna
descubres la esencia de la vida
en las fastuosidades de la estrella.
Las puertas anchas,
en los agujeros negros
nuestra profundidad,
y en la sonrisa de los hijos
la felicidad infinita.
Sí, esta poesía, de mucho registros, es para leerla y releerla, para
disfrutarla y compartirla con las `personas cercanas, para citarla y vivirla
en nuestros mitos y en nuestra cotidianidad.
190
191
Universidad Bolivariana
Transformación
La transformación como guiño al sentido de la existencia
“El guiño del Entre. Un Camino a la Transformación”.
Universidad Bolivariana. Doctorado en Educación.
Aprendizaje Transformacional.
Celinda Altamirano, Patricia Araneda, Valentina Carrozzi, Ana Luisa
Garrido, Felicia González y María Soledad Rodríguez.
Julio 2009
Este texto nos sorprendió, nos interpeló, nos llevó a anticiparle un
lugar especial en los programas de formación personal orientados por la
visión del nuevo paradigma cultural básico.
El título alude a la noción de entre… y aquí estamos ante un texto en
que se cruzan, orgánicamente, hacen sinergia espiritualidad y epistemología,
psicología y poesía, ciencia, imaginación y sensibilidad. Se trata de un
trabajo que es, también, al mismo tiempo, un testimonio, una investigación,
un ensayo, una obra creativa, inspirada, poética.
La orientación es transdisciplinario y podría igualmente decirse para
y pre disciplinaria, con un grupo de observadoras, de sujetos participantes.
En la vecindad referencial, nutrientes, bien integrados al crisol individual
y grupal, se encuentran, conviven entre las tradiciones espirituales,
el Taoismo, el Budismo, el Crisitianismo, los sufi, la mitología griega y
Shinoda Bolen, Krishnamurti, la tradición alquímíca… Parménides y
Heráclito entre los filósofos, polarizados y complementarios, junto a
Nietzche y Heidegger… entre los psicólogos Jung y Fromm, entre los teóricos
de la nueva mirada, del nuevo paradigma, Morin, Berman, Willber,
Watt, Naranjo, Restrepo, Echeverria, Maturana… Reeves y Wheeler entre
los científicos… Todos ellos alternando entre sí, con páginas bien inspiradas
de las autoras, con la convivencia dialogal entres ellas, con la compañía
de las figuras arquetípicas de Johana y Gabriela, enferma y terapeuta, respectivamente.
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El entre constitutivo de los humanos y de la relación real entre nosotros,
el de todos lo seres vivos, el del espacio cósmico.
El entre, terreno último, germinal, desde donde se trascienden las
dicotomías en toda clase de planos, desde la del dominio sumisión hasta el
afuera y el adentro, desde el excluyente no excluyente hasta la de sano y
enfermo, nacimiento y muerte, el homo sapiens y homo demens de Morin.
Maslow ya lo había dicho: la salud es la trascendencia de las dicotomías.
Las autoras hicieron su aprendizaje transformador. Se percibe el
entusiasmo y el aplomo, la propia confianza en que la transformación es
posible, tiene sentido, es el camino de la evolución, es misión para los
educadores, para ser sanos y sanadores.
En verdad, no es sólo un guiño, es una mirada atenta, es un querer
comprender lo que integra, lo que da coherencia a todo, a que exista un
todo, una unidad en la diversidad. Aquella realidad inefable que fue dios
en Grecia, el Eros que unía a los humanos, la naturaleza y los dioses.
Estamos ante un texto en que Eros permite que se superpongan planos,
el del acercamiento de los arquetipos de la enferma y la terapeuta, el
de las ideas fuerzas de diversos autores y los propios de la física cuántica,
el de las miradas de las distintas integrantes vertidas en sendos escritos, el
del desarrollo del grupo.
Grupo sano, donde fue posible exponerse, dejar las defensas, integrar
las dicotomías, llegar a una transformación a la escala humana.
En suma, se trata de una tesis con un fondo tan relevante como es el
del aprendizaje de la transformación, el de la apertura a la trascendencia de
los opuestos, a encontrar su entre, es decir, la alternativa a la crisis de la
educación, a la crisis de la civilización, a la crisis propia, constitutiva, del
“homo sapiens demens”.
Fondo que encontró su entre con la forma de ejecución en un camino
metodológico cualitativo, de mostración, en que se avanza en la repuesta
a la pregunta de siempre y que ahora nos apremia, sobre quién educa al
educador. La contestación, nos enseña este trabajo, puede ser, es un camino,
la alquimia de un grupo de encuentro, de estudio, de reflexión, entre
seres humanos despojados de sus roles, de la compulsión del tener y el
vencer, compartiendo desde el centro del ser, es decir, desde la poesía.
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