martes, 2 de octubre de 2012

Conversando sobre la Amistad (364)


Conversando sobre la Amistad (364)

Amistad por el extranjero  en el dominio de la palabra hablada, aquel que no puede decir Buenos Días.
Del libro del joven Matías Cepeda, privado de voz, con  un alto desarrollo personal, “El silencio que grita”, publicado por Alegremia
La Amistad requiere cultivo, necesita conocer y atender a las necesidades del otro Matías, con franqueza y con  imaginación sobre la “otredad”, se pone en nuestro lugar destacando  el papel del tiempo  en lo que estamos  dispuestos a entregar.


CAPÍTULO 6
 



LA PROFUNDIDAD DE LAS PALABRAS Y LA SABIDURÍA DEL SILENCIO





  Entender a personas como yo no es fácil, ni siquiera lo es para las personas que me rodean. Despertar con sonrisas pero sin  un “¡Buen Día!”, mirar la cara del que nos ayuda a levantarnos sin poder contarle lo que soñamos anoche y decir un
“Hola, ¿Cómo estás?”
   Las charlas se alimentan de palabras, una frase permite otra frase, un comentario espera una respuesta para seguir avanzando en la charla. Tu palabra provoca una idea en la otra persona y a su vez, esa persona expresa otra idea.
   Las palabras son sonidos que expresan nuestro sentimiento  y  en las conversaciones las palabras son casi indispensables.
    Para conversar sin voz es necesario tener a alguien que pueda ayudarte con el manejo de la tabla, que los demás sean capaces de creer, que puedan tener el tiempo necesario para dialogar y que puedan sentir como mi voz la voz del que me ayuda.
    Me siento dentro del mundo cuando hablo y me escuchan, siento en ese momento la igualdad que da la palabra, pero para charlar conmigo es necesario tener más tiempo que el habitual y eso no es fácil de encontrar.
   Hay  personas que dejan pasar la vida sumergidos en la soberbia de sentirse superiores a una persona diferente a ellos. Actitudes como estas no suman a una vida en armonía.
   Es acá donde mi vida me obliga a estar en un silencio no elegido por mi, silencio que grita mis pensamientos, pero que no se escucha,  silencio que grita y te obliga a ver la vida desde afuera.
   No se debe confundir  mirar la vida desde afuera con estar afuera de la vida. El  mundo gira tan rápido que es difícil detenerse a observar tu mundo, eso no siempre es positivo porque a veces se pierden detalles importantes para la paz interior.
    La Paz Interior es la armonía entre lo que somos, lo que creemos que somos y lo que nos gustaría ser. Esa armonía es el resultado de un equilibrio muy difícil de lograr, sin la capacidad de detenerse cada tanto, esta Paz Interior no será tan fácil de conseguir y mantener.
   Como mis silencios son obligadamente largos, puedo detenerme a mirar mi vida y la de los que me rodean. Acá es donde yo siento que mi vida tiene importancia, porque observando puedo analizar, analizando puedo aprender y aprendiendo puedo ayudar.
  Observar no es tan fácil, es mirar con la intención de centrar nuestra atención en algo que deseamos analizar.
   Esta observación debe tener un sentido positivo. La persona que sabe observar decididamente puede influir en otros.
   La observación es una capacidad de pocos pero debería ser más frecuente. Si pudiéramos será capaz de mirar el mundo desde afuera cada tanto, encontraríamos más personas con este poder.
    La vida gira sin detener su paso y yo debo seguir también estar adentro del mundo es mi desafío.
     Las cosas no son perfectas pero la vida sigue igual, aceptar la realidad  tratando de escribir mi propia historia es mi objetivo.